domingo, 25 de diciembre de 2016

De las fuerzas de los distintos períodos


Capítulo IV
LAS FUERZAS DE LOS DISTINTOS PERÍODOS

Durante el Período Lunar, el contacto de la esfera caliente con el frío del Espacio generó humedad y entonces comenzó la batalla de los elementos con toda su fuerza. La Esfera de Fuego trataba de evaporar la humedad y expulsarla hacia el exterior, creando un vacío dentro del cual pudiera mantener su integridad y arder imperturbablemente.

Pero no hay ni puede haber vacío alguno en la Naturaleza y así la corriente de vapor que brotaba hacia el exterior se condensaba a cierta distancia de la Esfera Ardiente y era nuevamente impulsada hacia adentro por el frío del Espacio, para ser nuevamente evaporada y repelida hacia afuera en un ciclo incesante durante edades y edades como un volante o rehilete entre las distintas jerarquías de Espíritus que componen los varios Reinos de la Vida, representados en la Esfera Ígnea y en el Espacio Cósmico, que es una expresión del Espíritu Homogéneo Absoluto. Los Espíritus del Fuego están luchando activamente para lograr la expansión de la conciencia. Pero el Absoluto reposa, envuelto siempre en la invisible vestidura del Espacio Cósmico. En “Él” existen latentes todos los poderes y las posibilidades, y Él trata de desanimar y reprimir toda tentativa de gastar los poderes latentes como energía dinámica requerida para la Evolución de nuestro Sistema Solar. El Agua es el agente que Él emplea para apagar el fuego de los espíritus activos. La zona entre el Centro Ardiente de la Esfera separada de los Espíritus y el Punto en que su atmósfera individual choca contra el Espacio Cósmico, es el campo de batalla de los espíritus evolucionantes en diversos grados de desarrollo.

Los Ángeles actuales eran humanos en el Período Lunar y el Jefe de sus Iniciados era el Espíritu Santo (Jehovah)( 5 )

(5) Pronunciación aproximada: Yejová. (N. del T.)

Y así como nuestra actual humanidad y otros Reinos de la Vida que se encuentran en la Tierra, son afectados diversamente por los elementos presentes, de tal manera que unos prefieren el calor y otros el frío, unos prefieren la humedad y otros requieren la sequedad; así también, en el Período Lunar entre los Ángeles, unos tenían afinidad por el agua y otros la aborrecían y preferían el Fuego.

Desde el punto de vista cósmico observamos que el Templo de Salomón es el Sistema Solar y que Hiram Abiff, el Gran Maestre, es el Sol que pasa en torno de los doce signos del Zodíaco, representando el místico drama de la Leyenda Masónica. En el Equinoccio Vernal, el Sol abandona el signo acuoso de Piscis, que es también femenino y dócil, para entrar en el signo ígneo de Aries, beligerante, marcial y enérgico, el Carnero o el Cordero, donde el Sol se encuentra exaltado en su poder. Él llena el Universo con su fuego creador, que absorben inmediatamente los innumerables billones de espíritus de la Naturaleza, los que forman con ese fuego el Templo del próximo año en bosques y pantanos. Las fuerzas de la fecundación aplicada a las innumerables simientes que duermen en la Tierra las hacen germinar y llenar la Tierra con lujurienta vegetación, mientras que otros grupos de espíritus de la Naturaleza dirigen la unión de los animales y de las aves a su cargo, para que se multipliquen y acrecienten suficientemente para mantener la fauna del planeta en cantidad normal.

La Conciencia Objetiva mediante la cual obtenemos el conocimiento del mundo externo depende de lo que percibimos a través de los sentidos. A esto lo llamamos real en contraparte con nuestros pensamientos e ideas, que llegan a nosotros a través de nuestra conciencia interna. Su realidad no es tan aparente para nosotros como un libro, una mesa u otro objeto visible o tangible que haya en el espacio. Los pensamientos e ideas parecen nebulosos e irreales, lo que nos hace hablar de “un mero pensamiento”, o una “simple idea”.

Las ideas y pensamientos de hoy tienen, sin embargo, toda una evolución ante ellas: están destinados a convertirse en cosas reales, claras y tangibles, como cualquiera de los objetos que percibimos en el Mundo Externo y que ahora podemos percibir mediante los sentidos físicos. Actualmente, cuando pensamos en una cosa o color que nos presenta la memoria a nuestra conciencia interna es algo muy apagado y penumbroso, en comparación con la cosa o color mismo en que pensamos. Pero ya en el Período de Júpiter se producirá un marcado cambio en ese respecto. Entonces volverán las imágenes soñadas del Período Lunar, pero esas imágenes estarán entonces sujetas a la voluntad del pensador y ya no serán simples reproducciones de los objetos externos.

Entonces habrá una combinación de las imaginaciones del Período Lunar y de los pensamientos e ideas desarrollados conscientemente durante el Período Terrestre, esto es, existirá una conciencia imaginativa consciente de sí misma.

Cuando un ser humano del Período de Júpiter diga “rojo” o pronuncie el nombre de un objeto se presentará inmediatamente ante su visión interna y también visible para su interlocutor, una reproducción exacta del matiz particular de rojo en que esté pensando o del objeto cuyo nombre haya pronunciado. No podrá haber el menor malentendido con respecto al verdadero significado de las palabras que se digan. Los pensamientos e ideas serán vivientes y visibles y, por lo tanto, desaparecerá la hipocresía y la adulación. Todas las personas se verán tal como son. Habrá naturalmente el hombre completamente bueno y el hombre completamente malo, y uno de los más graves problemas de ese Período será justamente solucionar la manera de tratar a este último.

Los Maniqueos, una Orden mucho más espiritual que la de los mismos Rosacruces, están actualmente dedicados al estudio de ese problema. Una idea de su estado puede obtenerse anticipadamente del resumen de su leyenda. Todas las Órdenes Místicas tienen una leyenda simbólica de sus ideales y aspiraciones.

En la leyenda de los Maniqueos se dice que existirán dos Reinos, el de los Elfos de la Luz y el de los Elfos de la Noche. Los últimos atacan a los primeros, son derrotados y deben ser castigados. Pero como los Elfos de la Luz son totalmente buenos, no pueden causar daño alguno a los Elfos Tenebrosos, sus enemigos, de manera que entonces tendrán que castigarlos con el Bien. Por lo tanto, una parte del Reino de los Elfos de la Luz se incorpora a los Elfos Tenebrosos, y de esta manera el Mal es vencido a su debido tiempo. El Odio que no se somete al odio, tiene que sucumbir ante el Amor.

Las imágenes internas del Período Lunar eran una forma de expresión del ambiente circundante exterior. Durante el Período de Júpiter, esas imágenes se expresarán desde lo interior: serán como el brote de la vida interna del ser humano.

Entonces también poseerá la facultad adicional, que ya cultivara en la Tierra o Período Terrestre, de ver las cosas en el espacio, fuera de sí mismo. Durante el Período Lunar no veía la cosa concreta misma, sino solamente sus cualidades anímicas, pero en el Período de Júpiter verá ambas cosas y tendrá así una percepción y una comprensión completa de su ambiente. En una etapa posterior de este mismo Período esta facultad perceptiva será sobrepasada por otra más elevada. Su poder de formar concepciones mentales claras y precisas de los colores, objetos, sonidos, etc., le permitirá ponerse en contacto e influir seres suprasensibles de diversos órdenes, asegurándose así su obediencia y empleando sus tuerzas según su voluntad. Sin embargo, no podrá emitir de sí mismo las fuerzas necesarias para llevar a cabo sus designios, y tendrá que depender de la ayuda de estos seres suprafísicos, que entonces estarán a su servicio.

Al final del Período de Venus podrá usar su propia fuerza para dar vida a sus propias imágenes y exteriorizarlas objetivamente, como cosas en el espacio. Entonces poseerá una consciencia creadora, objetiva y consciente de sí.

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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