martes, 1 de noviembre de 2016

Locura y espíritus control



 LOCURA Y ESPÍRITUS CONTROL

Al juzgar este horóscopo miremos primeramente a la mentalidad, pues éste es siempre el factor más importante en el tratamiento de un enfermo. Mercurio y la Luna son los factores principales para determinar este punto, aunque, por supuesto, todos los planetas tienen su parte en ello así como en cualquiera otro asunto. Aquí, nosotros tenemos que Mercurio está en combustión y que está con el Sol en el signo común Piscis. Esto en sí no es buen augurio que digamos; vemos después que la Luna está en conjunción con Neptuno en Aries, que está en cuadratura con Saturno y Júpiter y que, por lo tanto, la mente debe ser débil y de naturaleza inestable. Marte, la Luna y Neptuno en Aries harían por sí solos una persona errática, pero cuando encontramos, como aquí, que la Luna está en cuadratura con Júpiter, el planeta de la religión, y también con Saturno, el planeta de la obstrucción y negación, produce naturalmente una condición muy mala.
La oposición de Júpiter con Saturno indica que cualquier deseo que por la religión pueda engendrar Júpiter, estará siempre en oposición a la influencia de Saturno, que siempre aconseja “No, no, no”, ocasionando que la persona rehusé lo que anhela y necesita realmente.
Es cosa sabida por todos, que lo que no podemos comprender aparece caótico y lejano a nuestras mentes.
Neptuno es el planeta del miedo y del caos para nosotros, porque la raza humana todavía no ha podido asimilarse sus elevadas vibraciones, y éste, con la Luna en cuadratura con Urano, ocasionan ese estado mental caótico que observamos en este círculo. Para expulsar esta influencia está el trígono de Júpiter, el planeta de la religión, con el Sol y Mercurio; pero aun esta influencia no podía dominar completamente la condición, aunque no hay duda que esta fuerza redentora surtirá su efecto para combatir el día adverso en el que la mente se desequilibre totalmente.
Como es norma general, las órbitas planetarias en su danza circular llegan a un punto en el que la cuerda de cada aspecto se pulsa, lo cual entonces produce el tono de armonía o discordia que nos impele a las acciones que llamamos buenas o malas según el caso.
El tiempo marcado en el reloj del destino por la mano de Dios fue en abril de 1913, cuando la fase lunar estaba en conjunción con la Luna radical en Aries.
Esto naturalmente excitó la cuadratura radical de Saturno y Júpiter y también su oposición, y así fue como se cumplió lo señalado en este horóscopo; esta persona se volvió violentamente loca.
Nosotros podemos ver la causa inmediata que precipitó tal calamidad en la posición radical de Neptuno y Urano. Estos planetas, las octavas de Mercurio y Venus, en la posición de cuadratura pondrán a la persona en contacto siempre con espíritus que han dejado sus cuerpos o con aquéllos que no han habitado nunca un cuerpo como el que nosotros poseemos.
Durante los aspectos como los anteriores tendrán una excelente coyuntura para emplear esta pobre persona como un instrumento para sus prácticas nefastas, porqué naturalmente aquellos espíritus que vienen con ocasión del aspecto de cuadratura no son de los que no pueden llamar buenos en ningún sentido; ellos no tienen designios benévolos para favorecer a sus víctimas, sin importar, lo que puedan manifestar ellos por su parte. Entonces podemos hacernos esta pregunta: ¿Qué es lo que podemos hacer por una persona en este estado? Tenemos un buen aspecto de la Luna y Neptuno, que es el sextil con Venus. Neptuno gobierna la música —en particular la música clásica de cuerdas— y Venus en Acuario da a la persona una atracción por esa clase de música precisamente que podrá calmar la mente. Esta configuración da también gusto por los colores brillantes y el brillo del Sol que ayudará para armonizar el sistema. Esta enferma no debe leer libros, sino que debe tener un descanso completo de todo esfuerzo mental, con una conversación lo más alegre posible y una dieta vegetariana. Con todo esto hay alguna probabilidad de que pueda ser dominada esta mala configuración y restaurado el equilibrio mental de la paciente, aunque nunca volverá a ser perfecto.

del libro "El Mensaje de las Estrellas" 
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel


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