domingo, 15 de mayo de 2016

Experiencia de un suicida encadenado a la Tierra (De una carta dirigida a Max Heindel, desde Puerto Rico)



PREGUNTA Nº 11:
  EXPERIENCIA DE UN SUICIDA ENCADENADO A LA TIERRA
(De una carta dirigida a Max Heindel, desde Puerto Rico)

¿Se acuerda usted de Outram Court, que en un tiempo fue estudiante suyo y que se suicidó?
Pues bien, he dejado últimamente de pensar totalmente en él, porque suponía que por ahora estaba ya seguro de su propio lugar. Pero uno de mis peones me acaba de informar que acudió a una sesión espirita hace algunas noches, y que Outram Court se presentó. Para probar su identidad insistió en hablar en inglés aunque hablaba también español igualmente bien, y como ninguno de los allí presentes entendía inglés, hubo un retardo hasta que encontraron un espíritu que hablaba ambos idiomas. Outram dijo que todavía vivía en mi vecindad, donde se suicidó; que sufría torturas por el hambre, y que quería que ellos le dieran alimentos. Más tarde, en la entrevista, cambió hablando español.
Ahora, no sé que hacer. Lo peor del caso es que no puedo recordar nada de lo que pasa en mi sueño. ¡Y deseo tanto recordarlo! ¿Qué puedo hacer?

Respuesta: Esta pregunta abre el vasto tema del tránsito anormal al más allá, ya sea por accidente o intencionalmente, junto con los sentimientos experimentados por gente que de esa manera ha cruzado el portal de la muerte, y sus comunicaciones a través de médium; también al hecho curioso de que muchos de los que llamamos muertos no tienen conciencia de haber perdido su cuerpo físico.
Para aclararlo, precisamos primero indicar algunas de las realidades salientes que se relacionan con el hombre y el mundo en que vivimos. La observación diaria, lo mismo que la investigación científica, prueban que la materia existe y se mueve en estados que no podemos ver. El agua es evaporada por el calor del sol y de nuevo condensada en forma de lluvia; el éter es tan necesario para transmitir la luz y la electricidad, como lo es el aire para la transmisión del sonido. El viento invisible, que es aire en movimiento, es tan ciertamente una fuerza cósmica como la electricidad que se mueve en la región aun más sutil del éter. En fin, nos encontramos rodeados por un mundo invisible de fuerza y materia, tan real, o mucho más, que el mundo que conocemos con nuestros sentidos físicos.
Y cuando comemos las sustancias de este tosco mundo denso para sustentar nuestros vehículos visibles, asimilamos una cierta cantidad de materia que pertenece a los mundos sutiles invisibles, que forma un vestido para el Espíritu cuando ha dejado caer el cordón mortal. "El viento de donde quiere sopla y oyes su sonido; más ni sabes de dónde viene, ni adónde va: así es todo aquél que ha nacido del Espíritu".
Bajo las condiciones normales, la salida del Espíritu de su cuerpo envejecido es como el desprendimiento de la semilla de una fruta madura. Pero cuando el Espíritu corta el cordón antes del tiempo señalado para la cosecha de la muerte, el vehículo espiritual no ha madurado no puede ascender a los reinos superiores; ronda cerca de los lugares que frecuentaba, tan hambriento de más alimentos físicos como la semilla extraída por la fuerza, de la fruta no madura. Por la naturaleza de las cosas, esto no puede ser gratificado, y por consiguiente un  hambre intenso no satisfecha, causa al suicida la más atroz tortura. Algunas veces obtiene un temporal alivio inhalando las emanaciones de platos muy condimentados.
Más aún, así como la pulpa se adhiere a la semilla cuando por fuerza se trata de desprendería de una fruta no madura, igualmente algo de los éteres inferiores y también los gases del cuerpo que se ha matado, se aferran a los vehículos superiores del suicida con el resultado de que es muy material, y susceptible a las sugerencias sensuales y groseras de un modo y medida no sentidas por la humanidad encarnada. Si su naturaleza es tal que pudiera divertirse y gozar con tales cosas, puede aquí revolcarse en el cieno más profundo del más negro infierno, con muy serio daño para su condición espiritual. Pero si le desagrada lo tosco, y sensual, la atmósfera de bestialidad en la que el suicida se encuentra, sacudirá su sensibilidad en proporción a su refinamiento; como varios lo han dicho al autor, el infierno ortodoxo con su diablo sería una moderada forma de divertirse comparado con esto. Algunos describen el dolor que hemos comparado a una hambre insatisfecha con un dolor de muelas mordente y palpitante, con la diferencia de que el dolor es sentido en todo el cuerpo en vez de estar confinado a la región dental.
La experiencia de Outram Court confirma las anteriores enseñanzas de los Rosacruces. El todavía está atado a la tierra, en la misma casa donde anteriormente vivió, y evidentemente su cuerpo de deseos permanece muy denso, tanto, que algunas veces no puede comprender que ha muerto porque ve claramente el mundo físico y la gente en él; probablemente se sienta a la mesa de ellos y se esfuerza en participar de sus comidas, o cuando menos alimentarse de sus emanaciones. Tampoco es de extrañar que frecuente las sesiones espiritas de los peones, pues esta gente se encuentra en un estado bajo de desarrollo, es muy sensual, y practica, sin darse cuenta de ello, muchísima magia negra bajo la apariencia de "comunicación con espíritus".
Hay dos maneras de ayudar a tal Ego: una es por comunicación directa con él en la noche, razonando con él y demostrándole que está haciendo una vara con su actitud, con la que seguramente será castigado en el futuro; que debe tratar de soportar pacientemente el dolor hasta que el arquetipo se desplome en el tiempo en el que normalmente habría debido morir.
Esto puede o no tener éxito, pero vale la pena intentarlo. Si el que escribió la carta estuviera consciente de lo que le sucede en la noche podría ir y tratar el asunto con Outram Court como lo hubiera hecho si ambos estuvieren en el Mundo Físico; pero sin embargo él no está fuera de la posibilidad de ayudarlo aun careciendo de esta conciencia. Es la voluntad la que tanto allí como aquí determina nuestras acciones, y si mantiene su pensamiento intencionalmente en la obra que desea hacer, antes de dormirse, preparándose con argumentos, centralizando su ser por completo en ayudar a Outram Court, este último pensamiento antes de dormirse será el primero también al despertar en el Mundo Invisible en donde los durmientes y los muertos se encuentran y conversan. Este pensamiento entonces se convierte en una especie de "idea fija" que seguirá durante la noche excluyendo todo otro pensamiento o deseo, y el resultado está destinado a ser beneficioso.
El otro método, para aquellos que no están entrenados en la concentración, es la oración. Este es un buen método de ayuda para casos tales como el que nos ocupa, pues la actitud de la oración frecuentemente actúa como una guía para la persona a quien se trata de ayudar, y cambia su estado mental lo que lo hace progresar espiritualmente. Los pensamientos -Forma de la oración- toman el lugar del Auxiliar Invisible; pero son mucho más fácilmente abandonados, y por consiguiente no tan eficiente, ni tampoco pueden enfrentarse a cualquier argumento.
Siempre aconsejamos una combinación de estos dos métodos para el que no tiene entrenamiento. Ore por aquellos a quienes quiere ayudar, ya sea que estén en el cuerpo o fuera de él (vivos o muertos). Piense todo lo que quisiera decirles inmediatamente antes de dormirse. Cuando los encuentre en "la Tierra de los Sueños, si no se tiene conciencia todavía y no puede alegar o argüir, sus sentimientos en el asunto harán por lo menos cierta impresión, y si se mantienen por algún tiempo, el efecto será ciertamente notorio.
Nuestro amigo dice en su carta que la madre de Outram Court no sabe que él ya murió. Nadie que haya perdido su cuerpo denso piensa de sí como “muerto”, en realidad, los llamados "muertos" se sienten con más vida que nosotros. Cuando fallecen normalmente no conocen ni enfermedad ni dolor, y por consiguiente no puede esperarse que tengan nuestro punto de vista, ya que nosotros pensamos del cuerpo denso como si fuera el hombre, cuando es solamente un traje que nos ponemos y gastamos. Su conciencia está concentrada enteramente en sus cuerpos espirituales, sin nada que les recuerde la abandonada vestidura densa. Inversamente, el suicida se da cuenta a cada momento de la sensación de hambre que tiene ocasionada por el intento del arquetipo de atraer materia física hacia sí, y su sentimiento de que no está muerto, surge de una muy diferente raíz de la idea similar de la generalidad de la gente que ahora está viviendo en el mundo invisible.

del libro "Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas" 
Tomo Segundo de Max Heindel


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1 comentario:

  1. CUANDO EL FALLECIMIENTO NO ES POR SUICIDIO, EL ARQUETIPO DEL CUERPO DENSO, QUE SE ENCUENTRA EN EL MUNDO DEL PENSAMIENTO, YA CONSUMIÓ TODA LA FUERZA CON QUE SUSTENTABA A ESE CUERPO.
    PERO QUIEN SE SUICIDA TIENE QUE PADECER EL DOLOROSO INTENTO DE LA FUERZA DEL ARQUETIPO INTENTANDO INFRUCTUOSAMENTE RECONSTITUIR ESE CUERPO HASTA QUE ESTA SE CONSUMA Y ADEMÁS, EN SU VIDA SIGUIENTE TENDRÁ QUE ENFRENTAR NUEVAMENTE LAS SITUACIONES DE LAS QUE QUISO ESCAPAR CON EL SUICIDIO, PORQUE ESAS SITUACIONES SON EL RESULTADO DE SU PROPIA CREACIÓN.
    EN VIDAS PASADAS, TODOS GENERAMOS CON LAS ACTITUDES QUE DIRIGIMOS NUESTROS ACTOS, LAS CONDICIONES QUE DEBEMOS VIVIR, PARA QUE NUESTRO VERDADERO SER ESPIRITUAL APRENDA POR LA VÍA DE LOS HECHOS QUE TODO LO QUE HACEMOS, A SU TIEMPO VUELVE A NOSOTROS Y QUE PARA LIBRARNOS GENUINAMENETE DE ESAS CARGAS, DEBEMOS LLEVARLAS CON ENTEREZA Y PERSISTENCIA EL TIEMPO QUE NOS TOQUE, SIN SUCUMBIR.

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