domingo, 31 de enero de 2016

El Cuerpo de Deseos


EL CUERPO DE DESEOS


El cuerpo de deseos está compuesto de materia de las siete subdivisiones del Mundo de Deseos, pero dependiendo del grado de desarrollo tendrá más de una que de otra. Este cuerpo renueva constantemente su materia y vibración por medio de los deseos, pasiones, emociones, etc., de tal manera que un simple sentimiento o deseo de obrar con humildad o altruismo originará cierto grado de vibración en el cuerpo que será la que atraiga materia más elevada del propio mundo. A la vez que nuestros buenos sentimientos y deseos transforman nuestros cuerpos hacia el bien, también expulsan materia de la que se sitúa en las regiones purgatoriales, lo que facilita el proceso de renovación e incluso la atracción de elementales y otros aspectos benéficos que nos rodean. El desarrollo moral y espiritual conceden cierta potencia luminosa y corrientes de color, pero esto puede variar dependiendo si el individuo se deja llevar y responde a las influencias externas o impone su voluntad para practicar el bien.
Aunque la ciencia ha llegado a detectar cierto grado de materia más allá del átomo, lo cierto es que no tenemos conciencia nada más que de lo que es sólido, líquido y gaseoso, pero no ocurre lo mismo respecto a ciertas energías cuyas vibraciones son más elevadas que lo que normalmente vemos. Un ejemplo de ello es el aire, la electricidad, el calor, el magnetismo, etc., normalmente se dice que somos conscientes sólo de las formas cuyas vibraciones son capaces de percibir nuestros ojos pero, lo mismo que un invidente no puede decir que no existe la luz por el simple hecho de no poder verla, así mismo tampoco es muy razonable que la mayoría de las personas piensen que no pueden existir otros mundos de diferente grado de vibración o “materia” más sutil que la nuestra de donde estén formados nuestros cuerpos invisibles. Lo cierto es que el Ego atrae cierta cantidad de materia de esos mundos (etérico, de deseos y del pensamiento) para formar sus cuerpos superiores y así poder estar en comunicación con ellos por medio de sus deseos, sentimientos y pensamientos.
La única diferencia entre una persona y otra es que cuando al renacer atraemos materia para formar nuestros cuerpos, sólo se podrá atraer y utilizar la que tenga una vibración que esté en sintonía con el desarrollo espiritual de cada uno. Es decir, si una persona no ha desarrollado elevados sentimientos y, por el contrario, en sus últimas vidas sólo se ha preocupado de él mismo, no podrá atraer materia de las regiones superiores del mundo del deseo hasta que no se lo merezca por haberlo desarrollado por medio de la práctica altruista y fraternal voluntaria. Así es que, con el cuerpo físico adquirimos experiencias y evolucionamos en el mundo físico; con el cuerpo de deseos obtenemos experiencias y conocimientos y estamos en contacto con el Mundo del Deseo donde podemos evolucionar elevándonos a las regiones superiores por medio de los deseos y sentimientos elevados. Y lo mismo respecto al cuerpo mental el cual pertenece al Mundo del Pensamiento concreto y con el que razonamos e intentamos imponer la razón sobre el aspecto animal o inferior del cuerpo de deseos.
Ya hemos dicho que el Ego se manifiesta a través de la voluntad, la que intenta imponer sobre la mente para no permitir que los deseos, sentimientos y pasiones la dominen y así actuar en el mundo físico. Si esto es así significa que el Ego está en alguna región por encima de la mente concreta con la que razona. Pues bien, ese lugar lo podríamos definir como las regiones abstractas del Mundo del Pensamiento, es decir, donde se originan las ideas, inventos y descubrimientos que la humanidad en su desarrollo va alcanzando. Lo que significa que un invento no es tal sino que es un descubrimiento que está en el destino de esa persona y que en un momento dado su Ego se la facilita para que sirva como medio de progreso a la humanidad.
Dijo San Pablo: “No hago el bien que deseo, más sí el mal que no quiero.” Hace unos millones de años la humanidad aún no tenía mente, (cuerpo mental) se encontraba en un estado de conciencia similar al de los animales domésticos actuales y, por tanto, se guiaba por su instinto, sus deseos y pasiones para sobrevivir y para conseguir egoístamente todo lo que podía. Desde que las Jerarquías superiores (las que la iglesia católica llama Ángeles, Arcángeles, etc.) nos dieron el germen de lo que hoy llamamos mente hasta nuestros días, la hemos desarrollado en un grado muy elevado pero siempre, y aún nos queda mucho más, hemos estado en lucha con el cuerpo de deseos para no dejarnos dominar por él. Nuestro deber, como Espíritus evolucionantes a través del renacimiento, es dominar y dirigir nuestros cuerpos, y es precisamente el cuerpo de deseos el que actualmente nos cuesta más porque nos incita hacia el egoísmo y el materialismo. Pero si queremos acelerar nuestro desarrollo para no tener que renacer muchas veces más, debemos espiritualizar este cuerpo de deseos utilizando voluntariamente la mente para discernir entre lo bueno y lo malo y practicar lo bueno pensando más en los demás que en nosotros mismos. A esto se refería San Pablo, si nos dejamos llevar por el cuerpo deseos (deseos y sentimientos negativos, pasiones, etc.) y no sabemos utilizar la voluntad para discernir y actuar positivamente, no acortaremos renacimientos ni tiempo en el Purgatorio.
El cuerpo de deseos representa nuestra naturaleza de deseos y emocional, las pasiones, sensaciones e instintos que debemos purificar para que en la próxima reencarnación podamos tomar materia más espiritualizada del Mundo de Deseos para formar este cuerpo. Pero también gracias a él recibimos, en forma de sentimiento, lo que percibe o siente nuestro cuerpo físico y nos facilita el incentivo para actuar, o lo que es lo mismo, para evolucionar. Después de la muerte, este cuerpo toma la forma o imagen del cuerpo físico para ir al purgatorio donde estará un tiempo según se haya espiritualizado en mayor o menor grado su materia (la personalidad o carácter) Si intentamos actuar como lo haría nuestra Alma, si nos identificáramos con ella y con su buena voluntad, comprenderíamos que de nada sirve dejarnos llevar por el aspecto inferior del cuerpo de deseos por mucho placer que nos cause. Deberíamos discernir más ante las circunstancias y decisiones respecto al progreso o retraso que nos puede causar si no actuamos como lo que verdaderamente somos, un hijo de Dios. El Alma es sabia porque ha recopilado la quintaesencia de todas las encarnaciones y ella intenta manifestarse a través de lo que llamamos “conciencia”, si la escuchamos en momentos de relajación y meditación nos hablará claramente.
Lo mismo que el cuerpo físico necesita alimentarse para vivir y lo mismo que el cuerpo etérico también se alimenta de los éteres solares, también al cuerpo de deseos hay que alimentarle con deseos puros y sentimientos elevados si queremos purificarle. Pero tan importante como eso es no complacerle cuando nos incita a satisfacer pasiones y otros deseos que nos hacen caer en malos hábitos. Cada vez hacen más películas donde se describe con bastante exactitud lo que ocurre después de la muerte, alguna de ellas son, por ejemplo, “El sexto sentido” “Los otros” “Más allá de los sueños” y “Ghost”, quien haya visto esta última se acordará de aquellas imágenes en las que un muerto estaba desesperado porque no podía fumar; esa es la realidad, el cuerpo de deseos actúa igual que aquí aún después de la muerte, de ahí la necesidad de dominar a este gran “tentador” en vez de permitir que él nos domine a nosotros.
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¿Cómo puede evitarse la obsesión?


PREGUNTA Nº 124:  ¿Cómo puede evitarse la obsesión?

Respuesta: La obsesión es un estado en el que un espíritu desencarnado ha tomado posesión permanente del cuerpo de alguien, después de haber expulsado a su dueño. Pero algunas veces ciertas personas que se han habituado a la bebida exponen como excusa que están obsesionadas. Cuando quiera que una persona dice semejante cosa, puede uno tener siempre la seguridad de que eso no es más que una excusa, porque un ladrón que haya robado algo aquí en el mundo material no va diciendo a todo el mundo que es un ladrón, ni una entidad obsesante tampoco va a ir proclamando ese hecho. Es muy cierto que esas entidades no se preocupan absolutamente de lo que se piense del hombre cuyo cuerpo han robado, pero no hay razón alguna para que corra el riesgo de un exorcismo.
Hay un medio infalible para saber si una persona está realmente obsesada, por medio del diagnóstico del ojo. “El ojo es la ventana del alma”, y sólo su verdadero poseedor puede contraer o expandir el iris o la pupila del ojo, de manera que si tomamos a una persona que dice estar obsesada, o que cree que lo está, y la llevamos a un cuarto oscuro veremos que sus pupilas no se ensanchan si está obsesada. Tampoco se contraerá la pupila si se la pone frente a la luz solar, ni se ensanchará al pedirle que mire un objeto distante, ni se contraerá cuando se le pida que lea un tipo diminuto. En una palabra, la pupila del ojo no responderá ni a la luz ni a las distancias cuando la persona esté obsesada, pero hay también cierta enfermedad, que se llama ataxia locomotriz, que hace que el iris no responda a la distancia, pero si a la luz.
Todo el que mantenga siempre una actitud mental positiva no puede ser nunca obsesado, pues mientras afirmemos nuestra individualidad eso será suficientemente fuerte como para mantener alejadas a todas esas entidades externas. Pero en las sesiones espiritistas, donde
todos los asistentes se encuentran en actitud pasiva, hay siempre gran peligro de ello. El mejor medio de evitar la obsesión es mantener una actitud positiva, y cualquiera que no pueda mantener esa actitud debe evitar la asistencia a reuniones espiritistas, el mirar en los cristales especiales y otros métodos de evocar espíritus. De todas maneras éstas son malas prácticas, porque los idos (muertos) tienen su obra que hacer en el más allá y nadie debería llamarlos para que vinieran aquí.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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sábado, 30 de enero de 2016

Los elementales ¿pueden tomar formas de reptiles, de animales?


PREGUNTA Nº 123:  Los elementales ¿pueden tomar formas de reptiles, de animales? ¿Qué puede hacerse para impedirlo?

Respuesta: En este mundo material todas las formas son estables y no cambian fácilmente.
El Mundo del Deseo es completamente diferente en ese respecto. Todas las fábulas, tales como la metamorfosis del ratón de Cinderella, etc, son allí cosas reales, porque las formas cambian a voluntad de la vida que las anima con la rapidez de un relámpago, lo que confunde mucho al que entra en ese mundo como neófito. El clarividente necesita, pues, educarse, para librarse así de ser engañado por la forma, la que está siempre cambiando, pudiendo tomar cualquier aspecto en un momento. Cuando somos capaces de ver la vida que las anima nada importa que tome la forma que quiera, pues no podremos ser engañados. Como todos los demás del Mundo del Deseo, los elementales tienen esa facultad de modificar su forma, y debido a ello muchos clarividentes ineducados ven extrañas visiones. Nada puede hacerse para impedir a los elementales que cambien de forma, pero podemos espantarlos y ahuyentarlos en la misma forma que ahuyentamos a un gato que se entretenga en darnos una serenata en la ventana de nuestra habitación.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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SABIDURÍA   OCCIDENTAL
Por Mariel Frost

Es una frase trillada, por supuesto, decir que estamos viviendo en el período más dinámico de la historia del mundo (Tan dinámico, en verdad, ya que nunca hemos estado seguros de que de un día para otro hubiéramos sido dinámicamente borrados de la faz de la tierra, llevándonos la historia con nosotros). La influencia Uraniana de la venidera Edad de Acuario ha venido impulsando al hombre en la llamada era espacial, hasta lograr la conquista de la Luna. Descubrimientos fantásticos, increíbles y maravillosos, de modo especial en el pasado siglo veinte, fueron revelados ante los ojos de la humanidad. La razón: la Ley Universal comenzó a ser comprendida, lo que dio lugar a que se trabajara con ella.

Durante el período de transición, sin embargo, al conversar acerca de los mortíferos efectos de las armas nucleares, ciertamente alimentó el temor de las masas, oprimiendo el corazón de las personas de mente seria. La miope contemplación de los horrores de la guerra nuclear condujo seguramente al pánico, sin embargo, la más amplia consideración del propósito, detrás de los acontecimientos, trajo confianza y paz.

La Sabiduría Occidental ha previsto la seguridad de que existe un Plan Divino, tanto para el individuo, como para toda la humanidad. En y por encima de la Región del Pensamiento, la Hermandad Blanca trabaja serenamente y con infinita paciencia, en esa Región donde todo es unidad. Y así como la Luz Blanca se descompone en los siete colores del espectro, así también los Siete Rayos, las varias Escuelas de Misterios, asumen un diferente color o tipo al descender a los éteres más densos, donde todo es diversidad y la enseñanza de cada escuela es planeada para el máximo adelanto de sus discípulos.

El líder de una de tales escuelas ocultas afirma:”El Séptimo Rayo está dedicado al estudio de la Ley y la consecuente comprensión de `parte del hombre de cómo y porque es dicha ley manejada, es entonces la aplicación definida de esa ley al cuerpo de causas…” Este Séptimo Rayo, afirma, está dirigido por Grandes Inteligencia Espirituales..

Que los Hermanos Rosacruces han estado largo tiempo interesados en la ciencia física, está indicado por los ejercicios dados a los Probacionistas y Discípulos, ejercicios que trabajan con la sustancia etérica para efectuar la liberación. Estos ejercicios matutino y vespertino son inapreciables más allá de toda expresión puesto que solo a los aspirantes del Mundo Occidental se les ha dado así “la clave de la liberación” Los discípulos de las Escuelas de Misterios Orientales efectúan tal liberación solo durante el sueño o en estado de trance, mientras que la Sabiduría Occidental confiere a sus discípulos una completa libertad de los elementos.

Así como la ciencia física es una actividad de los Hermanos Rosacruces, así es otra de ellas el establecimiento de la Fraternidad Universal. El investigador serio se esfuerza, a través de su Yo Superior, para dar a la humanidad la seguridad de un Plan Divino para ella y sin esperar a ser dirigido por un Maestro, se identifica a si mismo con ese Propósito, usando sus facultades hacia su adquisición. Debemos hallar nuestras propias tareas en la Obra y trabajar fielmente en ella. Cuando hayamos demostrado nuestra utilidad y nuestra estabilidad, el Maestro considerará justificable el transferir su tiempo y atención, de las ocupaciones universales a nuestra instrucción individual, ya que se necesitan muchos trabajadores conscientes en los Planos Internos.

Después de habernos identificado con el Plan de concretar la Fraternidad Universal, comenzaremos a trabajar precisamente donde estamos. La que escribe tuvo el raro privilegio de conversar durante un viaje con un Doctor miembro de la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas. Una de las muchas aseveraciones individuales que hizo, fue que el camino para la comprensión y la paz era encontrar un punto de armonía en el cual los factores opuestos concordasen y luego trabajar a través de ese punto. Gradualmente el punto se convierte en un círculo de influencia que se ensancha, hasta que finalmente lo incluye todo.

Los aspirantes inteligentes pueden de modo parecido, encontrar puntos de armonía entre oponentes de cualquier situación y trabajando con ese centro de armonía (la naturaleza del cual es la Divinidad) seguirán con seguridad relaciones amistosas que se convertirán en cooperación y la cooperación general extendida es la Fraternidad Universal.-


FRATERNIDAD ROSACRUZ MAX HEINDEL
Calle Colombres Nº 2113 – Bº Lomas de San Martín
5.008 – Ciudad de Córdoba – República Argentina


Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte

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viernes, 29 de enero de 2016

El Cuerpo Etérico



EL CUERPO ETÉRICO

Cuando hablamos del cuerpo etérico como dador de vida del cuerpo físico, nos estamos refiriendo a la especialización que el cuerpo etérico hace de una pequeña porción de la “Vida Universal”. Es decir, todo el universo y toda forma en nuestro planeta tiene vida así que, una de las cualidades del cuerpo etérico es que facilita la vida al cuerpo físico desde el mismo momento en que se unen el óvulo y el espermatozoide. Es más, antes de esa unión ya existe este cuerpo energético que servirá como molde para que se agrupe la materia que debe formar el cuerpo físico, y es por ese motivo por el que la muerte se produce cuando este cuerpo energético se separa definitivamente del físico. Se dice definitivamente porque separarse se separa cuando dormimos o, por ejemplo, cuando nos anestesian, sin embargo, no se produce la muerte porque no se desconecta del cuerpo físico al estar unido por medio de un cordón etérico brillante normalmente definido como plateado.
El Ego también se manifiesta en el cuerpo físico por medio de la sangre, lo que significa que allá donde no haya circulación sanguínea no tiene el Yo superior un perfecto control. Así mismo, la energía vital que circula por el cuerpo etérico a modo de sistema nervioso repercute sobre el cuerpo físico sirviendo también al Ego para manifestarse y para percibir el mundo que rodea a su cuerpo. Como los éteres del cuerpo etérico compenetran los átomos físicos, el Ego puede pasar a la acción gracias a la vitalidad etérica, sin embargo, ocurre que, a veces, cuando cortamos la circulación sanguínea ­­(por ejemplo) de un brazo, el Ego pierde la sensación sobre ese brazo y decimos que se nos duerme. El hecho es que, como ocurre con la anestesia, ese brazo etérico se ha salido del físico y por tanto se desconecta de ese miembro temporalmente. Esto es lo mismo que ocurre por las noches cuando salimos y abandonamos el cuerpo físico, con la diferencia de que como también salen los éteres que nos hacen ser conscientes del mundo físico, perdemos la conciencia aquí para ser conscientes en otro mundo.
Como el cuerpo etérico se encuentra entre el cuerpo físico y el de deseos o emocional, su función es hacer que las impresiones que afectan al cuerpo físico lleguen al cuerpo de deseos y después a la mente para que el Ego pueda responder razonando y emitiendo un deseo o sentimiento y luego pasar a la acción. Veámoslo más detenidamente, supongamos que vemos que una persona mayor se cae, lo que en realidad percibe nuestro cerebro son vibraciones que proceden de la imagen que han captado los ojos. Estas vibraciones etéricas alcanzan los éteres relacionados con el cerebro etérico (que compenetra el físico) los que hacen que esas vibraciones alcancen el cuerpo de deseos y originen un sentimiento de acuerdo a la imagen de esa caída. A continuación pasarán al cuerpo mental donde también causarán una reacción por parte del Ego, el cual creará un pensamiento de ayuda que, a su vez, originará un sentimiento altruista o similar y por último hará que su cuerpo sirva como instrumento para levantarla del suelo ya que la energía del cuerpo vital recorre el sistema nervioso cerebro-espinal.
Cuando salimos del cuerpo físico por las noches y nos llevamos la mente y el cuerpo de deseos lo hacemos, entre otras cosas, para restaurar la armonía, elevar la vibración y revitalizar el cuerpo etérico y el físico. De aquí que cuando tenemos un sueño profundo, es decir, cuando salimos totalmente del cuerpo físico, nos despertamos al siguiente día sin sueño y totalmente descansados. Como durante el día gastamos esas energías en todas nuestras actividades físicas y psíquicas y, aunque el cuerpo etérico absorbe y hace suya la energía solar, llega un momento en que ésta se agota y el cuerpo empieza a sentir cansancio y sueño. Como ocurre en la fotosíntesis de las plantas, el cuerpo distribuye la energía solar por todo el sistema nervioso para que, junto a las calorías de los alimentos, el cuerpo pueda funcionar. Pero cuando el acumulador y distribuidor de energía solar (el bazo etérico) se ralentiza cuando llega la noche y las toxinas afectan también al funcionamiento del organismo, el Ego se ve obligado a salir del cuerpo y, por tanto, a perder la conciencia del mundo físico.
Es muy probable que alguien se pregunte ¿Si es el doble del cuerpo físico, qué ocurre cuando se le amputa un miembro a una persona? Pues, por no poner muchos ejemplos diré que se ha comprobado que, en la mayoría de los casos, la persona se quejaba de dolores o picores en ese miembro amputado ¿Por qué? Pues porque este doble etérico tarda en descomponerse un tiempo y, mientras tanto y dependiendo de lo que hagan con la parte amputada, puede ocurrir ambas cosas. Otro caso, como ejemplo, aunque hoy su práctica ya no es tan común, es cuando un espíritu extrae en gran parte este cuerpo etérico de una persona que hace de médium, en esos casos el cuerpo físico queda aletargado, muy débil por la falta de vitalidad, los ojos se quedan sin expresión y la mente casi inactiva. Este es también el “aliento de vida” que Dios insufló en la nariz de Adán para darle vida, es decir “Nephes”, es el “prana” de los hindúes, la vitalidad que especializa el Ego para mantener el cuerpo vivo y activo; es el éter que circula por el sistema nervioso y mantiene activas las neuronas, el que nos hace sentir Dolor o placer a través de la envoltura física.
En un párrafo anterior he mencionado el aura como el cuerpo etérico, en realidad, esos centímetros que algunas personas pueden ver alrededor del cuerpo físico no es un aura sino el cuerpo etérico que sobresale un poco del físico. Normalmente se ve luminoso y con un color mezcla de violeta claro y rosa. Los animales lo ven y le siguen el rastro como ocurre con los perros policías; los niños pequeñitos también le pueden ver al igual que ven a otros seres en sus primeros años y hasta que pierden la conciencia de los mundos de donde vienen y donde estamos entre un renacimiento y otro. Puede variar en su tamaño y color temporalmente según el estado de vitalidad o salud y según las impresiones que le afecten del exterior; los verdaderos clarividentes le pueden ver con sus centros o chacras y las energías que circulan por él a modo de un sistema nervioso.
Hemos dicho que el Alma maneja el cuerpo físico por medio del cuerpo mental cuya manifestación es la mente concreta y sus pensamientos; por medio del cuerpo de deseos que es el incentivo para la acción; y por medio del cuerpo etérico, el cual, da vida a todo el organismo y facilita al Alma la expresión del cuerpo de deseos (sentimientos, emociones, etc.) y de la mente haciendo que los pensamientos lleguen al cerebro. Pero, además de la reacción que el cuerpo pueda tener y comunicar al cerebro por medio del sistema nervioso, también los sentidos cumplen esa unión para que el Alma sea consciente de todo lo que le rodea y afecte y para que pueda ponerse en contacto con el medio ambiente donde se encuentra. De hecho, toda la evolución adquirida, principalmente desde nuestros primeros tiempos como humanidad, ha sido gracias a los sentidos porque, sin ellos, no seríamos conscientes de las experiencias, no podríamos haber investigado en este mundo físico, y no desarrollaríamos la conciencia aquí y después de la muerte. Entre las muchas ventajas que facilitan los sentidos del hombre al Yo superior, están los de poder discernir entre lo que es real y lo que no y la de poder investigar y transformar este mundo para adaptarlo a sus necesidades de progreso.
Por último he de decir que en este cuerpo es donde queda guardada la “película” de nuestra vida, la cual se ha ido grabando en un átomo especial que se encuentra en el corazón. Esta película pasa desde el corazón a un éter de los que forman el cuerpo etérico a las pocas horas de morir y es ese hecho el que muchas personas dicen que han visto en unos momentos cuando estuvieron a punto de morir o presuntamente murieron. Esta unión entre estos dos cuerpos está representada por el mencionado “cordón brillante” que se rompe en el corazón cuando se ha grabado la película de la vida, y después también en el cuerpo etérico para que pase el hombre al purgatorio con ella y así poder ver dónde erró.
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“Esta es la sagrada ciudad de Dios”



PREGUNTA Nº 121:  Yo he hecho muchos vuelos anímicos, y en uno de ellos mi guía me llevó a una gran ciudad de cristal y después a un templo lleno de gente etérica que decía: “Esta es la sagrada ciudad de Dios”. ¿Podéis decirme por qué hay puertas en esa ciudad y un muro que la rodea y por qué todo parece de cristal?

Respuesta: Una de las peculiaridades de la materia emocional, que es la sustancia del Mundo del Deseo, es su grandísima plasticidad y su facilidad de ser modelada por el pensamiento. En un abrir y cerrar de ojos toma las diferentes formas, de acuerdo con el pensamiento que las anima, y cuando muchas personas de la tierra piensan en algo semejante esos pensamientos se agrupan y forman un gran todo.
Así que en las regiones inferiores del Mundo del Deseo los pensamientos de los que creen en un infierno lleno de fuego hacen en esa sustancia emocional una especie de infierno de tormentos. Allí pueden verse diablos con cuernos, tridentes y colas, pinchando a los pecadores, y muy a menudo los que mueren, después de haber vivido con esa creencia, se encuentran en un estado de temor ante ese lugar que ellos mismos han contribuido a crear.
También hay en las regiones superiores del Mundo del Deseo una ciudad tal como la que usted describe en la pregunta, una nueva Jerusalén con puertas brillantes, un mar de cristal y un gran trono blanco sobre el cual está sentada una imagen mental o pensamiento forma de Dios, creado por esas personas, y que parece un hombre viejo. Es muy probable que usted haya visitado ese lugar, que es una cosa permanente en el Mundo del Deseo, y que durará tanto tiempo como la gente continúe pensando en la Nueva Jerusalén en esa forma, pues esas formas mentales no tienen más vida que la que les prestan los pensamientos de la humanidad, y cuando ésta se haya adelantado a esa fe, la ciudad creada por sus pensamientos dejará de existir. Su apariencia cristalina es debida a la extraordinaria brillantez de la sustancia de deseos con la que está formada. Los antiguos alquimistas llamaron al Mundo del Deseo “astral” debido a eso.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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jueves, 28 de enero de 2016

El Ser Humano y sus Cuerpos


EL SER HUMANO Y SUS CUERPOS


Cuando la ciencia descubrió hace años el átomo pensaba que había llegado a lo más sutil de la materia pero no mucho tiempo después tuvo que rectificar (como en todo y casi siempre a lo largo de la historia) y admitir que había otras partículas en su composición; hoy ya no se habla de materia sino de energía como origen de la materia. En un futuro, cuando la ciencia descubra lo que afirma la filosofía oculta sobre el origen de la materia, tendrá que admitir que hay muchos grados de la misma más allá de los electrones y los protones y, por tanto, verá y comprobará que nuestro cuerpo físico es el resultado o manifestación de otros cuerpos que bien podríamos llamar energéticos. Aún con estas afirmaciones es lógico que algunos se pregunten: ¿Qué es y qué forma puede tener la vida que abandona el cuerpo físico en el momento de la muerte? ¿De dónde nacen y qué son los sentimientos, deseos y emociones? ¿Qué son los pensamientos y quién los crea voluntariamente? ¿Quién o qué es lo que conocemos como voluntad? ¿Qué ocurre o a dónde van después de la muerte esos “aspectos” del hombre que originan los deseos, sentimientos y pensamientos?
¿Por qué no admitir que podemos tener otros cuerpos de materia más sutil que los átomos y que son el origen de esos aspectos? ¿Por qué no puede ser que la muerte sea un abandono del cuerpo físico (y por tanto la pérdida de conciencia del mundo físico) para pasar a otro mundo también de materia más sutil con otra conciencia como ocurre por las noches mientras se duerme? Si, como se sabe, las células del cuerpo se renuevan cada varios años, no se puede pensar que la mente sea material porque si fuera así nos quedaríamos sin memoria cada pocos años, luego entonces ¿No es lógico pensar que la mente esté compuesta de algo muchos más sutil que las células o las neuronas? Y si es así, ¿En qué nivel de sutilidad material se encuentra ese “ser” que utiliza la mente para razonar o discernir?
La filosofía oculta o esotérica afirma que todos esos aspectos del hombre son cuerpos a través de los cuales se manifiesta el Espíritu y que están compuestos de la misma materia que los mundos de donde pertenecen como ocurre con el cuerpo físico respecto al mundo físico. Así es que, hay un grado de materia o lugar de donde toma forma la vida individualizada que aviva el cuerpo físico; hay un mundo de otro grado de materia más sutil donde se originan nuestros deseos, sentimientos o emociones; y hay otro mundo más sutil aún de cuya “materia” está compuesta nuestra mente. Pero por encima de todo eso (como podemos comprobar cuando utilizamos la voluntad para razonar y dominar un deseo) está el Yo superior en su propio mundo espiritual donde recibe las impresiones del mundo físico donde se mueve, y desde donde responde a las mismas a través de pensamientos, sentimientos y acciones. Siempre habrá gente que afirme categóricamente que esto no puede ser porque sólo tenemos un cuerpo físico, si es así, solo hay que razonar con una mente abierta todo lo que aquí se expone para luego aplicarlo a sí mismo de una forma meditada y olvidándose de todo lo conocido por la ciencia hasta ahora ¿O no es cierto que en un trozo de hielo hay materia sólida, líquida, gaseosa, elementos químicos, átomos, protones, electrones y otros ocupando un solo espacio y cuerpo sólido?
Si, como pretendo, queremos comprender lo que ocurre en el momento de la muerte y después de la misma, para así llegar a la conclusión de que la muerte no existe sino que es solo una transformación o cambio en su estado de conciencia, es obvio que lo primero que debemos saber es quiénes somos. De una forma general podemos decir que estamos compuestos de:


1º.- Un cuerpo físico formado por materia cuya composición es análoga a cualquier otro
cuerpo u objeto material y que, por tanto, no tiene sentimientos ni puede pensar.


2º.- Una vida o cuerpo etérico, (el cual vivifica el cuerpo físico) que durante su existencia
mantiene unidas las células para que cumplan con su misión hasta el momento de la
muerte donde, al abandonar el cuerpo, quedan libres y descomponen el cuerpo para
que la materia vuelva a su origen.


3º.- Un cuerpo, normalmente llamado de “deseos” o “emocional”, que es el incentivo
imprescindible para que actuemos y, por tanto, para experimentar en la vida pero que tampoco razona puesto que representa los deseos, los sentimientos y emociones.


4º.- Una mente que es la que se está imponiendo cada vez más sobre el cuerpo de deseos para
que seamos más racionales y menos animales como lo fuimos en un tiempo pasado cuando
solo actuábamos por instinto y sin ningún tipo de razonamiento.


Con lo dicho hasta aquí podemos llegar a la conclusión de que desde que nacemos nos identificamos con el cuerpo físico y que, dependiendo del grado de desarrollo mental y del discernimiento que tengamos, así podremos imponer la razón sobre el cuerpo de deseos o, por el contrario, dejarnos llevar por ellos así como por los sentimientos y emociones. Dicho de otro modo, el buen uso de la mente, de la razón, nos capacitará para (por ejemplo) decir ¡No! ante una tentación que sabemos que puede perjudicar al organismo mientras que otros que se dejen dominar por este cuerpo accederán gustosamente con tal de satisfacer ese deseo.
Ese mismo discernimiento del cual estamos hablando es el que en estos mismos momentos debería hacer que el lector se preguntara ¿Quién utiliza la mente? o sea, ¿Quién razona cuando le apetece para decidir si cede ante una tentación o no? Es aquí donde tenemos que hacer una provisional pero necesaria aclaración. Lo mencionado hasta ahora, incluyendo la razón, es la “personalidad”, el ser humano físico tal y como lo entienden la mayoría de las personas, sin embargo, a la pregunta de ¿Quién se manifiesta a través de la voluntad a lo largo de la vida para intentar dirigir y controlar los diferentes cuerpos mencionados? hay que responder que es el Alma, también llamada Ego o Yo superior. Con esta pequeña aclaración ya podemos definir al ser humano como una “personalidad” a través de la cual se manifiesta en parte, según el grado de desarrollo, el Alma evolucionante o “individualidad”.
Lo mismo que la humanidad, a lo largo de su evolución, ha ido descubriendo y clasificando las partes y órganos que componen el cuerpo para encontrar respuesta a sus muchas dudas sobre cómo funciona, así mismo, en el futuro tendrá que continuar investigando y descubriendo clases de “materia” más allá del átomo para encontrar otras muchas respuestas que, a lo largo de la historia, han negado. Todas las partes y órganos que forman nuestro cuerpo son necesarios para que el mismo pueda funcionar correctamente, pero es que también cada órgano necesita de sus correspondientes células, y moléculas, y cada molécula de los átomos, y cada átomo de sus protones y electrones, y de los éteres que ya se comienzan a hablar como componentes de la energía que hace que los órganos puedan funcionar y el cuerpo pueda vivir.
A lo largo de la vida se renuevan las células y las moléculas, los átomos se combinan para formar inteligentemente esas diminutas vidas (bacterias, células, moléculas, etc.) y también toda la materia de nuestro cuerpo ¿Quién o qué inteligencia hace que todo eso cumpla una función de supervivencia en el organismo y evita que cada una de esas vidas actué por su cuenta? Nuestro cuerpo físico está compuesto por el mismo material que los cuerpos de los tres reinos que nos siguen y en cada forma material cumplen una determinada misión. La planta tiene una “vida” que no tiene el mineral; el animal tiene deseos, sentimientos y emociones que no tiene la planta; y el hombre tiene una mente para razonar y una voluntad que no tiene el animal; y sin embargo todos estamos evolucionando en un “cuerpo” y en un planeta material y todos nos necesitamos para continuar experimentando y desarrollando cualidades. Por otro lado, nuestro planeta es parte de otro esquema llamado sistema solar (como lo son los protones o electrones del átomo) que a su vez es parte de un gran cuerpo llamado macrocosmos ¿O quizás deberíamos decir que nosotros somos átomos de la célula Tierra que es una más de las que componen el cuerpo manifestado de un Ser Incognoscible, Omnipotente y Omnisciente? ¿Por qué no? Todo lo que compone nuestro cuerpo está dentro de nuestra influencia como vida y conciencia, y cuando la individualidad (la vida y la conciencia) abandona el cuerpo en el momento de la muerte, todo se descompone y vuelve a su origen atómico para formar nuevos cuerpos evolucionantes. Luego entonces, nosotros no somos nuestro cuerpo físico como yoes individuales y con voluntad propia.
El hombre actual es como un puente entre el animal que fue cuando aún no tenía autoconciencia y el hombre futuro con cierto grado de conciencia del Alma, pero nunca ha sido, es, o será su cuerpo físico. El Alma o Ego utiliza los cuerpos en cada vida para experimentar y desarrollar sus poderes (actualmente latentes en nosotros) como el niño utiliza los libros cada día que va a clase hasta que en un futuro alcance su meta o carrera donde pueda desarrollar sus cualidades también latentes. El Yo superior intenta espiritualizar al yo inferior o personalidad para manifestar su poder sobre sus cuerpos como el ser humano intenta dominar el mundo físico para crear formas más perfectas que le sean de mayor utilidad en sus proyectos de convivencia. Pero algún día ambos se encontrarán a mitad de camino y entonces la personalidad tomará conciencia de la inmortalidad del Alma y el Alma podrá desarrollar sus poderes y manifestarse en una común unión con los demás. Entonces habrá continuidad de conciencia y la pérdida del cuerpo (muerte) será como cuando tiramos un traje porque ya no nos sirve o está viejo.
Aunque este tema pueda parecer aburrido, es necesario dejar claro que no somos el cuerpo físico y que, como ya se verá, tampoco es el cuerpo el que renace, es más, tampoco lo hacen las emociones, ni los deseos, ni siquiera la mente. Hasta ahora hemos dividido al ser humano como un Ego o Alma y una personalidad, (cuerpo físico, de deseos y mente) quienes lean por primera vez esta clase de enseñanza pueden pensar que es absurda pero los que estén familiarizados con la filosofía oculta o esotérica, verán que es la explicación más lógica y razonable que se puede dar. He de decir que lo que se expone en esta obra es una mínima parte, lo imprescindible, para poder explicar lo que deseo, sin embargo, lo podría ampliar mucho más como lo han hecho tantos y tantos verdaderos ocultistas.
Estas enseñanzas no son nuevas, pero hasta hace poco más de un siglo solo unos pocos tenían acceso a ellas. El renacimiento en la India es comprendido sin ninguna duda, Cristo mismo habló de “renacer” y de “Espíritu y cuerpo”, incluso grandes filósofos enseñaban a sus discípulos que el Espíritu renace en cuerpos físicos cada cierto tiempo. Platón explicaba que el Espíritu había sido creado por lo que comúnmente llamamos Dios, que los otros cuerpos eran corruptos porque habían sido creados por los “dioses menores” y que de esa unión y por medio del renacimiento se forma un Alma. También San Pablo habla de “cuerpo terrenal” y “cuerpo espiritual” y, junto a Platón y a Pitágoras, también menciona tres principios (cuerpos) que a su vez se convierten en siete.
En esta obra se tratará del Espíritu manifestado (que es trino como Dios mismo, su creador) por medio de cuatro cuerpos, entendiendo que el Yo superior es el individuo que en un momento dado de su evolución nace (se individualiza como conciencia) al recibir la mente y al reconocerse a sí mismo como separado de los demás, lo que, por cierto, algún día les ocurrirá también a las vidas que animan los cuerpos de los animales. Por tanto, estaremos más acertados si al hablar del cuerpo físico, en vez de pensar o hablar como un “yo”, lo hacemos como “mi cuerpo”. Si nuestra autoconciencia fuera el cuerpo físico no experimentaríamos el sueño puesto que el cuerpo no desaparece, el sueño o pérdida de conciencia del mundo físico, no es otra cosa que la salida del Alma autoconsciente del cuerpo y, por tanto, la inconsciencia del mismo.
Lo mismo que el niño que nace va desarrollando los sentidos según pasan los años y luego se va identificando con los deseos, sentimientos y emociones a la vez que va utilizando la mente para aprender y actuar hasta que, a cierta edad, se le puede considerar maduro y responsable como individuo, así mismo, la humanidad ha ido adquiriendo sus cuerpos a lo largo de millones de años pasando por estados de conciencia inferiores donde se guiaba por su instinto hasta que adquirió la mente que es la herramienta que utiliza el Alma para intentar dirigir su destino. ¿Qué es, si no, el típico “fantasma” que tantas personas han visto incluso después de haber muerto? ¿Qué es la imagen que sale de un médium en una sesión espiritista? ¿Qué es lo que sale del cuerpo cada noche e incluso en el momento de la muerte como se ha comprobado con básculas muy precisas que demuestran que hay una pérdida de peso? Ni más ni menos que el “Yo superior” con sus cuerpos superiores dejando en el lecho al cuerpo físico y, por tanto, perdiendo la conciencia de él a la vez que la adquiere en los otros mundos.
Estamos hablando de renacimiento del Alma en un cuerpo físico, podríamos hablar de la eternidad de esa alma que adquiere sabiduría y desarrolla poderes en cada vida, pero de lo que no se puede hablar es de “resurrección de la carne.” La personalidad con sus deseos, pasiones, pensamientos, etc. no puede ser eterna porque la meta es “Sed perfectos como nuestro Padre es perfecto”. La carne y lo corrupto y malévolo no pueden heredar el reino de los cielos, de ahí que Cristo dijera que sólo llegaremos al Padre imitando su amor y a través de Él. Pero, como es lógico, lo mismo que un niño no consigue una carrera universitaria en un solo día de clase, tampoco una persona puede adquirir la perfección de la que habla Cristo en una sola vida. Luego entonces, si el mal que cometemos no es eterno y tenemos que ser perfectos para entrar en el Reino de Dios, está claro que algo tiene que ir recopilando lo bueno de cada vida para que al cabo de cierta cantidad de renacimientos sea perfecto. ¿O qué es, si no, la conciencia que nos advierte antes de hacer el mal y nos causa remordimiento después de haberlo hecho? Por supuesto, el Alma.
Sócrates, Platón y otros filósofos griegos dividen al ser humano en cinco principios que son: Espíritu, Alma, mente, deseos y cuerpo físico. Mientras que los egipcios lo hacían en siete como actualmente lo hacen casi todas las escuelas serias de ocultismo. Las religiones y escuelas de la India, del Tíbet, o incluso personajes como Lao Tse en su “Tao-Te-King”, hablan del ser humano como de un Espíritu con varios principios o cuerpos. Basándonos en todas estas escuelas y estudios podemos decir que el Triple Espíritu (al cual está unida el Alma o Yo superior) manifestado en nosotros como voluntad, conciencia, intuición y mente abstracta, se sirve de la mente concreta para imponer la razón sobre el cuerpo de deseos y así extraer más provecho de las experiencias que obtiene en el mundo físico.
Desde que teníamos una conciencia similar a la que tienen actualmente los animales hasta nuestros días, en cada renacimiento hemos ido aborreciendo o superando el aspecto animal o más bajo de nosotros. Hemos pasado de matarnos por el instinto de supervivencia a respetar la vida, de ser tremendamente egoístas a comenzar a ser altruistas, de dejarnos dominar por los deseos a imponer la razón y la voluntad sobre ellos, de hacer la guerra por intereses personales a no querer guerra, de ver las necesidades del tercer mundo y no hacer nada a que haya cientos de ONG. Pero eso no es nada para lo que nos queda por desarrollar hasta alcanzar la perfección, y si no fuera así ¿Por qué unos van a nacer con una naturaleza o carácter tan santo mientras que otros son lo contrario? ¿Lo va a hacer Dios cuando nos crea? Entonces no sería Dios puesto que, como dicen las religiones “Dios es amor” y, aunque así fuera ¿Qué motivos tiene Dios para ello sabiendo que -según dice la iglesia- los pecadores sufrirán por toda la eternidad? Lo mismo que el niño comete errores y faltas en el colegio, los que tiene que corregir después del examen o al siguiente día, también ese Yo superior renace para aprender, para purificar su cuerpo de deseos, para desarrollar la mente y para controlar sus cuerpos por medio de la voluntad. Por tanto, es a través de renacimientos en cuerpos (aunque ahora la mayoría de nosotros solo veamos el físico) como cada uno de nosotros aprende, se perfecciona y se adapta más que otro, lo que significa que evoluciona más y desarrollará antes los poderes del Alma. 
Dice San Juan en su evangelio de acuerdo a la enseñanza de Cristo respecto a los principios del hombre: “Yo soy la vid (el Yo superior o Alma) y mi Padre es el labrador (el Espíritu como hijos creados por Dios que somos) Cada sarmiento que en Mi no da fruto (cada personalidad o cuerpos que utiliza el Alma en cada vida) lo arranca(el Espíritu hace que muera)....” “Así como no puede el sarmiento dar fruto por sí solo sino manteniéndose en la cepa, tampoco vosotros lo podéis dar como no viváis en Mi; Yo soy la cepa, vosotros los sarmientos. Si un hombre no vive en Mi, es desechado como un sarmiento y se secará, luego se le echará al fuego y se quemara.” Cristo está diciendo que para llegar a la perfección de nuestro creador o Padre, tenemos que imitar su vida y hacer lo que predica También está explicando que el Espíritu (labrador) tiene que desarrollar sus poderes latentes gracias al Alma reencarnante (la vid) la cual extrae la sabiduría de las experiencias por medio de la personalidad (el sarmiento) y que cuando ese sarmiento ya no cumple con su función, el Espíritu hace que fallezca para prepararle y fortalecerle para otro nuevo renacimiento (nuevo sarmiento) después de asimilar el fruto de la última vida.
Si estudiamos un átomo nos daremos cuenta que su existencia (como todo lo manifestado) no puede ser casual, si alguien lo piensa es simplemente porque la ciencia aún no ha ido mucho más allá. Los elementos que componen un átomo y sus movimientos son una manifestación de sabiduría, a su vez, los átomos mismos demuestran “inteligencia” porque tienen sus “preferencias” a la hora de combinarse para formar los elementos químicos. Esa es la base de toda existencia o manifestación de toda la materia y formas donde se pueda manifestar la vida, es decir, los mismos átomos forman nuestros cuerpos como también forman cualquier otro objeto. Entonces, ¿Podemos decir que nosotros somos la materia física? Por supuesto que no, si lo fuéramos también nos identificaríamos con todo lo material. Tenemos un cuerpo físico porque lo necesitamos en nuestros renacimientos para poder experimentar, aprender y evolucionar en este planeta físico. Pero cuando el Alma haya aprendido las lecciones correspondientes, ya no lo necesitará más porque continuará su desarrollo en los mundos donde se encuentra mientras duerme y donde recopila el beneficio de sus experiencias de una vida una vez abandonado el cuerpo físico.
Con lo dicho anteriormente debemos llegar a la conclusión de que el hombre no es la materia, sin embargo, todavía hay quien piensa que somos la “vida” que abandona el cuerpo físico en el momento de lo que llamamos muerte. Hay tres líneas de desarrollo en el ser humano, estas son: La forma, la vida y la conciencia. La forma o materia, evoluciona gracias a la vida que la habita, es decir, la vida de la planta, del animal y del ser humano ha hecho que la materia haya evolucionado desde el origen de este planeta como tal hasta nuestros días, y la conciencia (como resultado de esa unión y desarrollo) es la que acelera ese proceso según el reino donde se manifieste. Por ejemplo, la vida y la autoconciencia del hombre transforman los elementos químicos (la materia) en objetos que necesita para su propio progreso y evolución. Así es que, aunque la vida de los diferentes reinos tiene un mismo origen divino, la vida que anima nuestros cuerpos está más evolucionada y lista para que el Alma la pueda utilizar con su conciencia individual que hace que nos reconozcamos como un “Yo”; lo que no pueden hacer los tres reinos que nos siguen.
La vida es la que hace que el hombre respire y se sirva de los éteres vitales del Sol (entre otras cosas) para tener salud, la que hace que se extraigan los nutrientes de los alimentos, la que hace que los órganos funcionen (pulmones, corazón, etc.) y, en definitiva, la que nos mantiene vivos; por tanto tiene que estar dentro del cuerpo físico. Pero si la vida no se ha podido identificar como elemento químico o materia, quiere decir que debe estar compuesta de otra clase de materia más sutil que la que conocemos, que la ciencia aún no ha descubierto, y que debe estar más allá de los protones y electrones; es decir, más allá de lo que llamamos energía. Así es, la vida, en su manifestación más densa está compuesta de éteres, unos éteres que ya desde hace bastantes años se han podido detectar en las plantas, en los animales y en el hombre en forma de aura o ectoplasma y que se relaciona con los meridianos energéticos de la acupuntura y con el magnetismo. La vida también es la manifestación de esos cuerpos etéricos (fantasmas) que muchos y en muchas ocasiones han visto, principalmente de personas fallecidas o a punto de fallecer.
Por tanto, la vida en el hombre se manifiesta con la misma forma e imagen del cuerpo físico, como un molde sobre el cual se construye el mismo desde los átomos hasta las células. Es más, este molde o cuerpo etérico es el que mantiene unidas a las células haciendo que éstas cumplan su misión en la generación, desarrollo y regeneración del organismo con tal de mantenernos vivos. Ya hemos dicho que el hombre espiritual está compuesto de siete principios, a lo que hay que añadir que, aunque está evolucionando en cuatro mundos (de los que obtiene la materia para formar cada uno de sus cuerpos en cada renacimiento) también terminará su desarrollo espiritual futuro en siete mundos o planos creados por Dios para ese fin. El cuerpo físico y la vida que lo anima también forman siete grados de materia, los tres que todos conocemos como sólido, líquido y gaseoso, más los cuatro éteres que forman el cuerpo etérico que anima o vitaliza el cuerpo físico. Estos cuatro éteres están relacionados con la actividad de los órganos internos, con lo sentidos, con el sistema nervioso y con la conciencia, por consiguiente son los medios por los cuales el Ego o Yo superior maneja y dirige el cuerpo físico. O sea, el cuerpo etérico es, para el Yo superior, el medio de comunicación de lo que percibimos y sentimos por medio del cuerpo de deseos (el cual normalmente crea un sentimiento, deseo o emoción) y de la mente (la que, normalmente, emite un pensamiento como respuesta) Pero, además, también es el medio por el cual ese Yo superior impresiona el cerebro a través de la voluntad en su intento de dirigir su destino.

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“Id al mundo y predicad el evangelio a toda criatura"



PREGUNTA Nº 118:  En una de vuestras conferencias dijisteis que era un error enviar misioneros a los otros países; que las religiones practicadas por los llamados paganos son buenas para ellos actualmente y que, sin embargo, esos misioneros han hecho poco daño, ¿Cómo explicáis, entonces, la orden de Cristo a sus apóstoles: “Id al mundo y predicad el evangelio a toda criatura?

Respuesta: El significado de las palabras de Cristo depende evidentemente de la interpretación que se dé a la palabra “mundo”, Si por este término se comprende toda la Tierra, no estaría mal el enviar misioneros a todos los países; pero la Biblia dice que los discípulos que recibieron esa orden volvieron después de cumplir su misión, demostrando así que esa orden no pudo haberse referido a toda la tierra. La palabra “mundo” debió más bien haberse interpretado como ‘constitución política”, que también se encuentra en los diccionarios como otro significado de la misma expresión: el mundo. En tiempo de Cristo no se conocía todo el mundo, Encontramos aún hoy en día que el cabo más occidental de España se llama Cabo Finis-terre: el fin de la tierra. Por consiguiente, dicha palabra, en el tiempo en que Cristo dio aquella orden, no podía incluir a toda la tierra tal como hoy la conocemos. Nuestra afirmación no es, pues, contraria a la Biblia. Es erróneo el mandar misioneros a los pueblos que llamamos paganos, porque su desarrollo es todavía tal que no les permite comprender una religión que habla del amor al prójimo, una religión que ni nosotros siquiera hemos aprendido aún a practicar. Además, si los grandes Ángeles del Destino que tienen a su cargo la evolución humana son capaces de juzgar nuestras necesidades y de colocar a cada uno en el alrededor ambiente cuyas influencias sean más conducentes al progreso, debemos también creer que dan a cada nación la religión más apropiada para su desenvolvimiento. Por consiguiente, cuando un hombre ha sido colocado en un país en el que se enseña la religión cristiana, esa religión tiene el ideal por el cual deberá luchar él, pero tratar de imponerla a otros pueblos que han sido colocados en otra esfera diferente es querer que nuestro juicio sea superior al juicio de Dios y sus ministros, los Ángeles del Destino. Sin embargo, como ya hemos dicho, los misioneros cristianos han hecho poco daño a los pueblos que han visitado, pero hubieran hecho mejor si se hubieran quedado en casa. No necesitamos salir de casa para encontrar idólatras que necesiten ser instruidos en las enseñanzas bíblicas. El profesor Wilbur L. Cross, de Yale, dice, por ejemplo, que en una clase de cuarenta estudiantes ni uno solo pudo indicar el lugar de Judas Iscariote; que tenía un estudiante judío que jamás había oído hablar de Moisés y que, en contestación a una pregunta referente al Pilgrim’s Progress, la mejor respuesta obtenida fue que era la base de la historia de la Nueva Inglaterra. Si los misioneros fueran, más bien, a ponerse en contacto con esos fieles, quizás pudieran hacer un bien mucho mayor.
Más daño causan, sin embargo, los misioneros que vienen del Oriente y que tratan de hacer prosélitos para el hinduismo y otras antiguas religiones, porque muy a menudo esos hindúes enseñan ejercicios respiratorios que provocan la locura o la consunción, debido a que nuestros cuerpos occidentales no se prestan a tales prácticas. Es mucho más seguro permanecer en la religión de nuestro propio país, estudiarla y practicarla, dejando a las demás naciones el privilegio de hacer otro tanto en lo que concierne a sus propias religiones.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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miércoles, 27 de enero de 2016

¿Cuál es el mérito real del martirio? Los mártires ¿se convirtieron en santos realmente?




PREGUNTA Nº 117:  ¿Cuál es el mérito real del martirio? Los mártires ¿se convirtieron en santos realmente?

Respuesta: El hombre se eleva a la unión con Dios mediante cuatro grandes grados o etapas.
Primeramente ruega o hace sacrificios a un Dios a quien teme y, por consiguiente, trata de propiciárselo para que ese Dios no le perjudique. Después aprende a considerar a ese Dios como un poderoso aliado contra sus enemigos y como dador de todo lo bueno que él posee,
lo que consigue obedeciendo sus leyes y sacrificándole las cosas materiales que posee. En la tercera etapa se le enseña a sacrificarse él mismo viviendo una buena vida por la que se le recompensará en un estado futuro que se llama el cielo, donde vivirá en felicidad eterna como compensación de lo bueno que haya hecho en su vida terrestre. Los mártires se encontraban en esta etapa y estaban completamente compenetrados por la verdad y la gloria de ese cielo. Por consiguiente, para ellos era cosa fácil sacrificar sus vidas obteniendo así la gloria futura enseguida.
En realidad el martirio no puede darnos un cielo de eterna felicidad, porque es el método más fácil de obtener la recompensa. Da el valor de morir, pero después de todo se necesita muchísimo más valor para vivir. Tenemos siempre la tendencia de creer que cuando un hombre ha dado su vida ha dado todo lo que puede dar, y muy a menudo se oye decir, cuando alguien se suicida, que lo ha pagado todo. En realidad, el suicidio es generalmente la manifestación de la más grande cobardía, y el martirio es mucho menos digno de admirarse que las vidas de aquellos que diariamente se esfuerzan en seguir las enseñanzas espirituales de la Biblia viviendo una vida noble. Por supuesto, se admite fácilmente que los mártires son dignos de admiración, por haberse adherido tanto a su fe, aun en presencia de la muerte y de las torturas. Indudablemente, tendrán grandes oportunidades de crecimiento espiritual en sus vidas posteriores, mucho mayores que aquellas de las que se les privó al quemarlos o empalarlos. Y podemos ciertamente decir en verdad que eran santos, en el sentido de que su fe era para ellos más preciosa que su vida, pero podemos decir firmemente que los edictos de una iglesia no pueden nunca convertir en santo a un pecador.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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martes, 26 de enero de 2016

¿Qué poder usó Pedro para resucitar a Dorcas?


PREGUNTA Nº 113:  ¿Qué poder usó Pedro para resucitar a Dorcas?

Respuesta: Pedro no resucitó a Dorcas ni Cristo resucitó a Lázaro ni a ningún otro, ni dijo eso tampoco. El dijo: no esta muerto, sino que duerme.
Con objeto de comprender el asunto, explicaremos lo que sucede al morir y la diferencia que hay entre la muerte y el estado de trance, porque las personas mencionadas estaban en trance en el tiempo en que esos supuestos milagros se efectuaron.
Durante el estado de vigilia, cuando el Ego está funcionando conscientemente en el Mundo Físico, sus diversos vehículos están concéntricos ocupan el mismo espacio pero por la noche, cuando el cuerpo está durmiendo, se efectúa una separación. El Ego envuelto en la mente y en el cuerpo de deseos sale del cuerpo denso y del vital, que quedan sobre el lecho.
Los vehículos superiores flotan sobre ellos o muy cerca y están conectados a los vehículos más densos por el cordón plateado, hilo finísimo y vibrante que tiene la forma de dos números 6 unidos, estando un extremo conectado al corazón y el otro al centro vórtice del cuerpo de deseos.
Al producirse la muerte, este hilo se rompe en el átomo simiente del corazón y las fuerzas de dicho átomo pasan por el nervio neumogástrico al tercer ventrículo del cerebro y de allí al exterior por la sutura que hay entre los huesos occipital y parietal del cráneo, siguiendo por el cordón plateado hasta los vehículos superiores. Simultáneamente con esa ruptura se desprende el cuerpo vital y se une a los vehículos superiores que están flotando sobre el cuerpo muerto.
Allí permanece durante unos tres días y medio. Entonces los vehículos superiores se desprenden del cuerpo vital, el que se desintegra sincrónicamente con el cuerpo denso en los casos ordinarios.
En el momento de esta última separación el cordón plateado se rompe también por la mitad y el Ego queda libre de todo contacto con el mundo material.
Durante el sueño el Ego también se retira del cuerpo denso, pero el cuerpo vital permanece con el cuerpo denso y el cordón plateado permanece intacto.
Ocurre algunas veces que el Ego no entra en el cuerpo por la mañana, sino que se queda fuera durante un intervalo, que varía desde un día hasta un número indefinido de ellos.
Entonces se dice que el cuerpo esta en trance natural. Pero el cordón plateado no se rompe por ninguna de las dos partes mencionadas. Si se llegan a producir rupturas no hay restauración posible. El Cristo y los apóstoles eran clarividentes; vieron que la ruptura no había tenido lugar en los casos mencionados, y de ahí que dijeran: “No está muerto, sino que duerme”. También poseían el poder de obligar al Ego a entrar en sus cuerpos y restaurarlo, poniéndolo en su estado normal. Dichos titulados milagros fueron ejecutados en la forma expuesta.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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domingo, 24 de enero de 2016

El Credo Cristiano ¿está basado sobre alguna autoridad divina?


PREGUNTA Nº 111:  El Credo Cristiano ¿está basado sobre alguna autoridad divina?

Respuesta: Hay tres formas de credos cristianos. Una de ellas es la que se conoce como el Credo de los Apóstoles, que si bien no está hecho por los apóstoles se cree que encierra sus
creencias. Otro credo fue formulado y adoptado en el Concilio de Nicea y se le llama el Credo de Nicea. El Credo de Atanasio es de fecha posterior. No tiene mas autoridad divina que cualquier otra discusión humana sobre la Biblia.
Sin embargo, la Biblia misma da un credo, en el pasaje que indica que no hay otro nombre, salvo el de Cristo Jesús, con el cual puedan salvarse los hombres, y esto está de acuerdo con las enseñanzas ocultas, porque Jehová fue el autor de todas las antiguas Religiones de Raza en las que el temor de Dios se ponía como yugo a los deseos de la carne, y la ley se le imponía al hombre para contrarrestar sus deseos. Las Religiones de Raza obran educativamente sobre la naturaleza emocional por los medios indicados, pero a su debido tiempo será sucedida por la Religión del Cristo. Esta religión de fraternidad y de amor expulsará al miedo engendrado por la ley de Jehová. Disolverá las naciones con sus leyes, luchas y batallas, obrando sobre el cuerpo vital, de manera que la humanidad será influida únicamente por el amor, en vez de por la ley. No es esto el fin, sin embargo. Cuando el reino se haya establecido por completo será entregado al Padre. La Religión del Padre será aún más elevada que la Religión del Hijo.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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El uso correcto de nuestros pensamientos


EL USO CORRECTO DE
NUESTROS PENSAMIENTOS

El acto de pensar implica una gran responsabilidad. Todo proviene del pensamiento, de una idea germinal. El pensamiento precede a toda manifestación. Los pensamientos de Dios se expresaron por primera vez mediante el sonido (Verbo) que construyó todas las formas que se manifiestan en la vida que las habita.

Una de las finalidades de nuestra evolución es aprender a usar los pensamientos, a controlarlos y formularlos de acuerdo a las Leyes de la Naturaleza. El empleo indebido y erróneo de nuestra capacidad de pensar, nos conduce inevitablemente hacia un destino pleno de sufrimientos y limitaciones.

El mayor privilegio humano consiste en poder expresar pensamientos por medio de palabras. La acción resultante de esos pensamientos determina el curso que imprimimos a nuestras vidas (de manera principal a nuestras vidas futuras) así como a las de todos aquellos que nos rodean. El pensamiento siempre es más importante que la acción. Solo pensando correctamente podemos actuar dignamente.

El pensamiento determina el carácter y el tipo de vida que lleva la persona. Los pensamientos positivos y bondadosos confieren al individuo una sensación de seguridad y luminosidad. Eso lo podemos comprobar mediante la observación de aquellas personas que conviven con nosotros, ya sea en el trabajo, en la casa o en el club, etc.

“Toda persona es lo que ella piensa o siente en su corazón”. Los pensamientos espirituales son emitidos por personas orientadas espiritualmente que son fuertes, bien equilibradas, verdaderas fuentes de confort y apoyo para aquellos seres que sufren.

El pensamiento moldea la materia. En muchos casos la fisonomía de una persona, representa un fiel reflejo de su actitud mental. Algo realmente indiscutible es el efecto que tienen los pensamientos sobre nuestros vehículos. Pensamientos de miedo y preocupación con toda seguridad siempre afectan en forma negativa las corrientes de deseos, inhibiendo totalmente la acción. Un simple pensamiento negativo, puede causar serios daños a nuestros vehículos sutiles. Por otro lado, pensamientos positivos y constructivos contribuyen de una manera preponderante para que tengamos una muy buena salud, más que la mayoría de los medicamentos que son recetados por los médicos.

Los pensamientos materialistas acentúan la tendencia cristalizante del cuerpo de deseos, endureciendo a todo aquello con lo que toman contacto, así hasta los rostros de las personas pueden adquirir cierta dureza si esos pensamientos se convierten en un hábito.

Los pensamientos también actúan sobre los arquetipos. Una persona íntegra, habituada a pensar a pensar correcta y constructivamente en términos de bondad, verdad y justicia, crea formas de pensamientos correspondientes. Cuando llega la hora de construir los arquetipos de su futura existencia en este plano físico, los fortalecerá mediante las cualidades antes mencionadas.

Muchas veces los sufrimientos nos conducen a ponderar la necesidad de establecer un cambio substancial en nuestras vidas. Si desarrollamos nuestra fuerza de voluntad en cierta extensión, es muy probable que comencemos a realizar esos cambios tan necesarios. Pero es necesario señalar que en primer lugar lo que debemos modificar son nuestros pensamientos. Sin lograr esto, todo esfuerzo no dará sus frutos, ya que estaremos trabajando solamente sobre los efectos, ignorando las causas que los originaron.

Es muy importante también, que nuestra actividad mental no sea dispersa. No son buenos los pensamientos de temor, si deseamos obtener éxito en alguna actividad, ya sea esta material o espiritual, nuestros pensamientos deben estar concentrados en esa actividad particular. En forma profesional esa ya está más que comprobado. El individuo que es distraído o carente de toda concentración, acaba comprometiendo su propio trabajo, perdiendo la mayor parte de su eficiencia. 

Desde el punto de vista espiritual, la concentración del pensamiento en objetivos elevados, es una condición esencial para lograr el éxito. Las enseñanzas Rosacruces nos informan constantemente acerca de la importancia de la observación y de la atención como medios de enfocar correctamente nuestros pensamientos.

Así, como estudiantes de las Enseñanzas de la Sabiduría Occidental, no podemos ignorar que el camino hacia la perfección espiritual, pasa necesariamente por el correcto empleo de nuestra capacidad de pensar.-

Tema traducido de la Revista SERVICIO ROSACRUZ que publicaba el Centro Rosacruz de San Pablo, Brasil.



FRATERNIDAD ROSACRUZ MAX HEINDEL
Calle Colombres 2113 – Bº Lomas de San Martín
5.008 – Ciudad de Córdoba – República Argentina


Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte.

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sábado, 23 de enero de 2016

¿Qué quiso Cristo significar cuando dijo: “el que no recibe el reino de Dios como un pequeño niño no entrará en él”?


PREGUNTA Nº 105:  ¿Qué quiso Cristo significar cuando dijo: “el que no recibe el reino de Dios como un pequeño niño no entrará en él”?

Respuesta: En el mundo que nos rodea vemos el reino humano, en el que cada uno está tratando de mantener su posición y depende de sus propias ideas, y de la afirmación de si mismo para conservarla contra todos los que pretenden usurpársela. Cuando se le presenta algo nuevo su actitud mental adopta generalmente, un tono de escepticismo. Teme el verse decepcionado.
La actitud de un pequeño niño respecto a lo que ve u oye es exactamente lo contrario de la posición de sus mayores. El pequeño niño no tiene el abrumador sentimiento de su conocimiento superior, sino que es francamente ignorante y, por lo tanto, eminentemente enseñable, y a este rasgo se refirió el Salvador en el pasaje citado.
Cuando entramos en la vida superior debemos primeramente olvidar todo lo que sabemos en el mundo. Debemos empezar a considerar las cosas en una forma completamente diferente, y cuando una enseñanza nueva se pone ante nosotros debemos esforzarnos en recibirla, sin tener en cuenta los hechos ya observados. Esto es con objeto de que podamos estar exentos de prejuicios y cohibiciones. Por supuesto, no hay que creer porque sí que lo “negro es blanco”, pero si alguien afirma seriamente que un objeto que anteriormente consideramos negro es realmente blanco, nuestra mente debe ser lo suficientemente abierta como para evitar que juzguemos de inmediato diciendo: ¡ Cómo! ¡Si yo sé que es negro! Debemos reexaminar el objeto para ver si hay algún punto de vista desde el cual el objeto en cuestión que creíamos negro pueda aparecer blanco. Únicamente cuando hayamos hecho un examen completo y hayamos visto que el objeto es en realidad negro desde cualquier punto de vista que se le considere, podemos quedarnos con nuestra primera opinión.
Nada hay tan notable en el niño como su flexibilísima actitud mental, lo que lo hace eminentemente enseñable, y el discípulo que se esfuerza en vivir la vida superior debe tratar siempre de mantener su mente en ese estado fluidico, porque tan pronto como nuestras ideas se cristalizan y no se prestan a cambios, nuestro progreso cesa. Esa era la gran verdad que Cristo trató de presentar a sus oyentes cuando hizo la observación que ha motivado la pregunta que nos ocupa.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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viernes, 22 de enero de 2016

¿Qué quiso significar Cristo cuando dijo: “Todos los que vinieron antes que Yo eran ladrones y bandidos”?


PREGUNTA Nº 104:   ¿Qué quiso significar Cristo cuando dijo: “Todos los que vinieron antes que Yo eran ladrones y bandidos”?


Respuesta: Leemos en la Biblia que había dos grandes ciudades extremamente parecidas y,
sin embargo, completamente opuestas. Una es la ciudad de Babilonia, la cuna de la confusión, donde los hombres dejaron de considerarse como hermanos y se separaron unos
de otros.
Estaba sobre siete colinas por las que pasaba un río y estaba gobernada por un rey, Lucifer, la “estrella del día”, el dador de luz, En el capítulo décimo cuarto de Isaías se lamenta extraordinariamente su caída del cielo, y más tarde oímos hablar de la caída de aquella gran ciudad, que se había convertido en una abominación, y se la llamaba la prostituta, habiendo ocasionado guerras, perturbaciones y desolaciones en los pueblos de la tierra.
Entonces, como suprema antítesis, se nos habla de otra ciudad, llamada la Nueva Jerusalén, que ocupa la honrada posición de novia. En esa ciudad no hay ningún río fluyente, sino un mar de cristal. También está sobre siete colinas, y está regida por otro dador de luz a quien se llama “la luz del mundo”, y esa es una ciudad de paz cuyas puertas nunca se cierran, aunque dentro está el precioso. Árbol de la Vida. Esa ciudad no es una ciudad de este mundo, sino una ciudad que ha venido de los cielos.
Para comprender esta simbología a es necesario retroceder hasta un lejano pasado, cuando el hombre naciente no había alcanzado aún el desarrollo que ha alcanzado hoy en día.
Cuando vino primeramente a esta tierra formó su cuerpo denso en la Época Polar y lo vitalizó mediante la interpenetración de un cuerpo vital en la Época Hiperbórea. En ese tiempo el hombre era semejante a los ángeles, macho-hembra, una unidad creadora por sí mismo proyectando toda su fuerza creadora: el Amor.
Más tarde se hizo necesario que el hombre desarrollara un cerebro, y con objeto de realizar esa obra se retuvo la mitad de su fuerza creadora para construir los órganos necesarios.
Desde entonces el hombre tuvo que buscar la cooperación de otro que tuviera la otra mitad de fuerza creadora aprovechable para la generación. Ahora ama egoístamente para obtener la cooperación de otro en la propagación; la otra mitad de la fuerza creadora con la cual construye su cerebro y su laringe la emplea también egoístamente para pensar, porque desea obtener el conocimiento.
Anteriormente el hombre exteriorizaba toda su fuerza creadora sin reservas, sin egoísmos.
Después de la división de la fuerza sexual el hombre se ha hecho eventualmente egoísta y, por consiguiente, por atracción se ha hecho presa de otros de igual naturaleza.
Los Ángeles fueron la humanidad del Período Lunar y desde entonces han alcanzado su actual elevado desarrollo; pero como en toda gran compañía hay rezagados, así también sucedió en el caso de los ángeles, y esa clase de seres (los rezagados) estaban detrás de los ángeles, pero más allá que nuestra humanidad. Se encontraban en un triste estado, porque ni podían seguir el actual desarrollo de los ángeles ni podían tampoco sumergirse tanto en la materia como en el hombre. Eran incapaces de pasarse sin cerebro, como los ángeles, pero al mismo tiempo no podían construirse un cerebro para ellos mismos, así que cuando la humanidad desarrolló el cerebro y la médula espinal vieron una oportunidad en la mujer que expresaba el polo negativo de la fuerza creadora, la imaginación, facultad que les permite construir el cuerpo en su matriz. Y con objeto de obtener el acceso a su conciencia esas Inteligencias se aprovecharon de una perplejidad, que entonces dominaba a la mujer, debido al ejercicio de su facultad imaginativa.
Entonces los ojos de la humanidad no se habían abierto aún; eran seres espirituales que no tenían la menor conciencia de su cuerpo físico. La mujer empezó a observar, si bien muy vagamente al principio, que ella y los otros poseían ese instrumento, y que ciertas veces algunos de sus amigos, a quienes antes percibía con ese apéndice, lo perdían, y eso la confundía. De los Ángeles no podía obtener información alguna, pero esa Inteligencia que se le apareció dentro de ella misma en la serpentina médula espinal la iluminó y “la serpiente dijo a la mujer: ¿No os dijo Dios que podíais comer de todos los árboles del Jardín?” a lo que ella contestó que se les había prohibido “comer del Árbol del Conocimiento” bajo pena de muerte. Pero la serpiente dijo: “No moriréis ciertamente,
porque Dios sabe que el día que comáis de el vuestros ojos se abrirán y seréis como dioses, conociendo el bien y el mal”. La mujer se aseguró la cooperación del hombre de acuerdo con las instrucciones de Lucifer, el dador de luz y desde entonces sus ojos se abrieron y conocieron el bien y el mal. Pero antes de ese tiempo el hombre había estado inconsciente de su cuerpo; éste se separaba de el a veces, como la hoja que cae del árbol, sin molestarlo ni perturbarlo, porque su conciencia estaba enfocada en el Mundo espiritual continuamente.
Pero los Espíritus Luciferes deseaban tener poder sobre él, un punto de apoyo en su cerebro y en su médula espinal. Entonces lo incitaron a romper el yugo de los ángeles y a tomar en sus manos la función creadora. Mediante el repetido abuso ignorante de esa facultad la conciencia del hombre se enfocó en el Mundo Físico, retirándose de los mundos espirituales. Entonces vino la muerte con su actual horrendo aspecto, porque el hombre considera esta vida terrestre como la única vida real. Cuando ésta termina penetra en una existencia de la que nada sabe y a la cual, por consiguiente, teme.
De esta manera, por haber prestado oído a Lucifer, el falso dador de luz, el hombre quedó sujeto a la tristeza, al dolor y a la muerte. Le habían robado su inocencia y su paz. El Cristo vino al mundo para salvar a la humanidad del pecado, de la tristeza y de la muerte. Por consiguiente, se llamó a sí mismo la verdadera luz, y a los otros, a los que habían venido antes, los llamó ladrones y bandidos, porque le habían robado al hombre la visión espiritual, si bien lo habían iluminado en sentido físico.

Max Heindel

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