viernes, 16 de diciembre de 2016

El sendero del logro, el conocimiento directo y la visión espiritual


Lección XIII
EL SENDERO DEL LOGRO, EL CONOCIMIENTO
DIRECTO Y LA VISIÓN ESPIRITUAL

El sendero del logro, es el sendero en el cual desarrollamos nuestra visión espiritual y nuestros poderes espirituales. De la visión espiritual se habla muchas veces como del sexto sentido. La humanidad vulgar no tiene más que cinco sentidos; pero todos tenemos el sexto sentido latente, y algunos de la vanguardia lo tienen desarrollado. Hubo un tiempo en que teníamos sólo cuatro sentidos totalmente desarrollados; otro tiempo, aún más lejano, cuando poseíamos sólo tres, etc. En el período, por ejemplo, en que teníamos sólo cuatro sentidos activos, había seguramente personas que decían que era imposible el tener un quinto sentido y que los visionarios que hablaban de un quinto sentido, se engañaban a ellos mismos. La historia se repite.

Hoy la humanidad corriente tiene cinco sentidos, pero algunas personas indican la existencia de un sexto, y los demás las miran como equivocados. Cuando estos individuos adelantados hablan de visiones y poderes de los cuales no nos damos cuenta con nuestros cinco sentidos, hay siempre algunos que dicen que son el producto de la imaginación. Pero nos consta que no es así. Sabemos que estas regiones y poderes superiores existen.

La primera evidencia del desarrollo del sexto sentido, consiste en la capacidad de sentir las vibraciones de los planos más allá del físico. Cuando hemos llegado a sentir estas vibraciones, aunque nuestro sexto sentido no esté desarrollado activamente, nos damos cuenta del hecho de que estos planos superiores existen y también percibimos la verdad en aquellos sistemas filosóficos que los describen. En este caso están la mayoría de los estudiantes de la filosofía esotérica. El solo hecho de que son estudiantes de esta filosofía y que son capaces de sentir la verdad contenida en ella, prueba que ya están más o menos sensitivos a las vibraciones superfísicas.

El sexto sentido o la visión espiritual por la cual obtenemos un conocimiento directo de los planos superiores, es triple. El grado más bajo es la visión etérea, por la cual percibimos el mundo etéreo con las entidades etéreas en él, tales como los espíritus de la naturaleza. Por medio de la visión etérea podemos mirar a través de cualquiera de sus partes. Esto se aplica a todas las sustancias exceptuando el vidrio. El vidrio no es conductor de la electricidad. Este hecho sugiere una conexión interesante entre los éteres, la visión etérea, y la electricidad, la cual vamos a dejar a la meditación de nuestros estudiantes, esperando sacarán provecho de ella.

El segundo grado de visión espiritual es la clarividencia del mundo del deseo.

Por medio de esta visión percibimos el mundo del deseo y los cuerpos de deseo de las entidades que viven allí. En la clarividencia, un objeto aparece extendido delante de nuestra mirada, de modo qué vemos la totalidad del objeto de un solo golpe de vista. La clarividencia, es otro método de entrar en contacto con el mundo del deseo, capacitándonos para escuchar las voces espirituales de aquellos que viven allí y comprender su misterioso lenguaje.

El tercer grado de visión espiritual es aquel por el cual percibimos las realidades espirituales en el mundo del pensamiento. Aquí entramos en contacto con los arquetipos de todas las cosas existentes. Estos arquetipos, siendo entidades vivas, nos hablan y nos instruyen sobre ellos mismos. Es difícil poner en orden lógico los conocimientos que obtenemos de este modo, porque los percibimos como una totalidad y no como presentados en partes distintas, como en el caso de nuestra visión física.

La visión psíquica puede ser positiva o negativa; siendo la forma positiva aquella que ha de desarrollar el estudiante de una escuela oculta positiva. El desarrollo se opera por el despertar de la glándula pineal y del cuerpo pituitario, y además, por la conservación de la fuerza creativa sexual y por su encauce hacia arriba. Por ciertos ejercicios al mismo tiempo, el cuerpo pituitario se pone en vibración de tal modo, que desvía las líneas de las fuerzas sexuales ascendentes, haciéndolas pasar por el cuerpo pituitario y la glándula pineal, formando así un puente entre los dos. De esta manera se obtiene la visión espiritual positiva, que está bajo el control de la voluntad. Si se trata de un oculista, la mayor parte de la corriente de fuerza sexual fluye hacia arriba por el canal espinal y la laringe al cerebro, y desde allí hacia abajo; al corazón. El ocultista desarrolla la parte intelectual de su naturaleza, en mayor proporción que la parte devocional. En él caso del místico, la mayor parte de la corriente fluye hacia arriba por la vía del corazón y de la laringe antes de llegar al cerebro. El místico desarrolla el corazón o la parte devocional de la naturaleza en mayor grado que la parte intelectual.

Ambas formas pertenecen al desarrollo espiritual positivo y aumentan la visión espiritual.

El sendero negativo del desarrollo es el del médium, que se desarrolla por medio del plexus solar y del sistema nervioso simpático, en vez de hacerlo por el cerebro y sistema cerebro-espinal. La visión espiritual del médium no está bajo su control, ni sujeta a su voluntad, y así resulta una visión muy defectuosa. Además, no se retiene durante vidas futuras, mientras que la visión espiritual positiva, obtenida por el verdadero ocultista o místico se retiene para siempre.

El ocultista y el místico, cada uno a su vez, tienen que obtener el desarrollo del otro, es decir, que la parte corazón y la parte cabeza de la naturaleza, tienen que alcanzar paralelamente un desarrolló igual.

El estado de médium ha de ser muchas veces sufrido por el aspirante en su camino hacia el desarrollo de la visión espiritual positiva. Sin embargo; no deberíamos cultivar nunca el estado del médium, y no es de ningún modo necesario pasar por él.

La visión espiritual y los poderes ocultos se pueden desarrollar de un modo seguro solamente en relación con una vida de servicio en favor de la humanidad. Si desarrollamos estos poderes por cualquier otro motivo que no sea el de la colaboración con el gran plan de la evolución, estamos en peligro. Si nuestro motivo de desarrollo es el deseo egoísta de obtener poderes para favorecer exclusivamente nuestros propios propósitos y nuestras ventajas individuales, entonces abrimos nuestra “aura” a entidades malas, que nos servirán temporalmente para obtener los poderes que deseemos, pero luego seremos nosotros los que tendremos que servirles a ellas. Y ellas exigirán el pago de la deuda hasta el extremo, y pagando la deuda el aspirante está muchas veces arrastrado hacia abajo, a los abismos de la degradación.

del libro Temas Rosacruces UNO
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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