Como
coordinador de “Encuentros Rosacruces Americanos” y miembro activo del Centro
Rosacruz de Rosario (Rep. Argentina) brindaré breves comentarios, con la
seriedad que merece el tema que he escogido. Estoy animado solamente por un
espíritu constructivo, consciente de la responsabilidad que me cabe como
probacionista, la cual creo que debe canalizarse también en la expresión
personal sobre temas puntuales que hacen al porvenir de la Institución por la
cual siento un profundo respeto y afecto. Desde mis años juveniles milité en
actividades llamadas “espiritualistas” y desde hace veinte en la Fraternidad Rosacruz
en la cual llevo quince como probacionista. Por supuesto que dentro de ella pueden
ocurrir desaciertos, lo mismo que en otras entidades semejantes que sustentan
loables fines, porque en la medida en que sus dirigentes y simpatizantes son
fieles a los dictados teóricos que las mueven, mejor se cumplirá el objetivo
original propuesto por sus fundadores. En nuestro caso se trata de difundir una
hermosa Enseñanza y entonces la pregunta fundamental consiste en: ¿Cuál es la
mejor manera de hacerlo y por qué a veces surgen inconvenientes que parecen
malograr el fin propuesto?
Se ha
comprobado que en el reino animal las actitudes que adquieren una minoría o un
pequeño grupo se trasmiten a la totalidad de sus semejantes. Similarmente en la
humanidad las cualidades positivas que se generan individualmente son recogidas
por el conjunto produciéndose un efecto mucho más renovador que merced a la
simple trasmisión de meros conocimientos teóricos. Nosotros hemos optado por
las Enseñanzas Cristianas y nuestra tarea ha de estar encaminada a vivenciarlas
para que puedan ser recibidas efectiva y realmente por los demás; hecho que no
resulta de fácil realización porque todos somos, en la actualidad, seres
humanos proclives al error.
En síntesis,
la más efectiva forma de difundir una doctrina es vivirla pero para eso se
requiere que se produzca en nosotros una transformación profunda que va más
allá de una mera teorización intelectual.
La segunda
parte de la pregunta es ¿Por qué a veces surgen inconvenientes que parecen
malograr el fin propuesto? Para formular una adecuada respuesta debe tomarse en
cuenta, en lo que a nuestra Fraternidad se refiere, el accionar de los Centros
y Grupos por un lado y por el otro el del poder central, integrado por la Junta de Síndicos y demás autoridades,
con el cual deben actuar coordinadamente. Con relación al trabajo de los
Centros y Grupos, que merecería un comentario pormenorizado que escapa a este
bosquejo, podemos decir que el mismo debe estar basado en un adecuado manejo de
las Enseñanzas por parte de sus directivos a .los fines de que las mismas
puedan ser cabalmente interpretadas por los estudiantes por medio de modernas
pautas pedagógicas. Por supuesto que no se trata de que los estudiantes se
transformen en “discos rígidos” de computadoras que acopien conocimientos
librescos, sino que también deben ponerse a su alcance oportunidades para que
trabajen en su transformación personal, que como hemos dicho es el objetivo
principal de las Enseñanzas Rosacruces, cuyo logro puede favorecerse con el
funcionamiento de talleres destinados a tal fin. Los mismos deben prestarse también
para la consideración de los Cursos de Filosofía y de Astrología, ya que las
Enseñanzas no son fáciles de interpretar, mereciendo por lo tanto que se las considere
y discuta en grupos con libre participación de todos sus integrantes. Es
aconsejable también, que los estudiantes no se transformen en silenciosos
escuchas de académicos discursos.
Debe tenerse
en cuenta que a los Centros y Grupos les cabe el deber moral de diseminar las
Enseñanzas, para lo cual a veces los directivos se ven obligados a efectuar personales
aportes pecuniarios y no olvidemos que en algunas instituciones se fijan como
obligatorios los aportes de diezmos. En nuestro caso, los aportes monetarios y
de horas de trabajo quedan en manos de la opinión personal reflejando ambos a
la postre, el amor a la obra que se está llevando a cabo.
Con relación a
la función del poder central, la misma debe ser realmente conductora y
consejera, tomándose debidamente en cuenta las apreciaciones rectoras de Max
Heindel condensadas en el capítulo “Una palabra al sabio” del Concepto Rosacruz
del Cosmos, entre las cuales dice: La enseñanza no es dogmática ni apela a
autoridad alguna que no sea la propia razón del estudiante. Aclara
también que sin embargo está convencido de que el Concepto Rosacruz del Cosmos está
lejos de ser la última palabra sobre el asunto, porque conforme avanzamos,
nuevas vistas se van desplegando ante nuestros ojos y se iluminan muchas cosas
que antes sólo veíamos como a través de un cristal empañado. Agrega
también que lo que se dice en esta obra debe ser aceptado o rechazado por el lector
de acuerdo con su propio criterio.
Por supuesto
que los consejeros electos y demás autoridades deben tener un especial manejo
de esta temática fundada en su cabal comprensión, gozando de una adecuada
actuación dentro de la
Fraternidad para no entrar en los escabrosos terrenos de la
improvisación en el momento de la proposición de candidatos, recurriéndose
siempre a los más capacitados, según las pautas apuntadas.
Un tema de
suma importancia en el funcionamiento de la Institución está
relacionado con las condiciones personales, convicciones y temperamento de todos
los directivos, que es donde radican en grado sumo las posibilidades de éxito
del proyecto encaminado al mejoramiento de la humanidad. Para que las intenciones
prosperen los que marchan al frente deben tratar de superar la tan común ansia
enfermiza de figuración personal que ronda en todas las actividades humanas. La
honestidad y sinceridad son también cualidades de imprescindible vigencia y
base fundamental para el buen logro de una empresa de esta índole como de
cualquier otra que podamos emprender. Por otro lado, el afectuoso trato
personal es otro requisito insustituible y rector que ha de estar siempre
presente, a fin de que todas las diferencias de apreciación sobre cualquier
tema que fuere, se diluciden con un espíritu constructivo y amistoso.
Vinculado con
el tema, diremos que dentro de nuestra Fraternidad, ligada con la Orden Rosacruz , una
meta ansiada para sus adherentes debe ser ir ascendiendo en realizaciones hasta
llegar al discipulado que implica un acercamiento real al Maestro con el cual
estamos relacionados. La tarea no es fácil porque hemos de ir limpiando
nuestros defectos a fin de que nuestra mente y corazón luzcan cada vez más
limpios y puros. En todas las Escuelas de Misterios, dentro de las cuales está la Orden Rosacruz , se
preconizan los mismos principios de superación personal y dentro de una de
ellas se menciona una regla que siempre recuerdo con mucha devoción. Dice Así: Antes
que la voz pueda hablar en presencia de los Maestros debe haber perdido la
posibilidad de herir. ¿Qué significa esto? Entre otras cosas y yendo al
fondo de la cuestión nos quiere llevar a la comprensión de que las palabras que
pronunciamos y las cosas que escribimos son la fiel expresión de nuestro mundo
interior. Por tanto si el mismo es armónico y pletórico de afecto es que
estamos aprendiendo la tarea que venimos a llevar a cabo como seres humanos y
francamente evolucionando. Tanto mejor para cada uno de nosotros, para los que
nos rodean y para la raza humana en general que está recibiendo el aporte de
uno de sus miembros para enriquecer el trasfondo colectivo.
Si nuestras
palabras son sinceramente dulces y afectuosas las personas con las cuales nos
pongamos en contacto recibirán un gran beneficio, aunque nos parezcan
improcedentes. No existe la ira justiciera
con la finalidad de producir cambios, de acuerdo al ejemplo que nos
brindara Cristo Jesús y quién fuera su gran admirador el Mahatma Gandhi, porque
hasta los que están en el error siempre tienen una posibilidad de
transformación. Todo depende de los recursos con que nos manejamos. Cuando paso
a paso vamos dejando de lado las limitaciones personales, el acercamiento a los
Hermanos Mayores va creciendo y más efectivo irá transformándose en la medida
en que se incremente nuestra sensibilidad y equilibrio interno. Progresivamente
podemos ir acercándonos al nivel vibracional donde ellos actúan, pero para ello
se requiere reunir muy exigentes condiciones, en todos los órdenes, muy
difíciles pero no imposibles de lograr.
Comenzando un
nuevo año mundial siento una gran dicha al entrar en contacto, a través de este
comentario, con todos los probacionistas y estudiantes a los cuales les expreso
mi ferviente deseo de que continuemos dialogando sobre estos problemas
fundamentales que hacen al quehacer humano, con la mayor altura que nos resulte
posible, para que como estudiantes rosacruces demos un ejemplo dentro de la
sociedad como lo dieron los Hermanos Mayores de la Orden en la Edad Media. Cada paso
que damos, en tal sentido, será muy bien recibido por ellos. Sin ninguna
excepción y con sumo afecto deseo a todos la mayor ventura personal, al mismo
tiempo que formulo los más fervientes votos para que podamos aprovechar la oportunidad
que se nos presenta para ser portadores vivientes de nuestras Enseñanzas. Todos
los días estamos comenzando una nueva etapa en el Sendero.
Pedro S. Tavacca
Probacionista Nº 6954
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Nota: por nuestros archivos, consideramos que, este escrito corresponde a Diciembre del año 2008
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