Puesto que el progreso evolucionario requiere cambios en la alimentación humana de tiempo en tiempo, ¿me hace usted el favor de indicarme algunas características del alimento en el futuro?
Respuesta: En la actualidad el alimento que se toma internamente es descompuesto químicamente por medio del calor dentro del cuerpo. De esa manera el éter químico que interpenetra cada partícula de alimento se combina con el éter químico de nuestro cuerpo vital.
El alimento magnetizado por el Sol al actuar sobre la planta, es así asimilado, y permanece en nosotros hasta que este magnetismo se agota. Entre más directamente venga el alimento a nosotros del suelo, más magnetismo solar contiene. Como consecuencia, "permanece con nosotros" mucho más tiempo cuando se come crudo. Cuando el alimento ha pasado a través del proceso del cocimiento, una parte del éter que contiene se pierde, ya que un gran número de las más finas partículas se disuelven por medio del calor y emanan de la cocina en forma de olor, de cualquier clase de comida que vengan. Consecuentemente, las células del alimento cocinado permanecen menos tiempo como parte de nuestro cuerpo que en el caso de la comida cruda, y el alimento que ya ha sido asimilado por el animal tiene muy poco éter químico de por sí (excepto la leche, que se obtiene por medio de un proceso vital y tiene mayor cantidad de éter que ningún otro alimento). Por lo tanto con relación a la carne de los animales puede decirse que la mayor parte del éter químico contenido en el forraje ha pasado al cuerpo vital del animal antes de ser matado, y a la muerte el cuerpo vital abandona el cadáver. Como consecuencia la carne se pudre mucho más rápidamente que los vegetales y permanece con nosotros, sólo un corto tiempo después que la comemos.
La muerte y la enfermedad son en gran parte debidos al hecho de que subsistimos con alimento compuesto de células a las cuales se les ha quitado su éter químico individual obtenido durante la asimilación vegetal. Este es diferente y no debe ser confundido con el éter químico planetario que ínter penetra al mineral, a la planta, al animal y al hombre. Pero el alimento de carne, privado por la muerte del cuerpo vital individual que vitalizó al animal durante la vida, es realmente reducido a su forma química mineral, y como tal es de poco valor en los procesos vitales. De hecho es dañino, además, y debiera ser eliminado del organismo lo más pronto posible. Pero siendo minerales, estas partículas de carne están muertas, y son difíciles de mover. Por lo tanto se acumulan gradualmente. Aún una parte del alimento vegetal que es ceniza mineral permanece en nuestro organismo, de suerte que hay un proceso gradual de acumulación que describimos como crecimiento. Esto es porque substraemos a la planta o a cualquier otro alimento su éter químico. Si fuésemos como las plantas y capaces de impregnar al mineral con éter, seríamos realmente capaces de asimilarlo y de crecer hasta estaturas gigantescas, pero el hecho es que el material muerto se acumula más y más hasta que finalmente el crecimiento se detiene, debido a que nuestros poderes de asimilación devienen cada vez menos eficientes.
En el futuro no digeriremos nuestro alimento dentro del cuerpo, sino que extraeremos el éter químico y lo inhaláremos a través de la nariz, en donde se pone en contacto con el cuerpo pituitario. Este es el órgano general de la asimilación y el promotor del crecimiento. Entonces nuestro cuerpo se hará más y más etéreo, los procesos vitales no serán obstaculizados por los desechos acumulados y como resultado la enfermedad desaparecerá gradualmente y la vida será más larga. En conexión con esto es significativo que los cocineros a menudo no sienten inclinación a comer debido a que el penetrante olor de las comidas les satisface en gran medida.
La ciencia está gradualmente aprendiendo las verdades previamente enseñadas por la ciencia oculta, y su atención se dirige cada vez más a las glándulas endocrinas, que les darán la solución de muchos misterios. Sin embargo, ellos no parecen darse cuenta todavía del hecho de que existe una conexión física entre el cuerpo pituitario, órgano principal de la asimilación y por lo tanto del crecimiento, y las suprarrenales, que eliminan los desechos y asimilan las proteínas. Estas también están físicamente conectadas ambas con el bazo, el thymus y las glándulas tiroides. A este respecto es significativo, desde el punto de vista astrológico, que la glándula pituitaria está regida por Urano, que es la octava superior de Venus, regente del plexo solar, donde está localizado el átomo-simiente del cuerpo vital. Así es que Venus guarda la puerta del fluido vital que viene directamente del Sol a través del bazo, y Urano es el guardián de la puerta por donde entra el alimento físico. La mezcla de estas dos corrientes es lo que produce la energía latente almacenada en nuestro cuerpo vital hasta que es convertida en energía dinámica por la marcial naturaleza de deseos.
del libro "Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas"
Tomo Segundo, de Max Heindel
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