miércoles, 6 de marzo de 2019

LA VISIÓN DEL OCULTISMO ACERCA DEL ABORTO - en you tube -



LA VISIÓN DEL OCULTISMO ACERCA DEL ABORTO
Fraternidad Rosacruz de Max Heindel

en you tube, desde aquí
https://www.youtube.com/watch?v=gwzDy9WcEY0&t=8s

   ¿Cuál es la posición Rosacruz acerca del aborto?  ¿Encuentran ciertos egos este destino por razones kármicas?  ¿Qué les sucede luego de que sus vidas han sido truncadas en el seno materno?  Y, qué hay con respecto a los posibles karmas que pudieran ser arrastrados por quienes apelan al aborto o por quienes lo practican?
   Desde el punto de vista del ocultismo, el aborto es un crimen.  Es un notable ejemplo del abuso que la humanidad hace de su libre albedrío.
   Las enseñanzas rosacruces sostienen que la vida es santa y sagrada, y que nadie tiene el derecho de destruir la forma en que el espíritu vive.  El espíritu que habita un embrión o un feto tiene tanto derecho a la forma densa como lo tiene la criatura ya nacida a su completado cuerpo.  Quien ejecuta un aborto es tan culpable por disponer de otra vida como puede serlo el más vulgar asesino.
   El aborto en las naciones civilizadas es tan reprochable como la costumbre, en algunas tribus o comunidades primitivas, de dejar morir recién nacidos del sexo femenino por contemplarlos como una carga pesada e inservible.  La moderna tendencia hacia el aborto, particularmente en el contexto de las razones alegadas en su defensa, resulta muchísimo más censurable.  Los pueblos bárbaros tienen un absoluto desconocimiento acerca de la inmoralidad que radica en el acto de apoderarse de otras vidas, poniéndoles fin, y su comportamiento puede ser, si no disculpado, al menos comprendido, atribuyéndolo a la ignorancia.  Aquellas personas llamadas “ilustradas” que de viva voz defienden el aborto, lo hacen a favor de sus conveniencias personales, pretendiendo tener los placeres de una vida pasional sin ser perturbados por sus consecuencias.  Se adueñan deliberadamente de la vida ajena con el objeto de que esto sirva a sus fines.  Tales actitudes y prácticas les harán contraer severas deudas kármicas que deberán ser saldadas en vidas futuras.
   Hay, naturalmente, personas que vindican el aborto sólo por razones médicas; anhelan salvar la vida en peligro de la madre, o proteger su salud al suprimir al niño aún no nacido, o prevenir la llegada de un ser amenazado por un posible retraso o cualquier otro padecimiento.  Si bien estas motivaciones son más loables, el aborto efectuado por ellas tampoco puede ser condonado a la luz de un criterio espiritual.  El estado de salud de cada persona depende de su adhesión a las leyes naturales en ésta y en anteriores vidas y, si es necesario que el individuo aprenda las lecciones relacionadas con una mala salud, afecciones físicas, o retrasos, él deberá sobrellevar tales experiencias hasta que dichas lecciones hayan sido asimiladas.
   La familia en cuyo seno ha nacido un niño enfermo también ha sido escogida para cuidar de él, a fin de que sus miembros puedan recoger las experiencias necesarias que deriven de ese vínculo.  El interferir, al disponer de esa criatura aún no nacida, no elimina la necesidad de aquellas experiencias, las cuales tendrán que ser enfrentadas por los egos implicados.  En circunstancias semejantes, el aborto sólo sirve para aumentar el peso del karma de los individuos responsables.
   Si la gente comprendiera el intrincado proceso previo al nacimiento que se desenvuelve en los mundos invisibles al hacer retornar a un ego dentro de un cuerpo físico, y todas las causas y efectos del pasado que participan en este acontecimiento, seguramente vacilarían antes de destruir esa forma infantil, aún cuando hubiera estado en gestación por muy breve lapso.
   Nosotros no sabemos realmente si el aborto es presentado o no como un hecho inevitable a un espíritu determinado que está a punto de hacer la tentativa de reencarnar.  Sin duda, de cualquier modo, hay ciertas influencias kármicas elaborando sobre aquel ego cuya vida posteriormente necesitan una temprana finalización de la vida terrena hacia la cual él está próximo a iniciar el viaje.
   Las enseñanzas ocultas nos dicen que es, con frecuencia, necesario para aquellos seres que han sufrido muertes violentas y, consecuentemente, no han sido capaces de conocer el panorama sobre el cual está basada la esencia de las experiencias postmortem, el renacer con prontitud y dejar atrás esta encarnación cuando todavía son  niños; ellos penetran inmediatamente en el Primer Cielo, donde les son enseñadas las lecciones que les faltaran cuando ellos eran incapaces de asimilar la esencia de las experiencias purgatoriales y del primer cielo, resultantes de las vidas precedentes sobre la Tierra.
   Nosotros sabemos, también, que los elevados poderes que asisten a nuestra evolución están procurando continuamente transmutar el mal en bien para nuestro beneficio.  Es posible, entonces, que estos sabios seres, enfrentados a la aceptación que en la actualidad ha conquistado el aborto entre la obstinada y egoísta humanidad, los estén utilizando para permitir que los egos de quienes deben morir en la infancia puedan abandonar así su encarnación física.
   Millones de seres humanos murieron de manera cruenta en la segunda Guerra Mundial y en sucesivas catástrofes y cataclismos acaecidos en todo el orbe: indudablemente, muchos de estos egos están aguardando la oportunidad de renacer y de morir en la niñez.  Nosotros sólo podemos hacer conjeturas al respecto, más es posible que a algunos de ellos se les brinde una oportunidad en esta forma; les será permitido ingresar directamente al Primer Cielo después de que su etapa embrionaria o fetal de desarrollo físico haya concluido.  También es posible que los egos de aquéllos que, en  vidas pasadas, fueron responsables de haber causado la muerte de otros seres, sean ahora obligados a pagar las deudas, así acumuladas, del destino, viendo que sus actuales encarnaciones físicas terminan su ciclo cuando aún se hallan en la etapa de gestación.
   Nada de esto, de todas maneras, puede absolver a quienes recuren al aborto o a quienes lo ejecutan.  Podemos estar seguros de que tendrán que pagar un precio terrible, por estas acciones, en sus vidas futuras.

Trascrito de Artículos de RAYOS de la Rosa Cruz
Enero de 1983
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