PREGUNTA Nº 165: Los reptiles venenosos y dañinos ¿no son creados por los pensamientos malignos del hombre, por lo menos en lo que concierne a su forma? Y, por consiguiente, ¿no sería un acto de amor matarlos para libertar así la divina chispa que existe en ellos, para que pudiera ir a ocupar una forma más elevada?
Respuesta: Ninguna de las formas animales que vemos en torno nuestro han sido creadas por el hombre. Todas esas formas, desde la más elevada hasta la más inferior, son las emanaciones de los espíritus colectivos, que son entidades espirituales pertenecientes a otra
evolución diferente de la del reino humano. Pero el hombre puede crear por medio de su pensamiento, y los pensamientos malignos, los de temor y odio, toman forma en el decurso de los siglos, cristalizándose en lo que conocemos bajo el nombre de bacilos. Los bacilos de las enfermedades infecciosas son, particularmente, la encarnación del miedo y del odio, y, por consiguiente, son vencidos mediante la fuerza opuesta: el valor. Así como un diapasón comienza a vibrar cuando se golpea otro del mismo temple, así también sucede con estos gérmenes microscópicos. Si entramos en la habitación de una persona infectada con una enfermedad contagiosa, y tenemos miedo y temblamos, atraemos infaliblemente hacia nosotros esos microbios tóxicos. Si, por otro lado, nos aproximamos al enfermo con actitud confiada, escaparemos a toda infección, especialmente si vamos guiados por el amor. Pero el amor nunca nos inducirá a matar en el sentido corriente de la palabra. Es verdad que si pudiéramos obrar directamente sobre la vida de las cosas malignas o venenosas y ayudarlas a entrar en una forma más elevada, podríamos haberles bien; pero, en primer lugar, somos incapaces de juzgar cuando la forma presente ha prestado toda su utilidad y, por lo tanto, no podemos cargar con la responsabilidad de privar a la vida que la informa de su instrumento, por más cariñosamente que se hiciera. En el único caso en que algunas veces podríamos matar por amor sería cuando un animal ha sido tan herido que no pueda recuperar su salud, y en este caso el matarlo sería poner fin a sus sufrimientos.
Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO
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