Septiembre 1 de 1935
La sociedad de investigación psíquica ha buscado durante muchos años una prueba de la existencia del Alma. Sus miembros han llamado la atención del hombre a numerosos sucesos que indican una vida tras la muerte, y han descubierto mucha evidencia de la vuelta del espíritu del hombre por experimentos clarividentes. Ellos han empleado los mejores médiums como intermedios para ayudarles en las investigaciones, y por este campo han dado al mundo muchas experiencias verdaderas y pruebas de una vida que existe afuera de la región de la materia.
Que el Alma vive después de haberse desintegrado el cuerpo físico no puede hacer dudar más al hombre; pero los hechos relativos a su existencia quedan algo vagos, y mucho misterio envuelve aún la vida del Alma. ¿De dónde vino? ¿Cuánto tiempo ha existido? ¿Dónde está su morada futura? Son cuestiones o proposiciones que el hombre trata sinceramente de resolver, especialmente durante estos tiempos perturbados, esforzado por el dolor y la miseria a resolver los problemas de la vida. Si el hombre ES UN ALMA, ¿Por qué permite Dios este padecimiento? es una cuestión propuesta por miles que antes se contentaron con comer, beber y deleitarse, quienes no se contentan más con esa existencia parecida a la de un animal. Una gran proporción de la humanidad ha empezado a pensar durante estos pocos años pasados de adversidad.
No está bien aclarado este asunto en la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento. Un verso del segundo capítulo del génesis (el séptimo), es algo ambiguo; en verdad ha sido uno de los más grandes obstáculos para el cristiano. “Formó pues Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz soplo de vida; y fue el hombre en ánima viviente.”
Esto hace recordar a la que escribe el tiempo de su niñez. Su maestra de escuela trataba de enseñar la biblia a sus discípulos, y al llegar a este verso, contó la historia del hombre hecho de tierra de una manera tan convincente -que el hombre fue en realidad hecho de tierra, que sus discípulos, un gran número entre las edades de seis y diez, que al volver a la casa creyeron que fueron en realidad hechos de tierra. La que escribe y su hermana mayor se contaron entre este número de niños, y al volver de la escuela, ella y su hermana llevaron agua al lugar en donde habían hecho pasteles de lodo el día anterior, y de este lodo formaron algunas muñecas. Puestas en fila a lo largo de una tabla, la madre halló las dos niñas que faltaron poco a reventarse la cabecita por atentar a dar el soplo de vida a estas muñecas de lodo. A la pregunta de qué hicieron, respondieron inocentemente que iban a hacer hombres como hizo Dios.
Ahora consideramos la pregunta nº 82, página 151 de la Filosofía Rosacruz en Preguntas y Respuestas, escrito por Max Heindel. Aquí hallamos explicada fácilmente esta difícil cuestión “El Señor Dios, formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en sus narices el ALIENTO DE VIDA (nephesh) y el hombre se convirtió en un “nephesh chayim” una CRIATURA RESPIRANTE.” No es un alma viviente, como se ha traducido. En consecuencia de esto vemos como la mala traducción de una o más palabras puede ser muy engañadora. Si tratamos de probar cuáles de la versiones aceptadas de la Biblia son positivamente auténticas, cuáles son positivamente las traducciones correctas, caeremos en la mayor confusión. Cada traducción tiene algunas correcciones hechas según el concepto del traductor al leer el manuscrito original. Pero no nos desviemos del asunto. Vemos que la significación de la palabra judía original traducida significaba que el hombre fue al principio una CRIATURA RESPIRANTE, y no un ALMA. Mas según las enseñanzas rosacruces “EL ALMA es un producto de la respiración” (Misterios Rosacruces, página 32)
El hombre fue en el principio un Espíritu, una chispa divina enviado por el Padre para ganar experiencia. Este Dios venidero debe empezar a construirse un vehículo por medio del cual aprenda a ser más divino y erigirse a la estatura de su Padre.
Cuerpo, Alma y Espíritu es una frase de uso común. Según las Enseñanzas Rosacruces la palabra Espíritu debiera ocupar el primer lugar en la frase. El Espíritu construyó el cuerpo, y como resultado de las combinadas actividades del Espíritu y cuerpo, se construye el Alma. En este grado de la evolución es un ser compuesto con un Espíritu triple, y este Espíritu triple (el Ego humano) con la ayuda de las divinas Jerarquías, ha construido un cuerpo triple. Nótese el diagrama en página 97 del Concepto Rosacruz del Cosmos. El Ego ganó control de este triple cuerpo por medio del eslabón de la mente, y el Ego humano no podía empezar a desarrollar un alma hasta que fue añadido este eslabón de la mente. En otro tiempo, durante el período evolucionario antes de ser añadida la mente, el hombre fue un autómata sin mente, pero un ser espiritual dependiente de la dirección de Seres superiores, en la filosofía rosacruz designados como Señores de la Llama, Señores de la Sabiduría, Señores de la Individualidad, y Señores de la Forma, quienes con un número de otros grandes seres, lo guiaban durante su grado evolutivo o constructor inconsciente de la vida. Estos grandes seres dividen en rangos y cada uno tiene su propia labor como un embajador de Dios, ayudándolo a gobernar y a formar nuestro gobierno invisible.
Después de haber construido su triple cuerpo el Espíritu humano, a saber el cuerpo físico denso, el cuerpo vital que interpenetra el cuerpo físico y el de deseos, estos vehículos sirven de instrumentos utilizados en la parte más importante de su trabajo –el desarrollo de sus poderes espirituales-, pues este es el propósito de haber sido enviado al mundo. En efecto, Dios colocó esta chispa divina, este Espíritu Virginal, en la tierra creada especialmente para su uso, para dar al hombre un campo de batalla, un campo de labor, así que por la experiencia se hiciera sabio, durante eones de incorporaciones en que aprendiera todos los misterios de la vida y la existencia, así que eventualmente se hiciera un Dios infinitamente sabio y omnisciente, ganado por laborar con las cosas terrestres, y ganando un conocimiento de los mundos inferiores, en relación con los cuales el espíritu humano ES UN DIOS. Solo de este modo pueden hacerse omniscientes los hijos de Dios.
Esta sabiduría no se puede adquirir en una vida. El hombre no puede desarrollar este grande Yo por afirmaciones. Esta chispa divina no puede hacerse un Dios sólo por la voluntad, sino por experiencias verdaderas, por mal y buen éxito, puede exaltarse. Es necesario durante vida tras vida construir EL ALMA. Max Heindel nos dice en página 98 de El Concepto Rosacruz del Cosmos, “El Alma es el producto espiritualizado del cuerpo.” Por su trabajo en el mundo material el Ego humano teje los hilos dorados en su esencia. Por las experiencias en su triple cuerpo ayudado por el eslabón de la mente, construye ahora su triple alma.
El Espíritu Divino forma el cuerpo denso y extrae de este cuerpo el Alma Consciente. El Espíritu de Vida que trabaja por el cuerpo vital forma el Alma Intelectual, y el Espíritu Humano que trabaja por el cuerpo de deseos construye el Alma Emocional.
Al estudiar los seres humanos que encontramos en nuestras vagancias por este mundo, notamos varios caracteres; y el poder de leer el carácter es muy necesario para segregar cada uno. Vemos que algunos van con la corriente, o mejor dicho forman algún aspecto particular del Alma, algunos son apenas conscientes que viven en un mundo de materia. Intelectualmente están en un peldaño muy bajo de la escalera de la evolución. Sus cerebros infantiles responden a las experiencias de la vida por un alma parecida a la del animal, que es más bien la expresión de la parte superior del cuerpo de deseos que del Espíritu. Más encontramos otro grupo que se expresa especialmente por el Alma Intelectual; que contempla la vida enteramente por el intelecto, frío, crítico, insensible, la mente siempre dominante. Notamos un tercer grupo de personas que por otra parte se expresan enteramente por el Alma Emocional; personas que no son felices sino que sean estimuladas las emociones, que desea alimentarse espiritualmente por fenómenos y por medio de pasmos. Les sería imposible sentarse y raciocinar.
En general, la humanidad puede segregarse en tres grupos distintos. Sin embargo entre estos notamos personas que están en equilibrio intelectual, almas más avanzadas que de ordinario, quienes tienen estas tres manifestaciones del Alma desarrolladas y bajo control. En efecto alcanzan ellas la Iniciación más rápidamente.
Para recapitular todo el trabajo del Ego humano: primero debe EQUILIBRARSE, dominarse, así que puede manipular y controlar sus vehículos tanto físico como espiritual. Al llegar a este grado, cuando el Espíritu sea en realidad MAESTRO de todos sus vehículos, entonces únicamente podemos denominarlo DIVINO. El dominio sobre sí mismo es, por consiguiente, la más grande adquisición que debiera anhelar.
“El hombre se libera de todos los poderes que encadenan al mundo cuando adquiere el dominio de sí mismo.” Goethe
El desarrollo del Alma solo puede efectuarse por esforzarse el hombre a elevarse por encima de las cosas terrestres. El cuerpo-alma (la construcción del cual discutiremos en nuestra próxima lección) se puede formar únicamente por medio de una vida pura y por trabajar conforme con y no contra las leyes de la naturaleza. “Veo la misma ley operar en la naturaleza para la conservación y el crecimiento. El equilibrio de la planta, el árbol curvado enderezarse del fuerte viento, los recursos vitales de cada animal y vegetal, son también manifestaciones del Alma capaz y, por consiguiente, confiada en sí misma.” –Emerson.
El Alma del hombre lo anima a progresar y elevarse espiritualmente; este producto de sus labores durante eones tiene el valor para el Espíritu, igual al surtido del comerciante que es necesario para su negocio. Igualmente el Alma del hombre, que es la quinta esencia de las experiencias de manipular el triple cuerpo, es el surtido del Espíritu. Nos dice en el Concepto Rosacruz del Cosmos, página 124, que la materia de que se componen los cuerpos es “espíritu cristalizado.” Este triple cuerpo es el instrumento por medio del cual labora el Espíritu Divino en este mundo de materia para construir el Alma; pues otra vez se nos dice en la página 98, que el Alma es el producto espiritualizado del cuerpo.”
Después de haber acabado con sus vehículos físicos en una vida, esta materia física se expulsa y devuelve a su origen, al reino mineral.
Entonces la labor del Alma es de extraer de las experiencias en el cuerpo durante la vida terrestre la quinta esencia del todo, lo que ahora se absorbe en el Espíritu. El espíritu trae consigo esta esencia al renacimiento siguiente. Por esto vemos que el Espíritu constituye el Alma, extrayendo la esencia de las experiencias terrestres, separando lo bueno de lo malo, y ayudando al Espíritu Humano a expiar lo malo hecho durante la vida terrestre. HACER MAL NO PUEDE EL ESPÍRITU. Hacer mal es hecho del hombre inferior, aún bajo el dominio del cuerpo de deseos y que no ha respondido a las vibraciones de la vida superior.
El hombre que se interesa enteramente en cosas mundanas sin tener interés en lo espiritual, sin desarrollar lo superior de su naturaleza, permanecerá mundano y los vehículos superiores se atrofiarán gradualmente. Por eso el Ego que habita estos vehículos retrocederá de esta ola de vida, y con el tiempo será uno de los rezagados y más tarde empezará su evolución en otra ola de vida. Esta clase de Egos se pueden designar cadáveres espirituales, cuya naturaleza inferior y animal es muy activa y muerta la espiritual. Son designados entidades sin Alma, y muchas se adhieren al mundo del deseo con el propósito de volver por medio de algún ser negativo que a veces son los instrumentos de los crímenes que con demasiada frecuencia resultan de la influencia de entidades apegadas a la tierra. Aconsejamos a nuestros estudiantes que lean la tercera parte del Velo del Destino escrito por Max Heindel, en que él explica este estado más ampliamente que se puede en esta lección.
Todo desarrollo anímico, todo anhelo vivo de la verdad, debe ser espontáneo. Los guardianes de las enseñanzas superiores no se acercan al hombre ni descienden a obligarlo. Él debe por sus propios esfuerzos alzarse y ser discípulo deseoso, entonces el Maestro está dispuesto a recibirlo en el sendero. La irradiación del Alma del neófito atrae al Maestro, más el Maestro no interviene en su libre voluntad por alzar al hombre a su plano, ni desciende al plano inferior sino que ayudar al afligido.
El anhelo del hombre de vivir la vida superior viene del interior. Esforzarlo u obligarlo a vivir la vida superior puede hacerlo a responder a la naturaleza superior por algún tiempo, pero si esta inspiración no es del Espíritu interior, esta reforma será transitoria y recaerá él a la mínima tentación que le surja por falta de deseo y voluntad.
El estímulo interior del hombre ha sido su inspiración por medio de la religión. El altruismo le ha servido de faro, siempre inspirándole a buscar el ideal más noble. Max Heindel nos dice en el Concepto Rosacruz del Cosmos, página 384: “Si bien nada que sea verdaderamente espiritual puede ser comprendido perfectamente, puede por lo menos ser entendido por medio de una ilustración.”
El atentar tomar de otro sin pagar el precio por servicio y de otra manera, es robo espiritual que eventualmente recaerá en este saltado de caminos inesperada e infortunadamente, y habrá él que pagar la duda, sea por pérdida de felicidad, salud, riquezas o la razón.
El hombre ha descubierto tantas leyes del plano material, más las leyes que le gobiernan a él no ha descubierto. Si continúa indefinidamente sin dar nada, y rehúsa a servir, vendrá el tiempo, aunque no sea en esta encarnación, cuando las LEYES DE DIOS le quitarán lo que haya tomado sin indemnizarlo.
El crecimiento y desarrollo del Alma es vital, y tan necesario que el del cuerpo físico y la mente. En verdad aun más al parecer, siendo que es por los poderes del Alma que forma contacto con los mundos superiores y recibe su fuerza de ánimo. El objeto de la vida es de hacerse, más divino, y sólo por las experiencias de su contacto con lo físico puede dar sabiduría el Espíritu y ser verdadero creador. Y como antes dicho, el Alma es servidor del Espíritu y siempre recoge y trae estas experiencias como pábulo a su maestro (el Espíritu) el amor, el altruismo y el servicio al prójimo es para el Espíritu lo que la luz del Sol es para la planta.
El poder anímico del hombre se expresa en la cara. Con tanta frecuencia oímos decir que él o ella es una “Alma fuerte”. El poder anímico es un índice al carácter del hombre. El Alma se hace sentir en su contacto con otros, sus irradiaciones los atraen como el imán las limaduras. ¿Ha notado Ud. el cambio de mirada de todos se dirige a él y al instante domina él inconscientemente el grupo entero, sus palabras son magnéticas, su influencia poderosísima … un jefe.
Los grandes jefes no se hacen en una sola vida. Nacen en un cuerpo con las cualidades del Alma que ha construido el Espíritu por muchas vidas, y están llegando rápidamente al grado de desarrollo anímico de ser encargados de cosas más importantes por los Hermanos Mayores. Únicamente las Almas de este estado de desarrollo se permiten entrar al santuario interior. Lo han ganado rectamente y por vidas espirituales y servicio fiel han recogido las joyas que traen ahora como ofrenda al Señor quien les dirá, “Bien, bien siervo y fiel, entra en el gozo de tu Señor”
La tierra es hermosa al parecer del hombre que posee buenas cualidades del Alma porque ve lo externo por medio de la hermosura del desarrollo espiritual. Pero al que falta estas nobles cualidades del Alma todo está pintado con sospecha, porque él mismo no es digno de confianza y todo le parece maligno.
La sangre es el medio por el cual obra el Alma. Lo sabían esto los antiguos israelitas, por eso no se les permitía comer la sangre de los animales y fueron mandados a desangrar las carnes destinadas a su alimentación por cortar la vena yugular, y esparcir la sangre sobre el altar del antiguo Tabernáculo en el Desierto como sacrificio a Jehová.
En el capítulo 170 de Levítico leemos: “Yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y yo la cortaré de entre su pueblo. Porque el Alma de la carne en la sangre está: y yo os la he dado para expiar vuestras personas sobre el altar: por lo cual la misma sangre expiará la persona.”
Los rosacruces enseñan que el Alma está en la sangre. Descartes enseñó que la morada del Alma estaba en la glándula pineal, y enseñó Aristóteles que el Alma estaba en el corazón. En el capítulo nono de Génesis Jehová dio instrucciones a Noé referente al carácter sagrado de la sangre. San Pablo nos dice en la primera epístola a los corintios, capítulo 150, versículo 40: “Se siembra cuerpo animal; resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal y hay cuerpo espiritual.”
El Espíritu Divino construyó primero por sí un cuerpo físico, un vehículo por el cual pudiera adquirir conocimiento interior en el plano físico. El segundo paso fue interpenetrar esta inerte y densa materia mineral. Después fueron añadidos los cuerpos vital y de deseos, y para que suba este espíritu divino del estado animal, debe adquirirse una mente, y sigue la construcción del cuerpo mental, sin embargo un estado aun más algo le espera a este Dios futuro.
Después de llegar al estado en que tiene consciencia de sí mismo, desarrollado por la adquisición de la mente, se necesita otro vehículo para el estado siguiente de desarrollo. Por eso el hombre debe construirse un cuerpo-alma destinado a ser el principio dominante por el cual el Espíritu avanzado puede obrar para espiritualizare los diferentes vehículos. Solamente por las labores del Alma puede el Espíritu humano construir el vehículo que será empleado en Período de Júpiter, y entonces el cuerpo–alma será el vehículo más denso. Los éteres de luz y reflector del cuerpo vital son las avenidas por las que se obtiene la materia para la construcción del cuerpo-alma. Después de la muerte permanecen con el ego durante sus experiencias en el cielo inferior y en el tercer cielo. Todos los frutos recogidos por el Alma durante los últimos días de la vida terrestre son amalgamados y forman parte del Espíritu. El cuerpo-alma del hombre iluminado y espiritual lo envuelve con una aura hermosa –el dorado manto nupcial.