lunes, 12 de diciembre de 2016

Los reinos de bienaventuranza


LECCIÓN IX
LOS REINOS DE BIENAVENTURANZA

Habiendo repasado las experiencias encontradas en las regiones inferiores, ahora vamos a considerar los así llamados reinos de bienaventuranza, es decir, los distintos mundos celestiales. Pero debemos rechazar en absoluto la idea de que la única función de estas más altas regiones sea procurarnos la bienaventuranza. Esta última no es más que uno de los productos de la vida que allí se hace. Las más importantes funciones de estas regiones son de asimilación y educación. Primeramente asimilamos y sentamos en el campo de la conciencia la cualidad espiritual de las buenas acciones que hemos cumplido durante la vida terrestre. Esto nos da la facultad de sentir correctamente, cuya facultad nos acompañará en las vidas futuras como un incentivo para obrar bien. En segundo lugar se nos educa allí en los procesos más elevados de la construcción de cuerpos.

El primer cielo, aquel al cual llega el ego después del purgatorio, está situado en las tres regiones superiores del mundo del deseo. Éste es el mundo del color y de la emoción. Aquí el panorama de la vida se desarrolla otra vez, pero ahora nos procura alegría en vez de sufrimiento. Ahora sentimos toda la felicidad que hemos causado a los demás en la vida anterior, y la gratitud que ellos sintieron. También sentimos alegría por las cualidades espirituales de los actos constructivos que hemos realizado. Así aprendemos la lección de que el bien y la verdad traen una suprema recompensa. Aquí realiza el ego también la fruición de todos los deseos constructivos que ha tenido durante la vida terrestre y que no han sido atendidos. Aquí igualmente puede disfrutar del arte y de la poesía si lleva dentro de sí mismo las cualidades que la relacionan con ellas. El carácter no tiene aquí ya ningún valor, pero el altruismo y la benevolencia reciben su recompensa. Además se desarrollan los planes gracias a los cuales la persona puede en vidas sucesivas aumentar aún sus actividades humanitarias. Los estudiosos tendrán a su disposición facultades ilimitadas para el estudio de ciencias y artes. El artista tiene facilidades sin cuento para el desarrollo de sus conceptos artísticos. Los colores con los cuales trabaja, son colores vivientes, y los aplica con sólo su pensamiento.

En el primer cielo los niños lo pasan muy bien, es decir, los que mueren a la edad de menos de catorce años, antes de haberse formado su cuerpo de deseo. Están organizados en clases, se les da instrucción sistemática en los principios espirituales del bien vivir, para que, cuando vuelvan a la Tierra, estén muy adelantados en este sentido. A muchos espíritus débiles se les hace morir jóvenes para que reciban este entrenamiento, por el cual tienen asegurado mejor éxito en las vidas futuras.

Después de haber agotado todas las experiencias de la vida pasada que estaban en relación con los deseos y las emociones, el ego echa fuera su cuerpo de deseo y entra al segundo cielo, que está situado en la región de los pensamientos concretos y que es el mundo de los sonidos. Música de carácter sublime constituye una de las especiales delicias de esta región. El segundo cielo es el verdadero hogar del ego. Aquí permanece generalmente durante varios siglos, llevando una existencia muy activa. Ésta es la región de los arquetipos. Nada puede existir en la Tierra, desde los cuerpos físicos hasta los límites físicos de un continente, a menos que su arquetipo haya sido formado en esta región. Aquí el ego recibe una enseñanza muy detallada respecto de la formación de los arquetipos. También examina los arquetipos de los proyectos y estructuras de los cuales se ocupó durante la vida y descubre dónde eran buenos y dónde eran defectuosos; así descubre por qué fracasó en la realización de ciertos propósitos en la vida anterior.

Una parte importante del trabajo en esta región consiste en la preparación de arquetipos para los vehículos de la próxima vida terrestre. Generalmente no se le permite al ego el habitar un cuerpo mejor de lo que él mismo es capaz de construir, y aquí el ego toma un curso universitario en este procedimiento. También se ocupa en transmitir la quinta esencia de sus cuerpos desechados, al triple espíritu, para que sirva en lo futuro como poder y percepción espiritual. En las últimas fases de este período el ego disuelve su mente en la esencia que nutre o forma al triple espíritu, y entonces está preparado para volar a regiones todavía más altas.

El mundo donde el ego entra ahora es llamado tercer cielo, situado en la región de los pensamientos abstractos. El triple espíritu se halla entonces desnudo, habiendo dejado atrás sus cuatro vehículos inferiores, pero reteniendo los átomos-simientes de cada uno para que le sirvan en lo futuro en la formación de nuevos vehículos. Para el individuo del vulgo, en nuestro estado de evolución, el tercer cielo no es un sitio de actividad, porque sus vibraciones son demasiado superiores a él. Lo que el ego en general puede hacer aquí es descansar, flotando en la divina armonía que llena esta región y obteniendo las fuerzas necesaria: para volver a la reencarnación. Cuando haya asimilado así suficiente fuerza espiritual, el ego nota el deseo de nuevas experiencias; y se encamina hacia la reencarnación.

El procedimiento de la retrospección nocturna es una gran ayuda para el ego en relación con esta fase de la existencia después de la muerte, porque por medio de la retrospección, cada noche, la vida del primer cielo se puede vivir en la tierra, dejando al ego libre de encaminarse hacia regiones aún más elevadas después de la muerte física.

Gracias a esta práctica el ego esta preparado para adelantar mucho más de lo que sería posible de otro modo en su educación espiritual en estas altas regiones, y también está capacitado, en el plan de evolución, para volver a la tierra en fecha más próxima para su en misión de servicio. Deberíamos empezar examinando en orden inverso todos los actos del día por los cuales hemos ayudado a otros o contribuido en algo a su felicidad.

Deberíamos tratar de sentir la felicidad y gratitud que ellos experimentaron y también de darnos cuenta de la cualidad espiritual de nuestras buenas acciones. Este procedimiento se recomienda muy seriamente a los estudiantes esotéricos, que desean hacer progresos rápidos.

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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