viernes, 7 de octubre de 2016

La palabra perdida


PREGUNTA Nº 140:  LA PALABRA PERDIDA
En la literatura oculta hallamos mención del Templo existente en Lhassa, Tibet. ¿De qué Hermandad u Orden es este Templo, y es cierto, como se cuenta, que está custodiado?

Respuesta: Según todos los relatos, y hasta donde sabe el que escribe, por contactos con miembros de esa comunidad en el mundo invisible, el estado espiritual de algunos de los hermanos que comprenden esa Orden es de un grado muy elevado. Ellos están haciendo una noble obra con su pueblo en el Oriente, pero como toda otra institución del mundo físico, que es percibida por los sentidos y abierta a los visitantes, a pesar de las grandes restricciones, no es una Escuela de Misterios. Las Escuelas de Misterios todas son etéricas y son visitadas únicamente por los iniciados que han aprendido a dejar sus cuerpos físicos atrás.
Con respecto a la parte de la pregunta que dice: “Es cierto que allí la Palabra Perdida es conocida y cuidadosamente guardada”, podemos decir que con toda probabilidad lo es. Sin embargo, es también conocida y cuidadosamente guardada en muchas otras partes del mundo fuera de las Escuelas de Misterios, y para hacer más claro todavía este asunto es necesario que comprendamos lo que constituye los diferentes grados del don espiritual y el poder poseído por varias clases de humanidad, y que marcan su estado en la evolución.
Están, en primer lugar, los clarividentes involuntarios, que tienen a veces el poder de percibir las cosas y acontecimientos del mundo invisible. Cuando tienen el poder, ven cualquier cosa que se presente ante su visión, a despecho de si lo quieren ver o no, y son incapaces de evitar esas visiones y escenas. La siguiente clase superior es la del clarividente voluntario, que puede ver cuando quiere y lo que quiere, y tiene también la facultad de interrumpir la visión en cualquier momento que lo desee y volver a su conciencia física normal. Inmediatamente por arriba de él en la escala de la adquisición está el Iniciado, que ha aprendido por medio de un acto de voluntad a abandonar su cuerpo físico y entrar como espíritu libre en el mundo invisible. Allí funciona tan normalmente como lo hace en este reino de la naturaleza. Él ve y oye todo lo que desea, pero más que eso, ha sido iniciado en los misterios del mundo invisible.
Él no sólo ve y oye, sino que sabe qué cosas son y lo que significan.
El clarividente voluntario que es simplemente capaz de ver y de oír está muy sujeto a la ilusión con relación a las cosas que se presentan ante su visión. Los elementales, que tienen el poder de vestirse con la móvil materia de deseos, encuentran un deleite particular en engañar y aun atemorizar a los clarividentes tanto de la clase voluntaria como de la involuntaria. Estos seres pueden animar los cascarones de los amigos difuntos y son responsables de la gran cantidad de disparates y de mentiras dadas en las reuniones espiritistas. Para estas entidades es imposible engañar al Iniciado porque éste ha sido instruido en las Escuelas de Misterios con relación a tales asuntos.
Todavía más alto en la escala de la adquisición espiritual está el Adepto, quien no sólo es capaz de ver y de saber, sino que también tiene poder sobre las cosas del mundo invisible. Es un graduado de una Escuela de Misterios y ha aprendido a usar la Palabra Creadora, la palabra de poder, que fue perdida por la humanidad en su descenso en la materia. Puede haber uno o más de estos Adeptos en el Templo de Lhassa en el Tibet, como también en otros lugares del mundo. Si es así, esta gente naturalmente tiene la palabra de poder y cuidadosamente la guarda, porque es un secreto peligroso, una espada de dos filos, que ciertamente sería suicida en las manos de uno no desarrollado hasta el momento en que se esté espiritualmente preparado para tenerla.

del libro "Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas" 
Tomo Segundo, de Max Heindel


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