Comparación de la Tiroides y la Pituitaria
De nuevo nos parece interesante hacer notar que esa misma glándula tiroides que una vez fue una glándula sexual, surge en el embrión del mismo tejido y casi en e mismo punto donde aparece el lóbulo anterior del cuerpo pituitario siendo la tiroides el resultado del desarrollo del tejido y la pituitaria el desarrollo posterior del mismo. El lóbulo anterior del cuerpo pituitario es llamado “la glándula de la intelectualidad”, como indicando la capacidad mental para controlar en su medio ambiente los conceptos e ideas abstractas. Todo esto confirma las declaraciones hechas por Max Heindel acerca de la fuerza creadora pudiendo ésta manifestarse a través del cerebro o a través de los órganos genitales.
La glándula tiroides está más directamente vinculada con las paredes internas y externas del cuerpo, la piel, la cubierta externa de las glándulas, el cabello, las membranas mucosas y la sensibilidad nerviosa. La pituitaria actúa más sobre el esqueleto y los mecanismos de sustentación y movimiento del cuerpo. La tiroides mantiene el nivel energético del cerebro y de todo el sistema nervioso. La pituitaria estimula las células cerebrales más directamente. La tiroides facilita la producción de energía mientras la pituitaria rige el consumo de la misma. La tiroides se ocupa especialmente de la regulación de los contornos, formas y terminaciones de los órganos de acuerdo con sus arquetipos. La energía vital para crear, tanto los pensamientos como las formas físicas provienen del Sol y de la anual Fuerza Crística derramada sobre la Tierra y esta fuerza es atraída por la glándula tiroides. Es la esencia de la vida del Espíritu Solar contenida en la tiroxina, lo que da el balance cerebral y la vida a los órganos reproductores. La secreción de esta glándula es tan necesaria para la actividad mental y la reproducción de las especies, como el éter lo es en la transmisión de la electricidad. Sin esta esencia espiritual, no puede haber complejidad de pensamientos ni aprendizaje, ni educación, ni formación de hábitos. Tampoco hay desarrollo de facultades y sus funciones físicas; falta la capacidad para la reproducción; sin ningún signo que evidencie la adolescencia a la edad apropiada para tales cosas no produciéndose manifestaciones de tendencias sexuales con posterioridad.
del libro Temas Rosacruces UNO
publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel
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