lunes, 16 de enero de 2017

Rejuvenecimiento




Rejuvenecimiento

Mucho hemos leído en los diarios acerca del rejuvenecimiento obtenido mediante el injerto de glándulas de animales en el ser humano, para restaurar su juventud. Si estos procedimientos se extendieran mayormente, la próxima generación vería el nacimiento de muchos niños degenerados, y las instituciones adecuadas se encontrarían llenas de pervertidos mentales. Los animales de donde se obtienen esas glándulas suelen ser generalmente las cabras y los monos, los cuales se multiplican muy rápidamente y, naturalmente, ejercerían un efecto degenerativo sobre las personas que sean lo bastante tontas como para permitir esos injertos en sus cuerpos. Además, ese rejuvenecimiento dura sólo un corto tiempo. Si el hombre continúa viviendo una vida sensual, pronto quedará disipada esa nueva energía, la cual tendría que ser repuesta de tiempo en tiempo.

No hay más que una sola fuente de juventud y un solo elixir de vida: nuestros alimentos y nuestros pensamientos. Si vivimos una existencia pura, sencilla y desinteresada, comiendo sólo legumbres y frutas y manteniendo la vigilancia debida sobre nuestros deseos, entonces no necesitaremos sacrificar la vida de ningún animal para reparar nuestras energías. Ponce de León buscó en vano la fuente de la eterna juventud en remotas tierras y lugares, mientras que él mismo tenía, en su propio cerebro, dos minúsculas copitas que, si hubiera estado dispuesto a pagar el precio debido, cambiando su vida sensual y mundana por una vida de pureza espiritual, le habrían dado el elixir de vida que buscaba.

del libro Temas Rosacruces UNO 
publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel

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