PREGUNTA Nº 62: Se dice que no hay tristeza alguna en el cielo, pero si nos encontramos allí con algún ser querido el que después sigue adelante, esa partida ¿no produce siquiera un pequeño sentimiento de disgusto?
Respuesta: No, porque allí vemos las cosas tal como son. Aquí estamos cegados. Cuando el Ego viene al Mundo Físico, en un sentido es causa de regocijo, y efectivamente nos regocijamos cuando nace el niño, pues este mundo nos proporciona experiencias que nos permiten crecer anímicamente. Pero considerándolo desde otro punto de vista, cuando el Ego viene a este mundo y entra en la prisión del cuerpo denso, se encuentra en la situación más limitada imaginable, y regocijarse cuando nace un niño y lamentarse cuando muere es en realidad análogo a regocijarse cuando un amigo es aprisionado y entregarse a histéricas lamentaciones cuando queda libre.
Cuando el espíritu pasa al mundo celestial, se encuentra con algunos con los que estuvo asociado en la vida terrestre en el Primer Cielo, pero allí se ha hecho ya tan espiritual y está tan en contacto con las realidades de la vida, que sabe que la muerte no existe. Por consiguiente cuando alguno sigue adelante su camino no hay más que regocijo y placer porque entonces se sabe que lo encontraremos de nuevo y no puede dejar dolor alguno tras sí.
Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO
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