lunes, 13 de febrero de 2017

El éter de vida (B) Parte II (continuación)




PARTE II
(Continuación)

EL ÉTER DE VIDA (B)

5) La Espiral de la Vida

En nuestra última lección se indicó lo que la ciencia física tiene que decir acerca de las fuerzas vitales del organismo humano. Tomamos nota de nuevo de que el átomo de carbón es la culminación de los procesos vitales químicos, con las palabras de un científico: “Si bien la estructura del universo depende del hidrógeno la estructura de la vida depende del carbono. El carbono es el “bloque de construcción” esencial con el cual han sido construidas todas las cosas vivientes. ¿Por qué es esto así? La vida requiere átomos que tengan la capacidad de formar moléculas excepcionalmente grandes... ¿Qué es lo que da al carbono esta propiedad especial de adherirse a otros átomos en tan gran escala? Parece ser un átomo ordinario distinguido por tener seis electrones planetarios; en tanto que el boro y el nitrógeno, sus vecinos en la tabla atómica, tienen seis y siete electrones, respectivamente, por eso el carbón es enteramente único. Esto es debido a su estructura peculiar. Es conocido como átomo cuadrivalente a causa de que tiene una potencia de cuatro para formar combinaciones de átomos, en comparación con otros que tienen más o menos. Es esta cualidad la que da al
átomo de carbono su tremenda potencialidad de crear estructuras más complejas. En efecto, el número de posibles compuestos, basados en este versátil átomo, en realidad alcanza a millones.” (“The Living Universe”, Gatland and Dempster).

Durante siglos la ciencia oculta ha hablado del “Cuerpo de diamante” del Adepto, o del Adepto mismo, como del “Diamante viviente”. Aquí, en la bioquímica moderna, brilla un destello de revelación, porque este mismo átomo de carbono, que es tan prominente en los procesos vitales, es el mismo que hace mucho tiempo utilizó la Naturaleza para formar diamantes en los estratos rocosos del globo terrestre primordial.

El diamante es el símbolo de la inmortalidad; pero es algo más que un símbolo. Es una
promesa.

Tras del diamante está la energía de la luz solar, la presión de masas de roca, y el calor de la todavía joven tierra. Las mismas fuerzas están presentes en el organismo humano, aunque en otra forma, y proyectan la sombra del destino final del ser humano.

Hablaremos aún más del “Alma de Diamante” y del “Alma de Rubí” en la lección sobre el Éter de Vida, porque este éter tiene que ver también con el misterio del Diamante.
En el pensamiento popular, el “Fuego” y el “Agua” se toman como opuestos; pero en la química oculta son en realidad complementarios. Y así no nos es sorprendente descubrir que el “éter solar incoloro” o “fluido solar” está íntimamente conectado con el Éter de Vida, que entra a través del centro del bazo del cuerpo etérico; porque el Éter de Vida es la avenida particular para la especialización de este fluido solar, según afirma Max Heindel.

Ahora, así como existe un Fuego Vital Universal o Macrocósmico (llamado el Espíritu de Vida, que es el Principio Crístico), así también existe un magnetismo macrocósmico visible a la visión etérica como una especie de lluvia que parece caer en líneas inclinadas hacia la tierra. Muchas personas han visto esta lluvia de fuerzas cósmicas sin saber qué era lo que veían. No es lo mismo que los “Rayos Cósmicos” de la ciencia moderna aunque, puesto que el Sol es una estrella y las estrellas son todas soles, no hay razón para suponer que este “Éter solar” no incluya fuerzas que emanan de estrellas y nebulosas distantes, así como de nuestro propio Sol. Tanto la materia como la luz son fenómenos electromagnéticos; y lo mismo la “vida”, como lo están descubriendo los biólogos ahora, como la así llamada “fuerza sexual” son “generadas” en el Éter de Vida conforme la fuerza vital o cósmica se precipita en el cuerpo vital a través del bazo.

La lluvia magnética cósmica es incolora, como el agua; y así como la lluvia consiste en gotitas de agua separadas, así también esta lluvia magnética consiste en unidades de fuerza separadas. Más aún, tiene afinidad por el agua, y Mesmer descubrió que los océanos están cargados con lo que él denominó el magnetismo solar, al igual que los lagos, ríos y torrentes. Y por supuesto, el altamente magnético cuerpo humano revela su origen en los mares primitivos por el hecho de que consiste en más del 80 % de agua. Mesmer dijo también que el Sol era un gran magneto –lo que ahora confirma la astronomía. (Frontiers of Astronomy, Hoyle).

Las plantas son ricas en Éter de Vida, y también ciertos productos animales tales como la leche fresca de vaca, todavía caliente por el reciente ordeño. La mayoría de las necesidades humanas son cubiertas mediante la ingestión de alimentos vegetales, a los que se agrega el torrente magnético que entra precipitándose a través del bazo. Algún día el hombre no necesitará mantenerse con alimentos vegetales, sino que obtendrá su sostén directamente del campo mismo de la energía cósmica.

El magnetismo Universal se precipita a través del bazo hacia el átomo-simiente del cuerpo vital localizado en el plexo solar; de allí irradia hacia afuera a través del cuerpo mediante los nervios. Sin estas corrientes magnéticas el cuerpo no podría funcionar, sino que sería inerte y sin movimiento, como una máquina eléctrica con la corriente interrumpida. La actividad del cuerpo vital conforme especializa el fluido solar es audible al oído etérico bajo la forma del zumbido insistente de un abejorro, y los vórtices de fuerza son claramente sentidos. La nota-clave de esta actividad es dada por la “Flama Sonora” que arde en la médula oblonga que a su vez emite la nota-clave del arquetipo. Cuando el Ego desea actuar, hace que el cerebro especialice grandes cantidades de esta energía, que dirige hacia los músculos y compele a la acción. Es la misma fuerza que el Ego usó antes, al construir el cuerpo dentro de la matriz maternal (12). 

Max Heindel describe “las millones de bocas” que en el cuerpo vital positivo (femenino) succionan la energía solar en mucha más grande cantidad que el cuerpo vital negativo (masculino); y esto, dice, cuenta para la gran capacidad recuperativa de las jóvenes y de las mujeres. El excedente de fuerza es dado al cuerpo vital femenino para las necesidades de la maternidad, pero está allí para ser usado en la vida diaria también.

Los estudiantes algunas veces ven estas “bocas” en forma de “círculos”, y parece que estos círculos son la unidad básica del polo positivo del Éter de Vida, que determina la forma de la matriz magnética principal, que es una especie de red, o malla, de fuerza.

Dentro de la malla magnética hay innumerables remolinos (o espirales de fuerza), grandes y chicos, algunos vueltos hacia la derecha y otros hacia la izquierda. Esto nos recuerda la afirmación de que la luz es fuerza electromagnética que corre libremente, mientras que la materia es esta misma fuerza corriendo en círculos, o sea “luz embotellada”. El Éter Químico es la “botella” para la materia viviente.

12
La mayor parte de los físicos concuerdan en que una carga eléctrica en movimiento da lugar a un campo magnético. Pero una minoría está investigando la posibilidad de que no siempre produzcan una misma cosa y a tal fin postula la existencía de monopolos o polos separados, los cuales serian en el magnetismo lo que los electrones en la electricidad. De acuerdo con esta teoría habrían monopolos positivos y negativos así como hay electrones –partículas negativas– y positones –partículas positivas–.
El estudiante de ocultismo, desde el punto de vista de la experiencia etérica, habla de la electricidad y magnetismo del cuerpo en relación con los dos éteres inferiores y pone en relieve el hecho de que con muchísima frecuencia se ha podido observar que las fuerzas eléctricas están relacionadas con el Éter Químico y las fuerzas magnéticas con el Éter de la Vida

El átomo etérico y el átomo físico son como una regla, fuertemente entretejido, pero los estudiantes de ocultismo (y algunos otros) a menudo sienten una sensación como del “desternillarse” el átomo etérico del átomo físico. Sólo recientemente ha venido a comprender la ciencia física que constituye una diferencia en la Naturaleza, el hecho de que una fuerza corra hacia la derecha o hacia la izquierda. Antiguamente la “Ley de la Paridad” expresaba la común creencia de que no constituía diferencia en la Naturaleza el sentido de las corrientes de fuerza. Toda una nueva rama de la ciencia se ha desarrollado a partir del descubrimiento de que sí constituye una diferencia definida, tanto para la estructura de la materia como para el desarrollo de la vida.

Por dondequiera en la Naturaleza uno encuentra la Ley de la Espiral; desde las nebulosas y galaxias en el cielo, hasta el crecimiento espiral de la hoja y de la yema en las plantas, descendiendo al hélice de los cromosomas en el cual se enhebran como cuentas de rosario los genes, y aún más abajo hasta los iones, y a las bases atómicas de las sustancias que viven o que una vez tuvieron vida, y allí descubrimos de nuevo que los átomos de carbono parecen ser un agente especial de la tendencia espiral. Porque aunque existen algunas moléculas y iones no vivientes que también exhiben la tendencia  espiral, esta característica es frecuentemente en el signo de las fuerzas vitales. Citamos:

“¿Qué cosa inició la derecha y la izquierda ahora tan vitales para las cosas vivientes? Si algún proceso vital debe acompañar la separación de los materiales de la derecha de los de la izquierda, ¿cómo, en primer lugar, pudo la vida comenzar? Si todo lo que ahora es de la derecha fuera súbitamente hecho de la izquierda, ¿proseguiría la vida sin interrupción y sin cambio? Estos son problemas profundamente estudiados. Algunas buenas conjeturas han sido hechas, pero no han dado la respuesta completa. Las conjeturas han venido –y tal vez la respuesta completa venga– del examen de las simetrías de las fuerzas que actúan sobre la materia junto con las simetrías de la materia sobre la cual actúan. Los cristales suministran uno de los más bellos ejemplos de orden y de simetría. Pensando más todavía, descubriréis que el orden y la simetría tienen muchas aplicaciones de gran alcance en todas las ciencias naturales. Hoy día los físicos piensan en las simetrías de las partículas fundamentales de las cuales está hecho el universo, en los campos de Fuerza en los cuales se encuentran estas mismas partículas, y en las ecuaciones matemáticas que describen la resultante conducta del mundo. Los químicos piensan en la simetría de las moléculas, simples y complicadas hechas de aquellas partículas y los biólogos piensan en aquellas simetrías –ese orden y regularidad
‘en su esfuerzo por comprender el origen y la conducta de la vida misma’.” (Crystals and Crystal Growing, Holden and Singer, págs. 274, 275).

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel
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