martes, 3 de marzo de 2015

Nuestras deudas de destino



Nuestras deudas de destino

PREGUNTAS Y RESPUESTAS 
(De Rays from the Rose Cross de enero/febrero de 1.989)
 
            Pregunta:  Si  una  persona  lleva  una  existencia  llena  de  penalidades  y  se  esfuerza por cumplir sus obligaciones, ¿será su próxima vida más fácil y soportable o, si es un alma avanzada, habrá de soportar más dificultades, para aprender a ayudar a  la Humanidad?

            Respuesta: Durante la primera parte de su evolución, la Humanidad cometió los más  atroces  crímenes,  porque  actuaba  enteramente  por  egoísmo  y  con  desprecio absoluto de los sentimientos de los demás. En aquellos lejanos tiempos, éramos astutos y crueles y rara vez hacíamos el bien. De hecho, se recuerda que, entonces, el hombre pasaba la mayor parte del intervalo entre cada dos vidas en las regiones purgatoriales, expiando los crímenes cometidos durante la vida física, y no existía vida celestial de qué hablar. Esa situación, a la que se refiere la Biblia al decir que estábamos “inmersos en violaciones y pecado”, es la que hizo necesaria la entrada de Cristo en la tierra con el fin de  elevar  sus  vibraciones,  de  modo  que  el  altruismo  conquistase  gradualmente  al egoísmo y nos proporcionara una vida celestial, una estancia en los cielos, como base para nuestro progreso y evolución.
            Por  tanto,  es  evidente  que,  durante  aquel  período  de  degradación  y  pecado,
contrajimos  muchas  deudas  y  obligaciones  con  nuestro  prójimo,  que  ahora  hemos  de
pagar con amor, bondad y servicio. Todos nosotros traemos ese peso del pasado, que es
lo que constituye el denominado Guardián del Umbral.

            Se dice, y con razón , que “los molinos de Dios muelen muy despacio, pero muy fino”  y  que  cada  transgresión  de  la  ley  exige  una  justa  compensación.  Por  tanto,  la deuda  del  pasado  ha  de  pagarse  y,  en  el  intervalo  entre  vidas  se  nos  muestran  las imágenes  de  la  parte  que  debe  ser  pagada,  siguiendo  el  proceso  evolutivo.  Y  se  nos permite  escoger  nuestro  futuro  entre  las  varias  posibilidades  que  se  nos  muestran. 

       Entonces,  si se trata de un Ego, como usted dice, avanzado, elegirá  la  vida  más dura posible para disolver cuanto antes ese fardo de deuda que ha acumulado en su pasado ya que,  cuanto  antes  lo  liquide,  antes  podrá  dedicarse  a  labores  más  elevadas.  Por  otra parte, se dice que “el Señor atempera  el viento para  la  oveja esquilada”.  A las almas débiles,  que  son  incapaces  de  bregar  con  las  dificultades,  se  les  da  lo  que  nosotros
vemos  como  vidas  más  fáciles,  en  las  que  pueden  pagar  sus  deudas  en  “moneda fraccionaria”,  poco  a  poco,  lo  cual  les  exigirá,  lógicamente,  más  tiempo  hasta  que queden totalmente liberadas.

            Hay, por tanto, una razón para llamar a Job el amigo y favorito de Dios y para decir que “Dios castiga a  quienes  ama”. Dándonos  todo  lo que  podemos  soportar,  de acuerdo con nuestra demanda y con nuestro consentimiento, las Jerarquías que están a cargo  de  la  evolución,  nos  muestran  realmente  su  favor.  Por  eso  Cristo  llamó bienaventurados  a  quienes  fueran  perseguidos  por  su  causa,  como  Él  enfatizó, injustamente. 
            La luz  que el  ocultismo  arroja  sobre el problema  del dolor es uno de  los más potentes rayos de esperanza para quien es bendecido con su conocimiento. Nos da valor
para  vencer  toda  aflicción.  Todo  lo  que  nos  venga,  lo  hemos  sembrado  y,  si  somos
cuidadosos en aprender la lección y en prestar el servicio y la ayuda requeridos en cada caso, podemos estar seguros de que, no sólo estamos liquidando las deudas del pasado, sino almacenando tesoros en el cielo, que revertirán sobre nosotros en forma de poder anímico, para conservarnos en el Sendero de la rectitud en futuras vidas.

Boletín Nº 34 AÑO 2.000 - PRIMER TRIMESTRE
(Enero - Marzo) FRATERNIDAD ROSACRUZ  MAX HEINDEL (MADRID) 
 
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