martes, 25 de abril de 2017

Grados de la visión clarividente



EL MUNDO DEL DESEO

CAPÍTULO I

GRADOS DE LA VISIÓN CLARIVIDENTE

La visión etérica es realmente una extensión de la visión del Mundo físico; pero cuando se abre la visión del Mundo del Deseo la situación es diferente. Esta no es una simple extensión; es una clase diferente que pertenece a un plano del cual el hombre común nada sabe, excepto a través del mito, la leyenda, los sueños y la fantasía o ... por los informes de "maestros" en cuya palabra confía.
Las fantasías asociadas con la clarividencia no ocasionan ninguna sorpresa al investigador entrenado. Aquí en el Mundo físico vivimos en un ambiente en el que los objetos son claramente definidos, densos y sólidos; no cambian normalmente sus formas en un abrir y cerrar de ojos; pero en el Mundo del Deseo las formas tienden a cambiar de la manera más errática. En realidad estos cambios por extraños que parezcan están gobernados por Leyes metafísicas así como los cambios químicos en la Tierra están gobernados por Leyes físicas; el neófito encuentra en estos cambios una fuente de confusión sin fin pero cuando entra en el Mundo del Deseo bajo la guía de un Maestro, es llevado al punto en que la forma puede cambiar tan a menudo como lo desee sin confundirse, porque ha aprendido a percibir la Vida, que hace que cambie la forma, llegándola a conocer por lo que es, a despecho de todas las aparentes transmutaciones.

Hay que hacer una ulterior y muy importante distinción entre el poder que capacita, para percibir los objetos en un Mundo, y entrar en ese Mundo y funcionar en él. El clarividente voluntario aunque pueda haber recibido algún entrenamiento y ser capaz de distinguir las cosas verdaderas de las falsas, permanece prácticamente en la misma relación que un prisionero tras una ventana con barrotes, respecto al Mundo exterior; puede ver pero no puede funcionar en él. El discípulo no solamente abre la visión interna a través del entrenamiento esotérico sino que a su debido tiempo puede desarrollar un vehículo que lo capacite para funcionar en los Mundos internos, en una forma perfectamente consciente. Este vehículo lo conocemos como CUERPO DEL ALMA; está compuesto de los éteres superiores, Luminoso y Reflector.

Max Heindel afirma que existen cuatro diferentes grados de clarividencia, y al describirlos compara el cuerpo físico a una prisión en la que está encerrado el individuo - Espíritu o Ego 

Primer grado: esta persona es como un prisionero tras de una ventana con barrotes, que puede ver todo dentro del limitado alcance de su visión y según su ventana dé, a un estrecho patio de prisión o a una amplia expansión de campo, así será la extensión que no pueda controlar, el cual se abre y se cierra independientemente de su voluntad, comprenderemos que su observación es de poco valor para sí mismo y para los demás. Algunos clarividentes son como este prisionero. Cuando el "postigo" es abierto, tienen una visión de todo lo que pueda estar sucediendo es esa parte del mundo interno que por casualidad ve en un lugar y tiempo dados. No pueden dejar de ver, les guste o no la visión, deben soportarla hasta que se esfume por sí misma. Tales gentes son llamadas clarividentes negativos o involuntarios.

Segundo grado: Otros en cambio, si bien limitados en el alcance de su visión, tienen control del "postigo", que abren y cierran a voluntad, viendo cualquier cosa que se presente, pero ellos pueden cerrar el "postigo" si no les gusta lo que ven. Estos son también clarividentes negativos, pero pueden ver a "voluntad" y son llamados clarividentes negativos voluntario.

Tercer grado: Existen aquellos que tienen una facultad que puede ser comparada al estado de un prisionero cuya prisión es una casa de cristal situada sobre una colina y dotada de telescopios de la más alta potencia, oscurecida por persianas construidas de tal manera que abren por sí misma en el momento en que el prisionero "mira" y se cierran cuando deja de "mirar". Así es que él tendría control perfecto de su visión, pudiendo también ver o no ver, según elija y pudiendo también dirigir su mirada sobre cualquier cosa que deseara investigar. Este, es llamado clarividente voluntario entrenado. El uso de la voluntad y el control del foco y la dirección de la atención, son la clave para este grado de clarividencia. El neófito comienza desarrollando estos poderes precisamente desde el principio a través del estudio, la razón, la oración y la meditación, así como la ejecución de los ejercicios de Concentración Retropección. En los primeros dos grados él tendrá algunas experiencias desagradables que le atemorizarán; dudará de su poder de controlar las "Fuerzas" que sienta o contemple a su alrededor; pero, como Max Heindel ha dicho, abriéndose paso a través de estas condiciones adquiere "músculo" espiritual.

Existen pocos clarividentes que no hayan experimentado alguna u otra vez alguna forma de desazón psíquica, o cuando menos tensión psíquica en la atmósfera, o susceptibilidad a las oleadas de emoción que están siempre circulando alrededor del globo en tiempos de tensión internacional. Estas fuerzas y visiones están siempre presentes, en todo tiempo y dondequiera; pero el hombre ordinario no las ve, y no se preocupa acerca de lo que no puede ver, aunque está sujeto a la influencia de su vida emocional. En este tercer grado, aunque todos son positivos y voluntarios, algunos son más entrenados que otros; esto es, algunos han tenidos más experiencia en el uso de sus poderes. Hay, por consiguiente, diferencias de capacidad aún entre clarividentes del Tercer Grado.

Cuarto grado: Existe un estado más alto, en el que las "puertas" de la prisión se "abren" y el hombre es capaz de abandonar su cuerpo denso a voluntad, entrar en los mundos invisibles e investigar de cerca y con conciencia total las cosas que desea conocer. Abandonar el cuerpo denso a voluntad es, por supuesto, el método ideal; entonces el individuo no sólo es un clarividente, sino también un ciudadano de dos mundos. Este estado no es generalmente alcanzado por un simple investigador, sino por aquellos que han hecho el voto de dedicar su vida al servicio de la humanidad.

En toda clarividencia el individuo es capaz de percibir los planos invisibles y ve cosas que no son vistas por aquellos que no son clarividentes; pero ningún clarividente puede funcionar en estos planos superiores, a menos que haya obtenido liberación de su cuerpo. Esta capacidad de funcionar en los planos internos en el "Cuerpo del Alma", es algo que se desarrolla naturalmente, a medida que el individuo se esfuerza por vivir la vida espiritual, consagrándose a Dios. Rara vez se manifiesta en toda su plenitud, usualmente comienza con momentos de conciencia durante las horas de sueño.

La clarividencia no confiere la omnisciencia. El clarividente no sabe todas las cosas que hay que saber acerca de lo que ve en los mundos invisibles, por el mero hecho de que es capaz de verlas, así como nosotros no podemos saber todas las cosas que hay que saber acerca de las cosas que vemos en nuestro mundo físico en el que nacimos con un cuerpo físico y en el que hemos vivido por tanto tiempo. El clarividente debe aplicarse a sí mismo al estudio y a la investigación con el fin de obtener conocimiento sistematizado. Gradualmente comienza a comprender las cosas que ve, y puede manipularlas o trabajar con algunas de ellas en la misma forma en que aprendemos a tocar el piano, usar una máquina de escribir o manejar un auto. Pero se requiere mayor entrenamiento antes que el neófito pueda ejercer poder sobre las entidades y fuerzas que existen en los mundos invisibles. Nótese que cualquiera de los mencionados cuatro grados de clarividencia capacita a su poseedor para ponerse en contacto con los planos invisibles sin abandonar el cuerpo denso, pero ningún clarividente puede "funcionar" en ninguno de estos planos a menos que sea capaz de abandonar el cuerpo físico e "ir" (esto es, enfocar o transferir su conciencia total) a los planos que desee investigar.

Cuando el clarividente Voluntario, entrenado, desea ponerse en contacto con cierta Región del mundo invisible, fija conscientemente su mente sobre ese lugar particular y casi al instante se hace el contacto, y hasta donde pueda ver aprende mucho. La Región purgatorial, por ejemplo, es a menudo vista primero, porque está situada en la parte más densa del Mundo del Deseo; la parte más cercana a la materia física, y por lo tanto más fácilmente percibida. Una de las primeras cosas usualmente observadas en esta Región es que la experiencia del purgatorio no es continua; hay un período en que se descansa en ella. El clarividente ve cómo, durante el proceso de purgación, la fuerza de repulsión literalmente desgarra la materia de deseos grosera, arrancándola del cuerpo de deseos, y comprende que esta violenta expulsión es una de las principales causas del dolor que el Ego siente al sufrir su limpieza purgatorial. Más aún, él ve que no existe diablo personal que supervise este proceso, sino que todo es resultado de la ley cósmica que prevalece aquí, siendo la acción, de esa ley, centrífuga, por naturaleza. También percibe que la permanencia individual en el purgatorio depende de cuanta materia de deseos grosero tenga en su cuerpo de deseos, porque ésta debe ser expulsada antes de que pueda levitar hacia la siguiente Región superior del Mundo del Deseo.

del libro "Temas Rosacruces Tomo Segundo" 
de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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