SIN CALVARIO NO PUEDE HABER
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
El camino hacia el Calvario ha de pasar a través del jardín de Getsemaní,
escenario del gran conflicto con el dolor y final aceptación. Aquí tiene lugar la última
batalla si tenemos suficiente valor para Tomar nuestra Cruz del sufrimiento aceptado
expresamente para seguirle a El hasta la Resurrección a través del Calvario.
Hemos estado en el Huerto de Getsemaní clamando a oídos sordos “Que pase
esta copa” pero el terror mortal no se alejará ni la Seguridad Bendita del Cielo se
filtrará hasta nosotros mientras no elevemos nuestra consciencia para decir como El:
“No mi voluntad sino la Vuestra”.
Cuando este momento llega, avanzamos con valor para enfrentarnos
triunfalmente con cualquier prueba, con la firme convicción de que este es solo un
medio que nos encamina hacia un glorioso fin; un proceso regenerativo que nos irá
emancipando crecientemente de todos los males de que es heredera la carne; la
crucifixión de nuestra personalidad que gradualmente liberará nuestro espíritu.
Con cada prueba sentimos el Calvario; con cada victoria nos acercamos a la
Resurrección.
Por medio de vidas incontables, en los profundos misterios de nuestro ser, el
Cristo de nuestra propia divinidad, ha sido sepultado, amarrado y olvidado en
nuestro interior, mientras nos inclinamos hacia nuestros intereses materiales.
Ahora, algunos nos sentimos agobiados con las migajas poco satisfactorias de
ese modo de vivir y estamos dispuestos a Tomar la Cruz de pasadas deudas y
presentes disciplinas para crucificar nuestra personalidad y hacer que el ser
espiritual, el Cristo Interno, se eleve en Esplendor y Poder dentro de nuestras almas;
que podamos convertirnos en nuevas criaturas en El, victoriosos sobre la vida
transitoria y herederos de las ocultas riquezas del Cielo.
Solamente así podemos llegar a ser partícipes conscientes de la maravillosa
experiencia del Domingo de Resurrección; de esa gran liberación; de ese poder
espiritual avasallador que nos ilumina con su Paz.
Porque entonces nos unimos conscientemente a El, Quien nos perdona todas
nuestras iniquidades, cura todas nuestras enfermedades y brinda descanso a nuestras
almas.
QUE EL VUESTRO SEA UN DOMINGO DE RESURRECCIÓN TRIUNFANTE
En su servicio:
The Rosicrucian Fellowship
Mount Ecclesia
*
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