EDITORIAL
Muy estimados amigos:
Realmente estamos atravesando una época muy difícil en la historia de la humanidad, como creemos no haberla visto en los varios años que venimos transitando por este pequeño planeta nuestro, que es realmente maravilloso o por lo menos lo era, ya que por el hecho de violar los seres humanos tantas Leyes de la Naturaleza, que es como decir, violar las Leyes de Dios, lo que ocasiona en forma inevitable su recompensa, ya que representan los efectos de las causas que se pusieron en acción en algún lejano pasado.
Así es que en estos días, hemos podido apreciar en distintas partes del mundo, terremotos, huracanes pavorosos, inundaciones, incendios y todo tipo de catástrofes que dieron como resultado la muerte de gran número de personas, que por cierto fue motivo de gran consternación para todo el mundo, habiendo expresado un deseo ferviente a nuestro Padre Celestial para que tuviera misericordia y llevara alivio a tantos hermanos que perdieron a sus seres queridos, así como los que pasaron al otro lado del velo en situaciones tan desesperantes.
Pero si esto lo analizamos a la luz de las enseñanzas de la Sabiduría Occidental, advertimos que nada sucede por casualidad, como decimos antes, sino que es el resultado inevitable de lo que se ha generado previamente y que en verdad está muy claramente señalado en el horóscopo de cada ser humano. Es por esto que si pudiéramos ver el mapa natal de cada persona fallecida en esas trágicas circunstancias, podríamos apreciar la magnitud de la deuda de destino contraída en alguna vida anterior, por haber participado tal vez en forma colectiva, de hechos nada edificantes por cierto.
Hay otro hecho igualmente que es muy digno de mención y que se relaciona con la muerte de tantos animales indefensos, que muy pocos medios informativos lo han señalado, pero que obviamente y con toda seguridad no han pasado desapercibidos para tantas personas que manifiestan en sus vidas una profunda sensibilidad. Y que diremos, hermanos nuestros, ya que mencionamos a nuestros hermanos menores que evolucionan con nosotros, como son los animales, que por miles de millones son sacrificados cruelmente en todo el mundo, para alimento del hombre, sin que ellos tengan voz para defenderse.
Por otra parte, dice nuestro siempre recordado amigo y hermano Max Heindel, que mientras el hombre sacrifique a los animales, tanto sea por deporte o derivando a terceras personas para que les proporcionen su alimento, no se van a terminar las guerras, lo que por cierto podemos comprobar muy claramente, ya que en distintas partes del mundo, en forma constante y continuada, siempre hay conflictos armados. Oremos cada día, para que los hombres aprendan a tener compasión por “todos” nuestros queridos hermanos menores como son los animales.
FRATERNIDAD ROSACRUZ MAX HEINDEL DE CORDOBA.
Agradecemos al Sr. Raúl Sasia, por este aporte.
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