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PREGUNTA Nº 44: CURACIÓN DE LOS ENFERMOS
¿Cómo cura un Iniciado a los enfermos? ¿Por invocación de un poder superior o por medio de su propia concentración? ¿Existe alguna diferencia entre el primero y el ultimo método? ¿Si la hay, cual es?
Respuesta: En la forma en que está hecha la pregunta, es difícil contestarla. Si bien es cierto que conocemos ciertos métodos de curación, también creemos que la elección del método es cuestión de temperamento, y los diversos sistemas son probablemente usados a tiempos diferentes por todos los Iniciados según lo requiera la ocasión. Sabemos que en ciertas ocasiones el Cristo se dirigió al Padre, mientras llevaba a cabo una curación. Otras veces, cuando estaba en medio de una multitud y alguien le tocaba, el poder de curar se observaba que había salido de Él, y sin duda sanaba al que había absorbido esa fuerza. Todos los que han seguido sus pasos han variado indudablemente sus métodos para adaptarse a las circunstancias. Pero en último análisis la fuerza de curación es la misma, porque emana de nuestro Padre Celestial, que es el Gran Médico, y todo Iniciado o Sanador absorbe de su Divina fuerza tanto como sea capaz de contener, dándola según los requerimientos de cada paciente que la implore.
Si usted lee el artículo "Cómo curamos a los enfermos", en la sección de curación y salud de la revista Rays from the Rose Cross, número de septiembre de 1915, hallará una descripción de nuestro método, artículo que arrojará considerable luz sobre este tema. (Ver también el capítulo VIII de Principios Ocultos de la Salud y Curación). En el mismo número de la revista hay un artículo por Stuart Leech, M. D., relatando cómo salvó de la necesidad de llevar a cabo una operación quirúrgica visitando al paciente en la noche cuando se encontraba fuera de su cuerpo, materializando las manos dentro del cuerpo del paciente, y arreglando el trastorno de modo tal que el enfermo estaba curado a la mañana siguiente, más allá de la necesidad de serle aplicado el bisturí. Esto probablemente ilustre el asunto en el sentido de que el Iniciado dispone de considerable libertad y radio de acción, lo mismo el Auxiliar Invisible, cuando se trata de corregir las condiciones morbosas del cuerpo. Como antes dije, el bálsamo de curación procede de nuestro Padre Celestial, y no importa quién haga el trabajo o qué método use para impartir salud al doliente, la gloria y el honor pertenecen sólo a Dios.
del libro "Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas"
Tomo Segundo, de Max Heindel
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