jueves, 31 de diciembre de 2015

Sueño


SUEÑO 

Por sus actividades durante las horas de vigilia el cuerpo de deseos y la mente están constantemente destruyendo el vehículo denso. Cada pensamiento, cada Movimiento, destruye tejidos. Por otro lado, el cuerpo vital se dedica de lleno a restaurar la armonía y reconstruir lo que los otros vehículos están destruyendo. Sin embargo, no puede siempre contrabalancear completamente los estragos cansados por los impulsos, sentimientos y pensamientos. Gradualmente va perdiendo terreno y por último llega un tiempo en que se paraliza. El fluido vital cesa de circular por los nervios en la cantidad necesaria; el cuerpo se hace pesado; el Pensador se encuentra cohibido por su pesadez y se ve obligado a salir de él, llevándose el cuerpo de deseos consigo. Esta salida de los vehículos superiores deja el cuerpo denso interpenetrado por el cuerpo vital en el estado sin sentido que llamamos sueño. El sueño, sin embargo, no es en manera alguna un estado inactivo, como se supone generalmente.
Si así fuera no habría diferencia alguna en el cuerpo al despertar por la mañana; su fatiga sería igualmente grande. Por el contrario, el sueño es un período de intensa actividad y cuanto más intensa es ésta, tanto más grande es su valor, porque elimina los venenos resultantes de los tejidos destruidos por las actividades físicas y mentales del día. Los tejidos son así reconstruidos y el ritmo del cuerpo se restablece. Cuanto mas perfectamente se realiza este trabajo, tanto mayor es el beneficio que el sueño aporta. El Mundo del Deseo es un océano de sabiduría y de armonía. A ese mundo lleva el Ego la mente y el cuerpo de deseos cuando los vehículos inferiores quedan dormidos. Allí, el primer cuidado del Ego es la restauración del ritmo y armonía de la mente y del cuerpo de deseos. Esta restauración se realiza gradualmente conforme las armoniosas vibraciones del Mundo del Deseo fluyen a través de ellos. Hay una esencia en el Mundo del Deseo correspondiente al fluido vital que compenetra el cuerpo denso por medio del cuerpo vital. Los vehículos superiores, por decirlo así, se sumergen en ese elixir de vida. Cuando se han fortalecido comienzan a trabajar sobre el cuerpo vital que han dejado con el cuerpo denso dormido. Entonces el cuerpo vital empieza a especializar la energía solar de nuevo, reconstruyendo el cuerpo denso y empleando particularmente el éter químico como medio en ese proceso de
restauración. Esta actividad de los diferentes vehículos durante el sueño es la que forma la base de la actividad a desplegarse en el día siguiente. Sin ello no habría despertar, pues el Ego se vio forzado a abandonar sus vehículos, porque la debilidad de éstos los hacía inútiles. Si el trabajo de remover esa fatiga no se hiciera, los cuerpos permanecerían dormidos, como ocurre generalmente en el "trance" natural.
Debido precisamente a esa actividad armonizadora y recuperadora, es por lo que el sueño es mucho mejor que los doctores y las medicinas para preservar la salud. El simple descanso no es nada comparado con el sueño. únicamente cuando los vehículos superiores están en el Mundo del Deseo, es cuando se produce una
suspensión total del desgaste y el flujo de fuerza restauradora. Si bien es cierto que durante el simple descanso el cuerpo vital no ve obstaculizado su trabajo por los tejidos que se rompen por el movimiento y la tensión muscular, todavía tiene que luchar con la energía devastante del pensamiento y no recibe la fuerza exterior
recuperadora del cuerpo de deseos, como sucede en el sueño. Ocurre, sin embargo, que a veces el cuerpo de deseos no se sale del todo, así que una parte de él permanece relacionada con el cuerpo vital, el vehículo de la percepción sensorial y de la memoria. El resultado es que la restauración se realiza únicamente en parte y que las escenas y acciones del Mundo del Deseo llegan a la conciencia física como ensueños.
Por supuesto, la mayoría de los ensueños son confusos porque el eje de la percepción está torcido, debido a la relación impropia entre uno y otro cuerpo. La memoria es también confusa por la incongruente relación de los vehículos, y uno de los resultados de la fuerza restauradora en un sueño lleno de ensueños es la fatiga y que el cuerpo se sienta muy cansado al despertar.


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