sábado, 4 de marzo de 2017

¿Qué está pasando en el mundo?


¿QUE ESTA PASANDO EN EL MUNDO?

Se trata en verdad de una pregunta que se formula mucha gente en todo el mundo, por la gran variedad de acontecimientos que vivimos, tan lamentables por cierto la gran mayoría de ellos y que aparentemente no tienen explicación.

Pero nosotros sabemos, según lo que nos informan las enseñanzas Rosacruces, de que todo está ordenado en el Universo para un común propósito y que el hombre, siendo una Chispa Divina, está llamado a cumplir un rol preponderante, dentro de ese maravilloso Plan Divino, que fue creado para toda la humanidad por los Grandes Seres que guían nuestra evolución.

Entonces ¿cuál es la razón de que haya tanta discordia y crueldad en este plano terrestre, una de las razones es que cada ser humano está compuesto o armado de varios vehículos, aparte del cuerpo físico que podemos apreciar con nuestra vista, tiene un cuerpo vital que lo interpenetra y le suministra vida, un cuerpo de deseos que lo incentiva a la acción de cada día, además de los sentimientos, deseos y pasiones, por último, una mente que es el eslabón que le permite conectar a su Espíritu interno o Ego, con los vehículos mencionados.

Y allí surge el problema, ya que esos vehículos son muy difíciles de manejar, de modo especial el cuerpo de deseos por estar íntimamente unido a la mente inferior, que es lo que forma la personalidad o yo inferior, que es esencialmente egoísta, constituyendo la causa o raíz de la mayoría de los males del mundo.

Y eso en verdad es así, ya que el egoísmo extremo lleva inevitablemente a la avaricia o sea la ambición desmedida de poder y de posesiones de bienes materiales, no importando la manera de conseguirlos, motivo por el que vemos tanta corrupción en todas las esferas de la vida.

Luego, no son corruptos solo los gobernantes que se enriquecen utilizando en su beneficio los bienes públicos, sino también, por ejemplo, los médicos que se niegan a atender a un enfermo porque no puede pagarle la consulta, olvidando que son canales de Curación de la Fuerza Curativa que viene de nuestro Padre Celestial, que es el Gran Médico, los comerciantes que venden a sabiendas, artículos de mala calidad y en lugar de dar a un cliente un artículo que debiera pesar un kilogramo, solo tiene 900, el empresario que explota impunemente a los obreros de su fábrica, pagándoles un salario de miseria, el sindicalista que se perpetúa en el poder y se enriquece utilizando para su propio bien la obra que administra, el ciudadano común que maneja su auto y no respeta las normas de transito en la ciudad y rutas, con grave riesgo para la vida de sus semejantes.

O sea que no es tan simple el problema, que como lo podemos apreciar, según todo lo expuesto, abarca o comprende a la mayoría de la sociedad en que vivimos, que no toma conciencia o ignora que cada uno de nosotros formamos parte de la oleada de Vida Humana, que estamos en esta maravillosa escuela de experiencias que es la vida que todos vivimos y estando sujetos a Leyes Superiores, como las de Causa y Efecto y de Consecuencia, que determinan que siempre, inevitablemente recogemos lo que sembramos, si no es ahora seguramente que será en una vida futura, según la Ley del Renacimiento.

Tal vez sea por eso que las Jerarquías Espirituales que siempre están cerca nuestro se muestran tan admirados de los seres humanos y manifiestan: “Que valiente que es el hombre que se anima a ocupar un cuerpo físico, sabiendo lo difícil que es manejarlo”.-

Raúl

Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte

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Del deseo de la vida eterna, y cuantos bienes están prometidos a los que pelean



CAPÍTULO 49: DEL DESEO DE LA VIDA ETERNA, Y CUÁNTOS BIENES
ESTÁN PROMETIDOS A LOS QUE PELEAN.

Jesucristo:

1. Hijo, cuando sientes en ti algún deseo de la eterna bienaventuranza, y deseas salir de la cárcel del cuerpo, para poder contemplar mi claridad sin sombra de mudanzas, dilata tu corazón y recibe con todo amor esta santa inspiración. Da muchas gracias a la soberana bondad que así se digna favorecerte, visitarte con clemencia, moverte con eficacia, sostenerte con vigor, para que no te deslices por tu propio peso a las cosas terrenas. Porque esto no lo recibes por tu diligencia o fuerzas, sino por sólo el querer de la gracia soberana y del agrado divino, para que aproveches en virtudes y en mayor humildad, y te prepares para los combates que te han de venir, y trabajes por llegarte a Mí de todo corazón, y servirme con ardiente voluntad.

2. Hijo, muchas veces arde el fuego, pero no sube la llama sin humo. Así los deseos de algunos se encienden a las cosas celestiales; mas aún no están libres del amor carnal. Y por eso no obran sólo por la honra de Dios puramente, aun en lo que con tan gran deseo me piden. Tal suele ser algunas veces tu deseo, el cual mostraste con tanta importunidad. Pues no es puro ni perfecto lo que va inficionado de propio interés.

3. Pide, no lo que es para ti deleitable y provechoso, sino lo que es para Mí aceptable y honroso; por que, si rectamente juzgas, debes seguir y anteponer mi voluntad a tu deseo y a cualquiera cosa deseada. Conozco tu deseo, y he oído tus continuos gemido. Ya quisieras estar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios; ya te deleita la casa eterna, y la patria celestial te llena de gozo; pero aún no es venida esa hora, aún resta otro tiempo, tiempo de guerra, tiempo de trabajo y de prueba. Deseas gozar del sumo bien; mas no lo puedes alcanzar ahora. Yo soy: espérame, dice el Señor, hasta que venga el reino de Dios.

4. Has de ser probado aún en la tierra, y ejercitado en muchas cosas. Algunas veces serás consolado, pero no te será dada satisfacción cumplida. Esfuérzate, pues, y  aliéntate así a hacer como a padecer cosas repugnantes a la naturaleza. Conviene que te vistas de un hombre nuevo, y te vuelvas un varón constante. Es preciso hacer muchas veces lo que no quieres, y dejar lo que quieres. Lo que agrada a otros, progresará; lo que a ti te contenta, no se hará. Lo que dicen otros, será oído; lo que dices tú, será reputado por nada. Pedirán otros, y recibirán; tú pedirás, y no alcanzarás.

5. Otros serán grandes en boca d los hombres; de ti no se hará cuenta. A otros se encargará este o aquel negocio; tú serás tenido por inútil. Por esto se contristará alguna vez la naturaleza; y no harás poco si lo sufrieres callando. En estas y otras cosas semejantes es probado el siervo fiel del Señor, para ver cómo sabe negarse y mortificarse en todo. Apenas se hallará cosa en que más necesites morir a ti mismo, que en ver y sufrir cosas repugnantes a tu voluntad, principalmente cuando parece conforme y menos útil lo que te mandan hacer. Y porque tú, siendo inferior, no osas resistir a la voluntad de tu superior, por eso te parece cosa dura andar pendiente de la voluntad de otro y dejar tu propio parecer.

6. Mas considera, hijo, el fin cercano de estos trabajos, el fruto de ellos y su grandísimo premio; y no te serán pesados, sino un gran consuelo de tu paciencia.
Pues por esta poca voluntad que ahora dejas de grado, poseerás para siempre tu voluntad en el cielo. Allí, pues, hallarás todo lo que quisieres, y cuanto pudieres desear. Allí tendrás en tu poder todo el bien, sin miedo de perderlo. Allí, tu voluntad, unida con la mía para siempre, no apetecerá cosa alguna contraria o propicia. Allí ninguno te resistirá, ninguno se quejará de ti, nadie te embarazará, nada se te opondrá; sino que todas las cosas que deseares las disfrutarás juntas, y llenarán y colmarán tus deseos. Allí te daré honor por la afrenta padecida, vestidura de gloria por la aflicción, y por el ínfimo lugar la silla del reino eterno. Allí se verá el fruto de la obediencia, aparecerá muy alegre el trabajo de la penitencia, y la humilde sumisión será gloriosamente coronada.

7. Inclínate, pues, humildemente bajo la mano de todos, y no cuides de mirar quién lo dijo, o quién lo mandó. Sino procura con gran cuidado que, ya sea superior, inferior, o igual, el que algo te exigiere o insinuare, todo lo tengas por bueno, y cuides de cumplirlo con sincera voluntad. Busque cada uno lo que quisiere; gloríese este en esto, y aquel en lo otro, y sea alabado mil millares de veces; mas tú no te alegre ni en esto ni en aquello, sino en el desprecio de ti mismo, y en sola mí voluntad y honra.
Una cosa debes desear, y es que, en vida o en muerte, sea Dios siempre glorificado en ti.

del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis


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Espíritus apegados a la Tierra - Parte II


ESPÍRITUS APEGADOS
A LA TIERRA

Parte II

Cuando un hombre pasa más allá de la vida física durante una pelea o con un sentimiento de ira y venganza en su corazón, continuará durante algún tiempo persiguiendo y rodeando a aquél hacia el cual guarda rencor. Algunas veces muy frecuentemente tal desencarnado espíritu influencia a alguna alma negativa que esté en el cuerpo físico, quien entonces lleva a efecto su venganza y comete el crimen que desea aquella otra alma desencarnada.

En los años que vienen, cuando la humanidad tendrá mayores luces, y los jueces, abogados y los hombres de curia tengan más fe y más conocimiento de la vida después de la muerte, no condenarán al criminal, sino que entonces conocerán que el asesino que se ajusticia sin darle tiempo para que haga su retrospección, se le lanza sin la debida preparación al Mundo del Deseo y puede ser allí una amenaza mayor para la sociedad que cuando estaba en el cuerpo físico, porque entonces se le puede comparar a una fiera escapada de la jaula. Tendrá entonces más libertad para llevar a cabo su crimen, aunque
invisible para aquellos que “tienen ojos para ver, pero que no ven”. Si las autoridades, en vez de abrir la jaula y libertar al animal, se esfuerzan en domesticarle (si se le pusiera donde pudiera ser enseñado a vivir una vida mejor), entonces evitarían que otros cometieran crímenes por influencia de aquellos que odian a las víctimas, aquellos espíritus invisibles por su desencarnación, y que están arrastrándose a ras de tierra y todavía llenos de deseos. La pena capital, en vez de actuar como un impedimento, realmente fortalece y estimula el crimen.

La humanidad actualmente está horrorizada con la oleada de crímenes que está barriendo toda la Tierra. No hay nación que se vea libre de ella, y especialmente lo vemos en las grandes ciudades. Las autoridades están tomando las mayores precauciones para proteger a los ciudadanos, pero sin resultado favorable. Nunca se han cometido tantos crímenes y con tanto horror; no solamente por avaricia, sino también las mujeres son raptadas; muchachas jóvenes hay que desaparecen de las que no se vuelve a saber una palabra y el mundo está desorientado acerca del modo de evitar tales cosas. 

A menudo oímos que se hace esta pregunta: “¿Cuál es la causa de esta degeneración?” El ocultista puede darnos la razón de ello. Él ve el estado en que se halla el Mundo del Deseo, y sabe, por lo tanto, que la baja división de esta región está llena de espíritus aferrados a la Tierra que se agitan y se mantienen cerca del plano físico; hombres que perdieron sus vidas durante la guerra mientras se hallaban poseídos de odio y de deseos de venganza. Algunos de ellos fueron muertos en el acto de cometer sus rapiñas en la nación enemiga o destrozando tales hogares; otros murieron dominados por el deseo, a menudo en el acto de robar y de violar las mujeres que encontraban en el campo enemigo. Estas viles criaturas estaban llenas de odio y lujuria, cuando de repente fueron lanzadas dentro de esta nueva forma de vida. Todas esas almas todavía se aferran a sus deseos groseros y buscan el modo de satisfacerlos.
En este Mundo del Deseo hay también muchos espíritus puros que comprenden tales estados, quienes permanecen en tan bajas regiones con el expreso propósito de trabajar sobre los débiles, enseñándoles y tratando de conducirles a más puras esferas.
Pero al igual que esas personas caritativas que actúan en los barrios bajos de las grandes ciudades del mundo material, para aliviar la dolencia de los necesitados, estos auxiliares invisibles pueden alcanzar solamente a un número limitado. También hay muchas almas
nobles y puras que aun están en su cuerpo físico, las cuales están actuando amorosamente también, ayudando a aquellos auxiliares invisibles durante los momentos que están fuera del cuerpo cuando están durmiendo. Este es el campo del trabajo en el cual los Probacionistas de la Fraternidad Rosacruz están muy activos. Ellos también están haciendo un trabajo de caridad y de dignificación en la región purgatorial. Ellos no malgastan el tiempo quemando el aceite de medianoche para su propia distracción en la lectura de literatura frívola, sino que se retiran temprano; tampoco pierden el tiempo del sueño en sueños inútiles, sino que están activamente ocupados en la ayuda de aquellos que están necesitados.

Si un espíritu vil de estos desencarnados fuera capaz de satisfacer su lujuria influyendo a alguna débil alma o con ayuda de un médium por medio del cual pueda alimentar su naturaleza inferior, deberá necesitar un período más largo para dominar sus deseos y permanecerá pegado a la Tierra hasta que este completamente purgado. Si un hombre muere antes de que haya dominado su vil naturaleza, vive durante algún tiempo entre los de su calidad con objeto de satisfacer su gusto por el licor, tabaco o sangre, y aun el sensual puede obtener algún placer influyendo a otros a que ejecuten actos sensuales, de modo que él pueda alcanzar una satisfacción por vía de vicario.
Así como un espíritu descarta su cuerpo terrestre cuando ocurre lo que llamamos muerte, así también descarta su cascarón o vaina más próxima en sutileza, el cuerpo de deseos, una vez que ha completado la experiencia debida a su estado en el Mundo de Deseos. Entonces el ego pasa al Segundo Cielo.

El cascarón abandonado del cuerpo de deseos del asesino o sensualista necesita mucho más tiempo para desintegrarse que el del alma avanzada. La vaina, o cubierta del cuerpo de deseos desechada, dentro de la cual este espíritu ha construido una conciencia separada, es atraída hacia aquellos con los cuales ha mantenido relaciones o atado lazos
hacia aquellos con quienes estuvo asociado durante su vida en el cuerpo físico. Tales vainas o cascarones pueden ser usados por elementales quienes girarán en torno de un médium proclamando que son un Lincoln, Gladstone, o alguna otra persona notable que sin duda alguna ha pasado al Segundo Cielo muchos años ha.

Para dar una idea de las chanzas que estos elementales emplean con los médiums incautos diremos sólo una cosa. Como todos nosotros sabemos, Max Heindel, durante su vida en el cuerpo físico, aconsejó a sus lectores contra la negativa clarividencia de esta clase, señalando sus peligros, pero desde que pasó al más allá, hay médiums que han dicho haber recibido mensajes de él en muchas ocasiones. Sin duda alguna se han recibido mensajes, cuyos mensajeros proclamaron que eran Max Heindel, pero sin duda alguna son, con mayor seguridad, entidades ínfimas y no un puro espíritu como el suyo que tan terminantemente se opuso a la mediumnidad.

Antes de dejar este asunto de los elementales, debemos mencionar otra clase de entidades que toman posesión de un cuerpo físico cuando se presenta una oportunidad.
Ellos encuentran víctimas entre estudiantes de ocultismo inexpertos, cuando están haciendo prácticas de abandonar su cuerpo. Mientras que se hallan fuera de él y quizás a
alguna distancia, si un ser espiritual no tiene vigilancia sobre su cuerpo, esos viles y depravados seres pueden tomar posesión de dicho cuerpo. Nuestros manicomios están llenos de estos pobres y desgraciados que no pueden controlar su cuerpo físico por estar
sujeto a una posesión de esta naturaleza.

Durante estos últimos años se han citado muchos casos en los periódicos relatando de personas que se han ausentado de sus casas y después de meses, y en algunos casos años, se las ha encontrado llevando un nombre supuesto en naciones extrañas, viviendo de este modo una vida doble. Han olvidado completamente, por el momento, todo lo referido a su vida anterior al actual estado. Otro caso de obsesión es el de un espíritu apegado a la Tierra que se ha propuesto volver a la vida física, aprovechando la primera oportunidad que encuentra para entra dentro del cuerpo de otro hombre, forzando a éste fuera de su vehículo físico. Muchos casos de esta clase de obsesión se hallan entre los que llamamos locos.

En casos de esta clase, el ego, el real propietario, sigue a su cuerpo y permanece junto a él, si bien invisible, por supuesto, al ojo físico, aguardando que se presente la primera ocasión para volver a ganar el cuerpo que se le ha robado. Cuando lo consigue, inmediatamente recuerda su perdida personalidad, pero el intervalo del tiempo existente
entre el momento que dejó su vehículo y la vuelta a él está en blanco. No tiene memoria
de tal período.

Puede que se le ocurra al lector preguntar: ¿Qué es lo que podemos hacer nosotros para guardarnos contra la obsesión? Simplemente mantener una actitud mental positiva, pues el tener miedo a una cosa es atraerla. Uno no debe sentarse para desarrollo de facultades espirituales en círculos negativos, ni tentar tampoco ejercitarnos con tal fin empleando ejercicios de respiración indios, ni cristales o espejos.

Los pasatiempos más peligrosos y sutiles de todos esos que atraen estas entidades invisibles son los del tablero “ouija”, la plancheta y los de la escritura automática, cuando aquellos que se sientan esperando recibir mensajes son ignorantes de las condiciones del Mundo del Deseo. La médium tiene al menos algún conocimiento de sus visitantes desencarnados, aun cuando no pueda suponer la perversa naturaleza de aquellos que se comunican con ella y los crean ángeles buenos y amorosos, a quienes voluntariamente entrega su cuerpo para los trabajos mediumnímicos. Pero la frívola, sensitiva y emocional sociedad que se divierte con estas sesiones a las que considera como pasatiempos sin importancia y a las que invita a sus amigos, está en entera ignorancia de los peligros que las rodean. Estas personas enseguida atraen a tales indeseables entidades, pues ellas mismas han abierto las puertas invitándolas a entrar en su morada como sus huéspedes.

Los suicidas, esas pobres almas que como consecuencia de sus descorazonamientos, destruyen sus cuerpos físicos, son de los más miserables y desgraciados de todos los espíritus adheridos a la Tierra. Ellos han destruido el templo que era la morada de nuestro Dios vivo.

El hombre durante su vida terrenal se halla preparando el material con el cual construir la matriz del arquetipo del cuerpo que habrá de usar en su próxima vida.
Órgano tras órgano se fortalece o debilita por sus actos en la vida presente. ¡Poco piensa
el hombre del día en que sus excesos o abusos se reflejarán en el porvenir, y que él traerá consigo en vidas futuras un cuerpo debilitado como resultado de ello, ni tampoco en que una vida casta y simple le proporcionará un cuerpo saludable! “Así como sea lo que el hombre siembre, así será la cosecha que recogerá.”

Después de que el ego ha asimilado todas las experiencias ganadas en su vida pasada, se halla otra vez dispuesto para descender a la materia. Entonces construye el arquetipo con el material que ha reunido, justamente como se prepara la imagen mental del edificio en el cerebro del arquitecto antes de que empiece a levantarse la casa. Así también edifica el ego su nuevo templo, formando su arquetipo creador en el Segundo Cielo, o sea la Región del Pensamiento Concreto, con la ayuda de las Jerarquías Creadoras. La extensión de su vida queda determinada por la fuerza que el ego ponga en este arquetipo. Empieza a vibrar aun antes de que se sumerja en el cuerpo físico, e instila en él una fuerza vital que durará durante un número determinado de años.

Como hemos dicho antes, la extensión de la vida que tendrá en el cuerpo físico ha sido preestablecida y pre-arreglada por el ego con la ayuda de las Jerarquías Creadoras antes del nacimiento, pero el ego puede, por una vida pura y simple, prolongarla, o por una vida sensual y por desdeñar las oportunidades favorables, acortar este lapso de tiempo. Una muerte ocurrida a la expiración del tiempo de vida acordado únicamente es lo que puede detener la moción vibratoria y entonada del arquetipo construido para tal ego. El suicida, sin embargo, ha interferido con el curso de la naturaleza. Éste, por su falta de voluntad para aprender las lecciones de la vida, trata de evadirlas y destruye su vehículo, pero entonces se da cuenta de que se halla mucho más despierto y sensible después de entrar en el estado “post mortem” y ve que no puede detener la vibración del arquetipo. Este arquetipo debe vivir todo el período de tiempo dispuesto y su expresión natural, la salida de la energía infundida en él, como ha sido destruida, aunque continúa reuniendo material a su alrededor, el ego no puede ahora asimilarlo o usarlo, porque le falta el cuerpo físico. De este modo la existencia del ego en aquella baja región del Mundo del Deseo es muy incómoda. Él quiso escapar del dolor, pero éste está mucho más intenso y cercano a él y lo debe soportar hasta que pase el tiempo de la muerte natural del cuerpo físico. Entonces el arquetipo se desintegra y el espíritu queda libre para pasar al Primer Cielo.

Así, pues, podemos ver que la muerte no transforma al hombre; un pecador no se convierte en un santo por el mero hecho de expulsar de sí el manto externo. Aquello que el hombre ha sembrado en su vida, debe cosecharlo algún día, en algún punto, pero se le da la oportunidad de arrepentirse y de purgarse a sí mismo de sus pecados mientras permanece en la parte inferior del Mundo del Deseo. O bien puede desear permanecer en tal región después de la muerte haciendo presa y ofendiendo a los demás, o aun afanándose por las costumbres malas que le dominaron en su vida física; o bien puede privar a alguna otra pobre y negativa alma de su cuerpo físico por obsesión, con objeto de continuar su vida de pecado y para satisfacer sus bajos deseos. “Los molinos de Dios muelen muy lentamente, pero lo hacen excesivamente menudo”. En algún momento debe pagar las ofensas cometidas algún día; por medio del dolor y del sufrimiento debe purgarse de todos los pecados para después encontrarse frente a frente con su Hacedor en su cuerpo puro y espiritualizado.

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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viernes, 3 de marzo de 2017

Del día de la eternidad y de las angustias de esta vida


CAPÍTULO 48: DEL DÍA DE LA ETERNIDAD Y DE LAS ANGUSTIAS DE
ESTA VIDA.

El Alma:

1. ¡Oh bienaventurada mansión de la ciudad soberana! ¡Oh día clarísimo de la eternidad, que no obscurece la noche, sino que siempre le alumbra la pura verdad, día siempre alegre, siempre seguro, y siempre sin mudanza! ¡Oh, si ya amaneciese este día, y desapareciesen todas estas cosas temporales! Alumbra por cierto a los Santos con una perpetua claridad, mas no así a los que están en esta peregrinación sino de lejos, y como en figura.

2. Los ciudadanos del cielo saben cuan alegre sea aquel día; los desterrados hijos de Eva gimen de ver que éste sea tan amargo y lleno de tedio. Los días de este mundo son pocos y malos, llenos de dolores y angustias, donde el hombre se ve manchado con muchos pecados; enredado en muchas pasiones, angustiado de muchos temores, ocupado con muchos cuidados, distraído con muchas curiosidades, complicado en muchas vanidades, envuelto en muchos errores, quebrantado con muchos trabajos; las tentaciones lo acosan, los placeres lo afeminan, la pobreza le atormenta.

3. ¡Oh, cuándo se acabarán todos estos males! ¡Cuándo me veré libre de la servidumbre de los vicios! ¡Cuándo me acordaré, Señor, de Ti solo! ¡Cuándo me alegraré cumplidamente en Ti! ¡Cuándo estaré sin ningún impedimento en verdadera libertad, y sin ninguna molestia de alma y cuerpo! ¡Cuándo tendré firme paz, paz imperturbable y segura; paz por dentro y por fuera; paz del todo permanente! ¡Oh buen Jesús! ¡Cuándo estaré para verte! ¡Cuándo contemplaré la gloria de tu reino!
¡Cuándo me serás todo en todas las cosas! ¡Cuándo estaré contigo en tu reino, el cual preparaste desde la eternidad para tus escogidos! Me han dejado acá, pobre y desterrado en tierra de enemigos, donde hay continuas peleas y grandes calamidades.

4. Consuela mi destierro, mitiga mi dolor, porque a Ti suspira todo mi deseo. Todo el placer del mundo es para mí pesada carga. Deseo gozarte íntimamente; mas no puedo conseguirlo. Deseo estar unido con las cosas celestiales; pero me abaten las temporales y las pasiones no mortificadas. Con el espíritu quiero elevarme sobre todas las cosas; pero la carne me violenta a estar debajo de ellas. Así yo, hombre infeliz, peleo conmigo, y me soy enfadoso a mí mismo, viendo que el espíritu busca lo de arriba, y la carne lo de abajo.

5. ¡Oh Señor, cuanto padezco cuando revuelvo en mi pensamiento las cosas celestiales, y luego se me ofrece un tropel de cosas del mundo! Dios mío, no te alejes de mí, ni te desvíes con ira de tu siervo. Resplandezca un rayo de tu claridad, y destruya estas tinieblas; envía tus saetas, y contúrbense todas las asechanzas del enemigo. Recoge todos mis sentidos en Ti; hazme olvidar todas las cosas mundanas, otórgame desechar y apartar de mí aun las sombras de los vicios. Socórreme, Verdad eterna, para que no me mueva vanidad alguna. Ven, suavidad celestial, y huya de tu presencia toda torpeza.

6. Perdóname también y mírame con misericordia todas cuantas veces pienso en la oración alguna cosa fuera de Ti. Pues confieso ingenuamente que acostumbro a estar muy distraído. De modo que muchas veces no estoy allí donde se halla mi cuerpo en pie o sentado, sino más bien allá donde me lleva mi pensamiento. Allí estoy donde está mi pensamiento; allí está mi pensamiento a menudo donde está lo que amo. Al punto me ocurre lo que naturalmente deleita o agrada por la costumbre.

7. Por lo cual, Tú, Verdad eterna, dijiste: Donde está tu tesoro, allí está tu corazón. Si amo al cielo, con gusto pienso en las cosas celestiales. Si amo el mundo, alégrome con sus prosperidades, y me entristezco con sus adversidades. Si amo la carne, muchas veces pienso en las cosas carnales. Si amo el espíritu, recréome en pensar cosas espirituales. Porque de todas las cosas que amo, hablo y oigo con gusto, y lleno conmigo a mi casa las ideas de ellas. Pero bienaventurado aquel por tu amor da repudio a todo lo criado; que hace fuerza a su natural, y crucifica los apetitos carnales con el fervor del espíritu, para que, serena su conciencia, te ofrezca oración pura, y sea digno de estar entre los coros angélicos, desechadas dentro y fuera de sí todas las cosas terrenas.

del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis


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Espíritus apegados a la Tierra - Parte I



ESPÍRITUS APEGADOS
A LA TIERRA

PARTE I

Existe actualmente un deseo extraordinario en la humanidad de saber algo acerca de la vida en los planos invisibles. Hay muchos incrédulos todavía y aun escépticos que se burlan de la idea de otra existencia después de haber abandonado sus cuerpos físicos, pero se manifiesta un rápido deseo, siempre creciente, de comprender y de tener contacto con tales planos entre muchos de esos materialistas.

Nosotros no podemos dudar que las influencias planetarias son responsable por este general cambio de opinión en el mundo. Mientras que Urano cruzó su propio signo, Acuario, hizo su aparición. El hombre ha avanzado y ha arrastrado con él a la mente del público. A menudo oímos la expresión “está en el aire”, y el escéptico más exagerado está propenso a ser convencido.

Acuario es un signo fijo, donde Saturno está en su hogar, indicando que tal persona es de carácter algo pesimista, que no puede ser arrastrado por sus emociones, y que razona antes de aceptar una cosa. Urano ha entrado ahora en el signo Piscis, que corresponde a la mística Casa 12ª y de influencia de Neptuno, el cual representa lo oculto, el lado velado de las cosas, y podemos esperar que haya muchos conversos a la doctrina de la vida en los mundos invisibles. Muchos habrá también que desarrollarán ese sexto sentido tan traído y llevado.

Durante los siete años que separan a 1920 y 1928, en que la doble influencia de Urano y Neptuno influirán especialmente a la humanidad, cambiarán las religiones en todo el mundo y el hombre, en general, no tendrá duda alguna de la existencia de la vida más allá de la tumba. Ya no temerá a lo sobrenatural, porque él sabrá, y será capaz de comprobar por sí mismo la realidad de tal vida que al presente sólo es conocida por unos pocos.

Se nos ha enseñado en el Concepto Rosacruz del Cosmos que el hombre es un triple espíritu, y que funciona en un cuerpo triple, de cuyos cuerpos solamente uno puede ser visto con el ojo físico. Pablo dice en el Capítulo 15 de la primera Epístola a los Corintios, en el versículo 40: “Hay cuerpos celestiales y cuerpos terrenales”, y en el versículo 44: “Hay un cuerpo natural y un cuerpo espiritual.”

Las enseñanzas Rosacruces reconocen ambos cuerpos de los indicados por Pablo; el cuerpo natural y el cuerpo espiritual, pero también afirman, además, que estos dos cuerpos están interpenetrados por un vehículo invisible llamado “cuerpo vital”, el cual mantiene saludable al cuerpo denso, que lo construye y lo restaura durante el sueño, cuando el hombre, con sus deseos y emociones durante el día, lo ha desequilibrado y deprimido. Asimismo, el cuerpo triple del hombre corresponde a los diversos mundos invisibles que le rodean y que consiste de los mismos grados de sustancia. Los mundos físico, etérico y de deseos, los diversos planos de existencia, son de diferentes grados de densidad y se interpenetran los unos a los otros. Por ejemplo, en el Mundo de Deseos, la densidad de la materia de deseos ocasiona el que actúe análogamente al humo, cuya parte más pesada se cierne sobre la Tierra, mientras que lo más puro y ligero se eleva hacia el aire.

Durante la vida del hombre en el mundo físico, sus pensamientos, deseos y emociones construyen constantemente sus cuerpos invisibles. Si sus deseos le arrastran hacia una vida sensual, si emplea el tiempo en placeres inútiles y para su propia satisfacción o si no tiene aspiración más elevada que la de acumular riquezas, entonces su cuerpo de deseos puede ser comparado al humo negro y pesado. En este caso, después de pasar al más allá de la tumba, gravitará hacia esa región llamada región del purgatorio, la que está más cercana al plano denso físico. En ella deberá purgarse de todos sus impuros deseos; debe purificar su cuerpo de deseos antes de que pueda ascender a esa otra región más elevada que llamamos Primer Cielo.

Si tomáramos una persona refinada y sensitiva que haya vivido una vida pura y limpia y la lleváramos a los bajos fondos de una gran ciudad y la obligáramos a vivir en aquel ambiente, sufriría, caería enferma y a la menor oportunidad a su alcance escaparía de allí para volver adonde viven los de su clase. Igualmente, si tomamos un hombre degradado y bajo, uno que haya vivido siempre entre gente deshonesta y depravada y lo pusiéramos en un palacio entre personas cultas, se sentiría muy a disgusto y también en la primera oportunidad se deslizaría hacia los bajos fondos acostumbrados.

En el mundo de deseos existen condiciones semejantes. El hombre que ha vivido una vida limpia y espiritual después de pasar allí al morir permanece sólo un poco de tiempo en tan baja parte del Mundo de Deseos. Tan pronto como se libera del cuerpo físico, rápidamente asciende a la parte más sutil del Mundo de Deseos. Pero la persona que no ha conocido nunca lo que significa una vida pura; que no ha tenido el menor pensamiento de que haya vida más allá de la tumba, es como el humo pesado y negro; esta persona se cierne cercana al plano físico. Prefiere el permanecer en contacto con sus viejas cosas, especialmente si tiene algún rencor contra alguno de la Tierra y desea vengarse, en tal caso permanecerá adherido a la Tierra hasta que haya satisfecho su venganza sobre su semejante. Una persona así se mantendrá donde se celebran sesiones espiritistas del lugar donde vive su enemigo, hasta que haya logrado influir a alguna persona débil o de carácter negativo para que lleve a cabo su plan de venganza.

¡Cuán a menudo leemos que un criminal o ladrón dice en sus confesiones ante el tribunal que llegó a él de repente una sensación semejante y que no pudo contenerse de realizar el crimen! Alguna fuerza obró para obligarle a cometerlo. El pobre borracho es empleado también por espíritus desencarnados y a menudo obligado a beber, pues de este modo el degenerado que se halla en el Mundo de Deseos percibe alguna satisfacción en su vicio de la bebida.

Hace algún tiempo que la autora de este trabajo vio la película que lleva el mismo título de esta obra, y que está tomada de la obra de Basil King. Estos rollos cinematográficos están exhibiéndose por todo el país y hay muchos que están tomando interés en la vida después de la muerte por medio de esta película. Un espíritu apegado a la Tierra se ve en ella dibujado maravillosamente y se ve cómo influye a sus amigos y parientes después de que un amigo celoso, porque su esposa estaba por escaparse con él, le disparara un tiro. Inmediatamente después del disparo y su muerte y antes que su familia tuviera conocimiento de la tragedia, una hijita suya y un perro estando jugando vieron el fantasma de su cuerpo pasar por la habitación. La niña corrió a su madre y le dijo: “Papá estaba aquí ahora mismo, pero parecía algo diferente.” La madre acusó a la niña de embustera. ¡Desgraciadamente éste es a menudo el caso con los padres! Ellos suponen que sus hijos sufren de alucinaciones y son embusteros, siempre que los niños son precisamente clarividentes y pueden ver lo que sus padres no.

Hace algunos años pasó al mundo celestial una señora anciana conocida de la autora de mucho tiempo atrás. Había alcanzado una edad avanzada y su vida había sido pura y desinteresada, y debido a que tenía un cuerpo muy débil había tenido que estar muchos años sentada y sumida en silenciosa meditación. Cuando murió podía comparársela a una fruta muy madura que el árbol ya no puede sostener; por lo tanto, la rotura del cordón plateado, que ordinariamente se completa en cosa de tres días y medio, en su caso se produjo en menos de tres horas.

Durante su última enfermedad, y en su delirio, ella pidió un bastón, el cual había pertenecido a su esposo, quien había pasado al más allá hacía veinte años, y esta señora
se había acostumbrado a usar este bastón algunos años. Ella murió teniéndolo sujeto en sus manos y sus familiares no tuvieron valor para separar de ella aquel objeto que tanto había amado durante los últimos años de su vida, de modo que el bastón fue quemado con el cadáver. Poco tiempo después de su defunción vino a hacerle una visita a la autora de este trabajo. ¡Oh, el verla era, sin duda alguna, ver una cosa maravillosa! Su cuerpo de deseos consistía de sólo los brazos, las manos y la cabeza, sosteniendo en sus manos el bastón que parecía tan natural como lo hubiera aparentado un bastón de madera, aprisionado fuertemente entre ellas. Ella parecía una purísima pluma blanca que tendía a volar hacia el aire, pero que se veía arrastrada hacia abajo como atada a una piedra. Era tan etérea, que si no hubiera sido por aquel bastón, que sostenía tan tercamente con ambas manos y que hacía el efecto de un gran peso que la detenía, hubiera pasado por la región purgatorial del Mundo de Deseos en muy pocos días.

Cuando se le dijo que se desprendiese del bastón ella lo apretó con vehemencia, diciendo: “¡No, quiero tenerlo conmigo un poco más!” La tristeza de una de sus hijas la mantenía adherida a la Tierra, deseando consolarla, pero al cabo de cosa de seis semanas le fue imposible mantenerse cerca de la Tierra y sostener el bastón. El etéreo bastón fue visto después en el lugar favorito de ella en su hogar, roto en tres pedazos, donde ella tuvo que arrojarlo al ascender a los planos superiores.

Una de las hijas de esta misma señora paso al más allá dentro del año de la desencarnación de su madre. Esta mujer estaba en perfecta salud y en el apogeo de la vida, muriendo después de unos días de enfermedad. El marido, que no creía en la encarnación, envió el cadáver a la funeraria para que fuera embalsamado. Después de unas tres semanas nos visitó y estaba con gran desesperación, rogándonos que dijésemos a su esposo e hijos que nunca más enviasen a nadie a la funeraria, y con gran angustia dijo que habían cometido con ella una carnicería. Dijo: “¡Oh, cómo sufrí cuando cortaron mi cuerpo! Yo traté de decirles que se detuviesen, pero no logré hacerme oír o sentir por ellos.” Ella también nos preguntó el porqué no podía encontrar a su madre; añadiendo: “he recorrido y husmeado por aquí en todas partes, ¿por qué es que el señor S., que murió veinticinco años antes que mi madre, está aquí todavía, pero en cambio no puedo encontrar a mi madre?” Se le dijo que su madre, debido a su pura y liberal vida, ya había pasado a las regiones superiores, y también que el señor S. estaba apegado a la Tierra debido a los serios daños hechos a su familia durante su vida y que él no pasaría a los planos superiores hasta que aquellos a quienes habla injuriado aquí se viesen libres también de su cuerpo físico, de modo que tuviera la ocasión de hacer por ellos alguna cosa que deshiciese algunas de tales ofensas. Asimismo se le aconsejó que dejase a un lado todas las cosas de la Tierra y que trabajase con objeto de procurar pasar a los planos superiores, donde ella podrá reunirse con su padre y su madre.

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel

http://temasrosacrucesuno.blogspot.com.ar/2011/09/espiritus-apegados-la-tierra-parte-i.html?view=classic

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jueves, 2 de marzo de 2017

Todas las cosas pasadas se deben padecer por la vida eterna



CAPÍTULO 47: TODAS LAS COSAS PASADAS SE DEBEN PADECER POR
LA VIDA ETERNA.

Jesucristo:

1. Hijo, no te quebranten los trabajos que has tomado por Mí, ni te abatan del todo las tribulaciones; mas mi promesa te esfuerce y consuele en todo lo que viniere. Yo basto para galardonarte sobre toda manera y medida. No trabajarás aquí mucho tiempo, ni serás agravado siempre de dolores. Espera un poquito y verás cuan presto se pasan los males. Vendrá una hora cuando cesará todo trabajo e inquietud. Poco y breve es todo lo que pasa con el tiempo.

2. Atiende a tu negocio, trabaja fielmente en mi viña, que yo seré tu galardón.
Escribe, lee, canta, suspira, calla, ora, sufre varonilmente lo adverso; la vida eterna digna es de esta y de otras mayores peleas. Vendrá la paz un día que el Señor sabe, el cual no se compondrá de día y noche como en esta vida temporal, sino de luz perpetua, claridad infinita, paz firme y descanso seguro. No dirás entonces: ¿Quién me librará de este cuerpo mortal? Ni clamarás: ¡Ay de mí que se ha dilatado mi destierro! Porque la muerte estará destruida, y la salud vendrá sin defecto; ninguna congoja habrá ya, sino bienaventurada alegría, compañía dulce y hermosa.

3. ¡Oh! ¡Si vieses las coronas eternas de los Santos en el cielo, y de cuánta gloria gozan ahora los que eran en este mundo despreciados, y tenidos por indignos de vivir! Por cierto luego te humillarías hasta la tierra, y desearías más estar sujeto a todos, que mandar a uno solo. Y no codiciarías los días placenteros de esta vida: sino antes te alegrarías de ser atribulado por Dios, y tendrías por grandísima ganancia ser tenido por nada entre los hombres.

4. ¡Oh! Si gustases aquestas cosas, y las rumiases profundamente en tu corazón, ¿cómo te atreverías a quejarte ni una sola vez? ¿No te parece que son de sufrir todas las cosas trabajosas por la vida eterna? No es cosa de poco momento ganar o perder el reino de Dios. Levanta, pues, tu rostro al cielo: mírame a Mí, y conmigo a todos los Santos, los cuales tuvieron graves combates en este siglo; ahora se regocijan, y están consolados y seguros; ahora descansan en paz, y permanecerán conmigo sin fin en el reino de mi Padre.


del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis


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Las correspondencias bíblicas y la teoría de Darwin



Capítulo IV

LAS CORRESPONDENCIAS BÍBLICAS
Y LA TEORÍA DE DARWIN

Hemos tocado ligeramente hasta aquí los puntos principales del sendero de evolución de la Tierra y del hombre en el presente período. Ahora veamos cómo se coordina con la doctrina y relato que se nos ha dado en la Biblia.

En el primer capítulo, segundo versículo del Génesis tenemos: “Y la Tierra era sin forma y vacía; y las tinieblas reinaban sobre los abismos.” ¡Qué bien describen estas pocas palabras las condiciones existentes en el oscuro Período de Saturno!
En el primer capítulo, tercer versículo del Génesis, se expresa: “Y Dios dijo:

Hágase la luz, y la luz fue hecha.” Esto, junto con los cinco versículos siguientes, se refiere al Período Solar como se ha descrito en el Concepto Rosacruz del Cosmos.
Dios reunió juntas las aguas e hizo el mar, separando la tierra del agua, en el período de la formación del mundo del que hablamos nosotros como Período Lunar.

Comparando estos diferentes días de la creación con las Épocas, el primer día, sin forma y oscuro, corresponde a la Época Polar. El hombre era aún semejante al mineral. Cuando Dios mandó a que la luz brillase y que creciese la vegetación, se formó el reino vegetal, lo cual ocurrió en la Época Hiperbórea. Dios dijo: “Que las aguas produzcan abundantemente seres vivientes que se mueven.” Esta parte de la descripción de la creación de la Biblia se refiere a la nebulosa ígnea de la Época Lemuriana, cuando el cuerpo del hombre empezó a endurecerse. Después tenemos la noche y la mañana del quinto día, cuando Dios permitió o dispuso que la Tierra produjese criaturas conforme a sus especies, ganado y reptiles. En el versículo 26 se recuerda que Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; y que él tenga dominio sobre los peces del mar, los pájaros del aire, y sobre los ganados, y sobre toda la Tierra y sobre todos los reptiles que se arrastran sobre la Tierra.” Y en el versículo 27: “Dios crió al hombre en su propia imagen; en la imagen de Dios le creó a él; varón y hembra Él los creó.” Aquí tenemos el día sexto. Estos versículos se refieren a la Época Atlántica.

Después de que el hombre se convirtió en un ser razonador, por tener una mente con la cual pensar, Dios le dio el dominio sobre los reinos inferiores. Después de que Dios hubo sujetado al hombre todos los reinos inferiores, Dios descansó, no como los ortodoxos de la religión lo creen, es decir, sentándose y dejando de trabajar con un hombre y una mujer para que le sirvieran a Él. Dios entonces estaba en la misma situación que una madre que ha criado a sus hijos e hijas hasta la edad de la pubertad, vigilándoles y cuidando de ellos hasta que tienen la edad propia para ser responsables de sus actos individuales. Del mismo modo Dios arrojó al hombre del jardín infantil del juego, del Jardín del Edén, y le hizo responsable. Dios entonces se relevó de la tarea de dirigir y guiar todas sus actividades. Sin embargo, si Él dejara realmente Su trabajo durante un sólo instante, todo el mundo se reduciría a añicos.

El séptimo día de la creación corresponde a la Época Aria, la época en la que estamos viviendo actualmente, y en la que el hombre ha asumido la responsabilidad de su propio futuro. Dios puso este trabajo sobre los hombros del hombre, pero el Creador no se puso a descansar. La formación del mundo continúa aún. Al hombre se le dio el trabajo de cuidar de sí mismo, trabajando y perfeccionando las condiciones de los reinos mineral, vegetal y animal.

Naturalmente, conforme el hombre trabaja con estas oleadas de vida inferiores, conforme extrae los metales y los productos combustibles de la Tierra, refinándolos y transformándolos, les ayuda a todos ellos en su evolución. Sus progresos y desarrollo de
las diversas especies del reino vegetal ayudan para el mejoramiento y la perfección de esta oleada de vida. Lutero Burbank es un verdadero dios para esta tercera oleada de vida, el reino vegetal. Este hombre ha fomentado y mejorado algunas de las especies más bajas, elevando sus vibraciones de modo que han sido transformadas cierta y extraordinariamente en tamaño y belleza. El hombre ha cultivado la menuda patata salvaje y ahora la produce de tal tamaño y sabor que se ha convertido en uno de los principales alimentos. Su trabajo con el reino animal también ha producido maravillas, aun cuando ha sido algunas veces un dueño cruel, que ha usado su poder sobre esta segunda oleada de vida para inferirle grandes sufrimientos y martirios. Aun así y todo, el hombre ha ayudado en mucho a los animales en su evolución. ¿Pero este trabajo cruel ha sido efectivo? ¿No podría haber sido ayudada esta oleada de vida en un grado mayor si hubiera tenido por ella mayor cariño? Se ha demostrado que el niño responde más rápidamente al amor que al palo. El jardinero que pone amor en su trabajo tiene mayores éxitos, ¿por qué, pues, no deberá responder el animal al amor y a la ternura más rápidamente que a la brutalidad?

No debemos pasar sin presenciar la exhibición de otro rollo de nuestra grandiosa película, y lo que constituye una prueba del sendero de la evolución que el hombre ha recorrido puede ser hallado en la vida del feto. Nosotros encontramos diseñados en esta diminuta forma los siete estados a través de los cuales hemos seguido el desarrollo del hombre desde el Período de Saturno, así como por medio de otros diversos períodos y épocas. Esta vida fetal corresponde también a la oleada de vida humana en su desenvolvimiento durante los siete días de la creación, como están descritos en los capítulos primero y segundo del Génesis.

Sigamos la formación del embrión humano y veamos cómo se compara la transformación que se opera en la maravillosa vida dentro del seno maternal con la evolución externa del hombre. El óvulo humano es una menudísima célula, la cual, cuando se fecunda, se convierte en una compacta bola que se divide en otras muchas células. Esto puede ser definido como el estado mineral o Período de Saturno de su existencia. Esta nueva vida a eso de la mitad de la cuarta semana asume la apariencia de una planta. Este estado es seguido por una fase como la del renacuajo, que después cambia su aspecto como de reptil. En uno de los primitivos estados del embrión éste tiene una forma como de saco o bolsa, semejante a la que tuvo la forma de cuerpo del hombre en el Período Lunar. Esta forma de aspecto como de saco se halla suspendida por el cordón umbilical. En el Período Lunar la cuerda era de naturaleza etérea. Max Heindel describe a los seres de la Luna en la página 90 de “El Velo del Destino” del modo siguiente: “Imagínese ahora en tal lejano período al firmamento como una inmensa placenta de la cual pendían millares de millones de cordones umbilicales cada uno con su apéndice fetal... Aquellos cordones umbilicales y apéndices fetales estaban formados de una materia de deseos húmeda por las emociones de los ángeles lunares.”
Durante la quinta semana el embrión empieza a echar una cola, que llega a la longitud de una sexta parte del largo total del cuerpo durante tal período. Entonces adopta decididamente la apariencia de reptil, semejante a la del lagarto, dotado también de aberturas de agallas. Esta forma del feto se halla también rodeada de agua. Entre las semanas séptima y octava cambia su forma de reptil. La cola se atrofia y la cabeza toma
una apariencia como la de un cachorro canino, con brazos y piernas cortas. Las manos y
los pies son garras y los dedos se están formando. Desde la décima semana en adelante
el feto empieza a tomar definidamente la forma humana. La nariz empieza a manifestarse. El hombre en formación en estos momentos sobrepasa en su progreso de conformación al animal y se hace todo humano, alcanzando su perfección a los siete meses. Aquí también podemos ver la perfección del trabajo de Dios. Al final del cósmico día sexto el hombre era un ser consciente, y se le requirió para que tomara a su cargo su propia acción en el séptimo día y le emancipó Dios de Su exclusivo cuidado sobre él.

Una escena más, la cual es de vital interés, es la de un diminuto átomo físico mencionado en el libro de la Revelación (Apocalipsis), en el capítulo 20, versículo 12, donde dice: “Y yo vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante Dios; y se abrieron los libros; y otro libro se abrió, el cual es el libro de la vida: y los muertos fueron juzgados con arreglo a las cosas que estaban escritas en aquel libro en concordancia con sus trabajos.” Este libro de la vida es un pequeñísimo átomo–simiente, que se halla dentro del cuerpo del hombre, el único átomo que es permanente. Se encuentra en el ápice del ventrículo izquierdo del corazón.

Se nos enseña en el Concepto Rosacruz del Cosmos que la sangre es el vehículo directo del espíritu y como es la más elevada expresión física del ego, está, naturalmente, en estrecho contacto con la Memoria de la Naturaleza. Conforme pasa la sangre por el corazón graba las escenas y visiones de la vida del hombre, hora tras hora, sobre este diminuto átomo, formando un perfecto registro y archivo de su vida. No solamente recuerda este átomo infinitesimal el registro de la vida presente, sino que tiene grabada sobre él las imágenes de todas las vidas pasadas del hombre.

Desde el momento en que el niño hace su primera respiración, cuando el foramen ovalado se cierra y la sangre pasa al corazón y a los pulmones, el aire que ha entrado en los pulmones imprime las imágenes de los alrededores sobre este átomo del corazón, de manera semejante a la que se efectúa la impresión en la película de la cámara. Esta impresión permanece durante toda la vida. La rotura de la conexión entre este permanente átomo simiente y el corazón hace que este último deje de latir terminando con la muerte.

Durante los tres días y medio que siguen a la muerte, es decir, a la ruptura de la conexión acabada de mencionar, todas las imágenes que han sido impresas sobre este átomo se graban por medio del cuerpo vital en el cuerpo de deseos. Estos momentos, entre paréntesis, son muy críticos para el ego, y es de la mayor importancia que durante ellos se deje al cuerpo completamente en paz y sin perturbaciones.

Cuando la vida del ego en el Mundo de Deseos termina, estas imágenes contienen la quintaesencia de todas las experiencias pasadas y se transfieren todavía a vehículos superiores, trayendo el ego, cuando vuelve a otra vida terrestre, este archivo inestimable con él. Y este átomo simiente físico es el que atrae hacia sí todos los átomos que constituyen el nuevo cuerpo físico.

Digamos aquí unas palabras acerca de la teoría de la evolución de Darwin y su correlación con la doctrina Rosacruz, para que veamos que se corresponden:
Darwin fue el primer hombre de ciencia que originó y desarrolló la teoría materialista de la evolución y al hacerlo demostró un gran genio y percepción interna.
Él trazó el sendero que otros científicos han seguido desde entonces en grado mayor o menor.

La teoría de Darwin se basó primeramente en el origen de las especies por “selección natural” y su desarrollo y desenvolvimiento por medio de la “supervivencia de los más aptos”. La selección natural es llamada por los Rosacruces, epigénesis, es decir, el poder del espíritu para originar nuevas causas. Darwin merece gran honor por el descubrimiento de este principio de la naturaleza, aunque el ocultista haya poseído y se haya hallado en posesión de este conocimiento desde luengos siglos ha.

La selección natural o epigénesis es la causa del mejoramiento gradual de los cuerpos en los cuales funciona el hombre, así como del progreso y mejoramiento del medio en que vive. La teoría de Darwin de la “supervivencia del más apto” es un hecho de la naturaleza evidente por sí mismo. Darwin, no obstante, dejó a un lado, es decir, no tuvo en cuenta el origen y la naturaleza espirituales del hombre, lo cual es, por  consiguiente, el defecto más serio de su teoría.

Como hemos dicho en las páginas precedentes, el hombre es primordialmente una chispa de Dios, un espíritu triple efectuando un peregrinaje evolucionario a través de la materia con el propósito de conseguir su propia conciencia y la adición de nuevos poderes. Un mero conocimiento de este hecho por sí solo hace comprensible y racional la evolución. Darwin presentó los hechos materiales de la evolución de un modo que podía ser concebido y aceptado por la materialista época en la que él vivió. Al hacerlo así sirvió a gran propósito, pero es necesario que su trabajo sea suplementado por una consideración de los hechos espirituales relacionados con la evolución y esto es lo que hace la ciencia oculta.

¡Cuán apasionada y ciega es la lucha del hombre antievolucionista contra el ocultista científico, quien puede ver con los rayos X de su vista interna, quien tiene prueba positiva de la evolución, quien puede observar los rollos de la película de la Memoria de la Naturaleza tanto del microcosmos como del macrocosmos, y quien puede seguir los recuerdos del hombre a través de muchas vidas! ¡Cuán absurda es esta lucha para tal ser, con cuya lucha, unos cuantos hombres que tienen una visión limitada se están esforzando en restringir el pensamiento religioso en la libre América, y pretendiendo dictar al mundo lo que debe creer y lo que no debe creer!

Sin embargo, de esta lucha sobre la evolución, que se mantiene en los consejos de Dayton Tennessee, se derivará un gran beneficio:

Si los fundamentalistas tan solo pudieran ver el efecto que con su lucha contra la evolución acarrean a la humanidad, ellos verían que son usados como instrumentos por los Grandes Seres que nos están guiando desde los bastidores, para hacer que se levante un interés nacional acerca de la evolución. Las gentes están ahora leyendo a Darwin y comparando sus teorías con el libro del Génesis en la Biblia; aquellas personas que nunca pensaron en este asunto anteriormente, están indagando y estudiando cualquier otro libro que trata de este asunto. Y el resultado de todo ello será que muchos se convertirán a las mismas doctrinas que los fundamentalistas están atentando al excomulgar y prohibir por la ley.

Así, pues, podemos ver que la lucha antievolucionista, que ha levantado tan gran interés en todo el mundo, es ciertamente una nube que tiene su resplandor de luz.


del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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miércoles, 1 de marzo de 2017

De la confianza que debemos tener en Dios cuando nos dicen injurias



CAPÍTULO 46: DE LA CONFIANZA QUE DEBEMOS TENER EN DIOS
CUANDO NOS DICEN INJURIAS.

Jesucristo:

1. Hijo, está firme y espera en Mí. ¿Qué son las palabras sino palabras? Vuelan por el aire, mas no mellan una piedra. Si estás culpado, determina enmendarte. Si no hallas en ti culpa, llévalo con gusto por Dios. Muy poco es el que sufras alguna vez siquiera malas palabras, ya que aún no puedes tolerar grandes golpes. Y ¿por qué tan pequeñas cosas te llegan al corazón, sino porque aún eres carnal, y miras mucho más a los hombres de lo que conviene? Porque temes ser despreciado, por esto no quieres ser reprendido de tus faltas, y buscas la sombra de las excusas.

2. Considérate mejor, y conocerás que aún vive en ti, el amor del mundo, y el deseo vano de agradar a los hombres. Porque en huir de ser abatido y confundido por tus defectos, se muestra hoy claro que no eres humilde verdadero, ni estás del todo muerto al mundo, ni el mundo está a ti crucificado. Mas oye mis palabras y no cuidarás de cuantas te dijeren los hombres. Dime: si se diere contra ti todo cuanto maliciosamente se pudiera fingir, ¿qué te dañaría, si lo dejases pasar y lo despreciases enteramente? Por ventura, ¿te podrías arrancar un cabello?

3. Mas el que no está dentro de su corazón, ni me tiene a Mí delante de sus ojos, presto se mueve por una palabra de menosprecio; pero el que confía en Mí, y no desea su propio parecer, vivirá sin temer a los hombres. Porque Yo soy el Juez y conozco todos los secretos; Yo sé cómo pasan las cosas; Yo conozco muy bien al que hace la injuria, y también al que la sufre. De Mí sale esta palabra; permitiéndolo Yo acaece esto, para que se descubran los pensamientos de muchos corazones. Yo juzgo al culpable y al inocente; pero quise probar primero al uno y al otro con juicio secreto.

4. El testimonio de los hombres muchas veces engaña: mi juicio es verdadero, firme, y no se revoca. Muchas veces está escondido, y pocos lo penetran en todo: pero nunca yerra, ni puede errar, aunque a los ojos de los necios no parezca recto. A Mí, pues, habéis de recurrir en cualquier juicio y no confiar en el propio saber. Porque el justo no se turbará por cosas que Dios envíe sobre él; y si algún juicio fuere dicho contra él injustamente, no se inquietará por ello. Ni se ensalzará vanamente, si otros le defendieren sin razón. Porque sabe que Yo soy quien escudriño los corazones y los pensamientos, y que no juzgo según el exterior y apariencia humana. Antes muchas veces se halla a mis ojos culpable el que al juicio humano parece digno de alabanza.

El Alma:

5. Señor Dios, justo juez, fuerte y paciente, que conoces la flaqueza y maldad de los hombres, sé Tú mi fortaleza y toda mi confianza, pues no me basta mi conciencia. Tú sabes lo que yo no sé: por eso me debo humillar en cualquier reprensión y llevarla con mansedumbre. Perdóname también, Señor piadoso, todas las veces que no lo hice así, y dame gracia de mayor sufrimiento para otra vez. Porque mejor me está tu misericordia copiosa para alcanzar perdón, que mi presumida justificación para defender lo oculto de mi conciencia. Y aunque ella nada me acuse, no por esto me puedo tener por justo; porque quitada tu misericordia, no será justificado en tu acatamiento ningún viviente.

del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis


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Los Espíritus de Lucifer y los hijos de la niebla



Capítulo III

LOS ESPÍRITUS DE LUCIFER
Y LOS HIJOS DE LA NIEBLA

Ahora llegamos a la parte del rollo de esta gran película de Dios que retrata la Tierra en la última parte de la Época Lemuriana. El hombre había ido tomando gradualmente una posición recta y erguida. La columna espinal se empezaba a endurecer y la sangre se iba cargando de hierro que se nos suministraba por la influencia de Marte. El ego, que hasta tal momento había trabajado sobre sus vehículos desde afuera, iba gradualmente penetrando dentro de los mismos y el hombre empezaba a sentir las cosas fuera de él. En este período, el hombre estaba totalmente inconsciente de su cuerpo físico. Sin embargo, estaba muy despierto y consciente en el Mundo de Deseos y podía en tal época comulgar directamente con los dioses.

El sonido del susurro del viento, las tormentas, el correr de las aguas, eran para él las voces de los dioses. Entonces estaba desenvolviendo, por el sacrificio de una parte de su facultad procreadora, la laringe, lo cual le permitía a él mismo emitir sonidos. Se hallaba aprendiendo el modo de usar tal órgano por la imitación del movimiento de las hojas y el ruido de los vientos. Esta misma facultad creadora también se empleaba para construir el cerebro, aunque tenía solamente una cruda facultad de observación. Aquel hombre de Lemuria no tenía ojos, y en su lugar se desarrollaban los dos puntos sensitivos mencionados previamente; y a medida que la luz del Sol, que atravesaba confusamente la niebla, se hacía más fuerte, tales puntos sensitivos con la ayuda de la luz solar se desarrollaron formando los ojos.

En este período de la involución del hombre entra en escena una clase de seres que debían tomar una parte muy preeminente en la conformación del futuro del hombre, los Espíritus de Lucifer, quienes eran ángeles caídos, es decir, una clase de rezagados del Período Lunar. Estos espíritus se hallaban a mitad del camino de su evolución entre el hombre y los ángeles y debían hallar una avenida por medio de la cual pudieran alcanzar el conocimiento. Su evolución dependía sobre lo que ellos pudieran ganar a través de una oleada de vida inferior y como ellos no sabían el modo de construir un cuerpo físico no podían funcionar tan bajo como el hombre, quien, a tal efecto, poseía un cuerpo físico. Por su ayuda sobre el hombre para desarrollar el cerebro, aquellos Espíritus de Lucifer conocieron que podían formar aquella avenida necesaria para favorecer la evolución del hombre, al mismo tiempo que obrando de este modo podían ganar también mucha experiencia y crecimiento para ellos mismos.

Siempre ha sido y continúa siendo una ley en la naturaleza para todos los seres, no importa en qué oleada de vida lo estudiemos, ya se trate de los grandes Señores de la Creación, los Arcángeles, Ángeles, los Espíritus de Lucifer, los Espíritus–grupo, o los Espíritus Virginales, que a medida que ellos retroceden para ayudar o guiar, tanto se trate de seres inferiores como de oleadas de vida posteriores, ayudándoles y facilitando su desarrollo y crecimiento, estos auxiliares y enaltecedores, en cambio, ganan experiencia y adelanto en proporción a la ayuda prestada. Nosotros podemos seguir esta ley hasta los reinos más inferiores; todas las clases están sujetas a ella.
Aquellos espíritus de Lucifer vieron una oportunidad para ayudar a la humanidad, y aun cuando al obrar de tal modo hicieron caer al hombre en la generación, lo cual ha causado indecible dolor y sufrimiento, sin embargo, este fue el camino por medio del cual ambos, ellos y el hombre, podían alcanzar el mayor grado de experiencia. Experiencia es el camino del conocimiento aun cuando debe forzosamente proporcionar sufrimiento. Para el hombre esta caída en el pecado ciertamente fue la apertura de vistas de gran valor. Para él estos espíritus de Lucifer, aparentemente malos, fueron indudablemente los portadores de la luz.

Mientras que el hombre estaba inconsciente del mundo externo, podía, no obstante, comunicarse con tales espíritus de Lucifer en el mundo etéreo. Por medio de ellos se le enseñó la diferencia entre el bien y el mal. Por ellos fue tentado y cayó en la generación. 

Mientras que el hombre estaba inconsciente de la Tierra y de sus alrededores materiales y físicos, él percibía la presencia de sus hermanos espiritualmente, bastante parecidamente al hombre del día de hoy que posea solamente un ligero desarrollo del sexto sentido, el cual puede oler y percibir una presencia invisible, quien está seguro en algunas ocasiones de que algún ser desencarnado está cerca de él, aunque sea incapaz de verle con los ojos físicos. Semejante a ésta era la conciencia que el hombre de Lemuria tenía de su hermano. Las condiciones en aquel momento eran al revés de como son ahora. El hombre podía ver y comulgar con su hermano del mismo modo que con los seres superiores en el Mundo del Deseo, pero en el Mundo Físico estaba en un estado de ensueño; pues sus ojos físicos no se habían abierto aún. Por otra parte, el hombre hoy día tiene abiertos sus ojos físicos y puede ver a sus hermanos en el cuerpo físico, pero sus ojos espirituales están cerrados: ha perdido la facultad de ver en el Mundo del Deseo.

Ahora pasaremos a la parte del programa que abarca las partes primera y segunda de la Época Atlántica. Todavía encontramos a la atmósfera cargada de densa y pesada niebla; sólo era posible ver a unos cuantos pies de distancia. La figura del hombre, que ya era recta y erguida, era abultada, siendo muy grande la parte superior de su cuerpo, con hombros enormes y largos brazos; su cabeza era muy pequeña en proporción a su cuerpo; la frente se recortaba agudamente hacia atrás desde una nariz muy aplastada; las mandíbulas eran abultadas y el cuello muy grueso y doble. El hombre primitivo de la Atlántida no había adquirido aún el uso de los pies para andar como lo hace hoy, sino que se movía por saltos, semejantemente a la marcha del canguro. 

Durante las primitivas partes del Período Atlántico, la Tierra fue visitada frecuentemente por diluvios, los cuales hicieron que el hombre y los animales abandonaron los valles y las tierras bajas. Gradualmente, a medida que la niebla se condensaba, las tierras bajas quedaron cubiertas por agua, obligando a todos los seres vivientes a que buscasen puntos seguros en las montañas y alturas. Esta emigración a las tierras altas y la condensación de las nieblas, permitieron al hombre ver al Sol brillar entre las nubes y también desarrolló sus ojos. Entonces Adán vio a su compañera Eva.

En tal estado de desarrollo del hombre éste podía ver tanto en el mundo espiritual como en el físico. Esto era necesario en tal período, porque él sólo tenía el germen del cuerpo mental. Entonces tenía un cuerpo triple: el físico, el vital y el de deseos, pero solamente los rudimentos del cerebro, por lo tanto debía ser guiado todavía por los caudillos divinos con quienes se podía comunicar en el Mundo de Deseos.
Cuando el hombre atlante miraba a su hermano, inmediatamente conocía el alma y los atributos del observado. A medida que la niebla se dirigió a las tierras bajas, según hemos dicho poco ha, causó grandes diluvios. Los más avanzados de la humanidad, de quienes se nos habla en la Biblia simbolizados en Noé, caudillo de los semitas, y su familia, habían desarrollado pulmones con los cuales podían respirar el aire claro por encima de la atmósfera nebulosa, y ellos fueron los primeros en ver el arco iris.

Entonces el hombre ya no era un miembro de la familia de Dios con su semejanza infantil, porque él había desarrollado la memoria, se hizo ambicioso, y el sentimiento del yo egoísta de lo “mío” hizo su aparición, cuyo sentimiento llevó a la humanidad a dividirse en razas.

Cuando llegamos al tercer período de la Atlántida, vemos a la humanidad dividida en naciones y los reyes fueron adorados, no por sus bondades y amor, sino por su dignidad y poderes ocultos, los cuales, desgraciadamente, algunos los usaron de la manera más depravada y egoísta. Vemos templos levantados para la práctica de la magia negra, misma que empleaban los sacerdotes sobre el pueblo para mantenerle bajo su poder y férula. La arrogancia y la brutalidad dominaban por doquier, pues el ego del hombre era aún débil, y la naturaleza animal, el cuerpo de deseos, gobernaba la mente infantil del pueblo de aquella época. Esto ocasionó que los atlantes desarrollasen la facultad de la astucia, que les condujo a ser muy malvados. La más brutal de todas las siete razas atlánticas fue la turania, la cuarta raza. La magia negra fue practicada por esta raza de la manera más repugnante. Las clases inferiores fueron oprimidas de la forma más cruel por aquellos que suponían ser los principales o caudillos; la vanidad y la más exagerada ostentación era la regla dominante.

La próxima o quinta raza, los semitas originales, fue la primera que hizo esfuerzos para desarrollar el pensamiento. Aunque muy primitivamente, sin embargo, se esforzaron para dominar y regular sus deseos. Aquel pueblo fue el más celoso para conservar pura la raza, casándose solamente entre las mismas familias. Esto fue con el propósito de mantener su contacto espiritual con los mundos invisibles. Todavía en aquellos tiempos estaban en contacto consciente con los caudillos espirituales del Mundo del Deseo. Pero según se desarrollaban las facultades mentales, la glándula pineal a través de la cual el hombre se conectaba con los reinos espirituales, que describimos en los primeros capítulos diciendo que era el órgano de orientación que sobresalía de la parte superior del cuerpo de forma de saco o bolsa que tenía el hombre de la Época Polar, a medida que el cuerpo se perfeccionó y que el hombre empezó a andar derecho retrocedió entrando dentro de la cabeza, se ahondó más profundamente en la cabeza a medida que la materia gris se espesaba, impidiendo por ello la conexión con los directores espirituales.

Una condición semejante puede notarse actualmente: en las fases inferiores de la evolución, por ejemplo, en algunas de las más atrasadas razas, aquellas que se hallan aún en tinieblas, nosotros vemos aún desarrolladas las facultades espirituales hasta cierto grado, mientras que en el caso del tipo meramente intelectual, el gigante mental de nuestro mundo occidental, hallamos a menudo el burlón de lo espiritual, persona que no puede creer en nada que no pueda probar en el plano material. No solamente fue sacrificada la vista espiritual por el crecimiento y formación del cerebro, a semejanza de bóveda sobre la glándula pineal, sino que también los abusos de la facultad generadora ocasionaron la atrofia de esta diminuta glándula haciéndose más pequeña.

Ahora pasemos a la parte del panorama de nustra película que es, acaso, la época más familiar para nosotros, o sea la quinta o Época Aria. El hombre que hemos presentado hasta este período actual, se fue manifestando a través de un cuerpo cuádruple: el físico, el vital, el de deseos y el de la mente, parcialmente conformado; pero a medida que el hombre evoluciona y la necesidad se impone, se presentan nuevos cambios. Ahora el hombre está formando la matriz de un nuevo cuerpo: el cuerpo del alma, ese traje brillante en el cual el hombre debe encontrar a Cristo en el aire; el cuerpo en el cual volverá otra vez a hallar a sus maestros espirituales y a comunicarse directamente con ellos.

Este cuerpo está ahora tomando forma en muchos que están esforzándose en purificar sus vidas y que están empezando a sentir la necesidad de vivir no para sí sino para todos. A medida que el cuerpo de deseos se domina y se purifica el cuerpo físico, y según se van desarrollando los dos éteres superiores, este nuevo cuerpo del alma se modela y se conforma.

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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