En el capítulo decimotercero de la primera epístola de San Pablo a los corintios, encontramos una alabanza del “amor”. La palabra empleada por la versión autorizada es “caridad”, pero debiera ser interpretada como amor y dice:
“El amor sufre largo tiempo y es bondadoso; el amor no se vanagloria ni se encumbra; cree todas las cosas y sufre todas las cosas... y si hubiera profecías no se manifestarán, y si hubiera conocimiento se desvanecerá”. San Pablo termina diciendo que con el tiempo la fe y la esperanza dejarán de ser debido a que nosotros conoceremos todas las cosas en las cuales tenemos puesta ahora nuestra fe y todas nuestras esperanzas se realizarán; pero el amor, sostiene San Pablo, permanecerá para siempre.
La nota clave de Venus es “amor”, “armonía” y “ritmo”, y si nosotros deseamos conocer su naturaleza podemos leer con provecho aquel capítulo substituyendo “Venus” por “amor” y diciendo: “Venus no se jacta ni se encumbra, no busca su conveniencia, no se goza en la iniquidad sino en la verdad, aguanta todas las cosas, cree en todas las cosas y todas las soporta”. Todas estas sentencias son verdaderamente ciertas cuando se aplican a Venus, porque este planeta es el lazo que une a todos los miembros do la familia humana en cualquier clase de relaciones en que se manifieste. Es el rayo del amor de Venus que hiere profundamente el corazón de la madre donde nace el fuerte cariño con el cual nutre a sus hijos durante toda su infancia desvalida. Venus lanza la llamada del amor que atrae al mozo y a la doncella, da y toma, suavizando todas las dificultades en las relaciones conyugales. Venus siempre está quemando incienso sobre el altar de sus afecciones y en su jardín amoroso crecen todas las flores que perfuman aún a las almas más sórdidas con su aroma celestial y las elevan mientras dura su infidencia a la categoría de los dioses.
Pero cuando Venus está afligido, todas esas sublimes cualidades se empañan y toman un aspecto oculto y feo en consonancia con la naturaleza de la aflicción. Las cuadraturas y oposiciones transforman el amor en lujuria que hace que la persona se abandone a la satisfacciones sensuales; la percepción de la belleza que se expresa en el arte se convierte en negligencia y desorden; la tendencia hacia la abnegación, el darse uno mismo a los otros, se traduce en egoísmo y procura hacer de los otros sus servidores rehusando cumplir con deberes que no sean de su agrado, pues la pereza es una de las características más marcadas de Venus afligido.
Como es de carácter femenino, Venus nunca solícita nada de los demás, sino que ejerce una energía magnética, la cual atrae a los otros hacia él. Por lo tanto, este planeta representa en el horóscopo de un hombre aquellas personas del sexo opuesto con las cuales el nativo se pone en relación; pero en el horóscopo de una mujer, Venus describe la atracción propia para los del sexo opuesto, y Marte, el planeta masculino, muestra aquéllos que serán atraídos por sus encantos.
Venus está esencialmente dignificado en Tauro y Libra, y exaltado en Piscis, y, por lo tanto, su influencia será ejercida más poderosamente cuando se halla colocado en estos signos. Venus se encuentra débil, “afligido”, cuando está colocado en cualquiera de los signos marcianos, Aries o Escorpio, donde aquel planeta tiene su caída, o cuando está en el signo mercurial de Virgo. La casa más favorable para el planeta Venus es la séptima, donde su influencia hará al matrimonio sereno y bendito.
del libro "El Mensaje de las Estrellas"
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel
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