PREGUNTA Nº 152: EUTANASIA
Es legitima en su opinión la "eutanasia legalizada", o sea la ejecución legal de las personas ancianas, enfermas o sufrientes que desean la muerte, tal como leí que está estudiándose en cierta ciudad?
Respuesta: Aparentemente, y desde el punto de vista de la gente no versada en las enseñanzas del ocultismo, tal medida pareciera tener considerable razón de ser recomendada. La mayoría de la gente al ver a un animal sufrir dolores intensos, más allá de la esperanza de recobrarse se sentirían inclinadas por los instintos de humanidad a librarle de su angustia, y las preguntas: ¿Por qué no hacer lo mismo con nuestros semejantes, hombres y mujeres? ¿Por qué dejarlos vivir sufriendo torturas tal vez por meses o años cuando sabemos que no tienen oportunidad de recobrar su salud y que buscan y ansían la muerte para dejar de sufrir? Parecen, desde el punto de vista común apelar a su aquiescencia. Sin embargo, cuando tenemos conocimiento de la ley de consecuencia y estamos seguros de que lo que sembramos eso cosechamos, si no en esta vida, en alguna futura existencia, el asunto aparece con otro aspecto diferente.
No podemos escapar a nuestras justas deudas. El sufrimiento que nos viene es necesario para enseñarnos una lección o para mejorar nuestro carácter. La única manera de acortar tal sufrimiento es por medio de un esfuerzo por comprender por qué estamos en la condición que nos produce dolor. Si es cáncer del estómago, entonces ¿cómo habremos abusado de este órgano? Por una super indulgencia en el comer de una naturaleza no adaptada a nuestro organismo. ¿Es el corazón? Cuántas veces hemos perdido la cabeza y rabiado como locos,
poniendo en tremenda tensión esta parte del cuerpo. ¿O están otros órganos del cuerpo débiles? Podemos estar seguros de que en alguna forma, ya sea en esta vida o en otra anterior, hemos abusado de nuestro cuerpo de modo tal que produjimos estas enfermedades. De otro modo no estaríamos sufriendo ahora, y cuanto antes tomemos en serio la lección y comencemos a vivir una vida mejor, en armonía con las leyes de la naturaleza que hemos quebrantado, más pronto cesará nuestro sufrimiento.
Siempre está en nuestras manos alterar esas condiciones, aunque por supuesto no podemos remediar en un día lo que hemos tardado años o vidas en quebrantar, pero ciertamente no hay otra forma de que pueda ser efectuada una cura permanente. Aun si ahora, por decreto de una ley tal como la que se está considerando, el sufrimiento es acortado, podemos estar seguros de que cuando la persona así librada de su cuerpo haya renacido, su nuevo vehículo tendrá la tendencia a desarrollar la misma enfermedad de la que escapó de tan ilegítima manera.
Además, como ha sido ampliamente explicado en el Concepto Rosacruz del Cosmos, a este cuerpo físico nuestro se le da forma en un molde invisible llamado el arquetipo, y nuestro cuerpo físico permanece vivo tanto tiempo como persista el arquetipo. Cuando la muerte ocurre por causas naturales, o aun en los así llamados accidentes (los cuales no son usualmente accidentes del todo sino acontecimientos originados para dar término a una vida de acuerdo con el designio de los guardianes invisibles de los asuntos humanos), el arquetipo se rompe y el Espíritu se escapa.
El caso de un suicida, sin embargo, es diferente. En este caso el arquetipo persiste después de la muerte por un cierto numero de años, hasta el momento en que de acuerdo con los acontecimientos naturales debió ocurrir la muerte, y siendo incapaz de atraer a sí mismo los átomos físicos, imparte al suicida durante esos años de su existencia post-mortem una aguda sensación de dolor, algo parecido a una hambre dolorosa, o a un dolor de muelas sordo pero excesivamente sensible. Si el plan que usted menciona se convierte en una ley y a la gente se le permite emplear los servicios de otros para cometer suicidio (porque eso es lo que realmente significa), no hay duda de que sufrirán en su existencia post-mortem de la misma manera que el suicida que prescribió su propio veneno, o se cortó su propio cuello. Es un plan muy peligroso en otros aspectos, también, y confiamos en que tal práctica no será permitida por la ley.
del libro "Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas"
Tomo Segundo, de Max Heindel
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