viernes, 19 de febrero de 2016

¿Cuál es la diferencia entre la visión etérica, la clarividencia y la visión perteneciente al Mundo del Pensamiento?


PREGUNTA Nº 142:  ¿Cuál es la diferencia entre la visión etérica, la clarividencia y la visión perteneciente al  Mundo del Pensamiento?

Respuesta: Cuando se mira a un hombre con la vista etérica se ve primeramente su vestido exterior, después la ropa blanca, su piel, sus costillas y los diversos órganos de su cuerpo que están ante la línea de nuestra visión; después la columna vertebral, la piel de atrás y las ropas que cubren su espalda. En otras palabras, vemos a través de él. Con la visión etérica el hombre puede ver a través de libros, papeles, cartas, muros o cualquier otra cosa, pero a distancias cortas. En realidad a esta facultad se le podría dar el nombre de rayos X con toda exactitud. El cristal es tan opaco para la visión etérica como un muro de piedra para la vista ordinaria, quizás por la misma razón que el cristal es un aislador espléndido para la electricidad.
Cuando miramos a una persona o cosa con la clarividencia ordinaria, vemos su cuerpo de deseos y la contraparte de los demás vehículos por dentro y por fuera cada partícula al mismo tiempo. Es más bien difícil leer un libro o una carta con la visión etérica porque tenemos entonces que mirar a través de las demás páginas, lo que pone borroso lo que haya en la página que queremos leer. Cuando miramos o empleamos la clarividencia ordinaria parece como si el libro o la carta desaparecieran de manera que se puede leer una parte o página sin necesidad de tener que mirar a través de ellas. Pero cuando miramos un objeto con la visión perteneciente a las cuatro regiones inferiores del Mundo del Pensamiento -el autor no tiene conocimientos personales sobre los demás dominios superiores encontramos que en vez de formas hay espacios vacíos o moldes, que nos hablan y nos dicen todo lo que hay sobre ellos mismos. La necesidad de la investigación queda eliminada en ese mundo.
Allí conocemos inmediatamente todo cuanto hay que saber sobre el objeto que llama nuestra atención. Sin embargo, hay una cosa curiosa respecto al conocimiento obtenido en esa forma: viene a nosotros inmediatamente en total. La suma de este conocimiento es un todo que no tiene ni principio ni fin. Por consiguiente, por regla general es una tarea hercúlea desarrollarlo en un concepto coordinado, consecuente, que pueda ser expuesto comprensible mente para nosotros y para los demás.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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