El Sonido y los Éteres
CAPÍTULO VII
EL HOMBRE, CÁNTICO DE DIOS
Yo vi la Eternidad una noche,
Como un gran anillo de Luz pura y sin fin,
Todo en calma mientras él brillaba;
Y alrededor y por debajo de Ella, el
Tiempo. en horas, días, años,
Conducido por las esferas,
Se movía como una vasta sombra; en la cual el mundo
Y todo su cortejo eran lanzados.
Hert Vaughn (Siglo XVII)
"En el principio era el Verbo", escribió el Amado Apóstol Juan y la ciencia oculta está de acuerdo en que "tanto el Universo como el hombre fueron creados por el tono".
A través del Universo entero suena un triple cántico, que es el Cántico del Absoluto. El Cántico es Uno, y posee tres aspectos: Poder, o armonía; el Verbo, o melodía; y Movimiento, o ritmo.
Este cántico Universal es literalmente la energía primordial por medio de la cual El se manifiesta a SIMismo. Es verdaderamente una música, aunque la sensibilidad humana todavía no es tal que pueda ser oída físicamente; pero, ya sea que la oiga o no, el hombre en verdad se mueve, vive y tiene su ser en un Universo de armonía tonal".
Los modernos físicos afirman que la idea griega de la armonía de las esferas (aún los misterios orquestales de Kepler) ha sido puesta fuera de época por la infinita complejidad del Universo como se muestra a los astrónomos de nuestro tiempo.
No hay esquema musical conocido del hombre que pueda armonizar esta complejidad, dice el astrofísico; y tal vez es parte de esta complejidad lo que ha producido la música excéntrica y sin melodía, que es hoy prominente en la escena moderna. Pero a todo esto el ocultista replica que la "Nueva Edad", aprenderá primero a discernir, después a comprender y finalmente a amar, una Nueva Música del Universo. Sabemos que muchas personas musicalmente indoctas son incapaces de apreciar la música clásica; para sus oídos es "ruido". Similarmente, la música cósmica, que no es más que la música de las esferas de nuestro sistema Solar o de nuestra galaxia, debe ser aprendida por una nueva raza de hombres.
"El estupendo coro cósmico estando más allá de la capacidad perceptiva del hombre es bajado a potencias menores por el Logos de nuestro sistema Solar, su Creador y se da a conocer a esta Tierra como Voluntad (armonía), Sabiduría (melodía) y Actividad (ritmo)".
El oír la música de las esferas es una experiencia iniciatoria trascendental para el espiritualmente iluminado porque los tonos celestiales pueden ser percibidos por oídos bienaventurados que "oyen" y pueden ser vistos y registrados por los ojos de un arco iris de colores que acompaña al sonido de estos tonos. Platón estuvo entre ellos; escuchó y contempló estas glorias las cuales son descriptas con conocimiento iniciático por Shakespeare y, San Juan, se refiere a ellas repetidamente, al relatar la revelación que recibió en las Islas de Patmos. Puesto que el Fiat Creador del Absoluto es triple por naturaleza los números, uno, dos y tres son la base de toda manifestación ...
La Teología cristiana se refiere a este triple poder bajo la forma de la Santísima Trinidad y enseña correctamente que todas las cosas visibles e invisibles vienen a la manifestación procediendo de él... y todas las creaciones del sistema Solar se forman mediante emanaciones tonales de las Doce Jerarquías. La base alquímica de todas las cosas es Fuego y Agua en conjunción con sus elementos complementarios de Tierra y Aire. Estos componen la sinfonía Zodiacal en la cual el coro celeste resuena en el supremo cántico: "Y el Espíritu de Dios (Fuego) se movía sobre la faz de las aguas". "...el Fuego, el Agua, el Aire, la Tierra... esta combinación de poderes es expresada en cifras mantrámicas conocidas como INRI, JHVH, AMEN y el VERBO. "En el primero de los días de la Creación el cuádruple poder está potencialmente presente. En los días subsecuentes se hace progresivamente activo hasta que alcanza completa expresión en el último o Séptimo día de Creación. El poder dominantemente operativo en cada uno de los Siete Días o Períodos está entonado con la nota-clave musical de cada uno de los planetas de nuestro sistema Solar. Así cada día añade su nota particular al gran conjunto a medida que los poderes innatos del Espíritu se manifiestan en forma creciente. Cuando ha sido tocada la nota final o Séptima el poder del Verbo que es Dios el Bien Universal resuena con una octava gloriosa que es el "Todo" completo y perfecto".
Todo esto complementa la afirmación de Max Heindel en el sentido de que una música que suena en el seno de la Substancia Raíz Cósmica, crea las formas de todas las cosas creadas, con mucha analogía con las figuras de Chladny formadas cuando una lámina metálica con arena es hecha vibrar con un arco de violín, -lo cual es una antigua enseñanza de todas las Escuelas de Misterios-.
Al descender de los vastos espacios del cosmos hasta las más humildes escenas de la tierra, el cántico que Dios canta toma forma en la humanidad. "Para el ocultista científico el nacimiento es un triple acontecimiento. El primero es el nacimiento físico, acontecimiento que es experimentado por la totalidad de la humanidad. El segundo es un nuevo nacimiento mediante la regeneración espiritual o la Iniciación, experiencia que ha sido alcanzada sólo por los más avanzados precursores de la raza. El tercer nacimiento es la entrada en el conocimiento cósmico, que establece contacto directo con las actividades de las Jerarquías celestiales. Este es el resultado de avance de los Maestros y Señores de Compasión, aquellos que están ayudando a la evolución y progresos planetarios. En virtud de haber pasado a través de este triple nacimiento, el gran Instructor Egipcio llamado el dios Thoth fue denominado por los griegos Hermes Tres Veces Grande, o Hermes Trimegistos. La Divina Comedia del Dante contiene una velada alusión a sus experiencias personales con Jerarquías estelares que tuvieron lugar después que él hubo alcanzado el triple nacimiento.
Lo que uno ha hecho, otro puede hacerlo. La misma meta sublime aguarda a todos que se hagan dignos de ella.
"En los más primitivos estados de la encarnación humana, la música fue usada por las Jerarquías Celestiales para moldear cuerpos humanos. En la presente época materialista la música es usada para despertar las almas de los hombres.
"La ciencia espiritual ha descubierto la evidencia de cuatro grandes Períodos en los que la evolución humana ha proseguido, paralelamente con la evolución de nuestro Universo y sistema Solar. Tres están en el pasado, y la humanidad ahora trabaja por la liberación en el presente cuarto Día de Creación, usualmente denominado el Período Terrestre. Tres Períodos más, o "Días de Dios", van a seguir, durante los cuales la personalidad será transmutada en Espíritu, y el Espíritu re-unido con Dios, con plena conciencia de su fuente y naturaleza".
Durante los pasados tres "Días de Dios" y también en el presente cuarto Día, Jerarcas cósmicas han guiado nuestra evolución y su obra por la humanidad está indicada en los cielos estelares.
Pero aquellos poderes espirituales que vemos hoy día externamente como estrellas en los cielos, fueron en remotas épocas evolucionarias, simplemente vastas irradiaciones de inteligencia y poder, incluyendo no simplemente los poderes que trabajaron en la raíz de la materia, sino también las energías cósmicas que son individualizadas y concentradas en las emociones humanas. Los grandes Poderes del Universo no son seres sin sentimientos ni emociones.
Difieren de la humanidad en que sus emociones son de carácter universal, tejiendo de estrella en estrella mientras al mismo tiempo son intensamente conscientes de cada diminuto átomo del Universo. El espacio y el tiempo no obstaculizan las labores de esos poderosos Jerarcas universales. Sus emanaciones proyectadas crearon las nebulosas y desarrollaron sistemas Solares; y aun cuando alguna lejana estrella no sea sino la sombra de la real estrella que se ha movido hacia adelante en su órbita o que tal vez ha desaparecido del espacio, las emanaciones espirituales continúan trabajando.
En el primer gran Día de la evolución humana, el espacio era oscuro; sin embargo el Calor estaba presente en la forma cósmica... La Jerarquía... que tenía a cargo este Período... era una Hueste de Seres asociados, lo que es ahora la constelación de Leo. Ellos son llamados... los Señores de la Llama a causa de la brillante luminosidad de sus auras y sus grandes poderes espirituales. El término Bíblico para Ellos, es Tronos. Estos Seres proyectaron en la conciencia humana el Arquetipo-simiente del cuerpo físico que poseemos hoy. Este Arquetipo-simiente, está enraizado en un particular átomo del corazón, donde el átomo-simiente está entronizado.
Similarmente en el segundo "Día de Dios" el elemento-raíz del Aire fue añadido; y el Calor se convirtió en Luz. Ahora el Arquetipo-patrón del cuerpo Vital fue dado por las Jerarquías de Virgo. En el tercer Día, la humedad fue añadida al Calor y la Luz y una niebla ígnea cósmica (nebulosa) fue el resultado, mientras que el Arquetipo-simiente del cuerpo de deseos fue dado por la Jerarquía de Libra. En el cuarto Día, que es nuestro Período Terrestre fue añadido el germen de la Mente, como don, de la Jerarquía de Sagitario, los Señores de la Mente; esa constelación, junto con parte de Escorpio es el velo de estrellas que cuelgan ante el Centro Invisible de nuestra galaxia. Las otras constelaciones están implicadas en las actividades complementarias del alma y del Espíritu. Desde el punto de vista opuesto, por lo tanto, no decimos más que la verdad cuando hablamos de que la humanidad es un "Cántico de Dios", armonizada con una nota estelar o acorde cósmico peculiarmente Suyo. Está correctamente explicado que el Ego está armonizando con la nota-clave de uno de los Espíritus Planetarios que están ante el Trono de Dios, el Dios de nuestro sistema Solar y que mediante la meditación y el trabajo interno, es posible descubrir la nota-clave planetaria de uno mismo. Esta nota básica aumenta a medida que el aspirante crece espiritualmente hasta que se convierte en un canto victorioso que vence a las disonantes configuraciones, cuadrantes u oponentes, del horóscopo; LA CIENCIA OCULTA ENSEÑA QUE EN LOS REINOS MAS ELEVADOS DE LA MÚSICA ESTA EL PRINCIPAL FACTOR MOTIVANTE DE TODO EL SER.
del libro "Temas Rosacruces" Tomo Segundo,
de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel
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