lunes, 26 de septiembre de 2016

Algunos puntos importantes


ALGUNOS PUNTOS IMPORTANTES

Cuando se juzgan los efectos de las direcciones es de la mayor importancia el tener en cuenta el tenor de la natividad; porque aun débiles aspectos, que estén en armonía con las tendencias preindicadas en el mapa natal, serán mucho más activos que un aspecto fuerte que esté en contradicción con las indicaciones radicales. Supongamos, por ejemplo, que hay testimonios palpables de enfermedad y accidentes, tales como Marte en Sagitario en el Mediocielo, en cuadratura con el Sol en Piscis en la casa duodécima, y con una cuadratura de
Saturno en Virgo en la casa sexta; entonces la progresión de Marte a una cuadratura con el Ascendente radical precipitaría, indudablemente, un accidente o unas fiebres de naturaleza seria, pero si el Sol estuviera en trino con Marte y Júpiter, el efecto de Marte en cuadratura con el ascendente produciría poca o ninguna incomodidad. De igual modo con todas las otras direcciones, y si el estudiante olvida poner todo su tacto en juego en este punto tan importante, está expuesto a cometer alguna vez una gran equivocación y asombrarse de por qué
una dirección aparentemente poderosa no produjo ningún resultado en un caso determinado, mientras que en otros un aspecto muy débil tuvo un alcance tan lejano. Los aspectos entre dos planetas progresados no son importantes.
Otro punto importante de recordar es que los aspectos de los planetas radicales o progresados actúan en proporción a la fuerza del planeta radical en la natividad. Supongamos, como un ejemplo, que en un horóscopo determinado el Sol está elevado en Leo y aspecta a una serie de otros planetas —no importa el que los aspectos sean buenos o malos, siempre que sea cercano—, entonces aun un aspecto débil de un planeta progresado con el Sol producirá un resultado marcado. Por otra parte, si el Sol en aquel horóscopo no recibe aspectos o solamente uno o dos débiles, entonces aun un aspecto fuerte de un planeta progresado surtirá muy poco efecto.
Debe notarse, también, que un buen aspecto desde un planeta progresado hacia un planeta que esté muy afligido en la natividad producirá un beneficio pequeño si produce alguno. En resumen: los aspectos progresados actúan solamente en la medida en que estén en armonía con el ambiente de la natividad y el planeta con el cual se están combinando.
El tercer punto importante que debe recordarse cuando se están juzgando los efectos de las direcciones, es que un aspecto desde un planeta progresado a un radical no es nunca en sí mismo suficiente para producir resultados; un aspecto armonioso de la Luna progresada o una lunación es absolutamente esencial para acarrear que fructifique la tendencia. Es decir, si el Sol progresado se pone en cuadratura con el Saturno radical, un aspecto de trígono o sextil de la Luna progresada o de una lunación, pasará inadvertido; no se sentirá ningún efecto hasta que la Luna progresada o una lunación forme una conjunción, Cuadratura u oposición del Sol con Saturno, y viceversa, si el Sol progresado llega a formar un trígono con Júpiter radical y una cuadratura u oposición de la Luna, no surtirá efecto y habrá que esperar a que se manifieste un sextil o un trígono. Por esta razón las direcciones se difieren algunas veces en su acción más allá del momento en que debían culminar, y en otras ocasiones se precipitan algún tanto debido a que un aspecto lunar de la naturaleza requerida ocurre antes de la hora en que los aspectos de los planetas se completan.
Sucede también que en los casos en que un acontecimiento indicado por un aspecto envuelve a dos personas, los aspectos de los planetas por progresión puede completarse en el horóscopo de una persona y quedar fecundados por un armonioso aspecto sin producir un resultado, debido a que el aspecto en el horóscopo de la otra persona no ha madurado aún. En este sentido debemos recordar el horóscopo de una señora cuyo Venus estaba colocado en la casa octava e indicando un matrimonio tardío. En el año 45 de su edad el Sol progresado alcanzó la conjunción de Venus, mas no resultó ni compromiso ni matrimonio; pero en seguida el Sol y Venus llegaron a formar una conjunción en el horóscopo de un caballero conocido de ella que trajo unas relaciones que fueron rápidamente seguidas del matrimonio. De modo que uno tuvo que aguardar por el otro, y a menos que ocurra una contingencia como la relatada y que debe estar prevista por el astrólogo, muchas veces quedará perplejo y fracasará cuando prediga acontecimientos.

del libro "El Mensaje de las Estrellas" 
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel


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