lunes, 30 de enero de 2017

La glándula Pituitaria



Capítulo VI
LA GLÁNDULA PITUITARIA

La glándula pituitaria o hipófisis es una masa de tejido celular más o menos del tamaño de un guisante, situada casi al centro de la cabeza en la base del cerebro y precisamente abarca la parte posterior de la base de la nariz. Se halla suspendida en la parte inferior del cerebro como una cereza. Es de color gris amarillo. Se acrecienta hasta la edad de treinta años y en el adulto pesa cerca de cinco gramos.

Durante la preñez se acrecienta algo de tamaño. Se halla en una depresión en forma parecida a la de la silla de caballería, llamada la sella turcica {silla turca} y envuelta en un tejido membranoso llamado dura mater. La glándula pituitaria está relacionada con la forma de vida más primitiva del hombre. En su desarrollo del agua del mar, la humanidad trajo consigo esta glándula y la sal de la sangre al estado actual.

La glándula pituitaria es un veterano del sistema de secreción interna. Se deriva de la palabra latina pituita. Recibió este nombre la glándula por ser supuesta de segregar un humor que lubrica la garganta. Se creyó que esta secreción se filtraba por el hueso poroso etmoides que se interpone entre la glándula pituitaria y la cavidad nasal.

Si la sella turica o cuna de esta glándula, es demasiado pequeña habrá un desarrollo anormal del sentido moral é intelectual. Las personas así afectadas pueden clasificarse como embusteros patológicos. Tales desafortunados no tienen comprensión de la verdad, por consiguiente son absolutamente inconscientes del hecho de que dicen mentiras. Tal aflicción se halla con frecuencia en los menores.

La glándula pituitaria se compone de dos órganos aparentemente independientes, distintos en origen, historia, función y secreción. Al estudiar el embrión humano se ve al principio a la hipófisis manifestarse por un sobrecrecimiento de la cavidad de la boca en la región de los sentidos del gusto y del olfato. Este sobrecrecimiento toma la forma de una bolsa que se extiende gradualmente hacia el cerebro. Al fin de la cuarta semana esta bolsa saliente forma contacto con un crecimiento que sale del cerebro llamado el infundíbulo. Entonces estas dos partes se desarrollan en la glándula pituitaria adulta. El sobrecrecimiento de la cavidad de la boca forma el lóbulo anterior pituitario y la parte original del sistema nervioso, el sistema involuntario de la glándula. Hay un hueco entre las envolturas de las partes anterior y posterior de la glándula que persiste durante la vida como la hendidura de la glándula.

En cierto período de la vida del embrión, la glándula pineal sale del cerebro, y la glándula pituitaria forma una apertura en la boca. La cavidad del canal espinal tiene conexión también. Por este medio el espíritu que está por nacer al mundo físico está todavía en contacto estrecho con el mundo del espíritu afuera durante el tiempo de que la cárcel de carne se forma alrededor de él. Cuando otras aperturas del cuerpo, por ejemplo el foramen oval, se cierran, la corriente fetal de la sangre se aparta de su vía antes interrumpida por las aurículas del corazón directamente a los centros espirituales de la cabeza ya mencionados, y es forzada la sangre por los ventrículos del corazón a los pulmones donde forma contacto con el éter en el aire. Este éter tiene un cuadro exacto y detallado de los alrededores del Ego, no sólo de cosas materiales, sino de las condiciones existentes en cada momento adentro del aura del individuo, y todos estos cuadros se introducen en la sangre. Esto causa un impedimento a los centros espirituales, la vista espiritual disminuye y el conocimiento interior del Ego se encuentra gradualmente con el mundo físico.

Al principio de estudios serios sobre las glándulas se creyó que la glándula pituitaria estaba constituida por un solo cuerpo y que producía una sola hormona o sustancia. Con posterioridad se halló que tiene dos partes distintas y que la una y la otra producen distintas hormonas, que son diferentes de por sí. Además se descubrió que la primeramente tomada por una sola hormona, consiste de dos o más distintas, hasta que actualmente se cree que la hipófisis produce no menos de ocho hormonas diferentes.

El lóbulo anterior de la hipófisis, llamada la prepituitaria, se compone de un conjunto de columnas sólidas de células rodeadas de cavidades sanguíneas donde sin duda la secreción celular se derrama directamente. El lóbulo posterior se compone de células de secreción que producen una sustancia lustrosa que entra a la médula espinal que baña el sistema nervioso.

Hay un producto químico en la secreción pituitaria que estimula la producción de los tejidos, especialmente del tejido óseo, y otro que influye en los órganos del sexo y la actividad sexual. Uno de los extractos pituitarios tiene un efecto definitivo en la masa rojo-amarilla que llena las bolsas de huevos del ovario, y las estimula al crecimiento excesivo. Un científico que ha hecho ingerir pequeños pedazos de hipófisis a hijuelos inmaduros de animales, vio que produjo la pubertad y la sexualidad activa y madura con todos las características reproductoras en machos y hembras.

De lo que precede, es evidente que la hipófisis no es únicamente uno de los principales directores del crecimiento, sino del proceso misterioso de la pubertad en el desarrollo humano.

Se ha probado por experimentación que la función normal de la hipófisis es necesaria durante el período del crecimiento y desarrollo, y probablemente durante el período adulto para la evolución y función propias de la tiroides y de las glándulas suprarrenales.

Si la hipófisis de un hijuelo o animal inmaduro se sostiene un año, no ocurre una retardación del crecimiento y actividad de la tiroides y de las suprarrenales, así como de las glándulas sexuales. Cuando la secreción interna de la hipófisis se da artificialmente por inyección, se produce actividad de la tiroides y de las suprarrenales, así como de las glándulas sexuales.

Sin duda las secreciones internas de la hipófisis tienen un efecto en la producción de energía, especialmente en la energía del sistema nervioso central, de la materia gris del cerebro y de la médula espinal. Una sobreproducción de energía en el cuerpo puede venir de un exceso de secreción interna de la hipófisis que circula por la sangre y los tejidos.
Para resumir: la glándula anterior o prepituitaria, produce una secreción que promueve el crecimiento del esqueleto y tejidos conexivos, causa el desarrollo normal de los órganos de reproducción y actividad sexual, y produce el buen estado y acción de la tiroides y de las suprarrenales. La secreción del lóbulo anterior, llamada prolactina, es esencial para la producción de leche en la hembra animal.

El lóbulo posterior de la hipófisis segrega varias hormonas importantes, dos de uso frecuente. Una llamada pitocina que tiene un efecto eficaz al estimular el útero preñado y se usa con frecuencia en casos de parto lento e inefectivo. La otra hormona es llamada pituitrina. En general esta hormona determina la condición de los tejidos de las fibras involuntarias o tráctiles del cuerpo como los intestinos, de la vejiga y del útero.

Inyectada, alza lentamente la presión de la sangre y la mantiene así algún tiempo y aumenta la cantidad de la orina de los riñones y de la leche del pecho. Causa además una intensa y continua contracción de la vejiga y del útero. Se cree que determina el contenido salado de la sangre en que dependen la conductividad eléctrica y otras cualidades. En estado normal hay una proporción fija de sal en la sangre que se mantiene y es como la del agua del mar. Se ha probado recientemente que el aumento de la presión de la sangre viene de una secreción interna del lóbulo postpituitario, y que la propensión contráctil viene de un constituyente de la secreción. Entre la pituitaria y la postpituitaria hay una membrana que segrega una hormona llamada intermedia. Esta secreción ha sido muy eficaz en el tratamiento de la diabetes insípida. Se suministra generalmente por inyección.

La situación extraordinariamente protegida de la hipófisis, sin cambio por toda la vida y la cantidad de sangre que recibe en abundancia, hacen más marcada su importancia. Ninguna otra glándula de secreción interna la puede sustituir adecuadamente. Al quitarla completamente sobrevendría la muerte en dos o tres días, acompañada de una letargia peculiar, de paso inseguro, pérdida de apetito y baja de la temperatura. Al quitar solamente una parte del lóbulo anterior ocurre un deterioro remarcado del individuo, una degeneración adiposa acompañada de una tendencia a la inversión del sexo. Una somnolencia singular, cutis seco, caída del cabello, una mentalidad torpe; a veces se manifiestan epilepsia y un deseo ardiente para alimentos dulces.

Si se quita una parte del lóbulo anterior de un perrillo muy pequeño, se produce un notable retardo del desarrollo y se crea artificialmente un animal enano. Los patólogos han demostrado que en el caso de varios enanos humanos, la hipófisis es rudimentaria o insuficiente. De todo esto es evidente que la hipófisis rige el esqueleto directamente.

Se notan efectos singulares de la hipófisis en relación con los fenómenos periódicos del organismo físico, como en la invernada, el sueño y el insomnio. Una  hipófisis fatigada o torpe causa somnolencia y torpeza. En la invernada o sueño invernal, en el tiempo del frío, el animal pasa a un estado cataléptico en que la respiración es más profunda y más lenta que en el estado despierto, sin demostrar otro indicio de la vida consciente. Una presión baja de la sangre acompaña esta condición y una notable insensibilidad a estímulos dolorosos y sensibles. Se nota un depósito preliminar de almidón en el hígado y de grasa en los depósitos de almidón del cuerpo.

Estas condiciones tan parecidas a la que ocurre al quitar una parte de la hipófisis, comparando ambos metabolismo, se alivian al suministrar un extracto de la hipófisis,
causando una suba de la temperatura inmediatamente.

En las secreciones internas de las glándulas de todos los animales que invernan experimentan cambios durante el período del sueño invernal, con un cambio más notable en la hipófisis cuyas células decaen como si se durmieran o descansaran. Estos animales vuelven en sí en el equinoccio vernal (la Primavera) y las células de la hipófisis vuelven a ser normalmente activas. Dicen algunos científicos que el sueño invernal se puede atribuir a la inactividad periódica de la hipófisis. En ciertas partes de la Rusia donde hay una escasez de víveres durante los meses de invierno los campesinos pasan semanas enteras en un estado de somnolencia, despertándose una vez al día para tomar una comida escasa.

Hay un número de personas en el mundo actual en un estado parecido a la invernada parcial, y muchos otros que están en realidad en un estado que se puede llamar subpituitario, porque su hipófisis es anormal. Son tardos, torpes, inactivos respecto al sexo, con frecuencia estériles. A veces son altos, pero con más frecuencia son enanos y sujetos a la epilepsia.

Existe todo grado de acción exagerada de la glándula pituitaria o hipófisis. Esta acción exagerada tiene una fuerza especial de estimular el crecimiento de los huesos y tejidos blandos sostenedores y conexivos, como los tendones y ligamentos.

Si el exceso de la secreción pituitaria empieza antes de la pubertad, causa probablemente gran alargamiento de los huesos, produciendo el gigantismo. Gigantes normales, personas de excepcional estatura y sin deformidades físicas o mentales, son raros. Hay sin embargo, personas de hiperprepituitarismo, que poseen poderes mentales superiores.

En estos individuos hay un aumento de actividad del lóbulo posterior asociado con el incremento e hiperfunción del lóbulo anterior. Su crecimiento excesivo no es tan notable y son delgados y mentalmente penetrantes. El gigante ordinario es uno en que hay degeneración de la hipófisis después de una superactividad del lóbulo anterior y actividad insuficiente del posterior. Con frecuencia un tumor o proceso anormal en la glándula es frecuentemente responsable de esto.

Si la sobre-actividad se manifiesta después de la pubertad, cuando los huesos largos no pueden crecer más, están fijos, ocurre un ensanchamiento singular de la cara y cuerpo del individuo, especialmente en las manos, pies y cabeza. La nariz, las orejas y los labios se hacen más grandes y gruesos; siendo estas personas algo gruesas y altas al principio, el efecto producido es de una persona gruesa, corpulenta, de quijada gruesa, de cejas espesas y sobresalientes y de un aire agresivo. Estas personas sufren con frecuencia dolor de cabeza molesto y atormentador, de un desaliento consecuente y de desesperación que influye en su actividad con respecto a la vida. Hasta cierto punto son notablemente vivas y muy capaces. Conscientes de la enfermedad, es característico que le hagan frente con optimismo, aunque mujeres con esta aflicción a veces se suicidan. Son semi-invernales y pueden compararse el tipo de gigante parecido a los antropoides, con manifiesta disminución de la vida sexual.

Un exceso o falta de secreción del lóbulo anterior, puede interrumpir la función normal del lóbulo posterior, secreción es un tónico {estimulante} para el cerebro y las células sexuales. En caso de que la cavidad ósea sea o se haga demasiado reducida para la hipófisis, además de pequeñez de estatura, la obesidad, etc., se manifiesta aparente inferioridad moral e intelectual. La persona padece de falta de control sobre sí misma y presenta impulsos de obrar según cualquier idea que se presenta al espíritu, sea buena o mala. Semejantes individuos tienen poca o ninguna inventiva y son inmorales por instinto, por lo que debieran recibir el trato propio a su condición.

Las secreciones de la glándula pituitaria obran un efecto en la osamenta del cuerpo, de los ligamentos, músculos y tendones. Sus secreciones se difunden directamente al fluido que baña el sistema nervioso, supliendo estimulantes benéficos y ayudando a extraer los desperdicios dañinos. La secreción pituitaria estimula las células del cerebro directa, natural y normalmente, semejante a la manera en que estimula la cafeína o la cocaína.

La hipófisis ayuda a transformar, consumir y convertir la energía, especialmente del cerebro y sistema sexual. Obra directamente con la fuerza creadora en el cerebro y los órganos de reproducción así que consumen la energía fácilmente. Es la glándula de esfuerzo continuo; la insuficiente secreción o destrucción de esta glándula es una condición notable que acompaña a la inhabilidad de mantener el esfuerzo para hacer su labor normal. El crecimiento excesivo, insuficiente o normal depende del funcionamiento de la hipófisis con relación al cerebro o los órganos de reproducción.

LA GLÁNDULA PITUITARIA:


1°) Estimula el crecimiento del esqueleto y los tejidos sostenedores.

2°) Influye en los órganos de reproducción y la actividad de éstos.

3º) Estimula el crecimiento excesivo del contenido de las bolsas de huevos del ovario.

4°) Causa la pubertad.

5°) Si ocurre un daño ésta retarda el crecimiento durante la juventud

LA GLÁNDULA POSPITUITARIA:

1°) Estimula y secreta pituitrina que determina el tono (vigor) de las fibras planas y lisas
musculares de la vejiga y el útero.

2°) Aumenta la presión de la sangre.

3°) Aumenta el flujo de la orina y de la leche de los pechos.

4°) Es tónico para las células del cerebro y células sexuales.

5°) Aumenta la contracción del corazón pero disminuye la fuerza de la sístole.

del libro Temas Rosacruces UNO  
publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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