Si no debiéramos comer carne, presumo que también estaría incluido el pescado. ¿Cuál, entonces, es la respuesta a la milagrosa multiplicación de los peces tal como se relata en la Biblia? Sin duda alguna éstos fueron requeridos como alimento.
Respuesta: Con frecuencia hemos dicho, que si bien los Evangelios son versiones reales de la vida del hombre Jesús, son también manuales de Iniciación. El Sol, tal como lo vemos en los cielos, es el portador de luz física que es la “cruz del mundo”; pero detrás de él está el Sol invisible que también lleva luz espiritual. El Iniciado que sigue el camino de la Iniciación es en el mismo sentido un dador de luz, o iluminador de la humanidad. Por lo tanto, su vida está inseparablemente conectada con el Sol, el cual en su curso anual pasa por los doce signos del Zodíaco por movimiento directo desde Aries, el carnero, hasta Piscis, los peces, y durante su viaje madura los granos y las frutas que alimentan físicamente a la humanidad. También tiene otro movimiento el Sol, conocido por los astrónomos como presesión de los equinoccios, por el cual el Sol pasa por cada uno de los signos en unos 2.100 años aproximadamente. Esto tiene relación con el progreso espiritual de la humanidad, y por consiguiente el símbolo del Salvador en cualquier época, es siempre el del signo a través del cual el Sol, en ese tiempo particular, se está moviendo por presesión.
Para mantenernos dentro de los tiempos históricos, podremos decir que en el tiempo en que el Sol por presesión pasó por el signo de Tauro, el Toro o el Becerro era adorado entre las naciones más adelantadas en el mundo. Encontramos al Toro, Apis, entre los egipcios, y a Mithra, el Cristo persa, montado en un Toro. Sin embargo, cuando el Sol por presesión pasó a Aries, el signo del Carnero o Cordero, el pueblo de Dios salió de Egipto, en la Pascua, o equinoccio vernal, cuando el Sol pasó por el Ecuador. Entonces fue idolatría adorar al Toro o Becerro y fueron enseñados a adorar al Carnero o Cordero de Dios. Por tiempo del advenimiento del Cristo, el Sol, por presesión estaba alrededor de los siete grados de Aries y dentro de la órbita del siguiente signo, Piscis, los pescados. Él era el Salvador de la venidera dispensación. Por consiguiente, buscó pescadores, y a medida que los sacaba de su oficio, afirmó que los haría pescadores de hombres. En todo el Nuevo Testamento se encontrará esta continua alusión a los pescados.
En el tiempo en el que la Religión Cristiana estaba siendo establecida después de Su muerte, hubo controversia con relación a si el símbolo de este Salvador debiera ser el Cordero o el Pez. En consecuencia, como una reliquia de esa controversia tenemos hasta los días actuales que los obispos usan una mitra con la forma de la cabeza de un pescado. Al mismo tiempo los funcionarios de esa iglesia también tienen el báculo o cayado del Pastor, significando la conexión con Aries, el Cordero. No fue sino después de varios cientos de años después de la crucifixión de Cristo Jesús que el Cordero fue usado como Su Símbolo. Piscis, el signo de los peces, es un signo acuo, y en tal virtud, vemos a las puertas de la Iglesia Católica el agua bendita con la cual los fieles hacen la señal de la cruz. Se les enseña que los Viernes tienen que abstenerse del uso de la carne y tomar en su lugar pescado, y también durante el tiempo de Cuaresma el pescado es el alimento principal; Todo esto debido a que el Sol, por presesión, está pasando por el signo Piscis. Ahora está acercándose a Acuario, el signo del Hijo del Hombre, y en esa época, el símbolo del Salvador será diferente. Una fase diferente de la religión Cristiana también estará en boga para satisfacer las necesidades de las generaciones más avanzadas que entonces habitarán la tierra. En verdad, este es el objeto de las enseñanzas Rosacruces.
del libro "Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas"
Tomo Segundo, de Max Heindel
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