domingo, 21 de febrero de 2016

¿qué es lo que las enseñanzas rosacruces pueden dar al que al presente no goza de buena salud física?


PREGUNTA Nº 144:  Siendo un cuerpo vigoroso y sano necesario para el desarrollo espiritual ¿qué es lo que las enseñanzas rosacruces pueden dar al que al presente no goza de buena salud física? El estudio de esa filosofía y la práctica de sus enseñanzas ¿mejorará la salud como resultado y tenderá a mantener a la persona en buena salud?


Respuesta: El preguntante comienza por expresar un malentendido: que un cuerpo vigoroso es necesario para el verdadero desarrollo espiritual, y, probablemente, también olvida la distinción entre Vigoroso y sensitivo. Muchas personas de escaso desarrollo tienen un cuerpo sanísimo y lleno de salud, pero no son absolutamente sensibles a las vibraciones espirituales.
Una ilustración para aclarar el punto: El autor ha tenido un reloj despertador, de esos baratos, durante varios años. Muchas veces ha sido empaquetado y metido en un baúl, que ha sido manipulado por cocheros, porteros, etc.) Con el descuido proverbial, y aun así, cuando lo sacaba del  baúl, a pesar de las sacudidas y de los malos tratos, seguía marcando el tiempo pasablemente, es decir, siempre que no importara minuto de más o de menos. Ese reloj era fuerte, vigoroso, pero no exacto.
Por otra parte, un cronómetro de los que se emplean a bordo es sumamente delicado.
Reposa sobre suspensores que lo mantienen siempre en posición horizontal y que compensan hasta el más ligero movimiento del barco, de manera que el cronómetro marque
el tiempo con toda exactitud, pues hay muchas vidas que dependen de la extraordinaria exactitud de ese instrumento. El capitán que se encuentra en medio del océano sabe a qué distancia se encuentra al Este o al Oeste de Greenwich (Inglaterra), por medio de ese exactísimo cronómetro.
Cuando calcula la diferencia entre el medio día del lugar en que se encuentra el buque y el momento que señala el cronómetro encuentra la medida exacta del lugar que ocupa el buque, medida de la que dependen las vidas de todos los pasajeros y los millones de dólares que vale el buque y el cargamento a su mando. Comparando ese sensibilísimo cronómetro con el despertador barato y grosero, se ve claramente la diferencia que existe entre “sensitivo” y “vigoroso”.
Cuando comprendemos las filosofías superiores, cuando vivimos la vida que ellas enseñan, nuestro cuerpo se hace extremadamente sensible y hay que prestarle muchos más cuidados que los que necesita el cuerpo de un indio o el de un negro en los bosques africanos. Estos no tienen el sistema nervioso delicado que tiene la raza blanca. Los que se interesan por el desarrollo espiritual especialmente tienen una gran sensibilidad y, por consiguiente, conforme progresan tienen que cuidar más y más ese instrumento. Pero también aprendemos las leyes de su naturaleza y cómo sujetarnos a ellas. Si aplicamos nuestro conocimiento es posible tener un instrumento sensible y mantenerlo en salud comparativamente buena.
Hay casos, sin embargo, en los que una enfermedad es necesaria para producir ciertos cambios en el cuerpo, cambios que son precursores de un grado más elevado de desarrollo espiritual, y bajo tales condiciones la enfermedad es por supuesto, una bendición y no una maldición. Sin embargo, en general puede decirse que el estudio de las filosofías superiores tenderá siempre a mejorar la propia salud, porque “saber es poder”, y cuanto más sepamos tanto mejor podremos dominar todas las condiciones, siempre que llevemos nuestros conocimientos a la práctica y vivamos la vida; que no seamos siempre oyentes del verbo, sino obreros también, porque ninguna enseñanza nos beneficia absolutamente, salvo que las llevemos en nuestra vida viviéndolas diariamente.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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