domingo, 30 de octubre de 2016

La sal de la alquimia

PREGUNTA Nº 162:  LA SAL DE LA ALQUIMIA
En la Filosofía Rosacruz se nos dice que en la fraseología de los alquimistas se habla de las fuerzas de la Luna como sal. Tiene esto algún significado con relación al siguiente pasaje de Marcos 9:49-50: Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal.
Buena es la sal; mas si la sal fuere desabrida, ¿con qué adobaréis? Tened en vosotros mismos sal; y tened paz los unos con los otros."

Respuesta: Todo sacrificio será salado con sal. Este fue un mandamiento de la ley mosaica, Judaísmo, como podemos llamarlo, y fue originado por Jehová. Sin embargo, la sal tiene otro y más profundo significado. La idea es que si se pone sal sobre el sacrificio, produce un fuego químico, y eso es simbólico de la sensación de ardor que debemos sentir por el remordimiento de los delitos que hemos cometido. Cada trasgresión debe ser castigada y expiada por un cierto sacrificio. La sal y el ardor del sacrificio eran símbolos de mejores cosas por venir. La gente de ese tiempo no podía hacer sacrificios vivientes de sí mismos. No se podían haber negado nada a sí mismas, sino que amaban sus posesiones muchísimo. Deseaban muchos hijos, y mucha tierra y mucho ganado, y por lo tanto si el ganado y las cosas que apreciaban tanto les eran quitadas por causa del pecado y de la trasgresión, sentían esto como un daño hecho a ellos mismos.
Así es que este sacrificio era una especie de expiación vicaria, y fue puesto como símbolo de un tiempo posterior en el cual ellos mismos se ofrecerían como sacrificio y sentirían remordimiento por cualquier error que hubiesen hecho. Entonces el sacrificio no era aceptado en el altar hasta que hubiese sido salado, e igualmente el sacrificio viviente no será aceptado sobre el altar del arrepentimiento hasta que haya sido presentado en forma similar. Es decir, debemos sentir una ardorosa pena, arrepentimiento y constricción por cada pecado que hayamos hecho, pero sólo cuando hayamos hecho esto el sacrificio será aceptado. En aquel tiempo el sacrificio era quemado por un fuego encendido en una forma divina. Esto indica que después de que hayamos salado el viviente sacrificio de nosotros mismos con nuestras lágrimas de constricción, ofreciéndonos nosotros mismos sobre el altar ante Dios, sucederá que "aunque nuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán blanqueados". El registro será borrado del panorama de la vida. Así nos purificamos, pero el primer requisito es que el sacrificio debe ser salado con lágrimas.
La saladura de los sacrificios en la antigüedad puede haber tenido algo que ver con la idea de que Jehová es el Espíritu de la Luna y por lo tanto rige el elemento químico sal, pero la sal del alquimista no era la sal ordinaria. Era la sal de las lágrimas y de la constricción, y los alquimistas no pretendían hacer oro con los metales bajos, tampoco. Lo que pretendían hacer era transmutar los elementos básicos del cuerpo tomados de la tierra, en el oro del alma, ese dorado vestido de bodas que brilla alrededor de todo aquel que alcanza la espiritualidad y se convierte en una luz más brillante conforme vive una vida superior y más noble.

del libro "Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas"
 Tomo Segundo, de Max Heindel


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