EDITORIAL
Boletín Rosacruz , Nº 39 AÑO 2.001 - SEGUNDO TRIMESTRE
(Abril - Junio)
No es que los medios de comunicación magnifican los desastres naturales, que siempre han existido. No es que tengamos puesta la atención, de un modo especial, en los terremotos, inundaciones, incendios, huracanes, tempestades, erupciones volcánicas, epizootias, elevación de la temperatura ambiente, agujero de ozono, etc. No. Es que se están produciendo por doquier y en mayor número de lo que venía siendo habitual durante los últimos siglos.
Y, ¿a qué puede deberse? Hay varios motivos que, en última instancia, son éstos:
1º.- Estamos saliendo de la Era de Piscis, cuyas vibraciones van debilitándose, no sin antes manifestarse - su nota clave es “armonía a través del conflicto” - en una multiplicidad de guerras y luchas étnicas o religiosas, independentismos, nacionalismos y exacerbación de la separatividad.
2º.- Estamos entrando - y bien se nota en la aceleración de los descubrimientos científicos (el último el del genoma humano) y técnicos - en la zona de penumbra de la Era de Acuario, lo cual supone que la Tierra está recibiendo vibraciones nuevas que influyen sobre todo lo existente, desde el átomo o, mejor aún, desde el electrón de la sustancia raíz cósmica, hasta el globo terráqueo en su conjunto.
Pero, las energías cósmicas, que son al mismo tiempo energías espirituales, producen siempre un doble efecto en los seres que las reciben, en base a las propias vibraciones de éstos, de modo que, por un lado, incrementan lo positivo en los seres positivos pero, por otro, robustecen lo negativo en los seres negativos. Son como el abono, que hace crecer al mismo tiempo las flores y la mala hierba, porque cada uno depende, en el fondo, de la semilla de donde proviene.
Esas vibraciones están produciendo, además, una tendencia irresistible a la unificación, en todos los aspectos: religioso, social, empresarial, político., etc. Y proliferan las conversaciones entre líderes religiosos y las ONGs, y las fusiones de empresas y la formación de entes como la Comunidad Europea y otros menores, etc.
3º.- Sabemos que “la energía sigue al pensamiento” (es una ley natural), lo cual equivale a decir que, cualquier pensamiento y cualquier deseo o emoción - que siempre
presuponen el pensamiento - no es más que una orden que damos, consciente o inconscientemente, a la naturaleza. Orden que produce dos efectos: el de permanecer en nuestra propia aura o en el aura familiar o social o nacional o mundial, condicionando con su vibración la de nuestras vidas; y el de que los elementales constructores - espíritus de la Naturaleza y elementales, comandados por ángeles de distintas categorías - se apresuran y esfuerzan por plasmar, por manifestar materialmente, esos pensamientos forma y esas formas de deseo que hemos creado. Y que, desgraciadamente, no son siempre de la mejor calidad moral.
4º.- Los medios de comunicación, que no son sino un reflejo del sentir y del penar general pero que, además, sirven de sembradores, de ejemplificadores y de
amplificadores, retroalimentan nuestros pensamientos y deseos materialistas y egocéntricos a la vez.
5º.- El ambiente mental y emocional - los cuerpos mental concreto y de deseos de la Tierra - debido a que, desgraciadamente, abunda más el mal que el bien, están siendo terriblemente polucionados. Piénsese sólo, por ejemplo, en la cantidad de miles
de emisoras de radio que están, las veinticuatro horas del día, en todo el planeta, enviando a las ondas música rock y similares que - como ya hacían en la Época Lemúrica en la que se usaban para ayudarnos a pasar del estadio vegetal al animal - despiertan los instintos animales. Y piénsese en la oleada de sexismo que invade los media, el cine, la literatura y la televisión mundiales.
Esa inmensa masa de formas mentales y emocionales de bajísima tasa vibratoria está asfixiando al Logos Planetario y al Rayo del Cristo Cósmico, Regente de la Tierra y, lógicamente, ha de producir la consiguiente reacción en su organismo - el estrato reflector, séptimo de los nueve terrestres - del mismo modo que una mala oxigenación y una deficiente alimentación del cuerpo físico, acaban produciendo en él sarpullidos, forúnculos, hemorragias, cefaleas, lipotimias, etc. cuya gravedad y consecuencias serán proporcionales a las agresiones recibidas.
6º.- La voluntad divina, sin embargo, el plan concebido por Dios para su obra no puede detenerse. Camina inexorablemente hacia su realización. Y, por ello, los Señores del Karma, cuando una idea, un sentimiento, una estructura, un organismo o una civilización cristalizan y frenan la evolución porque han dado de sí todo lo que podían, se encargan de destruir esas formas, ya inútiles, y de dar vida a otras nuevas que llevarán el plan divino adelante.
7º.- Pero, sobre todo ello, como anticipo del fin de este tiempo de dolor, en el plano mental abstracto y en la más elevada región del Mundo del Deseo, gracias al derramamiento del Amor Crístico desde el Mundo del Espíritu de Vida, la positividad crece rápidamente. De ahí las grandes concepciones relativas a la fraternidad universal y a la hermandad de todos los hombres, que empiezan a penetrar en la conciencia colectiva como un valor consustancial con la vida, y que están dando lugar a pensamientos y sentimientos y deseos que acabarán por disolver las nubes de negatividad que polucionan los planos mental y emocional, y darán paso a una nueva Era de características difícilmente imaginables desde nuestra actual oscuridad.
Todo esto, a la vez, es lo que está ocurriendo en nuestro mundo y ante nuestros ojos.
Nuestro papel y nuestra postura, pues, están claros: Mantenernos útiles, serviciales, con la mente abierta, llenos de amor, evitando la cristalización en cualquier
aspecto - mental, emocional o físico - para librarnos de la eliminación y ser, en cambio, utilizados como instrumentos de Dios en la realización de Su plan.
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Boletín Rosacruz , Nº 39 AÑO 2.001 - SEGUNDO TRIMESTRE
(Abril - Junio) Fraternidad Rosacruz Max Heindel de Madrid
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