Capítulo IV
LA GLÁNDULA TIMO
(La glándula del desarrollo infantil)
La glándula timo está situada en el pecho entre los dos pulmones y detrás de la parte superior del esternón. Desciende y cubre la porción superior del corazón, envolviendo los grandes vasos en la parte superior de ellos. Es una masa pardusca, que cuando ha sido cortada tiene la apariencia de una molleja. Está emplazada sobre la tráquea y aparece como un crecimiento de la pared de la tercera porción de la faringe (una cavidad tubular en el canal alimenticio que empieza detrás de la lengua). Alcanza su mayor tamaño al comienzo de la pubertad. Al nacimiento pesa alrededor de media onza. Su longitud es de unas dos pulgadas, su anchura de pulgada y media, y su espesor de un cuarto de pulgada. Se le halla decreciendo gradualmente hasta los veinte años. Su gradual desaparición es marcada por una pérdida de la estructura glandular, la cual es reemplazada por fibras y tejidos adiposos. Los vestigios del característico tejido timo, sin embargo, persisten, y algo de la secreción de sus células permanece por toda la vida.
En el pasado se creía que al llegar a la pubertad la glándula Timo se atrofiaba, pero ahora es sabido que algo de la secreción de sus células persiste durante toda la vida.
Cuando persisten demasiadas de estas células, la glándula se hace de cinco a diez veces más grande de lo normal, y un número de otros aspectos se hace prominente, lo cual convierte al extraordinario individuo en la víctima del “status thimicus”, quien en medio de los azares de la vida reaccionará de la más extraña manera. Esto será tratado más adelante en esta serie de lecciones bajo la denominación de “La Personalidad Timo”.
Cierto es que la glándula timo es la que resguarda de las trivialidades infantiles y a veces convierte el aspecto exterior de los niños en el de adultos. Las arterias que suministran sangre a la glándula timo son principalmente las mamarias internas, esto es una indicación de la estrecha relación existente entre la madre y el niño. Los nervios, los cuales son diminutos, provienen del sistema nervioso simpático o involuntario y del décimo craneal o nervio pneumogástrico.
Durante la niñez la glándula timo es el órgano que promueve el crecimiento de los huesos, pero al llegar a la pubertad empieza a decrecer su funcionamiento. Se cree que las glándulas sexuales, al despertar en la pubertad, ejercen una influencia restrictiva sobre el timo.
La secreción de la glándula timo se llama “thimovidina” y se cree que es la que controla el crecimiento de los niños. Cuando un niño nace con un timo dilatado, el comienzo del proceso de la respiración, que es la introducción en el niño del oxígeno del aire, puede ser un asunto dificultoso y prolongado. De tal niño se dice que ha nacido azul. La respiración por unos días produce un rudo sonido silbante, haciéndose normal algún tiempo, para ser seguido de espasmos o síntomas de asfixia (cuando hay anormalidad en la respiración), acompañado de manchas azules de la piel y amenaza de muerte.
Hay casos en que estos síntomas de asfixia han ocurrido después que el niño parecía estar perfectamente sano. Que una glándula timo de dimensión excesiva es responsable de tal condición, ha sido mostrado por el relieve que de la glándula puede obtenerse mediante los rayos X, o por la separación quirúrgica de una parte de ella.
Cuando el cuerpo de un niño padece una nutrición insuficiente, se produce un rápido descenso en el peso de la glándula timo. Esto prueba que el tamaño y condición de la glándula timo en el niño son un índice del estado de nutrición de su cuerpo. Ha sido probado que una alimentación insuficiente por cuatro semanas reducirá la glándula timo a un tercio de su tamaño normal. Esta glándula parece actuar como un órgano de provisión y reserva, concediendo algo de protección contra la limitación del crecimiento atendiendo a la carencia de alimento insuficiente. Es un factor interesante que en enfermedades agotadoras o depauperantes el peso de esta glándula mengua mucho más vivamente que el de las otras glándulas.
Hay ejemplos de niños que crecieron bastante y se desarrollaron bien mentalmente cuando fueron alimentados con “thimovidina” y donde otras medidas habían fracasado. En Francia fue hecho un estudio sobre cuatrocientos niños idiotas con tiroides normales. El informe de la investigación afirmaba que unas tres cuartas partes de estos infortunados no tenían las glándulas timo completas.
La secreción de la glándula timo controla el normal crecimiento de los huesos y el metabolismo muscular durante el período de la infancia. Esta glándula influencia particularmente el desarrollo de la corteza suprarrenal (la parte exterior de ella). La inyección de “thimovidina” tiene un efecto específico aliviando la fatiga de los músculos voluntarios. Extirpando la glándula timo de un animal joven que se halla en período de crecimiento se produce un entorpecimiento en su normal desarrollo, un empequeñecimiento, con cambios en el esqueleto que aparece raquítico. Los huesos se hacen blandos y flexibles y fácilmente pueden ocurrir quebraduras. Sin embargo, con la regeneración de pequeños fragmentos de la glándula Timo, de los extirpados durante la operación, estos síntomas desaparecen y el animal se hace normal de nuevo.
La glándula timo crece rápidamente durante los primeros dos años de la vida del niño. La razón de esto es que el niño es entonces amamantado, y el éter vital contenido en la leche de la madre favorece especialmente el crecimiento de este órgano. La glándula timo de los niños amamantados con leche de mujer es siempre más grande que la de los niños criados con leche de animales, y tales niños siempre responden más al control de aquella cuya leche ingirieron que al control de cualquiera otra persona. Desde el momento en que se interrumpe el amamantamiento, los átomos que se desintegran de la glándula timo circulan en la corriente sanguínea, y mientras que ellos están impregnados con el éter vital de la madre, obtenido durante el tiempo que el niño ha sido amamantado, la estrecha unión física formada entre ellos permanece, hasta que la glándula se ha reducido grandemente. Los niños que han sido amamantados con leche humana tienen más grande vitalidad que aquellos que han sido criados con leche de animales porque el éter animal no es permanentemente absorbido por la glándula timo como lo es el éter humano.
Los niños no producen sus propios corpúsculos rojos como lo hacen los adultos.
La razón de esto, es que el polo positivo o energía del cuerpo de deseos de los niños, es comparativamente inactivo, porque no actúa como avenida para las fuerzas (marcianas) que toman el hierro de la sangre y lo convierten en hemoglobina (materia roja colorante de los glóbulos rojos). Para compensar esta falta de actividad hay en la glándula timo de los niños una esencia espiritual depositada, que es transmitida en el momento de la concepción de la madre y esta sustancia interviene en la alquimia de la sangre temporalmente en el niño hasta que el cuerpo de deseos se haga más dinámico como en los mayores, cosa que sucede alrededor de los catorce años.
Esta glándula controla el crecimiento físico en el chico, la mayor parte del cual tiene lugar antes de los catorce años. Durante ese tiempo gobierna y refrena las otras glándulas, demora la pubertad y estimula un normal desarrollo cerebral. Hay ciertos casos en que debido a una enfermedad de las glándulas suprarrenales, el cerebro y los órganos generadores maduran en pocas semanas o meses antes que el equivalente
desarrollo del cuerpo físico; la detención de su crecimiento en este momento, hace que si bien simétricamente está proporcionado, su estatura sea reducida pero naturalmente este es un caso extraordinario; ordinariamente la glándula timo previene cualquier tipo de fenómenos.
Cuando después de la pubertad la influencia de la timo es grande, siendo sus medidas de cinco a diez veces las normales, el individuo desarrolla un “status timicus”, que es tan terrible como interesante. Esta condición tiende a producir las expresiones femeninas en el varón y las masculinas en la mujer. En otras palabras ocasiona una detención de la masculinización o feminización según el caso, dando como resultado a veces el peculiar complejo según el cual los hombres desearían la compañía de hombres más que la de mujeres y recíprocamente. Llevado al extremo, el resultado es el narcisismo, que es el amor a uno mismo. Tal es el caso de la gente que repite sin cesar el pronombre “yo”; se aman y se alaban a sí mismos mirándose en el espejo, se deleitan admirando sus manos, pies, todo su cuerpo y hasta es posible verlos acariciando suave y cariñosamente su propia imagen en el espejo. A veces, este tipo de personas siente un irresistible deseo de usar prendas del sexo opuesto, algunos se contentan con hacerlo a medias pero otros lo hacen completamente hasta el punto de confundírseles con miembros del otro sexo. Esta clase de gente no pertenece a la llamada pseudohermafrodita ya que los órganos genitales están perfectamente desarrollados. Se conoce un caso considerado como un récord, y es el de un hombre que vivió 48 años vistiéndose normalmente hasta que decidió cambiar su atuendo masculino por el femenino hasta que falleció, 35 años después. Durante la segunda parte de su vida, fue universalmente aceptado como mujer, y fue en la autopsia que se comprobó para sorpresa de todos que la supuesta mujer era un hombre físicamente normal. Este tipo de individuos es malentendido y mal juzgado y frecuentemente desahuciado por la sociedad y el resultado es a veces el desaliento y el abandono dedicándose a las bebidas alcohólicas, las drogas y eventualmente optan por el suicidio. Están también aquellos que después de una tempestuosa vida a los veinte años cambian su personalidad retrotrayéndola a la de una persona de 13 años, porque el cuerpo pituitario y las tiroides se hacen más dominantes en sus actividades. En algunos, en los cuales el timo es el centro de dirección, quienes combinan brillantez con inestabilidad, a veces resultan ser famosos aventureros o inquietos experimentadores. El corazón de este tipo de personas es pequeño y los vasos sanguíneos son remarcadamente frágiles. Esto evita que como respuesta a una emergencia fluya un mayor caudal de sangre, provocando la ruptura de
los vasos y dando como consecuencia la muerte repentina. Algún shock, susto o administración de un anestésico es capaz de producir un colapso, resultando en muchos casos la muerte.
del libro Temas Rosacruces UNO
publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel
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