jueves, 6 de agosto de 2015

Sin Calvario no puede haber domingo de Resurrección


SIN CALVARIO NO PUEDE HABER 
DOMINGO DE RESURRECCIÓN 

   El camino hacia el Calvario ha de pasar a través del jardín de Getsemaní, escenario del gran conflicto con el dolor y final aceptación. Aquí tiene lugar la última batalla si tenemos suficiente valor para Tomar nuestra Cruz del sufrimiento aceptado expresamente para seguirle a El hasta la Resurrección a través del Calvario. 
   Hemos estado en el Huerto de Getsemaní clamando a oídos sordos “Que pase esta copa” pero el terror mortal no se alejará ni la Seguridad Bendita del Cielo se filtrará hasta nosotros mientras no elevemos nuestra consciencia para decir como El: “No mi voluntad sino la Vuestra”. 
 Cuando este momento llega, avanzamos con valor para enfrentarnos triunfalmente con cualquier prueba, con la firme convicción de que este es solo un medio que nos encamina hacia un glorioso fin; un proceso regenerativo que nos irá emancipando crecientemente de todos los males de que es heredera la carne; la crucifixión de nuestra personalidad que gradualmente liberará nuestro espíritu. 
  Con cada prueba sentimos el Calvario; con cada victoria nos acercamos a la Resurrección.
  Por medio de vidas incontables, en los profundos misterios de nuestro ser, el Cristo de nuestra propia divinidad, ha sido sepultado, amarrado y olvidado en nuestro interior, mientras nos inclinamos hacia nuestros intereses materiales.
  Ahora, algunos nos sentimos agobiados con las migajas poco satisfactorias de ese modo de vivir y estamos dispuestos a Tomar la Cruz de pasadas deudas y presentes disciplinas para crucificar nuestra personalidad y hacer que el ser espiritual, el Cristo Interno, se eleve en Esplendor y Poder dentro de nuestras almas; que podamos convertirnos en nuevas criaturas en El, victoriosos sobre la vida transitoria y herederos de las ocultas riquezas del Cielo.      Solamente así podemos llegar a ser partícipes conscientes de la maravillosa experiencia del Domingo de Resurrección; de esa gran liberación; de ese poder espiritual avasallador que nos ilumina con su Paz. 
  Porque entonces nos unimos conscientemente a El, Quien nos perdona todas nuestras iniquidades, cura todas nuestras enfermedades y brinda descanso a nuestras almas.

 QUE EL VUESTRO SEA UN DOMINGO DE RESURRECCION TRIUNFANTE 

    En su servicio: 

The Rosicrucian Fellowship Mount Ecclesia


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