jueves, 20 de octubre de 2016

Indicaciones sutiles de vista espiritual



Indicaciones sutiles de vista espiritual

Es un hecho científico bien conocido que la sensación depende de la habilidad de sentir e interpretar la vibración del éter y del aire con arreglo al sentido correspondiente. Los videntes antiguos tomaron al báculo de Mercurio como el símbolo de sus efectos, y entre otros secretos espirituales incorporados en las formas ondulantes de las serpientes enroscadas está también éste: el de que Mercurio es el originador de todo movimiento vibratorio. De aquí que sea un factor primordial en el producto de la sensación y en el proceso mental que eleva la conciencia como resultado de ello. Por lo tanto, un Mercurio elevado y bien aspectado agudiza nuestros sentidos y hace que la mente sea más ingeniosa y penetrante, y, por el contrario, un Mercurio afligido produce bien un embotamiento de los sentidos o hace a la persona hipersensitiva. En cualquiera de los casos se produce un estado anormal del cerebro y de la mente que ocasiona sufrimientos con arreglo a la casa, al signo y a la aflicción; aun un buen aspecto de alguno de los planetas que se ha dado en llamar malos, aunque brinde y traiga las virtudes de aquel planeta, lleva consigo también una parte del lado obscuro y. adverso, debido a que aun los mejores de nosotros tienen algo en sus naturalezas internas que vibra en armonía con aquella fase de aquel planeta.
Pero además de su modo indirecto de adquirir conocimientos por medio de las vibraciones del éter y del aire, inaugurado por Mercurio y llevado a cabo por un lento proceso cerebro-mental donde el espíritu y la materia se funden, hay un camino directo hacia el conocimiento simbolizado por el mismo báculo alrededor del cual se enroscan las serpientes. Éste es el rayo de Neptuno, la octava de Mercurio, el cual nos pone en contacto con los mundos espirituales.
Pero obsérvese bien esto: el báculo y las serpientes no están separados; el báculo atraviesa el enroscamiento o las espirales de las serpientes, y esto nos dice que en nuestro estado actual el conocimiento espiritual depende de la mente cerebral para su expresión concreta, y por medio del cerebro y de la mente se colorea el último con arreglo a los aspectos de Neptuno.
La experiencia ha demostrado que el rayo estelar aflictivo de algunas partes del Zodíaco mencionadas anteriormente, interfiere y se mezcla con las vibraciones etéricas sentidas por la retina del ojo, y esto perjudica a la vista física. Si en la misma figura Neptuno está enfocado a través de uno de estos lugares conocidos, el “punto ciego”, el cual es ciego debido a su falta de sensibilidad a las vibraciones etéreas mercurianas, queda sensibilizado por el rayo espiritual de Neptuno, y de este modo puede ocurrir que una persona muy corta de vista físicamente, o aun ciega, puede ver los mundos espirituales que están ocultos de aquellas personas cuya vista está enfocada por las vibraciones mercurianas. El aspecto de Neptuno determina el grado y la naturaleza de la vista espiritual desarrollada como se ilustra en algunos de estos horóscopos. Estas figuras fueron seleccionadas para demostrar otros puntos; pero se nos ha ocurrido que la fase acabada de mencionar es digna de tenerse en cuenta.
No obstante lo dicho, no estará de más el advertir a los estudiantes que no formen conclusiones absurdas por lo que acabamos de decir, pues sería erróneo suponer que todos aquellos afligidos con afecciones a los ojos por las estrellas Antares, Ascelli o las Pléyades, están dotados en cambio de vista espiritual.
La mujer del horóscopo número 5 está muy deteriorada físicamente; pero Neptuno está fuera de órbita, y como consecuencia, ella no deriva ni alcanza la visión que su rayo induce. La visión espiritual puede no llegar a desarrollarse en muchos de aquéllos que tienen el aspecto bien definido; pero en tales casos está en proceso de desenvolvimiento y se podrá provocar fácilmente con ejercicios propios. Si este aspecto fuera una cuadratura u oposición sería prudente, sin embargo, el oponerse a todo intento de buscar iluminación, porque en tales aspectos acecha un gran peligro de verse controlado por espíritus indicados ampliamente en el horóscopo número 2, en el que la oposición de Neptuno con Antares es responsable de la horrorosa visión del Guardián del Umbral. En aquel caso tenemos que la vista física no está, deteriorada; pero en el horóscopo número 3 se señala un defecto de visión física por la aflicción de la nebulosa Ascelli y debilidades e inconvenientes semejantes vienen también por Antares en el número 4. En uno, el trígono de Neptuno produce la visión voluntaria de los planos suprafísicos, pero en el otro su foco está en cuadratura, y de aquí que la vista espiritual obtenida sea intermitente y fuera de control del individuo.
Hemos hablado de Mercurio como originador de todas las vibraciones de los sentidos: oído, olfato, vista, etc., y de Neptuno como que es su octava. Para adelantarnos a las preguntas a que esto pudiera dar lugar, podemos decir que en el mundo espiritual la separatividad cesa, las sensaciones se confunden y mezclan, de modo que el sonido y la vista, la voz y la visión, son una sola y simple cosa. El rayo de Neptuno lleva ambas sensaciones; pero videntes sin desarrollo que están sufriendo de la facultad involuntaria de la clarividencia, “ven” u “oyen”, como place a las entidades que alcanzan el control sobre ellos por medio de este rayo.
El horóscopo número 3 nos señala la influencia adversa de la mancha nebulosa que está en los 6 grados de Leo, conocida con el nombre de Ascelli, en la vista. Este grado peligroso estaba saliendo del nacimiento con la Luna en conjunción cerrada y el Sol también dentro de órbita. Saturno en los 24 grados de Libra, está justamente dentro de la órbita de una cuadratura con el Sol o en los 0 grados de Leo, y como resultado de todas estas aflicciones la persona se ve compelida a usar lentes bifocales. Sin embargo, hay una ventaja que compensa
algo: Neptuno en elevación y trígono con Ascelli (con el Sol, la Luna y Ascendente en órbita) ha dotado a nuestro sujeto con vista espiritual sobre la cual tiene control perfecto, como el lector puede ver fácilmente por el examen de Mercurio, el planeta mejor fortificado en este horóscopo.
Saturno en aspecto de sextil desde el signo de su exaltación, da estabilidad, persistencia y concentración; Júpiter, en trígono desde la casa que él rige, expande y ensancha la mente, dándole una inclinación religiosa y benévola, y Venus, por su sextil, aumenta la disposición de bondad innata y el gusto por la belleza.
Así, pues, es evidente que en este horóscopo la relación de Mercurio y su octava, Neptuno, con la expresión física y espiritual de la mente, queda bien marcada. Neptuno está del modo más altamente elevado y Mercurio aspectado muy fuertemente. Este planeta no está afligido de ningún modo; por lo tanto, no existe el temor de que se produzcan alucinaciones, sino que fija y asienta sus experiencias en la escala de la lógica. Compárese este horóscopo con el de aquel desgraciado dominado horrorosamente por el Guardián del Umbral (horóscopo número 2), donde Neptuno está en la casa duodécima en conjunción con Marte y en el que Mercurio está afligido por la oposición, de Saturno, todo ello desde signos cardinales, en la seguridad de que el contraste y cotejo de estas dos figuras dará una buena lección.
En el horóscopo número 5 vemos la Luna en la casa sexta situada a cosa de 3 grados de Antares y Saturno está en la casa duodécima, dentro de 4 grados de un aspecto de oposición con la mencionada Antares y también con una separación aproximada de 7 grados para formar una oposición exacta con la Luna; y de este modo su influencia natal quedó reducida al mínimo. Si la oposición hubiese sido exacta o algo más cercana, se hubiera producido inevitablemente la ceguera de nacimiento. Pero afortunadamente era un aspecto débil y la visión no quedó afectada seriamente hasta que el Sol, por progresión, entró en la casa duodécima, pasó la oposición con la Luna, y entonces formó la oposición con Antares y alcanzó la conjunción con Saturno.
Estos puntos de contacto en el horóscopo marcaron las crisis, dando la enfermedad de los ojos. Como Saturno es el planeta afligente, los nervios y músculos se cristalizan hasta que la vista de uno de los ojos desapareció totalmente y el otro ojo quedó casi ciego. En el mes de noviembre del año 1912 la Luna hubo alcanzado por progresión el aspecto de una cuadratura con el lugar que al nacimiento ocupaba el Sol. Esto representó la crisis final que avivó los aspectos mencionados anteriormente. Neptuno no forma aspecto con los puntos del Zodíaco mencionados; de aquí que la vida espiritual esté profundamente dormida.
El horóscopo número 4 es el más afligido de todos ellos: la Cola del Dragón y el Sol en Antares están en conjunción. Esto por sí solo es suficientemente severo y su estado es agravado aún más por una cuadratura cercana de Neptuno y Marte con el Sol y la afección de los ojos está aumentada por la conjunción de Saturno con las Pléyades, que ocurre en la casa duodécima. De modo que este horóscopo nos indica que la persona que nos ocupa tenía ojos débiles; y, en efecto, esta mujer puede leer muy dificultosamente aun cuando el libro esté separado unas cuantas pulgadas de sus ojos y usando lentes de aumento; pero la cuadratura de Neptuno con Antares ha abierto sus sentidos espirituales de cierto modo y, como consecuencia de ello, esta persona oye voces del espíritu y en otros momentos, tiene visiones. Estas manifestaciones, como están fuera de su control, no son satisfactorias, como es consiguiente, pero demuestran el efecto de Neptuno aspectando a estos puntos del Zodiaco.

del libro "El Mensaje de las Estrellas" 
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel


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