sábado, 23 de mayo de 2015

El altar de bronce y el lavabo o pila


EL ALTAR DE BRONCE Y EL LAVABO 0 PILA


El Altar de Bronce estaba colocado dentro del recinto, pero inmediato a la entrada del Este, y era usado para el sacrificio de los animales durante el servicio del templo. La idea de emplear toros y cabras para el sacrificio podrá parecer bárbara a las mentes del día, y nosotros no podemos concebir que pudieran tener ninguna eficacia en tal sentido, La Biblia, sin duda alguna, corrobora y apoya esta idea nuestra acerca de este punto, porque en ella se nos dice repetidamente que Dios no desea sacrificios sino un espíritu humilde y un contrito corazón, y que para Él no tienen placer los
sacrificios de sangre. 
En vista de esto parece extraño que se hayan empleado y pedido sacrificios de tal índole. Pero nosotros debemos tener en cuenta que no hay religión que pueda elevar a aquellos para quienes están designados sus enseñanzas, si éstas están muy por encima de su nivel moral o intelectual. Para que una religión pueda atraer y servir a un bárbaro, debe tener en sí ciertos rasgos de barbarie. Una religión de amor no podía hacer mella en aquella gente israelita, por lo cual se les dio una ley que exigía "ojo por ojo y diente por diente". No se halla en ninguna parte del Viejo Testamento alguna mención de inmortalidad, porque aquellos hombres no podían
haber comprendido nada de un cielo, ni tampoco aspirar a él. Pero, en cambio, ellos amaban y tenían cariño a sus propiedades materiales, y en consecuencia, se les predicó que si obraban bien y justamente, tanto ellos como su semilla, morarían en la Tierra para siempre; que sus ganados serían multiplicados, etcétera, etc. Amaban, sí, sus posesiones materiales, y ellos sabían que el aumento de sus rebaños era debido al favor del Señor, ya que Él se lo concedía en mérito de su buen obrar. De modo que se les enseñó a que obraran en justicia con la esperanza de una recompensa inmediata en este mundo. Asimismo se les inculcaba la idea de rechazar el mal obrar por el castigo rápido e inmediato que ello
llevaría consigo, esto es, todos aquellos castigos recibidos se les dijo eran la retribución o consecuencia de sus pecados. Este era el único camino que había para encarrilarles en el camino del bien. En tal estado de evolución no hubieran obrado en justicia por amor a la justicia, ni tampoco hubieran podido comprender el principio
de hacerse a sí mismos "sacrificios Vivientes", Y probablemente ellos sentían entonces la perdida de un animal cedido en sacrificio por un pecado o trasgresión de la ley, con la misma intensidad que nosotros sentimos hoy los remordimientos de la conciencia por nuestras malas acciones. El Altar estaba hecho de bronce, metal que no se halla en estado natural, sino que es construido por el' hombre, mediante una mezcla de cobre y de cinc. De esto se deduce que con ello se insinuaba simbólicamente que el pecado no estaba comprendido ni previsto en el plan de nuestra evolución y, por lo tanto, es una anomalía en la Naturaleza, así como también sus consecuencias: el dolor y la muerte, lo cual está simbolizado por las víctimas sacrificadas. Pero a la vez que el Altar en sí estaba fabricado con materias de composición artificial, el fuego que ardía incesantemente sobre él era de origen divino, el cual era mantenido constantemente ardiendo, un año tras otro, con el más celoso cuidado. Nunca se hizo uso de otro fuego distinto del original, y podemos meditar para nuestra Iluminación interna que en una ocasión en que dos sacerdotes - presuntuosos y rebeldes, desdeñando este mandamiento, pretendieron emplear un fuego extraño, se encontraron con una retribución pavorosa y con muerte
instantánea. Cuando una vez nosotros hemos hecho el juramento de alianza con el Maestro místico, el Yo Superior, es extremadamente peligroso el, desdeñar los preceptos de aquel juramento y alianza. Cuando el candidato aparece a la entrada oriental está "pobre, desnudo y ciego". En tal momento es un objeto de lástima y de
conmiseración, necesitando el ser vestido y llevado, hasta la luz;Pero esto no puede hacerse inmediatamente en el Templo místico.
Durante el tiempo de su progreso de su estado de desnudez hasta que ha sido vestido con el Magnífico Manto del gran sacerdote, transcurre un largo espacio, durante el cual tiene que recorrer un largo y difícil camino. La primera lección que se le da es que el hombre avanza Únicamente mediante el sacrificio. En la Iniciación
mística Cristiana cuando el Cristo lava los pies de sus Discípulos, se da la explicación de que si no fuera por la descomposición de los minerales de modo que sirvan para dar cuerpo al reino vegetal, no tendríamos vegetación; que si el alimento vegetal no proveyese sustento para los animales, estos últimos seres no podrían vivir ni existir, y así sucesivamente, el superior, el de más arriba necesita sustentarse en el de abajo, el inferior. Por esta razón, el hombre tiene con- traída una deuda con ellos, y corno consecuencia, el Maestro lava los pies a sus Discípulos, simbolizando en el acto de ese servicio servil y bajo, el reconocimiento del hecho de que ellos le han servido a Él como escalones para poder llegar a algo superior. Del mismo modo, cuando el candidato es llevado al Altar de Bronce, aprende la lección de que el animal es sacrificado por su amor y beneficio, dando su cuerpo para alimento y su piel para
vestido. Además, ve la densa nube de humo que flota sobre el Altar y percibe dentro de ella una luz, pero aquella luz es demasiado tenue, demasiado envuelta en el humo, para que pueda servirle de' guía permanente. Sus ojos espiritual les están débiles, no obstante, y por lo tanto no puede exponérselos inmediatamente a la luz de verdades espirituales más elevadas. El apóstol San Pablo nos dice que el Tabernáculo en el Desierto era una sombra, perspectiva o proyección de cosas más grandes que habían de venir. Por lo tanto, será de interés y de beneficio conocer cuál es el significado de éste Altar de Bronce con sus sacrificios y la quema de las carnes, para el candidato que llega a la puerta del Templo en estos modernos tiempos. Con objeto de que podamos comprender este misterio, primeramente debemos concebir la gran idea absolutamente esencial que subyace o comprende todo verdadero misticismo, esto es, que todas estas cosas están dentro y no fuera del candidato o del místico.
Angelus Silesius dice acerca de la Cruz: "Aunque Cristo naciera en Belén mil veces y no dentro de ti mismo, tu alma estará descarriada. La Cruz del Gólgota contemplarás en vano, mientras que dentro de ti mismo no se levante." Esta idea debe aplicarse a cada símbolo y fase de las experiencias místicas. No es el Cristo externo el que nos salva, sino que es el Cristo interno al nacer dentro de nosotros.
El Tabernáculo fue construido realmente en una época determinada, corno puede verse claramente en la Memoria de la Naturaleza cuando la vista interna se ha desarrollado en cierto grado; pero nadie es ayudado y no lo fue nunca por el símbolo
ex- terno. Nosotros debemos construir, el Tabernáculo dentro de nuestros propios corazones y de nuestras mismas conciencias, y una vez construido debemos vivir durante nuestro paso por todo él en forma de experiencia real, todo el ritual del servicio que en el símbolo del Tabernáculo externo se realizaba. debernos también convertirnos en el Altar del sacrificio y al mismo tiempo ser la ostia u oblación que en él se ofrece, Y que simbolizará al animal que en el tiempo pasado se inmolaba como ofrenda en él. Debemos, asimismo, convertirnos en el sacerdote que degüella al animal y al mismo tiempo ser la víctima que es inmolada. Posteriormente debemos aprender el modo de identificarnos con el místico Lavabo, así como conocer el modo de lavarnos en él en espíritu. Entonces
debernos pasar al departamento orientar que está detrás del primer velo y ministrar en él, y así sucesivamente pasar a través de todo el servicio del Templo hasta que nos convirtamos en el más grande de todos aquellos antiguos símbolos, la Gloria del Shekínah, pues de lo contrario todo lo otro de nada nos serviría. En resumen, antes de que el símbolo del Tabernáculo pueda realmente favorecernos, debemos transferirlo, de la aridez y esterilidad del desierto en el espacio, al hogar de nuestros propios corazones, de modo que cuando nosotros nos hayamos convertido en todo lo que aquel símbolo significa, también nos hayamos transformado en todo aquello que de espiritual tiene su significado. De modo que en todo caso debemos comenzar a construir y a levantar dentro de nosotros mismos, el Altar del sacrificio, antes de que podamos ofrecer sobre él nuestros errores y faltas, para entonces poder purgarlos en el crisol del remordimiento. Esto se efectúa en el moderno sistema de la preparación para el discipulado, por medio de un ejercicio que se ejecuta al acostarse, ejercicio que ha sido designado por los Hierofantes de la Escuela de Misterios Occidental, con arreglo a bases científicas, para el adelanto del aspirante en el sendero que conduce al discipulado. Otras Escuelas dan un ejercicio similar, pero éste ofrece una diferencia, en un punto esenciadísimo, con
todos los otros métodos. Después de explanar el ejercicio de referencia, detallaremos la razón de esa radical distinción. Este especial método tiene un efecto de adelantamiento tan trascendental, que él permite, al que lo ejecuta debidamente, el aprender ahora no solamente las lecciones que debería aprender ordinariamente en esta vida actual, sino también alcanzar un adelanto y efectuar un desarrollo espiritual que no conseguiría sino después de vivir varias vidas, esto es, pasar por varias encarnaciones, de otro modo. El ejercicio a que nos venimos refiriendo lo conocemos nosotros con el nombre de ejercicio nocturno o de retrospección, y se ejecuta del modo siguiente: Después de meterse en la cama al acostarse, lo primero que hay que hacer es relajar el cuerpo. Esto es muy importante, porque cuando hay alguna parte del cuerpo que está en tensión, la sangre no circula libre y uniformemente, pues parte de ella, debido a la presión, queda contenida algún tiempo al pasar por el órgano u órganos en tensión, como es natural, y como quiera que todo desenvolvimiento espiritual depende de la sangre, no se puede hacer el máximo esfuerzo para alcanzar el crecimiento del alma cuando hay alguna parte del cuerpo que está en tensión. Cuando se ha logrado la perfecta relajación, el ejecutante, que debe ser todo aspirante a la vida superior, empieza a repasar lo hecho durante el día que acaba de vivir, pero, y en esto estriba aquella radical diferencia, no empieza viendo o repasando los primeros sucesos o
acontecimientos de la mañana para terminar con los actos ejecutados los últimos momentos de la noche, sino que los revisa y examina en orden inverso a como los ha vivido; esto es, primero ve las escenas vividas hace unos minutos, continuando retrocediendo por la cena, retirada del trabajo, el traba o de la tarde, los actos ejecutados al mediodía, pasando a los de la mañana, para terminar por las primeras ocurrencias de la mañana, con lo cual se ve lo adecuado del nombre que le ha dado nuestra Escuela, o sea el de "retrospección". La razón para esto está en que desde el primer momento del nacimiento de un niño, cuando éste hace la primera
inspiración, el aire que se inhala en los pulmones lleva consigo una fotografía o imagen del mundo externo que rodea al niño y a medida que la sangre recorre y pasa por el ventrículo izquierdo del corazón, cada escena de la vida se 'graba o imprime en un diminuto átomo que hay colocado allí. Cada nueva respiración trae con ella nuevas imágenes y cuadros y de este modo se impresiona y graba en tal átomo un registro o recuerdo de toda escena y acto de toda nuestra vida desde la primera respiración que damos al nacer, hasta el último suspiró al morir. Después de la muerte, todas esas imágenes o impresiones, forman la base de nuestra vida en el purgatorio. Debido a las condiciones propias del mundo espiritual sufrimos los remordimientos de la conciencia tan agudamente por cada acto malo cometido, que hasta parece increíble, con cuyo sufrimiento llega a nuestra conciencia la necesidad de abandonar
el camino del error y del mal obrar. Por otra parte, la intensidad del gozo que experimentamos como consecuencia de nuestros actos buenos, nos estimula a seguir el sendero de la virtud en nuestras vidas futuras. Pero en nuestra existencia post mortem, este panorama de la vida se revive en orden inverso, con el propósito
de demostrar primeramente los efectos y luego las causas que dieron lugar a aquellos, con lo que el espíritu puede aprender el modo en que la ley de Causa y efecto actúa en la vida. Por esta razón, al aspirante que está bajo la guía y dirección de los Hermanos Mayores de los Rosacruces, se le enseña a realizar este ejercicio nocturno en orden inverso también y a juzgarse a sí mismo
cada día, de modo que pueda escapar a ese sufrimiento del purgatorio después de la muerte. Pero es preciso hacer notar que no servirá de nada una mera y superficial revisión de nuestros actos y escenas de cada día. No es suficiente el que al llegar a un momento en que hemos hecho un grave daño a alguien el decir displicentemente:
"¡Hombre, lo siento mucho. Lo he hecho sin querer!" ¡No! Debemos tener en cuenta que en aquel instante somos exactamente lo mismo que aquel animal que se había sacrificado y se hallaba tendido encima del Altar de las Ofrendas y dispuesto para ser quemado, y a menos que sintamos en lo más profundo de nuestros corazones el efecto de aquel, fuego del remordimiento, cuyo fuego sabernos había sido encendido por la Divinidad, esto es, un sentimiento de congoja que llegue hasta la misma médula de nuestros huesos por nuestras faltas durante el día, no adelantaremos nada.
Durante la dispensación antigua, todos los sacrificios eran frotados con sal antes de ser colocados sobre el Altar de las Ofrendas y Sacrificios destinados al fuego. Todos nosotros sabemos cómo escuece y quema cuando toca una reciente herida la sal.
Aquel frotamiento con sal de las víctimas en los sacrificios que se hacía en aquel antiguo Templo de Misterios, simbolizaba la intensidad del remordimiento y quemazón interna que nosotros debemos sentir cuando, como sacrificios vivientes, nos colocamos voluntariamente sobre el Altar de los Sacrificios. Es la sensación del
remordimiento, el dolor sincero y profundo que sentimos por nuestros errores, ofensas y faltas, lo que borra la impresión o imagen del átomo simiente hasta dejarlo limpio y sin mancha, de modo que, al igual que bajo la dispensación o Testamento Antiguo, los transgresores quedaban perdonados cuando presentaban ante el Altar de las Ofrendas un sacrificio sobre el cual era quemado, asimismo nosotros, en los tiempos actuales, por la ejecución de este científico ejercicio nocturno retrospectivo, borramos los recuerdos de nuestros pecados. Es una conclusión demostrada la de que no podemos continuar noche tras noche realizando este viviente sacrificio sin hacernos mejores, y, por consecuencia, dejar de hacer poco a poco las cosas por las cuales nos censuramos nosotros mismos durante ese ejercicio nocturno. De modo que, además de eliminar nuestras faltas actuales, este ejercicio nos eleva a tan alto nivel espiritual, que de ningún modo hubiéramos llegado en esta vida sin hacerlo. También es digno de observar el hecho de que cuando alguno había cometido un grave crimen y llegaba al Santuario, encontraba a la sombra del Altar de Sacrificios toda impunidad, porque allí únicamente el fuego encendido por Dios podía ejecutar el juicio. El criminal, pues, escapaba a las manos de los hombres poniéndose voluntariamente bajo las manos de Dios. De igual modo también, el aspirante que reconoce sus errores y faltas a la noche, acercándose espontáneamente al altar de su juicio viviente, llega también al Santuario de la Ley de Causa y Efecto, con lo que, "aunque sus pecados sean rojos como escarlata, quedarán tan blancos como la nieve".


del libro "Iniciación Antigua y Moderna", de Max Heindel


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jueves, 21 de mayo de 2015

Iniciación


INICIACIÓN

La idea general que se tiene sobre la iniciación es que esta no es más que una ceremonia que convierte a uno en miembro de una sociedad secreta, cosa que puede conferirse con tal de que se pague cierto precio, una suma de dinero en la mayoría de los casos.

Si bien es cierto que en la llamada "iniciación" en las órdenes fraternales o en la mayoría de las seudo-ocultas, sucede así, es completamente erróneo cuando se aplica a las iniciaciones en los varios grados de las verdaderas Fraternidades Ocultas, como lo aclarará un poco de comprensión de los requisitos realmente exigidos.

En primer lugar, el oro no es en manera alguna la llave del Templo; el mérito cuenta, pero no el dinero. El mérito no se adquiere en un día; es el producto acumulado de las buenas acciones pasadas. El candidato para iniciación generalmente está inconsciente de que es el candidato, y vive su vida en la comunidad sirviendo a su prójimo durante días y años sin ningún pensamiento ulterior, hasta que un buen día aparece en su vida un instructor, un Hierofante de los Misterios Menores, apropiado al país en el que resida el candidato. Hasta este momento éste ha venido cultivando en sí ciertas facultades y acumulando ciertos poderes para servir y ayudar, de los que está generalmente inconsciente o los que no sabe como usar debidamente. La tarea del iniciador es entonces muy sencilla: muestra al candidato sus facultades latentes, los poderes adormecidos, y lo inicia en su empleo; le explica o demuestra por vez primera cómo puede despertar esa energía estática convirtiéndola en poderes dinámicos.

La iniciación puede realizarse con una ceremonia o no, pero obsérvese particularmente que siendo la Iniciación la culminación inevitable de prolongados esfuerzos espirituales, sean conscientes o no, por parte del candidato, no puede positivamente tener lugar hasta que el desenvolvimiento interno haya acumulado los poderes latentes que la Iniciación enseña a emplear dinámicamente, así como el apretar el gatillo de un revolver descargado, no puede producir explosión alguna.

Tampoco hay miedo alguno de que el instrucción no se fije en alguno que haya alcanzado el grado de desarrollo requerido. Toda acción buena y desinteresada aumenta la luminosidad y el poder vibrante del aura del candidato enormemente, y tan seguramente como que el imán atrae la aguja, así también la brillantez del aura luminosa atraerá el instructor.

Por supuesto, es imposible describir en un libro dado al público en general los estados de la iniciación rosacruz. Hacerlo así sería una falta de lealtad y sería además imposible por falta de palabras para expresar los hechos. Pero está permitido dar un bosquejo general y mostrar el propósito de la iniciación.

Los Misterios Menores tratan únicamente con la evolución de la humanidad durante el Período Terrestre. En las tres revoluciones y media primeras de la oleada de vida en torno de los siete globos, los Espíritus Virginales no habían adquirido la consciencia de sí mismos. Debido a esto ignoramos como hemos llegado a ser lo que somos. Tiene, pues, que iluminarse al candidato sobre el asunto, así que bajo el impulso del Hierofante, durante el primer período de iniciación en el primer grado, su consciencia se dirige hacia la página de la Memoria de la Naturaleza que contiene los recuerdos de la primera revolución , en la que recapitulamos el desarrollo del Período de Saturno. el está aún en plena posesión de su consciencia diaria; sabe y recuerda perfectamente los hechos de la vida del siglo XX, pero está ahora observando conscientemente los progresos de la evolucionante hueste de espíritus virginales, de la que era una unidad en la Revolución de Saturno. En esa forma aprende como se dieron los primeros pasos en el Período Terrestre, hacia la meta de realización, la que le será revelada en un grado superior.

Habiendo aprendido la lección prácticamente, tal como se describe en el capítulo X, el candidato a adquirido conocimiento directo sobre el asunto y se ha puesto en contacto con las Jerarquías creadoras en su obra sobre el hombre; puede, por lo tanto, apreciar su valor beneficioso en el mundo y hasta cierto punto puede ponerse en línea con ellas, convirtiéndose de hecho en colaborador suyo.

Cuando llega el tiempo, para él, de pasar al segundo grado, se le facilita el que dirija su atención a las condiciones de la segunda Revolución del Período Terrestre, tal como están registrados en la Memoria de la Naturaleza; entonces observa con plena consciencia los progresos hechos en ese tiempo por los Espíritus Virginales, así como Peter Ibetson (el héroe de la obra "Peter Ibetson" de Jorge du Maurier, que recomendamos se lea por ser una descripción muy gráfica de ciertas fases de subconsciencia) observaba su vida infantil durante las noches en que "soñaba de verdad". En el tercer grado el discípulo estudia la evolución de la Tercera Revolución o Lunar, y en el cuarto grado ve los progresos hechos en la mitad de la Revolución que acabamos de pasar.Además hay otro paso en cada grado; el discípulo ve, además de la labor ejecutada en cada revolución, la obra realizada en la Época correspondiente durante nuestra actual estada en el globo D, de la Tierra.Durante el primer grado, estudia la obra de la Revolución de Saturno y su última consumación en la Época Polar.En el segundo grado, la obra de la Revolución Solar y su réplica: la Época Hiperborea.Durante el tercer grado observa la obra realizada en la Revolución Lunar, y ve cómo fue la base de la vida en la Epoca Lemúrica.Durante el cuarto grado ve la evolución de la última media revolución con su correspondiente período de tiempo en nuestra estada sobre la Tierra; la primera mitad de la Época Atlante que terminó cuando la densa niebla de la atmósfera desapareció y el Sol comenzó a brillar sobre la tierra y el mar; entonces terminó también la noche de inconsciencia, los ojos del Ego interno se abrieron por completo y pudo dirigir la luz de su razón sobre el problema de conquistar al Mundo. Ese fue el tiempo en que nació el hombre tal como hoy le conocemos.

Cuando en los antiguos sistemas de iniciación se oye hablar de que se sumerge en trance al candidato durante un período de tres días y medio, esto no es más que una referencia a esa parte de la iniciación que acabamos de describir, y los tres días y medio se refieren a estados pasados y no son, en manera alguna, días de venticuatro horas; varía el tiempo usado con cada candidato, pero en cualquier caso se le conduce a través del desarrollo inconsciente de la humanidad durante las Revoluciones pasadas, y cuando se dice que despierta al nacer el sol del cuarto día, es la forma mística de expresar que su iniciación es la obra de la carrera involucionaria del hombre que cesó cuando el Sol se levantó sobre la atmósfera aclarada de la Atlántida. Entonces se proclama al candidato "primogénito".

Habiéndose familiarizado con el camino que hemos transitado en el pasado, el quinto grado lleva al candidato al final del Período Terrestre, en el que una humanidad gloriosa está recogiendo los frutos de este Período y llevándoselos consigo de los siete globos sobre las cuales evolucionamos en cada Día de Manifestación, al primero de los cinco globos obscuros que son nuestra habitación durante las Noches Cósmicas. El más denso de ellos está situado en la Región del Pensamiento Abstracto, y en realidad el "Caos" de que se habla en la página 216 y siguientes. Este globo es también el Tercer Cielo, y cuando San Pablo habla de haber sido llevado al Tercer Cielo, donde vio cosas que no podía decir, se refería a las experiencias equivalente a las del quinto grado de los Misterios Rosacruces actuales.

Una vez que se la mostrado el fin del quinto grado, el candidato queda familiarizado con los progresos que se lograrán durante las tres revoluciones y media restantes del Período Terrestre; los cuatro grados restantes están dedicados a iluminarle sobre el asunto.

Por medio de la percepción así adquirida puede cooperar inteligentemente con los Poderes que trabajan para Dios, pudiendo, entonces, ayudar a apresurar el día de nuestra emancipación.

Con el objeto de rebatir un malentendido muy común, deseamos advertir a los estudiantes que no somos rosacruces por el hecho de estudiar sus enseñanzas, ni aún nuestra admisión en el templo nos califica para darnos ese nombre. El autor, por ejemplo, es únicamente un hermano lego, y bajo ninguna circunstancia se denominaría a sí mismo Rosacruz.

Sabemos sobradamente, que cuando un muchacho se ha graduado en gramática en una escuela, no por eso está en condiciones de enseñarla. Antes debe asistir a la escuela superior y a la facultad, y aún entonces puede muy bien no sentirse llamado a ser profesor en gramática. Similarmente en la escuela de la vida, no porque un hombre se haya graduado en la escuela de Misterios Rosacruces puede llamarse Rosacruz. Los graduados en las varias escuelas de misterios menores pasan a las cinco escuelas de misterios mayores. En las cuatro primeras, pasan por las cuatro Grandes Iniciaciones, y por último llegan al Liberador, en donde reciben conocimientos concernientes a otras evoluciones, y se les da la elección de quedarse aquí para asistir a sus hermanos o entrar en otras evoluciones como auxiliares. A los que eligen quedarse aquí como auxiliares, se les dan diversas tareas, de acuerdo con sus gustos e inclinaciones naturales. Los Hermanos de la Rosa Cruz, están entre esos compasivos, y es un sacrilegio usar indebidamente su nombre aplicándoselo uno a sí mismo, cuando no somos más que estudiantes de sus hermosas doctrinas.

Durante las últimas centurias los Hermanos han trabajado por la humanidad en secreto; cada noche, a media noche, hay un servicio en el Templo, en el que los Hermanos Mayores, asistidos por los hermanos legos que pueden dejar su trabajo en el mundo ( puedes muchos de ellos residen en lugares en los que aún es de día cuando es medianoche en el lugar donde está situado el Templo de la Rosa Cruz), atraen de todas partes del Mundo Occidental los pensamientos de sensualidad, avaricia, egoísmo y materialismo. Entonces tratan de transmutarlos en puro amor, benevolencia, altruismo y aspiraciones espirituales, enviándolos de nuevo al mundo para el mejoramiento y vigorización del bien. Si no fuera por este potente manantial de vibraciones espirituales, el materialismo habría ya concluido con todo esfuerzo espiritual, porque nunca ha habido edad más negra, desde el punto de vista espiritual, que los últimos trescientos años de materialismo.

Ahora ha llegado el tiempo, sin embargo, en el que los esfuerzos secretos deben sustituirse por un esfuerzo más directo, para promulgar una enseñanza definida, lógica y consecuente, respecto al origen, evolución y desarrollo futuro del mundo y del hombre, mostrando, a la vez, los aspectos espiritual y científico; una enseñanza tal, que no haga enseñanza alguna irreconciliable con la razón o la lógica; una enseñanza que satisfaga a la mente dando una explicación razonable a todos los misterios, enseñanza que no pide ni elude preguntas, siendo sus explicaciones a la vez lúcidas y profundas.

Pero, y éste es un "Pero" muy importante, los Rosacruces no consideran la comprensión intelectual de Dios y del Universo como un fin en sí mismo; lejos de ello: cuanto mayor es el intelecto, tanto mayor es el peligro de su mal uso. Por lo tanto, esta enseñanza científica, lógica y completa se da para que el hombre pueda creer en su corazón, lo que su cabeza ha sancionado, y para que comience a vivir una vida religiosa.

del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel

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