sábado, 4 de marzo de 2017

Espíritus apegados a la Tierra - Parte II


ESPÍRITUS APEGADOS
A LA TIERRA

Parte II

Cuando un hombre pasa más allá de la vida física durante una pelea o con un sentimiento de ira y venganza en su corazón, continuará durante algún tiempo persiguiendo y rodeando a aquél hacia el cual guarda rencor. Algunas veces muy frecuentemente tal desencarnado espíritu influencia a alguna alma negativa que esté en el cuerpo físico, quien entonces lleva a efecto su venganza y comete el crimen que desea aquella otra alma desencarnada.

En los años que vienen, cuando la humanidad tendrá mayores luces, y los jueces, abogados y los hombres de curia tengan más fe y más conocimiento de la vida después de la muerte, no condenarán al criminal, sino que entonces conocerán que el asesino que se ajusticia sin darle tiempo para que haga su retrospección, se le lanza sin la debida preparación al Mundo del Deseo y puede ser allí una amenaza mayor para la sociedad que cuando estaba en el cuerpo físico, porque entonces se le puede comparar a una fiera escapada de la jaula. Tendrá entonces más libertad para llevar a cabo su crimen, aunque
invisible para aquellos que “tienen ojos para ver, pero que no ven”. Si las autoridades, en vez de abrir la jaula y libertar al animal, se esfuerzan en domesticarle (si se le pusiera donde pudiera ser enseñado a vivir una vida mejor), entonces evitarían que otros cometieran crímenes por influencia de aquellos que odian a las víctimas, aquellos espíritus invisibles por su desencarnación, y que están arrastrándose a ras de tierra y todavía llenos de deseos. La pena capital, en vez de actuar como un impedimento, realmente fortalece y estimula el crimen.

La humanidad actualmente está horrorizada con la oleada de crímenes que está barriendo toda la Tierra. No hay nación que se vea libre de ella, y especialmente lo vemos en las grandes ciudades. Las autoridades están tomando las mayores precauciones para proteger a los ciudadanos, pero sin resultado favorable. Nunca se han cometido tantos crímenes y con tanto horror; no solamente por avaricia, sino también las mujeres son raptadas; muchachas jóvenes hay que desaparecen de las que no se vuelve a saber una palabra y el mundo está desorientado acerca del modo de evitar tales cosas. 

A menudo oímos que se hace esta pregunta: “¿Cuál es la causa de esta degeneración?” El ocultista puede darnos la razón de ello. Él ve el estado en que se halla el Mundo del Deseo, y sabe, por lo tanto, que la baja división de esta región está llena de espíritus aferrados a la Tierra que se agitan y se mantienen cerca del plano físico; hombres que perdieron sus vidas durante la guerra mientras se hallaban poseídos de odio y de deseos de venganza. Algunos de ellos fueron muertos en el acto de cometer sus rapiñas en la nación enemiga o destrozando tales hogares; otros murieron dominados por el deseo, a menudo en el acto de robar y de violar las mujeres que encontraban en el campo enemigo. Estas viles criaturas estaban llenas de odio y lujuria, cuando de repente fueron lanzadas dentro de esta nueva forma de vida. Todas esas almas todavía se aferran a sus deseos groseros y buscan el modo de satisfacerlos.
En este Mundo del Deseo hay también muchos espíritus puros que comprenden tales estados, quienes permanecen en tan bajas regiones con el expreso propósito de trabajar sobre los débiles, enseñándoles y tratando de conducirles a más puras esferas.
Pero al igual que esas personas caritativas que actúan en los barrios bajos de las grandes ciudades del mundo material, para aliviar la dolencia de los necesitados, estos auxiliares invisibles pueden alcanzar solamente a un número limitado. También hay muchas almas
nobles y puras que aun están en su cuerpo físico, las cuales están actuando amorosamente también, ayudando a aquellos auxiliares invisibles durante los momentos que están fuera del cuerpo cuando están durmiendo. Este es el campo del trabajo en el cual los Probacionistas de la Fraternidad Rosacruz están muy activos. Ellos también están haciendo un trabajo de caridad y de dignificación en la región purgatorial. Ellos no malgastan el tiempo quemando el aceite de medianoche para su propia distracción en la lectura de literatura frívola, sino que se retiran temprano; tampoco pierden el tiempo del sueño en sueños inútiles, sino que están activamente ocupados en la ayuda de aquellos que están necesitados.

Si un espíritu vil de estos desencarnados fuera capaz de satisfacer su lujuria influyendo a alguna débil alma o con ayuda de un médium por medio del cual pueda alimentar su naturaleza inferior, deberá necesitar un período más largo para dominar sus deseos y permanecerá pegado a la Tierra hasta que este completamente purgado. Si un hombre muere antes de que haya dominado su vil naturaleza, vive durante algún tiempo entre los de su calidad con objeto de satisfacer su gusto por el licor, tabaco o sangre, y aun el sensual puede obtener algún placer influyendo a otros a que ejecuten actos sensuales, de modo que él pueda alcanzar una satisfacción por vía de vicario.
Así como un espíritu descarta su cuerpo terrestre cuando ocurre lo que llamamos muerte, así también descarta su cascarón o vaina más próxima en sutileza, el cuerpo de deseos, una vez que ha completado la experiencia debida a su estado en el Mundo de Deseos. Entonces el ego pasa al Segundo Cielo.

El cascarón abandonado del cuerpo de deseos del asesino o sensualista necesita mucho más tiempo para desintegrarse que el del alma avanzada. La vaina, o cubierta del cuerpo de deseos desechada, dentro de la cual este espíritu ha construido una conciencia separada, es atraída hacia aquellos con los cuales ha mantenido relaciones o atado lazos
hacia aquellos con quienes estuvo asociado durante su vida en el cuerpo físico. Tales vainas o cascarones pueden ser usados por elementales quienes girarán en torno de un médium proclamando que son un Lincoln, Gladstone, o alguna otra persona notable que sin duda alguna ha pasado al Segundo Cielo muchos años ha.

Para dar una idea de las chanzas que estos elementales emplean con los médiums incautos diremos sólo una cosa. Como todos nosotros sabemos, Max Heindel, durante su vida en el cuerpo físico, aconsejó a sus lectores contra la negativa clarividencia de esta clase, señalando sus peligros, pero desde que pasó al más allá, hay médiums que han dicho haber recibido mensajes de él en muchas ocasiones. Sin duda alguna se han recibido mensajes, cuyos mensajeros proclamaron que eran Max Heindel, pero sin duda alguna son, con mayor seguridad, entidades ínfimas y no un puro espíritu como el suyo que tan terminantemente se opuso a la mediumnidad.

Antes de dejar este asunto de los elementales, debemos mencionar otra clase de entidades que toman posesión de un cuerpo físico cuando se presenta una oportunidad.
Ellos encuentran víctimas entre estudiantes de ocultismo inexpertos, cuando están haciendo prácticas de abandonar su cuerpo. Mientras que se hallan fuera de él y quizás a
alguna distancia, si un ser espiritual no tiene vigilancia sobre su cuerpo, esos viles y depravados seres pueden tomar posesión de dicho cuerpo. Nuestros manicomios están llenos de estos pobres y desgraciados que no pueden controlar su cuerpo físico por estar
sujeto a una posesión de esta naturaleza.

Durante estos últimos años se han citado muchos casos en los periódicos relatando de personas que se han ausentado de sus casas y después de meses, y en algunos casos años, se las ha encontrado llevando un nombre supuesto en naciones extrañas, viviendo de este modo una vida doble. Han olvidado completamente, por el momento, todo lo referido a su vida anterior al actual estado. Otro caso de obsesión es el de un espíritu apegado a la Tierra que se ha propuesto volver a la vida física, aprovechando la primera oportunidad que encuentra para entra dentro del cuerpo de otro hombre, forzando a éste fuera de su vehículo físico. Muchos casos de esta clase de obsesión se hallan entre los que llamamos locos.

En casos de esta clase, el ego, el real propietario, sigue a su cuerpo y permanece junto a él, si bien invisible, por supuesto, al ojo físico, aguardando que se presente la primera ocasión para volver a ganar el cuerpo que se le ha robado. Cuando lo consigue, inmediatamente recuerda su perdida personalidad, pero el intervalo del tiempo existente
entre el momento que dejó su vehículo y la vuelta a él está en blanco. No tiene memoria
de tal período.

Puede que se le ocurra al lector preguntar: ¿Qué es lo que podemos hacer nosotros para guardarnos contra la obsesión? Simplemente mantener una actitud mental positiva, pues el tener miedo a una cosa es atraerla. Uno no debe sentarse para desarrollo de facultades espirituales en círculos negativos, ni tentar tampoco ejercitarnos con tal fin empleando ejercicios de respiración indios, ni cristales o espejos.

Los pasatiempos más peligrosos y sutiles de todos esos que atraen estas entidades invisibles son los del tablero “ouija”, la plancheta y los de la escritura automática, cuando aquellos que se sientan esperando recibir mensajes son ignorantes de las condiciones del Mundo del Deseo. La médium tiene al menos algún conocimiento de sus visitantes desencarnados, aun cuando no pueda suponer la perversa naturaleza de aquellos que se comunican con ella y los crean ángeles buenos y amorosos, a quienes voluntariamente entrega su cuerpo para los trabajos mediumnímicos. Pero la frívola, sensitiva y emocional sociedad que se divierte con estas sesiones a las que considera como pasatiempos sin importancia y a las que invita a sus amigos, está en entera ignorancia de los peligros que las rodean. Estas personas enseguida atraen a tales indeseables entidades, pues ellas mismas han abierto las puertas invitándolas a entrar en su morada como sus huéspedes.

Los suicidas, esas pobres almas que como consecuencia de sus descorazonamientos, destruyen sus cuerpos físicos, son de los más miserables y desgraciados de todos los espíritus adheridos a la Tierra. Ellos han destruido el templo que era la morada de nuestro Dios vivo.

El hombre durante su vida terrenal se halla preparando el material con el cual construir la matriz del arquetipo del cuerpo que habrá de usar en su próxima vida.
Órgano tras órgano se fortalece o debilita por sus actos en la vida presente. ¡Poco piensa
el hombre del día en que sus excesos o abusos se reflejarán en el porvenir, y que él traerá consigo en vidas futuras un cuerpo debilitado como resultado de ello, ni tampoco en que una vida casta y simple le proporcionará un cuerpo saludable! “Así como sea lo que el hombre siembre, así será la cosecha que recogerá.”

Después de que el ego ha asimilado todas las experiencias ganadas en su vida pasada, se halla otra vez dispuesto para descender a la materia. Entonces construye el arquetipo con el material que ha reunido, justamente como se prepara la imagen mental del edificio en el cerebro del arquitecto antes de que empiece a levantarse la casa. Así también edifica el ego su nuevo templo, formando su arquetipo creador en el Segundo Cielo, o sea la Región del Pensamiento Concreto, con la ayuda de las Jerarquías Creadoras. La extensión de su vida queda determinada por la fuerza que el ego ponga en este arquetipo. Empieza a vibrar aun antes de que se sumerja en el cuerpo físico, e instila en él una fuerza vital que durará durante un número determinado de años.

Como hemos dicho antes, la extensión de la vida que tendrá en el cuerpo físico ha sido preestablecida y pre-arreglada por el ego con la ayuda de las Jerarquías Creadoras antes del nacimiento, pero el ego puede, por una vida pura y simple, prolongarla, o por una vida sensual y por desdeñar las oportunidades favorables, acortar este lapso de tiempo. Una muerte ocurrida a la expiración del tiempo de vida acordado únicamente es lo que puede detener la moción vibratoria y entonada del arquetipo construido para tal ego. El suicida, sin embargo, ha interferido con el curso de la naturaleza. Éste, por su falta de voluntad para aprender las lecciones de la vida, trata de evadirlas y destruye su vehículo, pero entonces se da cuenta de que se halla mucho más despierto y sensible después de entrar en el estado “post mortem” y ve que no puede detener la vibración del arquetipo. Este arquetipo debe vivir todo el período de tiempo dispuesto y su expresión natural, la salida de la energía infundida en él, como ha sido destruida, aunque continúa reuniendo material a su alrededor, el ego no puede ahora asimilarlo o usarlo, porque le falta el cuerpo físico. De este modo la existencia del ego en aquella baja región del Mundo del Deseo es muy incómoda. Él quiso escapar del dolor, pero éste está mucho más intenso y cercano a él y lo debe soportar hasta que pase el tiempo de la muerte natural del cuerpo físico. Entonces el arquetipo se desintegra y el espíritu queda libre para pasar al Primer Cielo.

Así, pues, podemos ver que la muerte no transforma al hombre; un pecador no se convierte en un santo por el mero hecho de expulsar de sí el manto externo. Aquello que el hombre ha sembrado en su vida, debe cosecharlo algún día, en algún punto, pero se le da la oportunidad de arrepentirse y de purgarse a sí mismo de sus pecados mientras permanece en la parte inferior del Mundo del Deseo. O bien puede desear permanecer en tal región después de la muerte haciendo presa y ofendiendo a los demás, o aun afanándose por las costumbres malas que le dominaron en su vida física; o bien puede privar a alguna otra pobre y negativa alma de su cuerpo físico por obsesión, con objeto de continuar su vida de pecado y para satisfacer sus bajos deseos. “Los molinos de Dios muelen muy lentamente, pero lo hacen excesivamente menudo”. En algún momento debe pagar las ofensas cometidas algún día; por medio del dolor y del sufrimiento debe purgarse de todos los pecados para después encontrarse frente a frente con su Hacedor en su cuerpo puro y espiritualizado.

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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