CAPÍTULO 8: QUE SE HA DE EVITAR LA MUCHA FAMILIARIDAD
1. No descubras tu corazón a cualquiera (Eccl., 8, 22), mas comunica tus cosas con el sabio y temeroso de Dios.
Con los jóvenes y extraños conversa poco. Con los ricos no seas lisonjero, ni estés de buena gana delante de los grandes. Acompáñate con los humildes y sencillos y con los devotos y bien acostumbrados, y trata con ellos cosas de edificación: No tengas familiaridad con ninguna mujer mas en general encomienda a Dios todas las buenas.
Desea ser familiar a sólo Dios y a sus ángeles, y huye de ser conocido de los hombres.
2. Justo es tener caridad con todos; pero no conviene la familiaridad. Algunas veces sucede que la persona no conocida resplandece por la buena fama; pero su presencia suele parecer mucho menos. Pensamos algunas veces agradar a los otros con nuestra conversación; y más los ofendemos porque ven en nosotros costumbres menos ordenadas.
del libro "Imitación de Cristo", de Tomás de Kempis
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