jueves, 16 de junio de 2016

Destrucción de los productos de la enfermedad (además en you tube)

PREGUNTA Nº 43: DESTRUCCIÓN DE LOS PRODUCTOS DE LA ENFERMEDAD
en you tube desde aquí

Al tiempo de tratar un paciente, ¿puede uno destruir las “Vibraciones” de la enfermedad de tal manera que una vez que hayan sido extraídas del cuerpo del enfermo no vuelvan después de terminado el tratamiento?


Respuesta: Suponemos que usted se refiere al tratamiento de la enfermedad por medio del fluido magnético y podemos decir que este método de curación consiste enteramente en erradicar las vibraciones de la enfermedad por medio de la absorción de éstas en el cuerpo del sanador, quien debe tener vitalidad suficiente para expulsarlas de sí mismo, o de lo contrario también se enferma. Esto ha sido explicado antes en nuestra literatura, pero tal vez considerando el tema desde otro ángulo puede ser igualmente interesante e instructivo.
Cuando uno mira con la visión espiritual a una persona enferma, el cuerpo vital del paciente aparece delgado y extenuado en proporción a los estragos hechos por la enfermedad. No hay líneas radiantes saliendo de él como cuando el cuerpo está sano, sino una emanación morbosa que se encrespa en remolinos y espirales que cuelga del cuerpo denso. En lugar de ser de color púrpura-rosado, es generalmente de un gris oscuro, y la parte que está particularmente enferma está envuelta en algo que se parece a una masa de gelatina negra. Esto es lo que podríamos llamar las vibraciones de la enfermedad, y al tiempo en que la persona recibe una curación magnética esta masa negra ponzoñosa es la que se adhiere a las manos del que cura.
Cuando éste lanza esta masa por medio de un vigoroso movimiento de los brazos, dicha masa cae al suelo. Entonces si el paciente se levanta y camina cerca del lugar donde yace, esa persona la reabsorberá. Por lo tanto, siempre ha sido costumbre del que escribe, ya sea arrojar estas emanaciones por la ventana o al hogar de una chimenea donde puedan ser quemadas. Así no podrán hacer daño.
Pero ya que estamos tratando este tema, bueno es recordar otra fase del asunto y el método de curación. En tanto que un órgano está enfermo, genera esta sustancia ponzoñosa que cuelga de él e impide que las corrientes del cuerpo vital pasen a través de él. Lo que un curador magnético hace es simplemente limpiar el órgano por el momento y así abre la puerta al influjo de las corrientes vitalizadoras y promotoras de la salud. Generalmente el alivio es nada más que temporal, porque el órgano enfermo y débil continúa generando las “miasmas ponzoñosas”, como las llamamos, de suerte que pronto requiere otra limpieza de parte del curador magnético. Esto continúa así hasta que las corrientes vitales finalmente devienen suficientemente fuertes como para neutralizar la materia venenosa y expulsarla del cuerpo, al mismo tiempo que limpia el órgano. Entonces retorna la salud.
El médico osteópata enfoca el asunto desde el ángulo opuesto mediante la manipulación de los nervios, que son avenidas para las corrientes vitales. Esto fortalece dichas corrientes y éstas comienzan a expeler las miasmas en la parte del cuerpo afectado. Sin embargo, esto generalmente requiere cierto número de tratamientos antes de que la salud se restaure, porque las miasmas ponzoñosas bloquean los nervios de nuevo poco tiempo después de que el osteópata ha cesado de manipularlos. Por consiguiente, le parece al que escribe, aunque nunca lo ha intentado, que una combinación de los dos métodos, a saber, abrir el camino a las corrientes nerviosas y fortalecerlas por medio de los tratamientos osteopáticos, al mismo tiempo que remover las miasmas venenosas por medio de la curación magnética, teniendo cuidado de quemarlas, facilitaría el tratamiento de la enfermedad maravillosamente.

del libro "Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas"
 Tomo Segundo, de Max Heindel

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