sábado, 7 de julio de 2018

Trabajadores del cerebro - Capítulo 14 - vídeo en facebook -

CAPÍTULO 14 
TRABAJADORES DEL CEREBRO 

Espero que en este momento tengas una idea de lo que es un Templo viviente y no pienses que es un lugar frío, oscuro, vacío y silencioso, sino un lugar acogedor, luminoso y bullicioso para los trabajadores ocupados que realizan sus deberes con extraordinaria habilidad y armonía. Todo el trabajo del cuerpo es hecho por células. Las células que llevan a cabo el trabajo del cerebro se llaman células nerviosas o neuronas. Hay más de tres mil millones de células nerviosas en el cerebro y la médula espinal. ¡Miles de millones de diferentes organismos que operan en un espacio no mayor que un melón! Mil millones es una cifra apenas comprensible para la mente humana! 
Hay tres mil millones de células en el cerebro y en el cordón espinal. Tres mil millones de cuerpos activos y separados en un espacio no mayor que el de un melón! solo hay 75 millones de personas en Estados Unidos y la población del mundo es de mil quinientos millonesii y hay tres mil millones de células sólo en el cerebro y los centros nerviosos, sin tener en cuenta las del resto del cuerpo. Cada una de estas células tiene espacio suficiente para vivir y trabajar sin molestar a las demás. Algunas células nerviosas son tan pequeñas que se necesitarían tres mil de ellas, todas alineadas, para alcanzar una longitud de dos centímetros y medio. Otras son mucho más grandes y unas pocas serían suficientes para llegar a una pulgada. 
Mira la cabeza de tu hermana pequeña. Sabemos que el cerebro de esa niña o de cualquier otro niño pequeño, contiene muchas células nerviosas tanto como tiene el mío, el tuyo o el de cualquier otra persona adulta. Cada célula nerviosa con la que tendrás relaciones en el futuro, está en tu cabeza generada desde el nacimiento. Nadie puede producir nuevas células nerviosasiii. Sin embargo, hay muchas cosas que pueden dañarlas, por ejemplo, fumar. 
Si quieres debilitar a miles de pequeñas células ocupadas trabajando en tu cerebro, es suficiente, fumar, masticar tabaco o beber whisky o alcohol. No hay una manera más segura de dañar la mente y el cerebro, o para hacer que una persona sea débil e inútil, que la de dañar a esos fieles y pequeños trabajadores que trabajan sin parar, tanto de día como de noche, para cultivar el Templo viviente. 
Te puedes preguntar: ¿cómo es posible que un niño recién nacido pueda tener tantas células cerebrales como las que hay dentro de tu propia cabeza que posee dimensiones mucho más grandes? La razón radica en que las células del cerebro, al igual que los niños, crecen a medida que uno crece. Como los niños, ellas también se vuelven más grandes y fuertes con el ejercicio. Algunas células del cerebro pueden crecer hasta diez mil veces lo que eran al principio. 
Si pudieras ver el cerebro y ver las células pequeñas en su trabajo, tendrías una visión muy extraña ya que estos pequeños cuerpos nerviosos tienen una forma muy particular y se comportan de manera sorprendente. Algunos de los trabajadores en el cerebro se ven como arañas con muchas patas y se llaman células de araña. Otras neuronas se parecen a una cometa de cola larga o a raíces con un cuerpo grande, conuna parte superior gruesa y una raíz central larga. Varias tienen la forma de una estrella, otras son triangulares y otras tienen una forma irregular. 
Algunas células nerviosas tienen tantas ramas que hacen pensar en un árbol frondoso. ¡Imagina arañas, milanos, nabos, estrellas, triángulos y ramas de un árbol, todos juntos en tu cabeza trabajando duro, llevando mensajes, de ida y vuelta, entre tu Sancta Sanctorum y cualquier otra parte del Templo! 
Cada célula se separa de las otras por una fina capa de líquido en la que permanece constantemente inmersa. Por lo tanto, se podría decir que uno piensa bajo el agua. ¿Te das cuenta, entonces, que los pequeños trabajadores del cerebro están constantemente sumergidos en agua, mientras trabajan y hasta cuándo descansan? El líquido que los baña constantemente, también les proporciona comida que viene de la sangre. Las células cerebrales pequeñas, como otros trabajadores, tienen brazos y piernas. Algunas tienen dos o tres e incluso más. Estas partes se extienden en todas direcciones. Son como ramas similares a las de los árboles y se llaman dendritas. Cuando la célula tiene un mensaje que entregar, la rama se ramifica y toca la rama de otra célula. 
Por otra parte, el cerebro trabajador también tiene una cola. La cola de la célula cerebral o su cilindro axial, es un hilo de plata blanco muy delicado que pasa del cuerpo de la célula en la sustancia del cerebro o, a veces, se extiende en la médula espinal. Algunas extensiones axiales son muy largas, mientras que otras son muy cortas. Tales cables de plata, o colas, de las células cerebrales son fibras nerviosas. Cada célula tiene uno de estos hilos finos que lo conecta con el cordón más grueso de un tronco nervioso. Por lo tanto, dichos cables representan a los cables finos de telégrafo que llevan mensajes de una célula a otra. ¡Imagina que la cola de tu perro es un cable del telégrafo! Si tiras de la cola del perro, seguro te ladra. De la misma manera, si tocas el cable de plata de una célula nerviosa, el mensaje se envía a tu Sancta Sanctorum. 
Cada hebra, o fibra nerviosa, está cubierta con una capa de grasa para evitar que los mensajes pasen de un nervio a otro. Si esto sucediera, el cerebro se hallaría en un constante estado de confusión, mucho peor que el causado en una oficina de comunicaciones cuando las líneas telefónicas se superponen. Los pequeños trabajadores en el cerebro usan un traje gris. Si los miras a través del microscopio, puedes ver que sus extremidades son muy irregulares y casi parecen estar anudados. 
En general, los pequeños trabajadores en el cerebro son muy extraños. La mayoría de ellos vive y trabaja en la superficie más externa del cerebro llamado corteza. Corteza significa cáscara, por lo tanto, los trabajadores del cerebro viven en ella. La corteza o capa de células grises tiene un grosor que varía de cuatro a ocho milímetros. Por ello, a la corteza cerebral también se la denomina ‘materia gris’ del cerebro. 
La sustancia blanca está ubicada dentro de esta capa de materia gris y se compone de millones de ‘colas axiales’ o fibras nerviosas que pertenecen a las células grises. Donde la materia gris se hunde, creando cavidades similares a las encontradas en la corteza del nogal, la corteza es más gruesa que en los bordes. Si la materia gris fuera aplastada como un mantel, tendría una superficie mayor a un metro cuadrado: una masa considerable de “pensamiento” es, por tanto, colocado en tu cabeza.
Cuanto más se desarrolla el cerebro, más gruesa se vuelve la materia gris. Cuánto mejor utilizas las células cerebrales, más grandes, fuertes y rápidas se vuelven. Cuando más cosas se estudian y con más profundidad, muchas más células se ponen a trabajar y luego se ejercitan. Cualquier cosa nueva que piensas, dices o haces requiere el trabajo de nuevos grupos de células.
del libro
La Historia de Un Templo Viviente 
UN ESTUDIO DEL CUERPO HUMANO 
FREDERICK M. ROSSITER, B S., M.D. Y MARY HENRY ROSSITER, A.M.
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