martes, 28 de febrero de 2017

Que no se debe creer a todos; y cómo fácilmente se resbala en las palabras


CAPÍTULO 45: QUE NO SE DEBE CREER A TODOS; Y CÓMO
FÁCILMENTE SE RESBALA EN LAS PALABRAS.

El Alma:

1. Señor, ayúdame en la tribulación, porque es vana la seguridad del hombre.
¿Cuántas veces no hallé fidelidad donde pensé que la había? ¿Cuántas veces también la hallé donde menos lo esperaba? Por eso es vana la esperanza en los hombres; mas la salud de los justos está en Ti, mi Dios. Bendito seas, Señor, Dios mío, en todas las cosas que nos sucedan. Flacos somos y mudables: presto somos engañados, y nos mudamos.

2. ¿Qué hombre hay que se pueda guardar con tanta cautela y discreción en todo, que alguna vez no caiga el algún engaño o perplejidad? Mas el que te busca a Ti, Señor, y te busca con sencillo corazón, no resbala tan fácilmente. Y si cayere en alguna tribulación, de cualquier manera que estuviere en ella enlazado, presto será librado por Ti, o consolado; porque no desamparas para siempre al que en Ti espera. Raro es el fiel amigo que persevera en todos los trabajos de su amigo. Tú, Señor, Tú solo eres fidelísimo en todo, y fuera de Ti no hay otro semejante.

3. ¡Oh, cuan bien lo entendía aquella alma santa que dijo: ¡Mi alma está asegurada y fundada en Jesucristo! Si yo estuviese así, no me acongojaría tan presto el temor humano, ni me moverían las palabras injuriosas. ¿Quién puede preverlo todo? ¿Quién es capaz de precaver los males venideros? Si lo que hemos previsto con tiempo nos daña muchas veces, ¿qué hará lo no prevenido sino perjudicarnos gravemente? Pues ¿por qué, miserable de mí, no me previne mejor? ¿Por qué creí de ligero a otros? Pero somos hombres, y hombres flacos y frágiles, aunque por muchos seamos estimados y llamados ángeles. Señor, ¿a quién creeré, a quién sino a Ti? Eres la verdad, que no puede engañar ni ser engañada. El hombre, al contrario, es falaz, flaco y resbaladizo, especialmente en palabras; de modo que con muy gran dificultad se debe creer lo que  parece recto a la primera vista.

4. Cuan prudentemente nos avisaste que nos guardásemos de los hombres: que los amigos del hombre son los de su casa, y que no diésemos crédito al que nos dijese: A Cristo míralo aquí o míralo allí. He escarmentado en mí mismo: ¡ojalá sea para mi mayor cautela, y no para continuar con mi imprudencia! Cuidado, me dice uno, cuidado, reserva lo que te digo. Y mientras yo lo callo, y creo que está oculto, él no pudo callar el secreto que me confió, sino que me descubrió a mí y a sí mismo, y se marchó. Defiéndeme, Señor, de aquestas ficciones, y de hombres tan indiscretos, para que nunca caiga en sus manos ni yo incurra en semejantes cosas. Pon en mi boca las palabras verdaderas y fieles, y desvía lejos de mí las lenguas astutas. De lo que no puedo sufrir, me debo guardar mucho.

5. ¡Oh, cuan bueno y de cuánta paz es callar de otros, y no creerlo todo fácilmente, ni hablarlo después con ligereza: descubrirse a pocos, buscarte siempre a Ti, que miras al corazón, y no moverse por cualquier viento de palabras, sino desear que todas las cosas interiores y exteriores se acaben y perfecciones según el beneplácito de tu voluntad! ¡Cuan seguro es para conservar la gracia celestial huir la vana apariencia, y no codiciar las cosas visibles que causen admiración, sino seguir con toda diligencia las cosas que dan fervor y enmienda de vida! ¡A cuántos ha dañado la virtud descubierta y alabada antes de tiempo! ¡Cuan provechosa fue siempre la gracia guardada en silencio en esta vida frágil, que toda es malicia y tentación!

del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis


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El desarrollo de los cuerpos



Capítulo II
EL DESARROLLO DE LOS CUERPOS

Nosotros emergimos del largo sueño de una Noche cósmica después del Período Lunar. Según hemos relatado en el capítulo precedente, una Noche cósmica debe seguir después de cada Período. Ahora también observaremos ligeramente las vistas del cuarto o Período Terrestre. Al igual que el espíritu humano, el cual debe hallar su crecimiento y expresión a través de vidas sucesivas en el cuerpo físico, así pasa también con la Tierra, que es el cuerpo de un Gran Espíritu, que busca su desarrollo por medio de Períodos sucesivos.

Nosotros únicamente podemos tocar las escenas principales de esta gran galería pictórica. Imaginémonos el tiempo que tiene que emplear un hombre para ver las largas filas y salas inmensas de una de nuestras galerías artísticas. Debe andar rápidamente, deteniéndose para admirar únicamente los cuadros que apelan a su sentido artístico. De igual modo debemos desenrollar la película de Dios de este gran universo y detenernos únicamente ante las cosas que más nos interesan.

En el cuarto o Período Terrestre nosotros hallamos cuatro elementos. En el primero o Período de Saturno no había más que calor; en el Período Solar teníamos fuego y luz; en el Período Lunar tuvimos tres elementos, pues se añadió entonces la humedad, dándonos una atmósfera templada y brumosa. En esta cuarta imagen o escena nos encontramos el elemento Tierra: éste fue el período de la forma, cuando los Señores de la Forma dominaron íntegramente.

Estos períodos mundiales se hallan divididos en siete subperíodos o revoluciones, los cuales con arreglo a las enseñanzas Rosacruces se llaman como los siete planetas: Saturno, Sol, Luna, Tierra, Júpiter, Venus y Vulcano, por la razón de que las condiciones en los globos de estos Períodos son semejantes a la naturaleza de estos planetas.

En el examen de los cuadros de la primera revolución del Período Terrestre nosotros encontramos existentes las condiciones de Saturno. Pero hay una diferencia entre el Período de Saturno y la revolución saturniana del Período Terrestre, pues el primero tuvo solamente las fuerzas de Saturno presentes, mientras que en el último estaban presentes las fuerzas saturnianas, solares y lunares, y el hombre ya no era un ser ardiente como lo era en el Período de Saturno. Se añadieron al calor del cuerpo corrientes de aire y de agua; y el hombre empezó a endurecerse y se hizo semejante al mineral. Los globos durante tal época estaban aún en un estado ígneo, y la evolución del espíritu humano se hallaba confinada a las regiones polares del Sol, del cual la Tierra era todavía una parte.

En la Época Polar, el cuerpo del hombre asumió gradualmente una forma, y el sentido de la sensación o tacto iba lentamente desarrollándose, lo cual fue posible gracias al órgano conocido con el nombre de glándula pineal. Este órgano sobresalía por la parte superior de aquel cuerpo singular conformado como un saco o bolsa. Este cuerpo ya no se hallaba suspendido por cuerdas etéreas como estaba durante el Período Lunar. La cuerda faltaba y en su lugar hallamos el órgano mencionado más arriba, o sea la glándula pineal, pero este órgano en aquella fecha era mucho mayor que lo es en nuestro cuerpo hoy día. A través de este órgano se enviaban corrientes de fuerza hacia la región en que ahora tenemos el corazón. En aquella época el sentido del tacto se extendió por todo el cuerpo y el hombre notaba el calor y el frío por medio de aquel órgano que sobresalía por lo que pudiéramos llamar cabeza.

En la próxima escena de este panorama de la Memoria de la Naturaleza observaremos la vida en lo que llamamos la Época Hiperbórea. Aquí podremos ver aparecer las fuerzas de la luz y del aire, y el cuerpo del hombre con su forma de saco se llenó de luz. Entonces empezó a respirar, lo cual hizo que empezaran a circular corrientes por su cuerpo que posteriormente se convirtieron en nervios. En esta Época el cuerpo denso del hombre era como la planta. Al final de esta Época es cuando la Tierra fue arrojada del Sol y empezó a girar alrededor de su astro paternal.

En este período la vista panorámica de este cuadro sufre un cambio decidido.

Ahora ya no la vemos desde el Sol, sino desde la Tierra misma, que entonces empezó a sufrir su incrustación. Cuando fue separada del Sol, el gran calor anterior empezó a desaparecer. Se empezó a enfriar y la vegetación apareció sobre su superficie aún caliente y vaporosa. Ahora podemos también observar a Marte, el cual había sido lanzado anteriormente del Sol. Las corrientes de aire provocadas por la revolución de la Tierra enfriaron a los minerales y la vida en nuestro planeta empezó a tener grandes cambios.

Por esta fecha el cuadro empieza a mostrarnos la Época de Lemuria. Tanto Venus como Mercurio han sido lanzados del Sol y también les vemos ahora girar alrededor de él. Los seres humanos por la separación de la Tierra con el Sol hubieron perdido mucho de su iluminación interna. De este estado parecido al de trance empezó a desarrollar una conciencia pictórica interna. También desarrolló el sentido o conciencia del sonido. Al final de la Época Hiperbórea el hombre poseía un vehículo doble: los cuerpos físico y vital. En este período del desarrollo de la Tierra se expulsó de su seno la masa que forma ahora la Luna, y las corrientes que en la revolución Lunar iniciaron el sistema nervioso se convirtieron ahora en nervios y se conectaron con los órganos embrionarios de los sentidos. Entonces es cuando se comenzó a manifestar un tercer vehículo: el cuerpo de deseos.

En la Época Lemuriana el hombre quedó convertido a semejanza del animal. En aquellos días vinieron en su ayuda unos grandes seres quienes representaban a la humanidad del Período Solar, los arcángeles, y también los Señores de la Mente, que pertenecían a la humanidad del Período de Saturno. Ellos asistieron a los Señores de la Forma en su trabajo y nos dieron el germen de la mente.

Hasta este punto nosotros hemos dicho bien poco de los rezagados que fracasaron en seguir al compás de la marcha de los precursores, o los que formaban la vanguardia. En cada oleada de vida encontramos al rezagado. Actualmente notamos la imperfección en el mineral, las hierbas malas, aquellas que se arrancan cuando se escardan los campos, la cizaña, etc., son plantas imperfectas; el mestizo o híbrido es un animal imperfecto. En la oleada de vida humana tenemos nuestros rezagados representados por las razas inferiores. Los antropoides fueron dejados atrás en los Períodos de Saturno y del Sol, y los salvajes negros y mongoles son los retrasados del Periodo Lunar. En las diferentes revoluciones del Período Terrestre ha continuado esta segregación. Al final de cada Época la raza humana debe sufrir un examen, el cual está bien descrito en el capítulo 25 de San Mateo, donde Cristo hace una descripción del
Juicio Final en esta forma:

“31. – Cuando el Hijo del Hombre venga con toda su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces Él se sentará sobre el trono de su gloria:

“32. – Y ante Él se congregarán todas las naciones: y Él las separará las unas de las otras, al igual que un pastor separa las ovejas de las cabras.

“33. – Y Él pondrá las ovejas a Su diestra y las cabras a Su siniestra.

“34. – Entonces el Rey dirá a aquellos que tenga a su mano derecha: Venid, vosotros benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.”

Las ovejas son los elegidos que al final de cada Época pasan hacia adelante al Período próximo. Las cabras son los retrasados, y pueden ser comparados al muchacho que en vez de ir a la escuela se pasa el tiempo jugando como un pillete y cuando llega el día de los exámenes se le deja en suspenso y tiene que permanecer en la misma clase un segundo período, mientras que sus camaradas, que asistieron puntual y diariamente a las clases, y aprovecharon el tiempo, pasan al grado superior siguiente.

A estos rezagados ha habido necesidad de dejarles atrás siempre que la oleada de vida emerge de una Noche cósmica. Los más progresistas, los que estuvieron en primera línea, pasaron adelante en la próxima revolución, pero los rezagados quedaron atrás. Sin embargo, tendrán ocasiones y oportunidades aun para alcanzar a los más avanzados y hasta para sobrepasarlos.

Las pinturas y escenas que estamos presenciado a medida que avanzamos a épocas posteriores del Período Terrestre se hacen más interesantes y los cuadros más familiares. El reino vegetal se nos aparece más natural, aunque no tan desenvuelto como representa el estado de desarrollo en que lo encontramos en nuestros días.

Volviendo otra vez a las escenas de la Tierra durante la Época de Lemuria, encontramos todavía la atmósfera caliente y llena de una densa niebla, con el hombre y el animal viviendo en los puntos de la Tierra que se habían enfriado y endureciendo en algún grado. Ambos eran de tamaño enorme y la vegetación alcanzaba alturas extraordinarias, y los helechos eran tan altos y voluminosos como son los árboles hoy día.

El hombre había desenvuelto el sentido del oído, y el de la vista empezaba precisamente a manifestarse por dos puntos sensitivos, a los cuales el Sol, que brillaba tenuemente a través de las nieblas, estaba sensibilizando, y que por último se convirtieron en ojos.

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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lunes, 27 de febrero de 2017

No se deben buscar las cosas exteriores



CAPÍTULO 44: NO SE DEBEN BUSCAR LAS COSAS EXTERIORES.

Jesucristo:

1. Hijo, en muchas cosas te conviene ser ignorante, y estimarte como muerto sobre la tierra, y a quien todo el mundo este crucificado. A muchas cosas te conviene también hacerte sordo, y pensar más lo que conviene para tu paz. Más útil es apartar los ojos de lo que no te agrada, y dejar a cada uno en su parecer, que ocuparte en porfías. Si estás bien con Dios y miras su juicio, fácilmente te darás por vencido.

El Alma:

2. ¡Oh Señor, a qué hemos llegado! Lloramos los daños temporales, por una pequeña ganancia trabajamos y corremos; y el daño espiritual se pasa en olvido, y apenas tarde vuelve a la memoria. Por lo que poco o nada vale, se mira mucho; y por lo que es muy necesario, se pasa con descuido, porque todo hombre se va a lo exterior, y se presto no vuelve en sí, con gusto se está envuelto en ello.

del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis


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Evolución desde el punto de vista Rosacruz - Capitulo I


EVOLUCIÓN DESDE EL PUNTO
DE VISTA ROSACRUZ

Capítulo I

PERÍODOS PREHISTÓRICOS

Cuando miramos a la cúpula estrellada de los cielos, podemos ver un cuadro sublime, de maravillosa inspiración, y cuanto más la miramos, mayor es el número de las estrellas que se presentan a nuestra vista. Entre ellas hay dos muy brillantes llamadas por los astrónomos las lámparas de la noche. Siempre están girando en torno del Polo Norte o de la Estrella Polar, la guía del marinero. Estas dos estrellas son las más destacadas de las que forman el grupo de la Osa Mayor, y siempre están apuntando a la dirección de la Estrella Polar, la cual es casi estacionaria y por tal razón tan confiable como un buen amigo para señalar la dirección que el marinero debe seguir en el mar.

Nosotros admiramos el esplendor de estas brillantes estrellas y nuestros ojos inmediatamente sorprenden la figura de la Osa Mayor, de la cual, como hemos dicho, forman parte.

Si mirásemos por uno de esos grandes telescopios a las estrellas que estamos contemplando, nos perderíamos en un sistema de estrellas y mundos; mundos de los que el hombre puede escasamente soñar y que son muchas veces mayores que nuestra diminuta Tierra. A medida que se construyen mayores instrumentos y las lentes nos traen a nuestra vista mayores extensiones y profundidades del espacio, el panorama se hace más maravilloso. Si un instrumento construido por la mano del hombre tiene el poder de penetrar mucho más allá que su limitada vista física, imaginémonos cuánto más grandioso será el cuadro del universo de Dios para el hombre que puede navegar y recorrer a través de esas grandes distancias. Para el adepto no hay distancia física. El propio pensamiento le transportará en alas espirituales para visitar este planeta o el otro mundo y su penetración está limitada únicamente por su desarrollo. A medida que aumenta en conciencia espiritual, también aumentará su poder para penetrar en el espacio y los cuadros se hacen más sublimes y grandiosos.

El hombre de mente materialista es muy propenso a creer que todo aquello que ve con sus ojos, las bellezas de la naturaleza que le rodean en el mundo material, las montañas, los árboles, las flores, la luz solar y las nubes, constituye todo su mundo. Él no puede concebir nada más de aquello que puede ver, sentir, oír u oler. Aun la vida que se le presenta a su vista por medio del telescopio la acepta como una parte de este diminuto universo. Él es incapaz de reconocer la grandeza del mundo de Dios, él no puede comprender ni abarcar su inmensidad porque le falta la reverencia por cosas que están más allá de aquellas que contribuyen a su comodidad y placer.

El astrónomo con sus maravillosos instrumentos no es capaz de contar todos los mundos, o determinar definitivamente si están habitados o no. Supone o cree que Marte lo está, pero todos los intentos hechos por él para comunicarse con ese planeta han fracasado.

¿Pero por qué estamos nosotros tan interesados en la gran galería de cuadros de Dios? Nosotros hemos tocado y admirado los cuadros de la naturaleza como el hombre los ve con su simple vista y con la ayuda de telescopios, pero las más maravillosas escenas se contemplan mediante el empleo de una visión mucho más confiable que todo cuanto pueda el hombre esperar alcanzar con sus instrumentos materiales; una vista que está latente en él y que puede otra vez volver a desarrollar. Esta vista es la que él hombre poseyó en los primeros períodos de su existencia, antes de que su visión se nublase por los densos velos de la materia. Esta vista espiritual es la que el ego poseyó cuando fue separado de Dios como espíritu virginal.

El hombre posee conocimientos para vivir rectamente y facilidades para estudiar los siete mundos y los métodos de su desarrollo evolucionario. Si el hombre se percata de estas verdades, no teórica sino prácticamente, y las convierte en una parte de sí mismo por vivirlas, entonces el ser humano apartará lentamente los velos que en su descenso en la materia ha colocado a su derredor. De este modo el hombre gradualmente volverá a alcanzar su estado espiritual, lo cual le permitirá ver los cuadros de la gran galería de Dios, la cual llamamos nosotros la Memoria de la Naturaleza. Esta verdadera galería pictórica de Dios se halla en la más elevada subdivisión de la Región del Pensamiento Concreto. Para poder ver este gran lienzo cinematográfico del mundo y la luz en tal región es necesario que el hombre pase por varias Iniciaciones. Su desarrollo le permitirá ver entonces ese panorama de la creación en movimiento, pues los cuadros de la Naturaleza están en constante moción. El rollo de la película moderna es una imitación preciosa de aquello que el hombre altamente desarrollado ve en los archivos del universo.

Nuestros amados Hermanos Mayores han podido indicarnos las grandes verdades contenidas en nuestro libro “Concepto Rosacruz del Cosmos” por este método de lectura de la Memoria de la Naturaleza, Max Heindel, por haber hecho los sacrificios necesarios y por vivir una vida de pureza y derrochar sus amorosos servicios, fue capaz de descorrer los velos que oscurecían su vista espiritual y con la ayuda de ellos, los Hermanos Mayores, le fue permitido ver estas escenas o cuadros e impartir a sus lectores más conocimientos durante escasos diez años que muchos otros místicos y ocultistas avanzados han hecho durante toda la vida.

Ya se trate de la formación de la piedra, de la planta, del animal o del hombre, todo está grabado en esa gran película cinematográfica. Cualquier evento de su historia pasada desde su propio principio están pintados allí. Nada hay tan pequeño o insignificante que no tenga su sitio y esté impreso sobre aquel lienzo.

Serenémonos y sentándonos quietamente, cerremos los ojos e imaginémonos cuáles sensaciones nos proporcionarían si pasaran tales cuadros ante nuestra mirada interna, mostrándonos el principio de la Tierra, la potencia creadora de la Gran Causa Primera, la nebulosa ígnea, seguido por la incrustación de la Tierra. Imaginémonos cómo serían las escenas de este panorama al pasar ante nuestro ojo mental los cuadros correspondientes al tenebroso Período de Saturno y su caluroso estado comparable al mineral.

Imaginémonos la vida de Dios en su trabajo para este progreso y desarrollo según recorre los siete globos, cada globo un poco más desarrollado que el precedente, y después el período de descanso y de reposo o caos que necesariamente debe venir entre el momento de manifestación de cada globo o Período y el Próximo. Cuando alcancemos el segundo período llamado Período Solar, imaginémonos una nebulosa de fuego, luminosa, cegadora, en cambio constante, siempre en un estado mejorado bajo la dirección y guía de los Señores de la Llama. En este período los Señores de la Sabiduría irradiaron de su propio cuerpo el germen del cuerpo vital del hombre, que debía interpenetrar el cuerpo denso físico que había empezado su manifestación en el Período de Saturno. ¿Podremos imaginarnos cómo sería nuestro cuerpo entonces, el cual se había extraído y desenvuelto de un estado semejante al del mineral, y que tomaba un estado comparable al de la planta?

Después de que la oleada de vida de este período hubo efectuado su actuación cumpliendo las siete revoluciones alrededor de los siete globos, entró de nuevo en un período de reposo o de sueño. Notemos cuán maravilloso es que toda vida, desde su más elevada y excelsa expresión hasta la más baja e ínfima, pasa por estos estados de vida y de manifestación para sumergirse en la contraparte de caos o inercia, es decir, su día y su noche.

Ahora sigamos adelante con nuestro panorama cinematográfico y pasemos ligeramente por los cuadros que corresponden a la formación del mundo durante el tercero o Período Lunar. También aquí volvemos a hallarnos con el místico número siete (Véase el diagrama número 8, página 204, del “Concepto Rosacruz del Cosmos”).
Esto nos dará una idea del gran plan de Dios, en cuanto a la formación de los mundos en ciclos de siete: Siete globos en cada período y siete períodos.

Como la Luna es de naturaleza acuosa, por lo tanto, naturalmente, el agua fue el elemento que se añadió en el Período Lunar al calor del Período de Saturno y al fuego del Período Solar. Nosotros nos podemos formar una idea de este período tomando una pelota de hierro caliente hasta el rojo, haciéndola girar a una velocidad grande y echando agua sobre ella. Una neblina templada deberá elevarse en la atmósfera. Esto describe de algún modo las condiciones atmosféricas que se encuentran en el Período Lunar. Los Señores de la Sabiduría cooperaron con los Señores de la Individualidad que en tal momento se hicieron cargo de la oleada de vida evolucionante. El hombre en formación había llegado al punto en el que se hallaban desarrollándose los embrionarios órganos de los sentidos y las glándulas. En la tercera revolución del Período Lunar, los Señores de la Individualidad irradiaron de ellos mismos la sustancia de la cual el hombre, con la ayuda de tales grandes seres, construyó su cuerpo de deseos.

Previamente a esto los espíritus virginales que comenzaron su evolución en el Período de Saturno estaban conscientes de los cuadros de la Memoria de la Naturaleza que se movían a su alrededor, pero a medida que se añadió velo tras velo las imágenes se esfumaron del radio de su visión. Por ejemplo, en el Período Solar la adición del cuerpo vital empezó a oscurecer hasta cierto punto su vista espiritual. Fue como si se corriera un velo entre el hombre y el Sol: la luz se oscureció ligeramente. En el Período Lunar se añadió el germen del cuerpo de deseos, lo cual dio al hombre el deseo para la acción. Al cuerpo evolucionante del espíritu virginal se le dio la fuerza para moverse, pero por la añadidura del cuerpo de deseos se sumó otro velo, y la luz del espíritu se oscureció en un grado aún mayor. Entonces quedó emparedado en un triple cuerpo.

Esta pérdida de la vista espiritual hizo que el espíritu girase en torno hacia su interior para buscar allí la luz que había perdido. Entonces la conciencia pictórica mencionada anteriormente tornó hacia adentro y empezó la individualización. Los seres del Período Lunar eran unas criaturas extrañas, semejantes al animal. Max Heindel les describe diciendo que tenían un cuerpo abolsado muy similar a la placenta en su desarrollo entre la cuarta y la quinta semanas. Tenían la apariencia de estar suspendidos por cuerdas en la atmósfera, precisamente como el embrión cuelga en la placenta del cordón umbilical.

El reino vegetal, como podemos observar en nuestro cuadro, crecía hasta una altura enorme, pues la atmósfera cargada de vapor favorecía y conducía a tan rápido crecimiento y desarrollo.

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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domingo, 26 de febrero de 2017

Contra la ciencia vana del mundo


CAPÍTULO 43: CONTRA LA CIENCIA VANA DEL MUNDO.

Jesucristo:

1. Hijo, no te muevan los dichos agudos y limados de los hombres; porque no consiste el reino de Dios en palabras, sino en virtud. Mira mis palabras, que encienden los corazones, y alumbran los entendimientos, provocan a compunción y traen muchas consolaciones. Nunca leas cosas para mostrarte más letrado o sabio.
Estudia en mortificar los vicios; porque más te aprovechará esto que saber muchas cuestiones dificultosas. 

2. Cuando hubieres acabado de leer y saber muchas cosas, te conviene venir a un solo principio. Yo soy el que enseño al hombre la ciencia, y doy más claro entendimiento a los pequeños que ningún hombre puede enseñar. Aquel a quien yo hablo, luego será sabio y aprovechará mucho en el espíritu. ¡Ay de aquellos que quieren aprender de los hombres curiosidades, y cuidan muy poco del camino de servirme a Mí! Tiempo vendrá cuando aparecerá el Maestro de los maestros, Cristo, Señor de los ángeles, a oír las lecciones de todos, esto es, a examinar la ciencia de cada uno. Y entonces escudriñará a Jerusalén con candelas, y serán descubiertos los secretos de las tinieblas, y callarán los argumentos de las lenguas.

3. Yo soy el que levanto en un instante al humilde entendimiento, para que entienda más razones de la verdad eterna, que si hubiese estudiado diez años en las Escuelas.
Yo enseño sin ruido de palabras, sin confusión de pareceres, sin fausto de honra, sin alteración de argumentos. Yo soy el que enseño a despreciar lo terreno y a aborrecer lo presente, buscar lo eterno; huir de las honras, sufrir los estorbos, poner toda la esperanza en Mí, y fuera de Mí no desear nada, y amarme ardientemente sobre todas las cosas.

4. Y así uno, amándome entrañablemente aprendió cosas divinas, y hablaba maravillas. Más aprovechó con dejar todas las cosas que con estudiar sutilezas. Pero a unos hablo cosas comunes, a otros especiales. A unos me muestro dulcemente con señales y figuras, y a otros revelo misterios con mucha luz. Una cosa dicen los libros; mas no enseñan igualmente a todos: porque Yo soy doctor interior de la verdad, escudriñador del corazón, conocedor de los pensamientos, promovedor de las acciones, repartiendo a cada uno según juzgo ser digno.

del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis


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El éter reflector (E) - Parte IV (continuación)


Parte IV
(Continuación)

EL ÉTER REFLECTOR (E)


16) El Éter Reflector y las Fuerzas Arquetípicas

Estudio del Diagrama Nº 1 del Concepto Rosacruz del Cosmos

En esta lección final sobre el Eter Reflector volvemos de nuevo a la afirmación de Max Heindel de que “este éter es el medio a través del cual el pensamiento impresiona al cerebro humano. Está muy íntimamente conectado con la cuarta subdivisión del mundo del pensamiento. Ésta es la más elevada de las cuatro subdivisiones contenidas en la Región del Pensamiento Concreto y es el mundo-hogar de la mente humana. Allí se encuentra una versión mucho más clara de la Memoria de la Naturaleza”.

La cuarta subdivisión de la Región del Pensamiento Concreto es denominada la Región de las Fuerzas Arquetípicas. (Ver “Cosmos”) Miremos más allá en lo que se nos enseña acerca de esta región, con el fin de obtener una comprensión más clara del Éter Reflector, porque el registro de esta Región es el que se refleja “abajo” en el Eter Reflector, y la relación cósmica que existe entre el Mundo del Pensamiento y el Éter Reflector tiene su réplica microcósmica dentro del aura del ser humano encarnado.

Los registros de la Memoria de la Naturaleza están contenidos en el polo negativo del Éter Reflector, y lo mismo la memoria individual. Pero el Ego dirige su fuerza mental positiva hacia el cerebro por medio del polo positivo del Eter Reflector.

Esta fuerza mental positiva, que trabaja a través del polo positivo del Éter Reflector en el cerebro y el sistema nervioso (la mente en realidad actúa dondequiera que esté presente la “materia gris” en el cuerpo) es creadora; no es pasivamente receptiva. El polo negativo es el receptor, y por lo tanto contiene la memoria, siendo el almacén de todas las imágenes como se ha descripto hasta aquí.

Max Heindel escribe acerca de la Región de las Fuerzas Arquetípicas: “Es la región central y más importante de los cinco mundos en los cuales se lleva a cabo la evolución entera del hombre. Por un lado en esta Región están las tres regiones superiores del Mundo del Pensamiento, así como el Mundo del Espíritu de Vida y el Mundo del Espíritu Divino. Por el otro lado están las tres regiones del Mundo del Pensamiento y los Mundos de Deseo y Físico. Así es como esta Región se convierte en una especie de ‘cruz’, limitada por una parte por los Reinos del Espíritu, y por la otra parte por los mundos de la forma. Es un punto focal, en el que el Espíritu se refleja a sí mismo en la materia” (Concepto Rosacruz del Cosmos).

En otro lugar Max Heindel señala que desde otro punto de vista el Mundo del Espíritu propiamente dicho empieza únicamente con el Mundo del Espíritu de Vida, al cual llama el primer mundo universal, y que en el sentido amplio, el universo material comienza con la Región del Pensamiento Abstracto, y que todo lo que este por arriba de esta es Espíritu “puro”. La Región del Pensamiento Abstracto es “caos del semillero del Cosmos”, en el que las “ideas germinales” –los gérmenes de toda causación, y por lo tanto de la evolución– son creadas en ese mundo por inteligencias espirituales. En el Concepto Rosacruz del Cosmos, Diagrama Nº 1, se nos muestra un dibujo esquemático para comprender mejor la “relativa permanencia de los mundos visible y invisibles”, por medio de la analogía con la linterna mágica con sus imágenes proyectadas. El Diagrama es dibujado desde el punto de vista del espíritu virginal, cuya voluntad corresponde al operador del estereóptico o linterna mágica, el cual concibe, en el Mundo del Espíritu de Vida, por medio de la divina imaginación creadora, un concepto: este concepto toma la forma de una Idea en la Región del Pensamiento Abstracto, y la Idea es puesta ante la lente de la mente, en la cuarta subdivisión del Mundo del Pensamiento. Únicamente esta cuarta división es propia y científicamente designada “la mente”. La mente es la lente, pero la luz emana del Espíritu de Vida, mientras en el vidrio representa la Idea permanente creada por el Espíritu Virginal en la Región del Pensamiento Abstracto. Es decir, esta Idea Permanente es la “Idea Germinal”, llamada así a causa de que es la “simiente” de la cual brotan los objetos del mundo exterior. La luz del Espíritu de Vida proyecta la Idea viviente y permanente, a través de la Mente, que está específicamente
en la Región de las Fuerzas Arquetípicas, y por lo tanto, son estas Fuerzas Arquetípicas las que, desde este punto en adelante, son representadas por los rayos de luz que emanan del Mundo del Espíritu de Vida. Las Fuerzas Arquetípicas irradian hacia abajo a través de la Región del Pensamiento Concreto y del Mundo del Deseo, despertando el poder dirigente del deseo, y la imagen (rayos de luz) es objetivada en el mundo exterior, correspondiendo a la imagen lanzada a la pantalla por la linterna mágica proyectora.
¿Qué son las Fuerzas Arquetípicas? Son todos los seres vivientes que trabajan sobre los arquetipos en el Segundo Cielo, arquetipos que son formas de pensamiento. Incluyen seres humanos, entre encarnaciones, Fuerzas de la Naturaleza, y las Jerarquías Celestiales, tales como los Señores de la Mente, los Arcángeles, los Angeles, miembros avanzados de nuestra propia oleada de vida (mercurianos, venusianos), etc., y los
Adeptos de nuestra propia humanidad.

Ahora, cuando llegamos al Mundo Físico, en el que es proyectada y objetivada la imagen, se nos muestran siete subdivisiones, de las que las cuatro superiores son los éteres, que son el tema de estas lecciones; y de estos cuatro éteres el Éter Reflector es el superior. Dice Max Heindel, es un hiper-éter. Este Éter es la pantalla sobre la cual la imagen se proyecta desde la mente. Pero las fuerzas del Mundo del Deseo están presentes con la imagen así como el calor, la luz y la electricidad de la máquina estereóptica están implicados en la proyección de la imagen inscripta en la lámina de vidrio hacia la pantalla –o, en otra analogía, el cinematógrafo proyectado a partir de la cinta fílmica.

Pero la imagen proyectada de la linterna mágica o del cinematógrafo, es plana y bidimensional. La imagen proyectada contenida dentro (no sobre) el Éter Reflector, es tridimensional. Es proyectada en profundidad, y con vida y fuerza. La memoria de la naturaleza y la de la mente humana, es comparable, en esta analogía, a las galerías artísticas y a los periódicos que llevan cuadros y símbolos, pero éstos son sólo una parte del mundo físico total mismo, el así llamado continum espacio-tiempo de la moderna
ciencia física.

El continum espacio-tiempo en su totalidad se relaciona con el Éter Reflector, y por lo tanto los científicos modernos hablan de “viajar en el tiempo”, o de “la aniquilación o colapso del espacio”, y del “colapso del tiempo”. Cuando el ocultista dice que “lee en la Memoria de la Naturaleza” –particularmente en el Éter Reflector– el científico dice que “viaja en el tiempo”. Y muchas fantasías científicas presentan este viaje en el tiempo como si fuese posible para una persona que viva en el Siglo XX, volver, efectivamente, a un tiempo y forma de vida antiguos, reteniendo, como lo hace, su personalidad y conocimiento del día presente. El ocultista objeta tal inversión de la corriente del tiempo. En verdad él viaja hacia atrás en su consciencia durante sus Iniciaciones, en las que revisa y recuerda sus existencias anteriores –no solamente sus encarnaciones como ser humano en el Período Terrestre, sino sus anteriores existencias como ser animaloide, vegetaloide y aun mineraloide en los primeros períodos de la evolución.

Pero si bien esos períodos fueron experimentados sin consciencia del yo, el Iniciado ahora los contempla y entra en ellos simpáticamente (o con empatía, empáticamente), en plena consciencia de vigilia y del yo, y al hacerlo así se hace capaz de usar voluntariamente las fuerzas que él entonces usó involuntaria –negativa o pasivamente– bajo la guía de seres espirituales superiores. 

Ahora, así como el cuerpo físico del hombre está rodeado por el mundo de su alrededor y deriva de éste, así el Espíritu Divino y el Espíritu de Vida están rodeados por sus correspondientes mundos macrocósmicos de Espíritu, y de ellos derivan; y así también el Espíritu Humano es diferenciado dentro del Mundo del Pensamiento Abstracto y la Mente del Cuerpo de Deseos dentro de sus correspondientes mundos; mientras que el cuerpo vital consiste en éteres que lo rodean por todos lados, y el cuerpo físico es hecho de sustancias físicas.

Pero desde otro punto de vista podemos decir que el universo consiste únicamente de Espíritu: el Espíritu Divino que es “reflejado” o condensado en el cuerpo físico como representante suyo; el Espíritu de Vida, que es “reflejado” o condensado en el cuerpo vital, como su representante; el Espíritu Humano (Yo razonante) que es “reflejado” o condensado en el cuerpo de deseos y la mente concreta como su doble representante. Pero –conforme lo vemos como resultado de un proceso de eliminación– es la mente misma la que es el foco, condensación o reflejo del Espíritu Virginal puro y el Éter Reflector es, por así decirlo, una especie de polaridad inferior u octava de la mente; la mente subconsciente, en el sentido de que ocupa un plano por debajo de la verdadera mente.

Llamar al Éter Reflector la “octava inferior” de la mente es por supuesto, una analogía musical, pero tal analogía lleva consigo un alto grado de exactitud con relación al Mundo del Pensamiento, porque ese mundo es el gran mundo cósmico del tono, o sonido; y cada arquetipo de sonido cósmico es creado en la Sustancia Raíz Cósmica por una Idea Creadora enviada por el Triple Espíritu en la forma mostrada en el Diagrama Nº 1 del Concepto Rosacruz del Cosmos. 

Es sabido por los músicos –y por los físicos que han esbozado una ciencia del sonido– que cuando es tocada una cierta nota, digamos en un piano, otras claves vibrarán con ella porque están en armonía con ella por simpatía, creando sobretonos, infratonos, acordes, y octavas, según sea el caso. (Ver El Concepto Rosacruz del Cosmos) Así es como la armonía del Triple Espíritu suena, y al sonar crea arquetipos – tonos en el Mundo del Pensamiento Concreto, que se traducen en forma y sustancia en el Mundo Físico. Por esto es por lo que se dice que el Éter Reflector es la “octava inferior” de la cuarta región o Región Arquetípica del Mundo del Pensamiento, y por lo tanto se refleja, o resuena con, los cuadros de la Memoria de la Naturaleza, y con todas las otras fuerzas que pertenecen a ese reino.

del libro Temas Rosacruces UNO - publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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sábado, 25 de febrero de 2017

Que nuestra paz no debe depender de los hombres



CAPÍTULO 42: QUE NUESTRA PAZ NO DEBE DEPENDER DE LOS
HOMBRES.

Jesucristo:

1. Hijo, si buscas la paz en el trato con alguno para tu entretenimiento y compañía, siempre te hallarás inconstante y embarazado. Pero si vas a buscar la verdad que siempre vive y permanece, no te entristecerás por el amigo que se fuere o se muriere.
En Mí ha de estar el amor del amigo, y por Mí se debe amar cualquiera que en esta vida te parece bueno y muy amable. Sin Mí no vale ni durará la amistad, ni es verdadero ni limpio el amor en que yo no intervengo. Tan muerto debes estar a las aficiones de los amigos, que habías de desear (por lo que a ti te toca) vivir lejos de todo trato humano. Tanto más se acerca el hombre a Dios, cuanto se desvía de todo gusto terreno. Y tanto más alto sube a Dios, cuánto más bajo desciende en sí, y se tiene por más vil.

2. El que se atribuye a sí mismo algo bueno, impide que la gracia de Dios venga sobre él; porque la gracia del Espíritu Santo siempre busca el corazón humilde. Si te supieses perfectamente anonadar y desviar de todo amor criado, yo entonces te llenaría de abundantes gracias. Cuando tú miras a las criaturas, apartas la vista del Criador. Aprende a vencerte en todo por el Criador, y entonces podrás llegar al conocimiento divino. Cualquier cosa, por pequeña que sea, si se ama o mira desordenadamente, nos estorba gozar del sumo bien, y nos daña.

del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis



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El éter reflector (D) - Parte IV (Continuación)



PARTE IV

(Continuación)

EL ÉTER REFLECTOR (D)

15) El Éter Reflector y su relación con la materia


Nótese que todo objeto del universo exterior tiene su réplica clara e inconfundible en el Éter Reflector. No es únicamente el Cuerpo del Alma o Dorado Vestido de Bodas lo que se encuentra en él. Toda cosa del universo tiene su reflejo en éste éter. La ley del reflejo en el hiper-éter, sin embargo, no es la de una simple imagen de tipo espejo, aunque ésta es la analogía sobre la que los instructores basan sus explicaciones. Sugerimos que las más recientes teorías de la ciencia acerca de la materia y la antimateria giran alrededor de este éter; y que así como la anti-materia tiene su antigravedad, uno puede leer aquí una posible explicación del viejo dicho de que la levitación se realiza por medio de la Luz Astral. Una teoría corriente dice que en el principio la materia y la anti-materia existían juntas en una especie de “huevo cósmico” y fueron separadas por alguna clase de fuerza repulsiva todavía desconocida.

La proposición de que el polo negativo del Éter Reflector puede constituir la “gran masa negativa” que está en el fondo del continum Espacio–Tiempo, del que la ciencia comienza a hacerse consciente, puede tener el efecto de un choque para los estudiantes que no han comprendido cuán cercana se ha hecho la física de la metafísica.

No es cierto que los éteres estén confinados en el globo terrestre. Max Heindel habla a menudo de los “éteres interplanetarios”, entre los que los principales son los Éteres Luminoso y Reflector. El Éter Luminoso interplanetario, en particular, lo asocia con el Cristo Cósmico o Logos Solar. Pero así como la materia en realidad se extiende a través del universo en los espacios interplanetarios e interestelares –hay átomos de materia en cada pie cúbico de espacio cósmico; el espacio no está vacío– así también sucede con los éteres; y cada planeta especializa su propio campo en el que la evolución prosigue para la oleada de vida que pertenece a este planeta.

Muchas de las así llamadas ilusiones de la materia, se deben indirectamente a las propiedades del Éter Reflector. Podemos en verdad imaginar que cada éter, comenzando desde arriba, incluye o envuelve (e interpenetra) a los que están bajo él. De este modo el Éter Reflector “contiene” los Éteres Luminoso, de Vida y Químico, por así decirlo. El Éter Luminoso “contiene” al Éter Químico, el que a su vez puede decirse que “contiene” al organismo físico.

Por ejemplo: el Ego imprime el pensamiento sobre el cerebro por medio del polo positivo del Éter Reflector. Ahora sabemos que el pensamiento y la memoria, procesos del Ego encarnado, tienen no solamente las correlaciones electromagnéticas de los Éteres Luminoso y Reflector, sino también las correlaciones puramente químicas del Éter Químico. Existe una química de la memoria y una química del pensamiento, así como unas fuerzas y un patrón electromagnético en el cerebro, que transmiten los impulsos del pensamiento al cuerpo y que llevan los impulsos sensoriales desde el cuerpo hacia adentro hasta el Ego.

Ciertas fuerzas del Éter Luminoso fluyen como respuesta al impulso mental enfocado por el Ego en el polo positivo del Éter Reflector, en donde la forma de pensamiento se mueve hacia afuera, hacia la quimicalización, pasando hacia abajo (que es hacia afuera) por medio del espectro electromagnético y del Éter Luminoso. Algunos biólogos han ya aceptado la teoría de que las corrientes eléctricas del sistema nervioso voluntario en realidad provienen del cerebro, donde son generadas. El ocultista apunta a que el Ego tiene su asiento en el cerebro. Max Heindel habla de las grandes oleadas de energía que emergen del cerebro cuando el Ego desea actuar en el cuerpo. 

Por consiguiente, dice el biólogo, hay “una intrincada base química que sustenta el por qué la gente olvida y por qué recuerda”. Los experimentos han demostrado que el aprendizaje se manifiesta por cambios en la producción de ARN (ácido ribonucleico) en las células; pero, el por qué cambia el ARN todavía permanece desconocido. Se sabe, sin embargo, que el proceso del aprendizaje es acompañado por cambios básicos en la composición de esta compleja sustancia química. Puesto que las moléculas de ARN dicen a las células cuáles proteínas hacer, los cambios en la estructura del ARN producirían cambios en la producción de las proteínas. Estas proteínas aparentemente “forman la base química del pensamiento”.

También otro escritor científico comenta: “La enormidad de la tarea de mecanización y electrificación de la fuerza cerebral se ilustra por el hecho de que el cerebro humano contiene alrededor de 10.000.000.000 de células nerviosas. No sabemos cómo traduce impulsos nerviosos en visión, oído, o tacto, o cómo almacena y recupera vastas cantidades de conocimiento”. El ocultista clasifica la “fuerza cerebral” y los impulsos nerviosos en el Éter Luminoso; el almacenamiento y la recuperación del conocimiento en el Éter Reflector. E1 Éter de Vida suministra la fuerza vital que conserva vivos y creciendo los tejidos y las células, y el Éter Químico es el campo en que los átomos y las moléculas son cimentadas magnéticamente según los patrones de evolución.

Como la visión en el Éter Reflector no depende del nervio óptico el ciego físico puede aprender a ver en este éter, y ver no solamente las imágenes del plano interno, sino también las imágenes del plano físico. Si esto pareciera un poder sustituto de lavisión física, consideremos que normalmente nadie mira directamente en el mundo físico. Ordinariamente uno ve únicamente la imagen que ha llegado a la retina del ojo, la que es traducida en impulsos nerviosos, pasando éstos, a su vez, hacia adentro, hasta el centro óptico del cerebro, donde, en alguna forma desconocida, los impulsos nerviosos son de nuevo convertidos en imagen e interpretados por el Ego. Y, ¿dónde tiene lugar esta conversión? ¿Dónde sino en el Éter Reflector que interpenetra el cerebro?

“Dentro de cada individuo existe un mecanismo, todavía no descubierto, que permite al hombre evolucionar. El ADN (ácido desoxiribonucleico), que incorpora este mecanismo, el código genético de todos los organismos vivientes (excepto la sangre y varios virus) está hecho de cuatro bases químicas: adenina, guanina, citosina, y timina, y las diferentes combinaciones de estas cuatro sustancias químicas son las que proveen la información específica usada por las células en la fabricación de proteínas. Este ADN es el modelado por la evolución. Hay una competencia constante por la supervivencia entre estas combinaciones, y en esta forma los organismos lentamente se enriquecen con experiencias que facilitan esta supervivencia. Nadie ha descubierto todavía la completa secuencia básica de estas diferentes combinaciones para un simple gene, y una célula contiene muchos miles de genes. Ahora estamos fuera del campo de las generalidades de la epigénesis y la filosofía y en el laboratorio del alquimista, donde nuestros alquimistas de antaño con sus cuatro elementos básicos, se sentirían completamente en su casa.” (Rays from the Rose Cross, Nov., l963, página 516).

Sin el Éter Reflector, el Ego no podría expresar consciencia en el cuerpo físico; esto es, él no sería consciente en el mundo físico. La consciencia, sugiere un filósofo de la ciencia moderna, Erwin Schrodinger, aparece en el papel de un tutor. Ella “supervisa nuestra educación”. Nos presenta nuevas experiencias, pero nos deja llevar adelante nuestras viejas rutinas bajo la forma de “hábito” –al cual relacionamos con el polo negativo del Éter Reflector. La consciencia se relaciona con el proceso del aprendizaje y está íntimamente asociada con todo lo que es nuevo. Esto es, con las nuevas experiencias y con la creatividad, la Epigénesis, las fuerzas del polo positivo– en una palabra, con el futuro.

Los ocultistas hace tiempo que reconocieron al fósforo como importante para los procesos del pensamiento. Dice Max Heindel: “El fósforo es el elemento particular por medio del cual el Ego puede expresar el pensamiento e influir al cuerpo denso... El grado de consciencia y de inteligencia está en proporción con la cantidad de fósforo contenida en el cerebro”. “El crecimiento anímico permite al cerebro asimilar una cantidad de fósforo en aumento” (aunque, el fósforo es un veneno químico).

El término “Luz Astral” no es (como es bien sabido), un orientalismo, sino que fue usado antiguamente por los instructores occidentales, con referencia al asteroide Cuerpo del Alma y a su aura. Paracelso se refiere a él como “la luz sideral”. Las palabras del gran Paracelso son muy significativas: “Las cosas escondidas del alma que no pueden ser percibidas por medio de los sentidos físicos, pueden ser halladas mediante el cuerpo sideral, a través de cuyo organismo podemos mirar en la Naturaleza en la misma forma que el Sol brilla a través del cristal. La naturaleza interna de toda cosa puede por lo tanto ser conocida mediante la magia en general, y mediante los poderes de la segunda vista o visión interna”. En la Filosofía Rosacruz el término descriptivo “Eter Reflector” es usado en lugar de “Luz Astral”, incluyendo este último término tanto el Éter Luminoso como el Éter Reflector.

Creemos importante señalar que los ocultistas orientales y medievales han afirmado que los cuerpos pesados pueden ser levitados por medio de la Luz Astral,  notando además sus funciones para promover los otros poderes suprasensoriales.
Podemos estudiar las varias propiedades y procesos electromagnéticos del cuerpo particular o colectivamente; pero la raíz del misterio no se encuentra sino en el Éter Reflector: en el polo negativo, que es el Reflector Cósmico, y en el polo positivo que proyecta la imagen arquetípica que actúa creativamente y que representa el futuro.


Diagrama Nº 1 del Concepto Rosacruz del Cosmos


del libro Temas Rosacruces UNO  
publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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Que nuesta paz no debe depender de los hombres



CAPÍTULO 42: QUE NUESTRA PAZ NO DEBE DEPENDER DE LOS
HOMBRES.

Jesucristo:

1. Hijo, si buscas la paz en el trato con alguno para tu entretenimiento y compañía, siempre te hallarás inconstante y embarazado. Pero si vas a buscar la verdad que siempre vive y permanece, no te entristecerás por el amigo que se fuere o se muriere.
En Mí ha de estar el amor del amigo, y por Mí se debe amar cualquiera que en esta vida te parece bueno y muy amable. Sin Mí no vale ni durará la amistad, ni es verdadero ni limpio el amor en que yo no intervengo. Tan muerto debes estar a las aficiones de los amigos, que habías de desear (por lo que a ti te toca) vivir lejos de todo trato humano. Tanto más se acerca el hombre a Dios, cuanto se desvía de todo gusto terreno. Y tanto más alto sube a Dios, cuánto más bajo desciende en sí, y se tiene por más vil.

2. El que se atribuye a sí mismo algo bueno, impide que la gracia de Dios venga sobre él; porque la gracia del Espíritu Santo siempre busca el corazón humilde. Si te supieses perfectamente anonadar y desviar de todo amor criado, yo entonces te llenaría de abundantes gracias. Cuando tú miras a las criaturas, apartas la vista del Criador. Aprende a vencerte en todo por el Criador, y entonces podrás llegar al conocimiento divino. Cualquier cosa, por pequeña que sea, si se ama o mira desordenadamente, nos estorba gozar del sumo bien, y nos daña.

del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis


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viernes, 24 de febrero de 2017

El éter reflector (C) - Parte IV (continuación)



PARTE IV
(Continuación) 

EL ÉTER REFLECTOR (C)

14) El Éter Reflector y los registros de las encarnaciones pasadas

No solamente contiene el Éter Reflector los registros pertenecientes a la vida diaria, sino que también contiene los registros de las horas de sueño, las que en el caso del ocultista son horas de gran actividad. Pocos estudiantes recuerdan las actividades de las horas de la noche, cuando, como Auxiliares Invisibles, están trabajando o estudiando, en los mundos espirituales. Los Auxiliares Invisibles tienen libertad de acción, y si bien todos muestran interés en la obra de la curación, otros tienen otros campos de actividad. Asisten a clases, y también se les da la oportunidad de visitar las regiones del Purgatorio y del Primer Cielo, para observar las condiciones de allí. Algo de esto es recordado; y una buena parte es olvidado. Aun después de la Primera Iniciación, dijo Max Heindel, su memoria no era todavía perfecta, y requirió entrenamiento ulterior.

Los psicólogos acostumbran hablar de la gente como “memorias oculares”, o “memorias auditivas”, o “abstraccionistas” (como podemos designar al tercer grupo) quienes no pudieron recordar con ninguna clase de imágenes. Aunque pueda parecer increíble para mucha gente, hay algunos que pueden decirle a usted exactamente lo que desayunaron, describir todo lo que había sobre la mesa, y sin embargo, insistir en que ellos no “ven” absolutamente ninguna imagen. Posiblemente este tipo de recuerdos sin imágenes pertenece a la mente matemática, acostumbrada a pensar sin imágenes, con excepción de las fórmulas matemáticas. El estudiante oculto que está comenzando a despertar en los planos internos, exhibe similares diferencias de memoria y recuerdo, lo que es debido indudablemente a diferencias semejantes de hábito mental y temperamento. Algunos se dirán a sí mismos: “Estuve en tal y cual lugar anoche, y hablé así y asá”. Sin embargo, al serles pedido que describan la escena o la persona, no pueden hacerlo, por no tener en su mente absolutamente ninguna imagen relativa a la situación. Tal vez en la vida diaria tienen la misma clase de recuerdo sin imágenes. Para mejorar la memoria puede ser necesario entonces practicar la construcción de imágenes en la mente, como se enseña en el ejercicio de concentración, que el estudiante hace cada mañana al despertar.

Si el estudiante tiene “memoria auditiva”, si sus respuestas auditivas son agudas, probablemente recordará palabras y discursos con más facilidad que imágenes; y si es de “memoria ocular”, y si su responsividad visual es la cualidad sobresaliente, traerá a la memoria el recuerdo de la escena, de los objetos y de las personas. Naturalmente, los artistas son mayormente de memoria ocular, pero los músicos y los oradores son de memoria auditiva. Aquellos que dicen que recuerdan experiencias sin imágenes visuales ni auditivas, también tienen un verdadero recuerdo, sin embargo.

Recientes experimentos psicológicos en varias universidades sugieren que el olvido ocurre como resultado de la interferencia de varios sistemas de memoria, de los cuales las imágenes o detalles son muy similares. Esto es lo contrario de la creencia popular, que dice que uno recuerda más fácilmente las cosas que son parecidas. Un ejemplo sencillo sería: ¿qué día de esta semana comimos huevos revueltos en el desayuno? En una casa en que se sirven a menudo huevos, esto raramente sería recordado. En el caso de los recuerdos del plano interno, los acontecimientos poco comunes son los más fácilmente recordados; pero la vida continua de estudio y trabajo, que nunca cesa noche tras noche, es olvidada, en gran parte, tal vez porque se parece a nuestras actividades diarias en muchos puntos.

Junto con la capacidad de recordar las experiencias de los planos internos, en los que el Espíritu funciona durante el sueño del cuerpo (contando, por supuesto, conque tenga algunos intereses superiores a los del cuerpo), viene la capacidad de ver las imágenes del polo negativo del Éter Reflector, que se refieren a encarnaciones pasadas.
Se nos dice que estos recuerdos, en una forma aún no definida en términos científicos, están impresas sobre el átomo-simiente del corazón y son traídas de vida en vida; y estos recuerdos del átomo-simiente están entre los que, reflejados en el polo negativo del Éter Reflector, ve a menudo el estudiante antes de caer dormido y antes de despertar por la mañana. Los psicólogos los llaman “visiones hipnagógicas”, visiones impulsadas fuera del subconsciente, en el sueño o en el entresueño. Puesto que ocurren durante el sueño, como en los ensueños, el estudiante no es capaz de ejercer ningún verdadero control sobre ellas, pero a medida que aumenta la consciencia del alma, adquiere este control. La mayor parte de las visiones del “trance” pertenecen a la categoría de la visión hipnagógica. En el orden superior de la clarividencia, sin embargo, la persona está completamente despierta, pero se relaja en estado de completa calma, por un acto de voluntad, y luego ve estas así llamadas visiones “hipnagógicas” en completa consciencia de vigilia, y aprende a controlarlas y a dirigirlas.

Es debido a la necesidad de completa relajación que la mayoría de las escuelas ocultas del pasado estaban situadas en lugares alejados de los caminos, en las cumbres de las montañas y en lo profundo de los bosques o lugares desiertos, donde el aire era claro y puro y existían únicamente los sonidos de la Naturaleza. Evidentemente, cuando estudiantes entrenados en tales lugares tranquilos salían a los ruidosos caminos reales de las ciudades, tendían a perder sus duramente obtenidos poderes, y tenían que aprender a concentrarse en medio del ruido y de la confusión.

La Escuela de Misterios Occidental de la Rosa Cruz ha visto y resuelto este problema. Su entrenamiento está designado para el uso del habitante de las ciudades, y si bien puede parecer al estudiante que su progreso es lento, pero si fuese a hacer un retiro en algún tranquilo refugio espiritual en el campo, encontraría que ha adquirido efectivamente más poder del que creía, y aventajado con relación al estudiante residente allí, que había sido entrenado en la soledad.

No debe creerse que la visión “hipnagógica” continúa en el estado de vigilia. El punto que deseamos recalcar es que el estado de sueño gradualmente se clarifica, o llega a penetrarse de la consciencia de vigilia; y esta consciencia de vigilia entonces cubre tanto las horas de sueño como las horas de vigilia, y también zonas intermedias, en las que ocurren las visiones hipnagógicas.

En este estado clarificado, o “Claro”, el vidente–estudiante lee en el polo negativo del Éter Reflector, y algunas veces dentro de ese éter verá escenas de las encarnaciones pasadas, tanto propias como de los demás.

Hay ciertos puntos importantes que deben observarse en conexión con estas visiones en el Éter Reflector. Primero, la conocida característica de este éter de transponer algunas de las imágenes, como en el caso de Mme. Blavatsky, quien leyó un número de páginas hacia atrás. La analogía con el espejo no debe ser recalcada demasiado, porque, después de todo, el Éter Reflector no es un espejo físico; es un espejo cuadridimensional en el cual las tres dimensiones del espacio son experimentadas por la consciencia como si fueran un reflejo.

Esto significa que, a diferencia de la imagen de espejo, que nunca se mezcla con nuestras personas físicas sino que permanece aparte, nosotros mismos parecemos ser arrastrados por la corriente del Éter Reflector, de modo que estamos parados en medio de los acontecimientos que tienen lugar allí. Sólo al principio es cuando las imágenes corren a toda prisa como las del cinematógrafo que nos son familiares en la pantalla del teatro; el estudiante encontrará en cierto momento que él mismo ha entrado en la escena que se le muestra, y es probable que crea que está viendo una escena de su propia encarnación pasada. Y esto es usualmente cierto. Las primeras escenas vistas son generalmente las que pertenecen a nuestras propias encarnaciones pasadas. Sin embargo, podemos no reconocernos a nosotros mismos en una escena donde se ve mucha gente, y en la que nuestras simpatías se dirigen hacia algún otro carácter.

Inevitablemente el estudiante–vidente se identificará con el personaje por el que siente la más fuerte simpatía, porque de hecho ha entrado, mediante el poder “reflector” del éter, en la esfera emocional del personaje que ve. Así es como varias mujeres escribieron al egiptólogo Arthur Weigall, agradeciéndole por el bondadoso tratamiento de la historia de Cleopatra, la cual, dijeron, fueron ellas mismas en sus anteriores encarnaciones. Ahora, ¿cómo pudieron estas varias mujeres creer todas que ellas habían sido Cleopatra? Evidentemente habían visto escenas del Egipto, en las que Cleopatra era el personaje central en todas ellas, y habían sentido una poderosa identificación con la desgraciada reina.

Podemos suponer que las videntes fueron gente que, muy ciertamente, habían vivido en Egipto y habían conocido a Cleopatra. Pueden haber sido sirvientes en la corte, o damas de la corte, amigas de la reina. Pueden incluso haber sido sus más sinceros enemigos, que se propusieron producir su caída y muerte, y que en el Purgatorio entre encarnaciones, habían entrado en el sufrimiento de Cleopatra y aprendido a arrepentirse de su maldad. Ahora, en la encarnación en la que por fin entraron en el Sendero de la Iniciación, el pasado abrió sus puertas y les indicó el lugar en el que habían creado mucho karma. Estaban no solamente en medio de las escenas del tiempo de Cleopatra, sino que también estaban en medio de las oleadas de emoción que surgieron a través de su corte, de la cual era el pivote, y el centro. Cada una de las mujeres videntes, obviamente a causa de vanidad personal y tal vez también porque sentían sed de emoción, decidió prontamente que ella misma era Cleopatra reencarnada.

Así vemos que existe una memoria de la emoción, así como una memoria del pensamiento y de la acción, y esto también es tocado por el clarividente del Éter Reflector; aunque esta memoria de la emoción es para la mayoría de la gente más raramente experimentada que la otra. Sin embargo, cuando la imagen del pasado no es simplemente contemplada, sino que se entra en ella en la forma descripta, la memoria de la emoción entra en juego. Ahora, puesto que la mayoría de nosotros nos identificamos con nuestras emociones y sentimientos en un grado aún mayor que con las sensaciones del cuerpo y el pensamiento, es natural que, sintiendo una fuerte emoción emanante del personaje observado, nos apropiamos una identidad que no es realmente la nuestra, y entonces surgen situaciones ridículas como las de las varias mujeres que se creyeron Cleopatra.

Las visiones hipnagógicas, si son voluntariamente autoinducidas no son muy confiables. Deben ser ponderadas y analizadas con gran cuidado. Algunas veces, en verdad, la identificación de la reencarnación es mostrada demasiado claramente como para equivocarse, pero hay muchos ejemplos en los que es imposible estar seguro de la propia o de la ajena imagen encarnacional tal como se muestra en el Éter Reflector. 

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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