lunes, 16 de mayo de 2016

La puerta de la vida y de la muerte



LA PUERTA DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

Así, pues, el Zodíaco y los planetas son como un libro en el cual nosotros podemos leer la historia de la Humanidad durante los estados pasados y también nos da una clave para el futuro que está por delante de nosotros. En el Zodíaco famoso del templo de Dendera, Cáncer no está representado como lo hacemos en los días modernos. Allí es como un escarabajo. Este escarabajo fue el emblema del alma para ellos y Cáncer ha sido siempre conocido en tiempos antiguos, así como entre los místicos modernos, como la esfera del alma, la puerta de la Vida en el Zodíaco, desde donde los espíritus que vienen a renacer entran en nuestra condición sublunar. Está, por lo tanto, gobernado muy apropiadamente por la Luna, la cual es el planeta de la fecundación, y es notable que veamos a Capricornio, que es su opuesto, estar regido por Saturno, el planeta de la muerte
y del caos, el cual está místicamente dibujado como “el recolector con su guadaña y su reloj de arena en la mano”.
Estos dos signos opuestos son, por lo tanto, los puntos sobre los que gira la carrera del alma. Cáncer y Capricornio, respectivamente, marcan el ascenso más elevado del Sol en el hemisferio del Norte y su inferior descenso en el hemisferio del Sur. Observamos que durante el verano, cuando el Sol está en la esfera de Cáncer y signos aliados, la fecundación y el crecimiento están a la orden del día.
Pero cuando el Sol está en el Sur, en Capricornio, tenemos el invierno, época en que la naturaleza está muerta. Los frutos del verano se consumen entonces y se asimilan por nosotros. Como la danza circular del Sol entre los doce signos determina las estaciones del año cuando lo vemos “directo”, produciendo la germinación de miríadas de semillas enterradas en la tierra, así como el apareamiento de la fauna, que entonces hace al mundo mucho más alegre con las vistas y sonidos de la vida en manifestación, y en la otra ocasión deja al mundo
mudo, confuso y abatido con la tristeza del invierno bajo el dominio de Saturno, así también por el movimiento más lento y hacia atrás conocido como la precesión de los equinoccios, es lo que hace que se produzca el gran cambio que se conoce como Evolución. En efecto, esta medida de precesión del Sol marca el nacimiento y la muerte de las razas, de las naciones y de sus religiones, pues el Zodíaco y sus signos son la representación simbólica de nuestro pasado, presente y futuro desarrollo.

del libro "El Mensaje de la Estrellas", 
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel


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