EFECTOS PATÓGENOS DE MARTE
Los sabios del antiguo Egipto llamaron a Cáncer la esfera del alma, y cuando el místico Sol de la vida pasa a través de este húmedo y fructífero signo lunar, el átomo simiente del cuerpo físico del ego se planta. Mientras el embrión crece inconscientemente al igual que crece una planta, el místico Sol de la vida atraviesa los signos de Leo, Virgo y Libra. En el cuarto mes de gestación pasa a través del segundo de los signos acuáticos, Escorpio. Entonces el espíritu muere para su hogar celestial y queda emparedado en su prisión terrestre por Marte, que lo encadena con el cordón plateado y alrededor de este tiempo se manifiesta la primera señal de vida en el feto. Entonces el Sol de la vida precede su marcha a través de Sagitario, Capricornio, Acuario, y cuando después que los nueve meses se han completado pasa a través del último de los signos de agua, Piscis, entonces se abren las compuertas (las aguas) de la matriz y el ego es lanzado sobre el mar de la vida bajo los auspicios del signo marciano Aries, donde el dador de la vida, el Sol, está exaltado.
Durante el período gestatorio, Marte ha dado al cuerpo hierro, especialmente en forma de hemoglobina, y por la primera respiración comienza la oxidación de esta substancia para producir el calor que es tan necesario a la vida y a la conciencia. Esta operación es continuada durante toda la vida, y de este modo al rayo marciano corresponde la importante tarea de suplementar al Sol en el mantenimiento de la chispa vital, hasta que el místico Sol de la vida han completado su ciclo y alcanzado el signo en el que ocurrió la primera manifestación de vida en el feto. Entonces Escorpio da al cuerpo su pinchazo mortal, Marte y su amigo Saturno cortan el cordón plateado, y el alma libre vuelve a surcar como un águila el empíreo en busca de las esferas celestiales que son su verdadero hogar. Por lo tanto, Escorpio está simbolizado tanto por un escorpión como por un águila.
Debido a su misión de auxiliar del Sol en el mantenimiento de la vida, Marte siempre se esfuerza en limpiar el cuerpo de suciedades y desechos para que los fuegos de la vida puedan arder brillantemente, cuando los hábitos glotones de Júpiter y Venus han atascado y entorpecido el sistema, o las tendencias obstruccionistas de Saturno han envenenado el cuerpo deteniendo la eliminación, y entonces Marte enciende el fuego de la fiebre y la inflamación para quemar los residuos y dar al sistema un nuevo préstamo de vida y energía. Así, pues, muchos de los efectos patógenos de Marte se orientan hacia un fin constructivo.
Pero Marte no ayuda solamente el proceso vital del dador de vida, el Sol, que es el regente de exaltación de Aries, sino que en sí mismo es el regente de exaltación de Capricornio, donde Saturno, el planeta de la muerte, tiene dominio indiscutible, y entre estos dos ladrones, el Sol, el señor de la vida, está crucificado, sufre y muere cuando sale de su instrumento físico. El papel de Saturno en este proceso ha sido descripto en el capítulo correspondiente, y de Marte puede decirse que por su temeridad predispone a los accidentes por quemaduras, escaldamientos, heridas y tiros. Rige los genitales por medio de Escorpio y depaupera la vitalidad causando trastornos genitales por excesos pasionales, hemorragias y rotura de los vasos sanguíneos. Las reglas excesivas y hemorroides señalan su actividad en la sangre; las hernias y las enfermedades contagiosas son también manifestaciones del rayo de Marte. Como quiera que Marte es de los signos que se ha dado en llamar “maléficos”, su presencia en cualquier signo o casa constituye una aflicción en sí misma aparte de sus aspectos, pero naturalmente sus efectos patógenos son peores cuando está aspectado por cuadratura u oposición que cuando está fortificado por sextiles o trígonos.
Marte en Aries da tendencia a las insolaciones, a las hemorragias cerebrales o congestiones, a las inflamaciones del cerebro, a las fiebres cerebrales y al delirio, a las punzadas dolorosas en la cabeza, al insomnio, a las heridas en la cabeza, y por su acción refleja en Libra, a las inflamaciones de los riñones y a las hemorragias y cálculos renales.
Marte en Tauro da tendencia a los mordiscos, a la inflamación o dilatación de las amígdalas, a la sofocación, a los adenoides, a la difteria, a los pólipos y a la hemorragia nasal, a las paperas y parótidas, y a la inflamación de la laringe, y por acción refleja en Escorpio, a un flujo excesivo de las reglas, al ardor de orina, a las úlceras venéreas, a la dilatación de la próstata y a la estangurria.
Marte en Géminis da tendencia a las hemorragias de los pulmones, a la neumonía, a la bronquitis, a la tos, a las heridas o fracturas de las manos, brazos y de la clavícula, y por su acción refleja en Sagitario, a las fracturas del fémur y a la ciática.
Marte en Cáncer da tendencia a la fiebre láctea, a la inflamación, a la ulceración y hemorragia del estómago y a la dispepsia.
Marte en Leo da tendencia al reumatismo muscular de la espalda, al calor excesivo de la sangre, a la dilatación del corazón y a las palpitaciones y dolores, a la sofocación y desfallecimiento, a la angina de pecho y a la inflamación del pericardio.
Marte en Virgo da tendencia a la tifoidea, a la inflamación de los intestinos, a la peritonitis, a las lombrices, a la diarrea, al cólera, a la hernia abdominal y a la apendicitis.
Marte en Libra da tendencia a la inflamación de los riñones, a los cálculos renales, y por su acción refleja en Aries, a la fiebre cerebral, a las insolaciones y a los dolores de cabeza.
Marte en Escorpio da tendencia a unas reglas excesivas, al ardor de la orina, a las arenillas y cálculos renales, a la inflamación y ulceración de los ovarios y del útero, así como de la vagina y de la uretra, a la varicocele, a la dilatación de la próstata, a las estrecheces y estangurria, y las úlceras venéreas y a las hemorroides, y por su acción refleja en Tauro, a la inflamación de las amígdalas, de la laringe, y a las hemorragias nasales.
Marte en Sagitario da tendencia a la fractura o dislocación del fémur, a la ciática y a las úlceras de los muslos, y por su acción refleja en Géminis, a la neumonía, a la bronquitis y a la tos.
Marte en Capricornio da tendencia a los carbunclos, a la erisipela, a la viruela, a las varicelas o viruelas locas, al sarampión, a los granos, a la sarna y otras afecciones eruptivas o inflamatorias de la piel, y por su acción refleja en Cáncer, a la dispepsia y a la úlcera del estómago.
Marte en Acuario da tendencia a las venas varicosas, a las fracturas de las piernas y al envenenamiento de la sangre, y por su acción refleja en Leo, a la debilidad del corazón, al recalentamiento de la sangre, a los desmayos y a las palpitaciones.
Marte en Piscis da tendencia a las deformidades de los pies o accidentes en ellos, a los callos y juanetes y al sudor de estos órganos, y por su acción refleja en Virgo, a la hernia abdominal, a la inflamación de los intestinos y a la diarrea.
del libro "El Mensaje de las Estrellas"
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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