EFECTOS COMPARADOS DE LOS SIGNOS CARDINALES, FIJOS Y
COMUNES EN LOS ÁNGULOS
Mientras que la naturaleza de los signos cardinales es tal que sus rayos impelen a la acción a nuestras fuerzas latentes y procuran cambios, la cualidad más preeminente de los signos fijos es la de estabilidad. Pero el estudiante debe guardarse muy bien de confundir la estabilidad con la inercia. La acción inducida por la acción de los rayos cardinales puede ser cambiada en otra dirección con considerable facilidad; todo lo que necesitan es expresión; la dirección en la cual se expresan es una consideración secundaria. No así con los signos fijos; cuando su rayo impulsa a una acción en una dirección determinada es casi imposible el detener la fuerza o desviarla. Por otra parte, si ellos niegan expresión en ciertas líneas su obstrucción es casi insuperable.
Las personas de la clase de signos fijos carecen de habilidad para hacer sus inventos practicables comercialmente, tarea para la. cual la clase cardinal está capacitada eminentemente. De este modo estas dos clases trabajan mano a mano y entre ambas han transformado el desierto del mundo en un estado de confort relativo; sus esfuerzos hacia las mejoras se manifiestan continuamente y con el tiempo este desierto llegará a florecer como una rosa.
Como el éxito material depende de la habilidad de hacer frente a las condiciones materiales, la clase cardinal es especialmente afortunada, porque es el factor ejecutivo principal en el trabajo del mundo y alcanza la recompensa merecida por ello.
La clase fija no es tan preeminente ante, el público, sino en los trabajos de laboratorios experimentales para completar los procesos y perfeccionar los modelos que después son usados en la manufactura. Por lo tanto esta clase es también un potente factor e la vida y comparte el éxito material financiero de la clase cardinal:
La clase común es un contraste marcadísimo. Las fuerzas enfocadas a través de los signos comunes son mentales; por lo tanto, las gentes regidas por ellas tienen aversión a la acción física extrema que es el fuerte de la clase cardinal, trabajando solamente cuando el latigazo de la necesidad las zurra.
Asimismo, son incapaces del lento pero sostenido esfuerzo que pone en sus actos la clase fija y son fácilmente descorazonados por los obstáculos. Así, pues, son más bien gentes que embarazan y no gentes que ayudan; y los trabajadores que ejecutan las órdenes de las clases inventiva y ejecutora, están reclutados entre las personas regidas por signos comunes. Hay, no obstante, una esfera en la que ellas brillan con arreglo a su habilidad para pensar. Como tienen aversión al trabajo han formado un terreno ventajoso en el cual pueden aprovecharse de los beneficios del trabajo de los demás, de sus facultades inventoras o habilidades ejecutoras. Para hacer esto se convierten en promotores que ponen en contacto los inventores con los fabricantes: agentes que median entre el comprador y el vendedor, quincalleros, vendedores y toda esa clase de intermediarios que van y vienen entre los productores y los consumidores y que viven de una comisión; también las personas literarias que dedican sus talentos a las ficciones y novelas sin propósito pertenecen a esa clase movida por las fuerzas más bajas de los signos comunes.
La clase cardinal es activa; la común es inquieta. La clase fija es rígida y la común es flexible.
del libro "El Mensaje de las Estrellas"
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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