miércoles, 5 de octubre de 2016

Efectos del alcohol y del tabaco

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PREGUNTA Nº 138:  EFECTOS DEL ALCOHOL Y DEL TABACO

¿Por qué es perjudicial para un probacionista usar alcohol y tabaco?


Respuesta: Esta pregunta se aplica no sólo a los probacionistas, sino a todo aquel que se esfuerce por vivir la vida superior. Por lo tanto la contestamos en "Echoes", para que todos los estudiantes puedan saber que no es simplemente el sentimiento lo que dicta nuestras ideas acerca de que no debemos usar ningún intoxicante ni drogas que obnubilen el cerebro. Ese órgano es el más grande y más importante instrumento mediante el cual estamos haciendo nuestro trabajo en el mundo físico, y a menos de que esté en buenas condiciones no podremos esperar hacer ningún progreso.
La carne y el alcohol tienen una tendencia a hacer feroz al hombre y a retirar su visión espiritual de los mundos superiores y enfocar la visión sobre el presente plano material. Por lo tanto la Biblia nos dice que en el principio de la Edad del Arco Iris, la edad en la cual vivimos en una atmósfera de aire claro y puro, tan diferente de la nebulosa condición atmosférica de la Atlántida, de la cual se habla en el segundo capítulo del Génesis, Noé fue el primero que fermentó la uva y fabricó vino. El desarrollo de la materia ha tenido lugar a consecuencia del
presente enfocamiento de nuestras energías sobre el plano material, lo cual resultó de participar del vino y de la carne. El primer milagro de Cristo fue convertir (cambiar) el agua en vino. El había recibido al Espíritu Universal en el Bautismo y no tenía necesidad de estimulantes artificiales. El cambió el agua en vino para darlo a otros menos avanzados.
Pero ningún bebedor de vino puede heredar el Reino de Dios. La razón esotérica es ésta: si bien los éteres inferiores hacen vibrar los átomos-simientes en el plexo solar y en el corazón, conservando así el cuerpo vivo, los éteres superiores hacen vibrar el cuerpo pituitario y la glándula pineal. Al beber este falso y rebelde espíritu que es fermentado fuera del cuerpo, por medio del azúcar, estos órganos se entorpecen temporalmente y no pueden vibrar con la vibración de los mundos superiores. Si el sujeto toma demasiado de este espíritu del alcohol, los órganos mencionados pueden ser ligeramente despertados, de tal modo que ve el reino más inferior del Mundo del Deseo y todos los seres malignos que hay allí; esto sucede en la enfermedad llamada delirium tremens. Para resumir, como la evolución del alma depende de la adquisición de los dos éteres superiores, de los cuales se hace el bello ''vestido de bodas'', y como estos éteres están entonados con los órganos mencionados de la misma manera que los éteres inferiores están entonados con el átomo-simiente del corazón y con el átomo-simiente del plexo solar, usted comprenderá fácilmente los mortales efectos del alcohol y de las drogas para el hombre espiritual. Para elucidar esto citaré un incidente de la vida real.
Hay un dicho antiguo que reza: "Una vez masón, siempre masón". Eso significa que cuando un hombre cualquiera ha recibido una iniciación en la orden Masónica, no puede renunciar a la Masonería, porque no puede renunciar a los conocimientos y a los secretos que ha aprendido, como tampoco puede una persona que va al colegio devolver el aprendizaje recibido en dicha institución. Por lo tanto, "una vez masón, siempre masón", y así mismo, una vez que se es discípulo, hermano lego de una Escuela de Misterios, se es siempre un discípulo y Hermano lego de esa misma Escuela. Pero aunque eso se mantiene en pie y vida tras vida mantenemos la conexión con la misma Orden que hemos estado afiliados en vidas pasadas, podemos conducirnos en una vida cualquiera de tal modo que nos es imposible para nosotros recordar esto en nuestros cerebros físicos. Como dije, citaré para beneficio de todos los estudiantes un caso que ilustra mucho este punto:
Cuando fui llevado al Templo de la Orden Rosacruz en Alemania, me sorprendí de ver allí a un hombre a quien yo había conocido en la costa del Pacífico. Esto es, yo lo había visto unas cuantas veces; pero nunca cruzamos palabra. En ese tiempo él parecía estar en un grado por encima del mío en la sociedad con la cual estábamos conectados, y yo nunca le había conocido personalmente. Sin embargo, él me saludó allí calurosamente, y parecía comprender todo lo relacionado con su conexión con la mencionada sociedad, acerca de nuestro encuentro allí, etc., y me propuse a mi retorno a América adquirir mucha información acerca de este hermano, y fui lo bastante afortunado para poder saludarlo allí en el Oeste.
Cuando llegué a la ciudad donde él estaba, me fue dicho de parte de amigos mutuos que él había estado esperándome y estaba ansiosamente tratando de encontrarme. Cuando encontré a este caballero, al momento me dirigí a él y le saludé de mano. El también pareció reconocerme y me llamó por mi nombre. Parecía haber indicación de que él conocía todo lo que sucedió mientras ambos estuvimos fuera del cuerpo, porque él me había dicho en el Templo que él recordaba todo lo que sucedía al estar fuera de su cuerpo. Por supuesto yo le creí esto, porque él tenía un grado mucho más alto que el primero, en el cual yo acababa de ser admitido.
El día de nuestro encuentro físico, después de unos pocos momentos de conversación, yo dije algo que le hizo mirarme extrañado completamente. Yo me había referido a algún incidente de nuestra reunión en el Templo, y él demostró llanamente no saber nada acerca de ello. Sin embargo yo había dicho tanto que me vi forzado a decir más, o de lo contrario parecería muy tonto; así es que le dije que él había confesado recordar todo. Esto lo negó, y al final de la entrevista me suplicó seriamente esforzarme por averiguar por qué era que siendo él un hermano lego de la Orden Rosacruz no podía, sin embargo, recordar lo que tuvo lugar durante su ausencia del cuerpo. El estuvo, como me constaba, en varios servicios del Templo. Tomó parte en ellos, y sin embargo, en su cerebro físico estaba absolutamente ignorante de lo que tuvo lugar. El misterio se resolvió algún tiempo después al saber, por él mismo, fuera del cuerpo, que fumaba cigarrillos y usaba drogas que obnubilaban su cerebro a tal extremo que le había sido imposible recordar ninguna de sus experiencias psíquicas. Cuando yo le dije eso, mientras nos encontrábamos en el cuerpo físico, él hizo un valiente esfuerzo para librarse de este hábito que reconoció tener. Sin embargo, después de algún tiempo de abstinencia, halló que no podía vivir sin los cigarrillos y las drogas, y por lo tanto no ha tenido hasta el día ninguna conciencia de la vida superior. Éste es un caso muy lastimoso, y sin duda hay otros más. Ellos ilustran cuán cuidadosos debemos ser en lo que se refiere a la limpieza de nuestros hábitos, de considerar este cuerpo nuestro como el Templo de Dios, y de refrenarnos de profanarlo, así como nos refrenaríamos de profanar una casa de Dios hecha de piedra y mortero, la cual no es ni en una millonésima parte tan santa como el cuerpo con que hemos sido dotados.

del libro "Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas" 
Tomo Segundo, de Max Heindel

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