martes, 1 de marzo de 2016

¿Es muy posible que la astrología y la quiromancia sean verdad?



PREGUNTA Nº 153:  ¿Es muy posible que la astrología y la quiromancia sean verdad? ¿Se pueden evitar las desgracias futuras mediante las predicciones de esas dos ciencias? ¿No se interfiere esto con nuestro destino?

Respuesta: El destino que generamos bajo la ley de causación por nuestros propios actos puede dividirse en tres clases. En primer lugar, está el destino cuya misma naturaleza impide que sea expiado en esta vida actual; por ejemplo, cuando un hombre comete un asesinato, sufra o no el castigo de ello que le imponga la sociedad, no recoge el efecto de convertirse en un hombre más dulce y cariñoso, pues la prisión perpetua, por ejemplo, no produce ese resultado generalmente. Algunas veces resulta lo contrario: lo llena de amargura y lo predispone contra todos. Antes de que la Naturaleza quede satisfecha debe  aprender que no debe privar a nadie de su forma: tiene que aprender a servir. De manera, pues, que el destino no se satisfacerla hasta que llegue la oportunidad en una vida futura de  hacer un servicio de importancia a su víctima de otrora.
La segunda clase de destino la recogemos diariamente, lo pagamos al contado, por así decirlo.
Si comemos demasiado tenemos una indigestión; si vamos sin ropas suficientes sentimos frío.
La tercera clase se llama destino “maduro”. Es el resultado de nuestras acciones de las vidas pasadas o de nuestros primeros años el que ha desarrollado el efecto comprendido en las imágenes que ve el espíritu como panorama de su vida futura cuando va a renacer. Una vez que el espíritu ha elegido cierta vida con la consiguiente suma de destino maduro a liquidarse, queda limitado por su elección. Las tendencias a obrar en forma conducente al pago de ese destino maduro son inherentes al cuerpo y están descritas en los astros, porque las influencias astrales son la fuente de la actividad humana, y por consiguiente, este destino maduro puede verse en el horóscopo del nacimiento, expresado con extraordinaria claridad, de manera que es muy fácil que lo comprenda el astrólogo de mente espiritual o el quiromántico. Puede ver además otras clases de destino y algunas veces tomar las unas por las otras, equivocándose así respecto a si un suceso puede o no evitarse. Si es destino maduro será imposible evitarlo, a pesar de todas las prevenciones, como quizás lo demuestre el siguiente ejemplo:
En 1906 el autor dio algunas lecciones de astrología a Mr. L., conocido conferencista, en los Ángeles, empleando el mismo horóscopo de dicho caballero para instruirlo, lo que permitía al discípulo controlar la verdad de las interpretaciones dadas a los símbolos en lo que al pasado concernía, y le daba mayor interés que si hubiera tomado el horóscopo de un extraño. Se encontró que Mr. L. había sufrido cierto número de accidentes, señalando los días en que habían ocurrido. Otro accidente debería ocurrir en la luna nueva, el 21 de julio de 1906. Se recomendó, pues, a Mr. L. que ese día se quedara en su casa, y sobre todo el día séptimo después de ése, siendo considerado este ultimo como más peligroso. Se le dijo que corría peligro de sufrir un accidente que lo dañaría en la parte inferior de la cabeza, el cuello, pecho y brazos, debido a un viaje corto en bicicleta, coche o tranvía. Mr. L. quedó sumamente impresionado y prometió quedarse en su casa los días citados. El autor se fue al Norte y de allí le escribió recordándole los riesgos que corría. Recibió carta diciéndole que no lo olvidaba y que tendría mucho cuidado.
Las primeras noticias que tuvo el autor vinieron por intermedio de un amigo mutuo, y decíase que Mr. L. había ido a Sierra Madre para dar una conferencia el 28 de julio y había sido herido en las partes mencionadas en la predicción, debido a una colisión de vehículos.
El autor estaba muy admirado de que no hubiera seguido sus consejos y más tarde vino la contestación, en la que Mr. L. agradecía mucho las informaciones dadas, lo que le habían probado el valor de la astrología. La razón por la que sufrió el accidente fue que había olvidado la fecha. El escribía: “yo creí que el 28 era el 29”.
Este caso, según cree el autor, demuestra que el destino maduro no puede interferirse con la ley de causación y no podemos hacer nada que pueda oponerse a ésta. Hay agentes invisibles en torno nuestro que contrarrestan cualquier movimiento que hagamos para interferirnos con esa ley, y el autor cree que ellos fueron los causantes de la confusión de fechas que padeció Mr. L.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


*

3 comentarios:

  1. Buen dia disculpe mi atrevimiento.Quisiera saber si cuando un familiar cercano q trabaja en magia negra le hace daño alotro si eso es un destino maduro ya q nadie ha podido ayudar a esa persona a liberarse d ese daño. Todos lo intentan pero todo sigue igual. Esperando su amable respuesta. Atte: Susana Biassini

    ResponderEliminar
  2. Buen dia disculpe mi atrevimiento.Quisiera saber si cuando un familiar cercano q trabaja en magia negra le hace daño alotro si eso es un destino maduro ya q nadie ha podido ayudar a esa persona a liberarse d ese daño. Todos lo intentan pero todo sigue igual. Esperando su amable respuesta. Atte: Susana Biassini

    ResponderEliminar
  3. Hola Susana, buen día.
    Entiendo que Ud. pregunta por el familiar cercano que hace daños a otros a través de la m.n., y no sobre el afectado por esos procedimientos.
    En principio lo que hay que respetar es el libre albedrío de ambas personas, de quien realiza esas acciones y de quien por ignorancia u otras situaciones es perjudicado.
    Si le interesa mayor información,comuníquese a través de este correo: edgardohectorceol@yahoo.com.ar
    Es lo que que públicamente le puedo decir.
    Saludos afectuosos y Dios la Bendiga.
    Edgardo Ceol

    ResponderEliminar