VIAJE FRUSTRADO
De Luz Universal
Al despertar de una larga estadía disfrutando las hermosas vibraciones procedentes de las emanaciones producidas por las fantásticas composiciones musicales, surgidas en el Tercer Cielo, y después de experimentar sus hermosas sensaciones de inconcebible paz e indescriptible armonía, que no tienen comparación ni descripción posible con ningún otro lugar conocido, mi conciencia produjo sueños evocatorios de un futuro trabajo de experiencias evolucionantes. Había llegado la hora de renacer nuevamente en el Mundo Físico.
El deseo de nuevas experiencias atrajo la presencia de seres especializados en orientar y ayudar a los Espíritus que buscan renacer para su crecimiento anímico y espiritual. Estos seres llamados Ángeles del Destino, asisten a todos aquellos Egos dispuestos a iniciar un descenso al Mundo de las vibraciones densas y cristalizantes del Mundo Físico. Cuatro seres conocidos como los Ángeles Archiveros, los cuales custodian los archivos que guardan las memorias de las vidas de los renacimientos de todos los seres humanos, me mostraron el conjunto de los acontecimientos iniciados en mis vidas anteriores, hechos que generaron ciertos efectos en el Mundo Físico, pero que no han sido concluidos y que deben terminarse indefectiblemente para que se pueda cumplir la Ley de Causa y Efecto.
A la luz del archivo y en conciencia propia, decidí qué deuda del destino acumulada sería equilibrada. Fijados los objetivos a cumplir en mi nueva vida de acuerdo a mis necesidades evolutivas, los Ángeles del Destino me mostraron panoramas que podrían estar en concordancia con el plan elegido. Elegí uno de ellos, el que creí más conveniente para mi desarrollo espiritual. Vi los acontecimientos principales que llevaría a cabo desde el primer segundo de mi nacimiento, hasta el último en la existencia en el Mundo Denso. Entre los acontecimientos que observé, visualicé muchos Egos que acompañarían mi vida, incluidos mis padres, acreedores y deudores de vidas pasadas, con los cuales cancelaré deudas, tratando de lograr encuentros armónicos y amorosos con ellos.
Definido claramente el panorama de mi vida, me sumergí en la Cuarta Región del Pensamiento Concreto, el mundo de los Arquetipos. Allí, seres como Ángeles, Arcángeles y Señores de la Mente, me instruyeron nuevamente, al igual que en el camino de ascenso pero en menor tiempo, sobre modificaciones de los Arquetipos constructores de mis futuros cuerpos. Desperté las fuerzas del átomo simiente de la mente, al mismo tiempo que comenzó a resonar su Arquetipo. Dirigido por los Señores de la Mente, Jerarquía especializada en la construcción de cuerpos mentales, inicié la recolección del material para mi nuevo vehículo, energía mental que es afín con el trabajo que desarrollé en vidas pasadas, especialmente la última, así como los logros alcanzados durante la existencia post-morten. De cada una de las regiones del mundo Mental fui atrayendo sustancia en calidad y en cantidad acorde con el desarrollo de mi Mente, de la misma manera como un imán atrae las limaduras de hierro, las cuales se acumulan en mayor o menos cantidad, dependiendo del poder de atracción de aquél. El material mental así obtenido lo incorporé dentro de una cápsula a manera de campana con el vértice hacia arriba y en el que se ubicó el átomo simiente del Cuerpo Mental.
A continuación descendí al Mundo del Deseo en donde al igual que en el Mundo del Pensamiento, atraje material de las distintas regiones gracias a los Arcángeles, quienes son especialistas en la construcción de Cuerpos de Deseos. Similarmente al trabajo en el anterior mundo. Desperté las fuerzas del átomo simiente del Cuerpo de Deseos, iniciando el tiempo de existencia al accionar el Arquetipo correspondiente en el Mundo del Pensamiento. Ubiqué los materiales dentro de la campana, colocando en forma sucesiva los de las regiones superiores y luego los de las inferiores o pertenecientes al Purgatorio, donde los Luciferes también aportan trabajo para la construcción del Cuerpo de Deseos. El átomo simiente de este cuerpo fue colocado en la parte inferior del vórtice de la campana.
Conformé el descenso hacia los Mundos menos sutiles, despertando las fuerzas del átomo simiente del Cuerpo Vital, resonando para ello su Arquetipo en el Mundo del Pensamiento. Para la construcción de este vehículo especializado, participaron activamente los Ángeles, conocedores del manejo de los materiales de estas vibraciones y experimentados constructores de cuerpos vitales. Los Ángeles Archiveros grabaron en mi Éter Reflector la película de mi futura vida visualizada en el Tercer Cielo, a excepción del el libre albedrío de seguir o no ese camino, así como de la voluntad de cumplir con los objetivos propuestos. Pues con la salvedad del destino maduro que en forma inexorable se cumple, los demás acontecimientos dependen del libre albedrío cumplirlos o no, aprobando o reprobando el curso iniciado.
Dicho Cuerpo Vital fue colocado en la matriz de mi futura madre. Al cabo de un tiempo y de acuerdo a condiciones planetarias apropiadas para la realización de mis tareas, el átomo simiente de mi Cuerpo Vital, fue colocado en un espermatozoide del semen de mi futuro padre. Realizado el acto de la fecundación, el Arquetipo resonador del Cuerpo Físico, inició su tiempo de vida en el Mundo del Pensamiento. A los pocos días entré dentro de la campana y asumí el gobierno de mis vehículos, los cuales se encuentran todavía en gestación, rodeados de sus correspondientes placentas y que nacerán en el mundo fenomenal en períodos claramente definidos.
Poco tiempo después de iniciada la construcción de mi Cuerpo Físico en el seno de mi madre, oí comentarios de mis padres sobre los inconvenientes de orden social que traería mi nacimiento, elucubraciones que yo no entendía, porque mi oído hasta ahora se estaba formando; sin embargo, por mi ser pasaban vibraciones que me producían escalofrío. Días después tomaron la determinación de destruir mis vehículos. Yo gritaba: “¡Madre!, ¡Padre!, no cometan ese error, ¡Quiero Vivir!, tengo que cumplir con mis objetivos de mi renacimiento; piensen que hay todo un trabajo de muchos seres que esperan mi nacimiento”.
Quisiera hablar pero no tengo labios, quisiera correr pero mis pies no pueden hacerlo aún, quisiera esconderme pero no hay un lugar, quisiera volar y no tengo alas… Volví a gritar: “¡Padre, Madre! Van a cometer un pecado grave que les producirá una deuda de destino grave en el futuro”.
Todas mis esperanzas, mis anhelos de ver el Mundo Físico, de contemplar las estrellas, de oír el trinar de las aves, el susurro del viento, el murmullo del bosque, de sentir el amanecer y el atardecer de un día, de conocer la faz de mis padres, de sentir los mimos y las caricias de mi madre, de sentir la fuerza y vibración de mi padre, de recibir los abrazos, besos y caricias de mis familiares y amigos, todo esto se estaba derrumbando.
Añoraba muchas cosas y toda esa preparación, todo ese trabajo realizado por los seres celestiales: Señores de la Forma, Señores de la Mente, Arcángeles, Ángeles y Espíritus Planetarios fueron echados por la borda.
No valieron mis súplicas, mis tentativas de escape, mi llanto incipiente. Luché con todas mis fuerzas. No hubo escape posible.
¡TODO FUE ABORTADO…!
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Estimados amigos: Este importante artículo fue publicado en la Revista JOYAS ESPIRITUALES del Centro Rosacruz del Paraguay en el año 2001, y lo hemos reproducido en forma total, ya que lo consideramos de un enorme valor así como un llamado de atención para la reflexión de quienes están a favor del aborto en todo el mundo.-
Enviado por Raul Sasia
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