CAPÍTULO XVII -
MÉTODO PARA ADQUIRIR EL CONOCIMIENTO DIRECTO
Los Primeros Grados
Ha llegado el tiempo de que indiquemos los medios para que cada individuo pueda investigar por sí mismo todos los hechos que estudiamos anteriormente. Como indicamos al principio, no se hacen a nadie "dones" especiales. Todos pueden saber por sí mismos las verdades relacionadas con el peregrinaje del alma, la evolución pasada y el destino futuro del mundo, sin necesitar depender de la veracidad de otro. Hay un método mediante el cual puede adquirirse esa facultad inestimable, y capacitarse para investigar esos dominios suprafísicos; un método por el cual, si se sigue persistentemente, pueden desarrollarse los poderes de un Dios.
Una sencilla ilustración puede indicar los primeros grados. El mejor mecánico no podría hacer nada sin las herramientas de su taller. La característica de todo buen artesano es que es muy escrupuloso en cuanto a las herramientas que usa, porque sabe que el trabajo depende tanto de su propio conocimiento del oficio como de las herramientas que emplee.
El Ego tiene varios instrumentos: Un cuerpo denso, un cuerpo vital, un cuerpo de deseos y una mente. Estos son sus instrumentos y de su calidad y estado depende la obra que pueda realizar para adquirir experiencia. Si los instrumentos son pobres y sin flexibilidad, habrá muy poco crecimiento espiritual y será una vida casi perdida, por lo menos en lo que concierne al espíritu.
Generalmente estimamos el "éxito" de una vida, a juzgar por la cuenta corriente que se tenga en el banco, la posición social adquirida o por la facilidad resultante de una vida sin cuidados y de un ambiente conveniente.
Cuando se mira la vida de esa manera, las cosas principales que existen permanentemente quedan olvidadas: El individuo está cegado por lo fugaz e ilusorio. La cuenta del banco parece un éxito real, olvidando el hecho de que cuando el Ego abandona su cuerpo, ya no vale para él nada ni el oro ni cualquier otro tesoro terrestre. Y puede ser que hasta tenga que responder de los medios empleados para acumular su tesoro, y sufrir terriblemente viendo a los demás gastarlo. También se olvida de que toda posición social queda perdida desde el momento en que se corta el cordón plateado. Los que antes fueron adulados, después pueden ser encarnecidos, y aun aquellos que tenían fe en la vida pueden estremecerse al solo pensamiento de gastar una hora en pensar en la muerte. Todo cuanto pertenece sólo a la vida es vanidad. Lo único de verdadero valor es aquello que podemos llevarnos con nosotros más allá del umbral de la muerte como tesoro del espíritu.
Las plantas de un invernáculo podrán parecer preciosas con sus flores tras su jaula de cristal; pero si se sacara la estufa que las calienta, se helarían y morirían, mientras que las plantas que han crecido bajo la lluvia y el Sol, bajo la calma y la tormenta, sobrevivirán al invierno y florecerán nuevamente cada año. Desde el punto de vista del alma, la felicidad y el ambiente confortable son generalmente circunstancias desgraciadas. El mimado perrito faldero está sujeto a enfermedades que el can sin hogar ni dueño, que tiene que luchar por conseguirse algún hueso, no conoce. La vida del segundo es muy dura, pero obtiene experiencias que lo tienen alerta, vivo y lleno de recursos. Su vida es rica en experiencias y recoge una gran cosecha, mientras que el mimado falderillo pierde su tiempo en una espantosa monotonía.
En el caso de un ser humano sucede también algo análogo. Debe ser muy duro el tener que luchar con la pobreza y con el hambre; pero desde el punto de vista del alma es infinitamente preferible a una vida ociosa en lujo. Cuando la fortuna no es más que un medio para pensar filantrópicamente, para ayudar a los demás hombres a perfeccionarse, puede ser una gran bendición para su poseedor; pero cuando se utiliza con propósitos egoístas y de opresión, no puede considerarse sino una terrible desgracia.
El alma está aquí para adquirir experiencia por intermedio de sus instrumentos. Esas son las herramientas que le suministra cada nacimiento, y son buenas, malas o indiferentes de acuerdo con lo que se haya aprendido en las experiencias pasadas para construirlas. Debemos trabajar con ellas tales como son, si es que queremos hacer algo ventajoso.
Si hemos despertado de la letargia corriente y estamos deseosos de progresar, naturalmente surge la pregunta ¿qué debo hacer?.
Sin buenas herramientas no puede el mecánico ejecutar ningún trabajo efectivo; similarmente, los instrumentos del Ego deben purificarse y afilarse; una vez hecho eso, podemos comenzar a trabajar para realizar nuestro propósito. Conforme va uno trabajando con esos maravillosos instrumentos, ellos mismos se mejoran con el uso apropiado y se hacen más y más eficientes para ayudarnos en nuestra obra. El objeto de esa obra es la unión con el Yo Superior.
Hay tres grados mediante los cuales conquista la obra a la naturaleza inferior, pero no se siguen completamente los unos a los otros. En cierto sentido van juntos, así que en el estado actual el primero es el que recibe mayor atención, menos el segundo, y menos aún el tercero. A su debido tiempo, cuando se haya dado completamente el primer paso, se prestará mayor atención, naturalmente, a los otros dos.
Hay tres ayudas para realizas esos tres grados. Pueden verse en el mundo externo, donde los grandes Guías de la humanidad los han colocado.
La primera ayuda es la Religión de la Raza, con la cual la humanidad puede dominar su cuerpo de deseos, preparándolo para la unión con el Espíritu Santo.
La plena oración de ésta puede verse en el Día de Pentecostés. Como el Espíritu Santo es el Dios de la Raza, todos los idiomas son expresiones de él. Esa es la razón por la cual los apóstoles, cuando estaban plenamente unidos y sumergidos en el Espíritu Santo, hablaban diferentes lenguas y podían convencer a sus oyentes. Sus cuerpos de deseos habían sido suficientemente purificados para producir la anhelada unión, y este es una vislumbre de lo que el discípulo alcanzará algún día: El poder de hablar todos los idiomas. Puede citarse como un ejemplo histórico moderno, que el conde de Saint Germain (quien era una de las últimas encarnaciones de Cristian Rosenkreuz, el fundador de nuestra sagrada Orden) hablaba todos los idiomas, así que todos aquellos a quienes él dirigía la palabra creían que era la misma nacionalidad que ellos.
El también había realizado la unión con el Espíritu Santo.
En la Epoca Hiperborea, antes de que el hombre poseyera el cuerpo de deseos, no había sino un modo universal de comunicación, y cuando el cuerpo de deseos se haya purificado suficientemente, todos los hombres podrán nuevamente comprenderse unos a otros, porque entonces la diferenciación separatista de las razas habrá pasado.
La segunda ayuda que la humanidad tiene ahora, es la Religión del Hijo: La Religión Cristiana, cuyo objeto es la unión con Cristo por la purificación y gobierno del cuerpo vital.
San Pablo se refiere a ese estado cuando dice: "Hasta que el Cristo nazca de vosotros", y exhorta a sus Seguidores como a atletas en una carrera, a desembarazarse de toda traba.
El principio fundamental para la construcción del cuerpo vital es la repetición. Las experiencias repetidas obran sobre él y crean la memoria. Los Guías de la humanidad, que deseaban prestar ayuda inconsciente por medio de ciertos ejercicios, les indicaron la oración como medio de producir pensamientos dulces y puros para que trabajaran en el cuerpo vital, y les recomendaron que "oraran sin cesar". Los burlones han preguntado insidiosamente con frecuencia por qué era necesario orar siempre, pues si Dios era Omnisciente, debería conocer todas nuestras necesidades; y si no lo es, nuestras oraciones probablemente no llegarían hasta El. No podría se Omnipotente tampoco, en este caso, y, por lo tanto, no podría contestar a las oraciones.
Muchos cristianos han creído que era malo estar importunando continuamente a Dios con sus oraciones.
Tales ideas están basadas en una mala comprensión de los hechos. El verdadero Dios es omnisciente y no necesita que nadie le recuerde nuestras necesidades; pero si oramos debidamente nos encaminamos nosotros mismos hacia El, obrando y purificando así nuestros cuerpos vitales. Si oramos debidamente... pero ahí está la gran cuestión. Estamos generalmente mucho más sumergidos en las cosas temporales que en elevarnos espiritualmente. En las iglesias se celebran reuniones especiales para pedir lluvias o para pedir el triunfo del propio ejército y armada sobre el enemigo...
Esa es la oración al Dios de la Raza, que libra las batallas de su pueblo, el que aumenta sus rebaños y llena sus graneros y cuida de sus necesidades materiales. Pero esas oraciones no siempre purifican. Surgen del cuerpo de deseos, y pueden resumirse así: "Ahora, Señor, estoy guardando todos tus mandamientos lo mejor que puedo y espero que tú harás tu parte en cambio".
Cristo dio a la humanidad una oración que, como El mismo, es única y universal. En ella hay siete oraciones distintas y separadas: Una para cada uno de los siete principios del hombre: El triple cuerpo, el triple espíritu y el eslabón de la mente. Cada oración está particularmente adaptada para provocar el progreso de aquella parte del hombre a la que se refiere.
El propósito de la oración relativa al triple cuerpo es la espiritualización de esos vehículos y la extracción de la triple alma de ellos.
Las oraciones relativas al triple espíritu preparándolo para recibir la esencia extraída: El alma triple.
La oración por la mente es para conservarla en su debida relación como lazo de unión entre lo superior y lo inferior.
La tercera ayuda que se dará a la humanidad será la Religión del Padre. Podemos escasamente comprender lo que será, salvo que su Ideal será superior aún al de la Fraternidad y que, por su intermedio, el cuerpo denso se espiritualizará.
Las Religiones del Espíritu Santo, o sea las Religiones de Raza, tuvieron por objeto la elevación de la raza humana por medio del sentimiento del reinado limitado a un grupo: Familia, tribu o nación.
El propósito de la Religión del Hijo, Cristo, es elevar aún más a la humanidad formando una Fraternidad Universal compuesto de individuos separados.
El Ideal de la Religión del Padre será la eliminación de toda separatividad, sumergiéndose en el Uno, así que no habrá ya más "yo" ni "tú", sino que todos serán uno en realidad. Pero esto no sucederá mientras habitemos la Tierra física, sino en un futuro estado en el que comprenderemos nuestra unidad con todo, teniendo cada uno acceso a todos los conocimientos adquiridos por cada individuo separado. Así como una sola faceta de un diamante tiene acceso a toda la luz que se filtra por cada una de las demás facetas, siendo una con ellas, si bien limitada por líneas que le dan cierta individualidad sin separatividad, así también el espíritu individual retendrá la memoria de sus experiencias particulares, dando a los demás también los frutos de su existencia individual.
Estos son los grados y estados a través de los cuales se guía la humanidad inconscientemente.
En las edades pasadas el Espíritu de Raza era el único que reinaba. El hombre estaba limitado por un gobierno patriarcal, en el cual no tomaba parte alguna. Pero ahora en todo el mundo, vemos inequívocas señales del derrumbe de esos antiguos gobiernos. El sistema de castas, que fue lo que constituyó el poder de Inglaterra en la India, está viniéndose abajo. En vez de continuar separado en pequeños grupos, el pueblo se está uniendo y pide al opresor que se vaya y lo deje vivir libremente bajo un gobierno por, para y del pueblo. Rusia está trastornada por las luchas internas que quieren derrumbar al gobierno autocrático y dictador. Turquía se despertó y ha dado un gran paso hacia la libertad, estamos, como los demás, luchando por ella y no estamos aún satisfechos. Vamos aprendiendo que hay otras opresiones además de las monarquías autocráticas. Vemos que aún nos resta ganar la libertad industrial. Nos encontramos aplastados bajo el yugo de los Monopolios y de la loca competencia. Vamos encaminándonos hacia la cooperación, que actualmente está practicándose por los mismos Monopolios dentro de sus propios confines para su beneficio privado. Estamos deseando ardientemente una sociedad en la cual "todos los hombres se sentarán cada uno bajo su viña y bajo su higuera, y nada los atemorizará".
Así que todos los sistemas de gobierno patriarcales están cambiando en todo el mundo. Las naciones, como tales, han tenido ya su vida y están trabajando por la Fraternidad Universal de acuerdo con los designios de nuestros Guías invisibles, que no son, por cierto, los menos poderosos en precipitar los acontecimientos, aunque no se sienten oficialmente en los consejos de las naciones.
Estos son los medios por los cuales se purifican a la larga los diferentes cuerpos de la humanidad; pero el aspirante al conocimiento superior trabaja conscientemente para alcanzar esos fines, por métodos bien definidos, de acuerdo con su constitución.
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del libro Concepto Rosacruz del Cosmos de Max Heindel
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