lunes, 4 de julio de 2016

Los nativos de Leo





CAPÍTULO VII
LOS NACIDOS EN LOS DOCE SIGNOS

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Los nativos de Leo

Nacidos entre el 23 de julio y 24 de agosto

El signo Leo está regido por el dador de vida, el Sol, y es llamado el signo real del Zodíaco; por lo tanto infunde en los recién nacidos bajo su influencia una naturaleza muy noble, muy ambiciosa y aspirante. Son de sangre de maestros y sirven muy bien para ser directores, pero no para subalternos. Como son de un carácter noble y majestuoso desdeñan las cosas sórdidas y sin importancia, y, por lo tanto, no se decidirán a consumar un acto bajo aunque grandes provocaciones o una necesidad muy fuerte de su interés les impela a ellos. La naturaleza de amor es muy fuerte y ardiente y no hay inconveniente ni sacrificio que sea demasiado grande para hacer por aquéllos a quienes aman. Son amigos leales y sinceros, ya en la pobreza ya en la riqueza. Leo es un signo fijo y da a sus hijos considerable fuerza de voluntad, así que son generalmente capaces de llegar en sus empeños hasta la cúspide saltando por encima de todas las trabas y obstáculos. Son muy fijos y consecuentes en sus opiniones y si ellos abrazan cualquier causa, generalmente se adherirán tenazmente y trabajarán por ella de la manera más entusiasta. Nunca harán una cosa a medias, pues a los de Leo, siendo un signo de fuego, les dota de fuerza, vitalidad y entusiasmo. Leo da también a sus hijos una buena memoria.
Las tendencias anteriores son indicadas cuando el Sol está muy bien aspectado en el horóscopo, pero si éste está afligido por Marte o cualquiera de los maléficos la naturaleza se cambia de modo que la persona se hace fanfarrona, déspota y dominante; no se puede confiar en ellos en ninguna manifestación y son infieles tanto en el matrimonio como en la amistad, así que carecen de escrúpulos en cometer cualquier vileza. En el caso de estar mal aspectado es tan malo como lo es bueno cuando está bien aspectado y esto se explica por el principio de que la luz más brillante siempre arroja la sombra más profunda. La falta principal de los de Leo es un temperamento impulsivo, pero ellos no se aferran a sus opiniones y una vez que se lea demuestra que están equivocados están siempre dispuestos a pedir perdón y a enmendarse y siempre se muestran magnánimos aún con el más grande de sus enemigos.

del Libro "El Mensaje de las Estrellas" 
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel


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